
"EE.UU. ESTÁ PROVOCANDO UNA GUERRA EL EL CARIBE PARA DESVIAR LA ATENCIÓN INTERNA"
Estados Unidos provocando un conflicto con Venezuela para usar la "Ley de Enemigos Extranjeros"
¿Es posible que una superpotencia esté fabricando un conflicto armado para justificar deportaciones masivas? ¿Qué hay detrás de los recientes ataques estadounidenses en el Caribe? Las declaraciones del historiador Miguel Tinker Salas revelan un complejo entramado político, donde el uso del poder militar podría estar siendo instrumentalizado para fines internos y electorales.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
La reciente escalada militar de Estados Unidos en el Caribe ha generado una ola de críticas por parte de analistas y académicos, quienes advierten sobre las verdaderas intenciones detrás de las operaciones bélicas contra embarcaciones cercanas a Venezuela.
Entre ellos, destaca la voz del historiador Miguel Tinker Salas, profesor emérito del Pomona College, quien en una entrevista concedida a Democracy Now! ha descrito los acontecimientos como un “teatro político” con múltiples fines, tanto internos como externos.
En las últimas semanas, el Gobierno de Donald Trump ha ordenado el bombardeo de al menos tres embarcaciones en aguas internacionales, resultando en la muerte de 14 personas.
Además, un tercer incidente involucró la interceptación de un barco pesquero venezolano y la detención de nueve pescadores durante ocho horas. Según el presidente, los objetivos eran presuntos narcotraficantes. Sin embargo, no se ha presentado evidencia que respalde estas afirmaciones.
El prof. Tinker Salas sostiene que estas acciones no son incidentes aislados, sino parte de una estrategia deliberada de provocación que busca fomentar una crisis con Venezuela. El académico señala que el objetivo final sería justificar la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros para facilitar la deportación de cientos de miles de venezolanos residentes en Estados Unidos.
“La Administración Trump está utilizando el poder militar como cortina de humo”, afirma.
A su juicio, esta operación recuerda a los argumentos fabricados que precedieron la invasión de Irak, donde se justificó una guerra con base en armas de destrucción masiva inexistentes. Ahora, dice, se utiliza el narcotráfico como pretexto, a pesar de que la mayoría del tráfico de drogas en la región no ocurre desde Venezuela, sino desde países aliados de EE.UU., como Colombia y Ecuador.
Uno de los actores clave en esta trama, según Tinker Salas, es Marco Rubio, quien ocupa simultáneamente los cargos de Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional.
Rubio actúa como nexo entre el Gobierno estadounidense y la oposición venezolana radicada en Miami, la cual —a diferencia de la mayoría dentro del país— apoyaría una intervención extranjera.
“Estamos ante una reedición de la política del Gran Garrote”, denuncia el historiador, aludiendo a la doctrina imperialista estadounidense del siglo XX, que justificaba la intervención militar para proteger intereses nacionales en América Latina.
En ese sentido, acusa a Trump de reactivar esa lógica colonialista para desestabilizar al Gobierno de Maduro y generar las condiciones para una intervención directa.
Otro aspecto inquietante, según Tinker Salas, es la falta de transparencia y legalidad en las operaciones militares estadounidenses. El académico califica los ataques como “asesinatos en alta mar” y ejecuciones extrajudiciales, ya que no existe evidencia de actividad ilícita por parte de las víctimas.
“Ningún narcotraficante llena su barco de personas cuando puede usar ese espacio para transportar drogas”, señala, refutando la narrativa oficial.
La situación se torna aún más preocupante si se consideran las recientes declaraciones del vicepresidente Vance, quien desestimó la posibilidad de que estas acciones constituyeran crímenes de guerra.
“Me importa una mierda cómo lo llamen”, escribió en la red social X. Ante esto, el senador Rand Paul expresó su indignación, calificando las palabras de Vance como “despreciables e irreflexivas”.
Para Tinker Salas, este tipo de retórica solo refuerza la idea de que Estados Unidos está actuando como una potencia imperial sin límites, dispuesta a usar la violencia para alcanzar fines políticos.
“Regresamos a los piratas del Caribe, pero esta vez con la bandera estadounidense”, ironizó.
Además, advierte que uno de los objetivos inmediatos de esta estrategia sería presionar al Tribunal Supremo para que apruebe el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros, permitiendo así la deportación de aproximadamente 650.000 venezolanos que hoy viven bajo amenaza en Estados Unidos. Esta contradicción entre las promesas de campaña de Trump y sus acciones actuales refleja, según el historiador, la instrumentalización de la política migratoria con fines electorales y geopolíticos.
Por último, Tinker Salas sugiere que toda esta operación podría estar dirigida también a desviar la atención pública de temas internos espinosos, como el escándalo de los archivos de Jeffrey Epstein. En ese contexto, el conflicto con Venezuela funcionaría como una eficaz “cortina de humo”, al estilo de la película Wag the Dog, donde se inventa una guerra en Albania para distraer a la opinión pública estadounidense.
El análisis del profesor concluye con una advertencia: mientras se continúe apostando por la militarización como solución a problemas complejos como el narcotráfico o la migración, no solo se perpetuarán los conflictos, sino que se abrirán peligrosos escenarios de guerra innecesaria con consecuencias devastadoras para América Latina.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
La reciente escalada militar de Estados Unidos en el Caribe ha generado una ola de críticas por parte de analistas y académicos, quienes advierten sobre las verdaderas intenciones detrás de las operaciones bélicas contra embarcaciones cercanas a Venezuela.
Entre ellos, destaca la voz del historiador Miguel Tinker Salas, profesor emérito del Pomona College, quien en una entrevista concedida a Democracy Now! ha descrito los acontecimientos como un “teatro político” con múltiples fines, tanto internos como externos.
En las últimas semanas, el Gobierno de Donald Trump ha ordenado el bombardeo de al menos tres embarcaciones en aguas internacionales, resultando en la muerte de 14 personas.
Además, un tercer incidente involucró la interceptación de un barco pesquero venezolano y la detención de nueve pescadores durante ocho horas. Según el presidente, los objetivos eran presuntos narcotraficantes. Sin embargo, no se ha presentado evidencia que respalde estas afirmaciones.
El prof. Tinker Salas sostiene que estas acciones no son incidentes aislados, sino parte de una estrategia deliberada de provocación que busca fomentar una crisis con Venezuela. El académico señala que el objetivo final sería justificar la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros para facilitar la deportación de cientos de miles de venezolanos residentes en Estados Unidos.
“La Administración Trump está utilizando el poder militar como cortina de humo”, afirma.
A su juicio, esta operación recuerda a los argumentos fabricados que precedieron la invasión de Irak, donde se justificó una guerra con base en armas de destrucción masiva inexistentes. Ahora, dice, se utiliza el narcotráfico como pretexto, a pesar de que la mayoría del tráfico de drogas en la región no ocurre desde Venezuela, sino desde países aliados de EE.UU., como Colombia y Ecuador.
Uno de los actores clave en esta trama, según Tinker Salas, es Marco Rubio, quien ocupa simultáneamente los cargos de Secretario de Estado y Asesor de Seguridad Nacional.
Rubio actúa como nexo entre el Gobierno estadounidense y la oposición venezolana radicada en Miami, la cual —a diferencia de la mayoría dentro del país— apoyaría una intervención extranjera.
“Estamos ante una reedición de la política del Gran Garrote”, denuncia el historiador, aludiendo a la doctrina imperialista estadounidense del siglo XX, que justificaba la intervención militar para proteger intereses nacionales en América Latina.
En ese sentido, acusa a Trump de reactivar esa lógica colonialista para desestabilizar al Gobierno de Maduro y generar las condiciones para una intervención directa.
Otro aspecto inquietante, según Tinker Salas, es la falta de transparencia y legalidad en las operaciones militares estadounidenses. El académico califica los ataques como “asesinatos en alta mar” y ejecuciones extrajudiciales, ya que no existe evidencia de actividad ilícita por parte de las víctimas.
“Ningún narcotraficante llena su barco de personas cuando puede usar ese espacio para transportar drogas”, señala, refutando la narrativa oficial.
La situación se torna aún más preocupante si se consideran las recientes declaraciones del vicepresidente Vance, quien desestimó la posibilidad de que estas acciones constituyeran crímenes de guerra.
“Me importa una mierda cómo lo llamen”, escribió en la red social X. Ante esto, el senador Rand Paul expresó su indignación, calificando las palabras de Vance como “despreciables e irreflexivas”.
Para Tinker Salas, este tipo de retórica solo refuerza la idea de que Estados Unidos está actuando como una potencia imperial sin límites, dispuesta a usar la violencia para alcanzar fines políticos.
“Regresamos a los piratas del Caribe, pero esta vez con la bandera estadounidense”, ironizó.
Además, advierte que uno de los objetivos inmediatos de esta estrategia sería presionar al Tribunal Supremo para que apruebe el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros, permitiendo así la deportación de aproximadamente 650.000 venezolanos que hoy viven bajo amenaza en Estados Unidos. Esta contradicción entre las promesas de campaña de Trump y sus acciones actuales refleja, según el historiador, la instrumentalización de la política migratoria con fines electorales y geopolíticos.
Por último, Tinker Salas sugiere que toda esta operación podría estar dirigida también a desviar la atención pública de temas internos espinosos, como el escándalo de los archivos de Jeffrey Epstein. En ese contexto, el conflicto con Venezuela funcionaría como una eficaz “cortina de humo”, al estilo de la película Wag the Dog, donde se inventa una guerra en Albania para distraer a la opinión pública estadounidense.
El análisis del profesor concluye con una advertencia: mientras se continúe apostando por la militarización como solución a problemas complejos como el narcotráfico o la migración, no solo se perpetuarán los conflictos, sino que se abrirán peligrosos escenarios de guerra innecesaria con consecuencias devastadoras para América Latina.
Chorche | Domingo, 14 de Septiembre de 2025 a las 00:08:58 horas
Y que te parece José Manuel la tragedia de Palestina y la pasividad de la gran mayoría de los gobiernos e incluso de la gente?
A ellos ya les ha llegado su apocalipsis y no es la mayoría del mundo precisamente quien les defiende y apoya.
Ante esta situación hay quien afirma que ésta es una generación prescindible.
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