
LA MANIPULACIÓN LINGÜÍSTICA DE "EL PAÍS" LEGITIMANDO LA OCUPACIÓN MARROQUÍ
"Llamar “autoproclamado” al Estado saharaui no es una expresión neutral ni técnica"
El diario El País utiliza una terminología cargada de ideología para deslegitimar al Estado saharaui. Lejos de actuar como medio independiente, actúa como altavoz de una política exterior española alineada con Marruecos, ignorando el derecho internacional y traicionando la causa de la descolonización del Sáhara Occidental.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado reciente ha confirmado lo que desde hace años denuncian las organizaciones solidarias con el Sáhara Occidental: la narrativa mediática dominante contribuye de forma activa a la legitimación del discurso colonial marroquí sobre el Sáhara. Un ejemplo especialmente elocuente es el uso reiterado del calificativo “autoproclamado” para referirse a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado con reconocimiento internacional y con una legitimidad jurídica sustentada por resoluciones de la ONU.
Este artículo, que parte de una denuncia publicada por el medio noteolvidesdelsaharaoccidental.org, expone el uso tramposo del lenguaje por parte del diario español El País, y analiza cómo este medio actúa como vocero oficioso del PSOE, hoy claramente alineado con la propuesta ilegal marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental: una fórmula para consolidar la ocupación militar de un territorio pendiente de descolonización, según el derecho internacional.
LA FÓRMULA “AUTOPROCLAMADO”: UNA ESTRATEGIA DE DESLEGITIMACIÓN
Llamar “autoproclamado” al Estado saharaui - denuncian desde noteolvidesdelsaharaoccidental.org- no es una expresión neutral ni técnica. Se trata de un calificativo con carga política e ideológica, cuyo objetivo es sembrar dudas sobre la legitimidad de un Estado que, como todos, nace de una voluntad colectiva de autodeterminación. Tal como recuerda la denuncia saharaui, todos los Estados son, en última instancia, “autoproclamados”: Estados Unidos en 1776, las repúblicas africanas tras la descolonización, o Sudán del Sur en 2011.
Sin embargo - apuntan - "nadie califica a Israel, Kosovo o a Sudán del Sur de “autoproclamados”, aunque también hayan nacido de actos unilaterales".
La RASD fue proclamada en 1976 por el Frente Polisario, en el marco del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación reconocido por la ONU. Desde entonces, ha sido reconocida por más de 80 Estados y es miembro pleno de la Unión Africana desde 1984. Marruecos, justamente, abandonó esa organización durante décadas por ese motivo y solo regresó en 2017. Estos hechos desmontan cualquier pretensión de neutralidad cuando se utiliza el término “autoproclamado”. Al hacerlo, El País blanquea la ocupación y criminaliza la resistencia saharaui.
EL PAÍS: UN VOCERO DEL PSOE Y DEL PLAN MARROQUÍ
La insistencia de El País en utilizar esta fórmula no es un desliz casual. Forma parte de un discurso político coherente con la nueva orientación diplomática del Gobierno del PSOE, que en 2022 se alineó abiertamente con las tesis de Marruecos. En marzo de ese año, el presidente Pedro Sánchez declaró que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental era “la propuesta más seria, creíble y realista para resolver el conflicto".
En sus artículos, al referirse a la RASD como “autoproclamada”, El País no solo se alinea con el discurso del PSOE, sino que lo refuerza con la autoridad simbólica del medio que durante décadas, muchos consideraron - injustificadamente- una "referencia del progresismo español".
¿QUIÉN MANDA EN EL PAÍS?: ACCIONISTAS Y CONTROL EXTERNO
Para entender este alineamiento hay que observar también quién controla El País. El diario pertenece al Grupo Prisa, cuyo accionista mayoritario desde 2021 es Amber Capital, un fondo de inversión de origen estadounidense con sede en Londres y Nueva York, presidido por Joseph Oughourlian. Este grupo financiero tomó el control definitivo del medio en 2025, tras la salida de otros accionistas históricos.
¿Puede un medio controlado por un fondo especulativo extranjero defender el derecho de un pueblo colonizado a decidir su futuro en contra de los intereses estratégicos de sus gobiernos aliados? La respuesta es evidente.
UNA COLONIA AÚN POR DESCOLONIZAR
La ONU reconoce al Sáhara Occidental como un “territorio no autónomo pendiente de descolonización”. En sus resoluciones, reafirma el derecho del pueblo saharaui a decidir libremente su destino. La Corte Internacional de Justicia ya sentenció en 1975 que Marruecos no tiene ningún título de soberanía sobre el territorio. Lo mismo ha expresado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diversas sentencias sobre la explotación de los recursos naturales.
Llamar “autoproclamado” a la RASD es, en este contexto, un acto de propaganda ideológica. Es aceptar el marco narrativo del ocupante. Es asumir, sin cuestionamiento, la narrativa marroquí, que busca presentar al Frente Polisario como una anomalía, cuando es reconocido por la ONU como el representante legítimo del pueblo saharaui.
¿Por qué El País no llama “autoproclamado” a Israel, que se fundó en 1948 por una declaración unilateral y sin consenso regional? ¿Por qué no usa ese término para Kosovo o Sudán del Sur? ¿Por qué la expresión se reserva para el caso del Sáhara? La respuesta es simple: porque el uso del término no responde a criterios jurídicos, sino políticos y geoestratégicos.
El silencio mediático y la manipulación lingüística ayudan a consolidar una ocupación que viola flagrantemente el derecho internacional. Y medios como El País no son observadores neutrales en esta historia, sino son actores con responsabilidad.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado reciente ha confirmado lo que desde hace años denuncian las organizaciones solidarias con el Sáhara Occidental: la narrativa mediática dominante contribuye de forma activa a la legitimación del discurso colonial marroquí sobre el Sáhara. Un ejemplo especialmente elocuente es el uso reiterado del calificativo “autoproclamado” para referirse a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado con reconocimiento internacional y con una legitimidad jurídica sustentada por resoluciones de la ONU.
Este artículo, que parte de una denuncia publicada por el medio noteolvidesdelsaharaoccidental.org, expone el uso tramposo del lenguaje por parte del diario español El País, y analiza cómo este medio actúa como vocero oficioso del PSOE, hoy claramente alineado con la propuesta ilegal marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental: una fórmula para consolidar la ocupación militar de un territorio pendiente de descolonización, según el derecho internacional.
LA FÓRMULA “AUTOPROCLAMADO”: UNA ESTRATEGIA DE DESLEGITIMACIÓN
Llamar “autoproclamado” al Estado saharaui - denuncian desde noteolvidesdelsaharaoccidental.org- no es una expresión neutral ni técnica. Se trata de un calificativo con carga política e ideológica, cuyo objetivo es sembrar dudas sobre la legitimidad de un Estado que, como todos, nace de una voluntad colectiva de autodeterminación. Tal como recuerda la denuncia saharaui, todos los Estados son, en última instancia, “autoproclamados”: Estados Unidos en 1776, las repúblicas africanas tras la descolonización, o Sudán del Sur en 2011.
Sin embargo - apuntan - "nadie califica a Israel, Kosovo o a Sudán del Sur de “autoproclamados”, aunque también hayan nacido de actos unilaterales".
La RASD fue proclamada en 1976 por el Frente Polisario, en el marco del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación reconocido por la ONU. Desde entonces, ha sido reconocida por más de 80 Estados y es miembro pleno de la Unión Africana desde 1984. Marruecos, justamente, abandonó esa organización durante décadas por ese motivo y solo regresó en 2017. Estos hechos desmontan cualquier pretensión de neutralidad cuando se utiliza el término “autoproclamado”. Al hacerlo, El País blanquea la ocupación y criminaliza la resistencia saharaui.
EL PAÍS: UN VOCERO DEL PSOE Y DEL PLAN MARROQUÍ
La insistencia de El País en utilizar esta fórmula no es un desliz casual. Forma parte de un discurso político coherente con la nueva orientación diplomática del Gobierno del PSOE, que en 2022 se alineó abiertamente con las tesis de Marruecos. En marzo de ese año, el presidente Pedro Sánchez declaró que el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental era “la propuesta más seria, creíble y realista para resolver el conflicto".
En sus artículos, al referirse a la RASD como “autoproclamada”, El País no solo se alinea con el discurso del PSOE, sino que lo refuerza con la autoridad simbólica del medio que durante décadas, muchos consideraron - injustificadamente- una "referencia del progresismo español".
¿QUIÉN MANDA EN EL PAÍS?: ACCIONISTAS Y CONTROL EXTERNO
Para entender este alineamiento hay que observar también quién controla El País. El diario pertenece al Grupo Prisa, cuyo accionista mayoritario desde 2021 es Amber Capital, un fondo de inversión de origen estadounidense con sede en Londres y Nueva York, presidido por Joseph Oughourlian. Este grupo financiero tomó el control definitivo del medio en 2025, tras la salida de otros accionistas históricos.
¿Puede un medio controlado por un fondo especulativo extranjero defender el derecho de un pueblo colonizado a decidir su futuro en contra de los intereses estratégicos de sus gobiernos aliados? La respuesta es evidente.
UNA COLONIA AÚN POR DESCOLONIZAR
La ONU reconoce al Sáhara Occidental como un “territorio no autónomo pendiente de descolonización”. En sus resoluciones, reafirma el derecho del pueblo saharaui a decidir libremente su destino. La Corte Internacional de Justicia ya sentenció en 1975 que Marruecos no tiene ningún título de soberanía sobre el territorio. Lo mismo ha expresado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diversas sentencias sobre la explotación de los recursos naturales.
Llamar “autoproclamado” a la RASD es, en este contexto, un acto de propaganda ideológica. Es aceptar el marco narrativo del ocupante. Es asumir, sin cuestionamiento, la narrativa marroquí, que busca presentar al Frente Polisario como una anomalía, cuando es reconocido por la ONU como el representante legítimo del pueblo saharaui.
¿Por qué El País no llama “autoproclamado” a Israel, que se fundó en 1948 por una declaración unilateral y sin consenso regional? ¿Por qué no usa ese término para Kosovo o Sudán del Sur? ¿Por qué la expresión se reserva para el caso del Sáhara? La respuesta es simple: porque el uso del término no responde a criterios jurídicos, sino políticos y geoestratégicos.
El silencio mediático y la manipulación lingüística ayudan a consolidar una ocupación que viola flagrantemente el derecho internacional. Y medios como El País no son observadores neutrales en esta historia, sino son actores con responsabilidad.
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