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Lunes, 25 de Agosto de 2025 Tiempo de lectura:

CHINA CONTROLA, EEUU FINANCIA: LA BATALLA POR LOS MINERALES DE BRASIL

¿Qué ocurre cuando un país con recursos estratégicos carece de la tecnología para procesarlos? Pues lo de siempre, ni mas ni menos

El debate sobre el trabajo productivo tiene -recuerda P.A. González Ruiz - larga tradición en la investigación económica. También en el ámbito del marxismo. Esto se ha deslizado hacia la política bajo distintos planteamientos (...).

   POR VICTORIA MARTÍNEZ, DESDE MÉXICO PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

    ¿Qué ocurre cuando un país con recursos estratégicos carece [Img #86234]de la tecnología para procesarlos? ¿Cómo se vive en una ciudad que extrae minerales vitales para el futuro, pero cuyo destino se decide en el extranjero?

 

     El caso de la mina Serra Verde, en Brasil, revela las tensiones de un mundo dependiente de las tierras raras y atrapado en una competencia global entre Estados Unidos y China.

 

    En este reportaje,  relatamos lo que ahora mismo sucede en la mina de Serra Verde a dos voces: la que no transmite un minero consciente. João Pereira, que trabaja en ella, y la que nos proporciona la historia reciente y las frías estadísticas. De todo ello deberíamos sacar nuestras propias conclusiones.

 

     LA VOZ DEL MINERO: TESTIMONIO DIRECTO DESDE MINACU  

 

    "Me llamo João Pereira, tengo 42 años y trabajo como operador de maquinaria en la mina Serra Verde, en la ciudad de Minaçu, en el corazón de Brasil. Aquí crecí, viendo cómo mi padre se ganaba la vida en la antigua mina de amianto. Hoy, yo mismo dependo de otra explotación minera, pero esta vez no se trata de asbesto, sino de algo que llaman “tierras raras pesadas”.

 

    Nos dicen que lo que sacamos de la tierra sirve para fabricar autos eléctricos, turbinas eólicas, drones, misiles y hasta satélites. “Minerales del futuro”, dicen los ingenieros. Pero para nosotros, los trabajadores, es simplemente barro que cargamos en camiones gigantes.

 

    Lo que me impresiona es que, aunque la mina fue financiada en parte por Estados Unidos y el Reino Unido, toda la producción termina en manos de China. El director lo reconoció abiertamente:

“Son el único cliente que puede procesar lo que extraemos”.

Y tiene razón. Nosotros lo sacamos, ellos lo transforman.

 " En el comedor de la mina, entre bromas, decimos que “somos empleados de China aunque cobremos en reales”. Pero detrás de esa risa hay una verdad incómoda: Brasil pone el recurso, China pone la tecnología y el control.

 

 

BRASIL, ATRAPADO ENTRE GIGANTES

    La historia de Serra Verde no se entiende sin mirar el tablero global.

  •   China domina el mercado de tierras raras. Controla más del 80% de su procesamiento y lleva décadas invirtiendo en tecnología y contratos internacionales. Su estrategia no fue improvisada: planeó con visión de largo plazo, asegurando no solo extracción en su territorio, sino también acuerdos con países proveedores como Birmania y, ahora, Brasil.

  •   Estados Unidos, en cambio, perdió terreno. Durante gran parte del siglo XX fue el socio preferente de Brasil en minería y energía. Pero mientras redujo su presencia y dejó de invertir en tecnologías críticas, China ocupó ese espacio. Hoy, Washington intenta recuperar influencia financiando proyectos como Serra Verde, pero llega tarde: los contratos clave ya están comprometidos con Pekín.

  •    Brasil, pais cofundador de los BRICS, que por su parte, es dueño del recurso pero no del proceso. Tiene grandes depósitos de arcillas ricas en tierras raras pesadas, pero carece de infraestructura para separarlas y refinarlas.     Esa incapacidad tecnológica obliga a vender la producción en bruto a China.

 

    En pocas palabras, Serra Verde revela la paradoja brasileña: un país rico en recursos, pero dependiente de otros para transformarlos.

 

LA MINA SERRA VERDE: UN GIGANTE EN MINAÇU

 

       La mina de Serra Verde se inauguró en 2024, tras más de 14 años de desarrollo y 150 millones de dólares de inversión extranjera. Está ubicada en Minaçu, una ciudad de 30.000 habitantes marcada por el cierre de la antigua mina de amianto.

     Hoy es la única mina fuera de Asia que produce cantidades significativas de tierras raras pesadas, minerales vitales para los imanes de alto rendimiento que sostienen la transición energética y la industria militar.

 

  • Producción actual: comprometida casi en su totalidad a China hasta al menos 2027.

  • Potencial futuro: Serra Verde espera duplicar la oferta global de tierras raras pesadas fuera de Asia hacia ese año, aunque todavía dependerá de compradores extranjeros.

  • Impacto local: ha generado empleos y revitalizado la economía de Minaçu, pero la comunidad percibe que los grandes beneficios estratégicos no se quedan en Brasil.

 

 


LA MIRADA DE JOÃO: ENTRE ORGULLO Y FRUSTRACIÓN

    "Volviendo a mi propia experiencia, - retoma João Pereira - yo no niego que el trabajo me da de comer. Mi familia tiene estabilidad gracias a esta mina. Pero cuando pienso en el futuro de mis hijos, me pregunto: ¿seguiremos siendo simples proveedores de materia prima?

 

   Brasil siempre ha vivido con esta contradicción. Tenemos café, soja, petróleo, hierro… y ahora tierras raras. Pero casi siempre vendemos sin procesar, dejando que otros se lleven el valor agregado. Con Serra Verde no es distinto: extraemos minerales de alto valor estratégico, pero no tenemos cómo aprovecharlos.

 

    Lo que más me duele es que se habla de soberanía, de independencia energética y tecnológica, pero aquí en Minaçu sabemos que nuestras decisiones se toman en Pekín o en Washington, no en Brasilia. Nosotros trabajamos, pero otros planifican".

 

    El mundo atraviesa una carrera tecnológica y energética. Las tierras raras son su combustible invisible. En esa disputa, Brasil podría ser un actor clave. Sin embargo, mientras no tenga la capacidad de procesar y transformar lo que extrae, seguirá siendo un eslabón subordinado.

 

     En el papel, Serra Verde es una oportunidad histórica. En la práctica, por ahora, es otra muestra de dependencia. Y aunque yo me siento orgulloso de trabajar en la mina que todos miran con interés, no puedo evitar pensar que nuestro esfuerzo sigue alimentando el poder de otros.

 

    Quizás algún día Brasil cambie su historia y deje de ser solo un proveedor de recursos. Pero hoy, desde Minaçu, lo veo claro: los minerales son nuestros… y la riqueza, de China.

 
 
 
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