
COALICIÓN CANARIA, PP Y VOX ENTREGAN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA A LA PATRONAL
La CEOE celebra su victoria, los estudiantes denuncian "una agresión intolerable"
Aprovechando el letargo del verano, el Gobierno de Canarias ha aprobado una reforma universitaria que entrega competencias académicas clave a órganos controlados por representantes del poder empresarial. Mientras estudiantes denuncian un “asalto intolerable” a la autonomía universitaria, la patronal celebra abiertamente lo que considera “una gran oportunidad” para rediseñar la universidad pública al servicio de sus intereses. La enseñanza superior, cada vez más subordinada al capital privado, da un nuevo paso hacia su completa mercantilización.
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Con el más absoluto sigilo, y aprovechando la desconexión que mayoritariamente realiza la población durante el periodo estival, el Parlamento de Canarias ha aprobado esta semana la Ley de Consejos Sociales y Coordinación del Sistema Universitario de Canarias. Una normativa que reconfigurará de forma drástica la estructura de poder en las universidades públicas del archipiélago. Con los votos de Coalición Canaria, Partido Popular y Vox, y el rechazo de PSOE y Nueva Canarias, la ley ha sido tramitada a espaldas de la comunidad académica.
El texto legal otorga nuevas competencias ejecutivas a los Consejos Sociales, órganos en los que tienen un peso destacado los representantes del sector empresarial, totalmente ajenos a la vida universitaria. Estos consejos podrán, a partir de ahora, intervenir directamente en cuestiones como la aprobación de titulaciones, la programación docente o la firma de convenios académicos.
Se trata de competencias que hasta ahora pertenecían al autogobierno universitario: departamentos, rectorados y consejos de gobierno. La nueva legislación reducirá ese núcleo de autonomía a un papel meramente formal, entregando la gestión académica a instancias con intereses ajenos a los educativos.
Estudiantes en pie: “Una agresión intolerable”
La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), en representación de decenas de miles de estudiantes de todo el Estado, ha calificado la reforma de “grave retroceso democrático” y de “modelo de gobernanza basado en la injerencia”.
Los estudiantes denuncian que la norma convierte a los Consejos Sociales en instrumentos de control político y empresarial, desplazando a la Comunidad universitaria en la toma de decisiones clave.
Estudiantes de la Universidad de La Laguna y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ya han comenzado a organizar movilizaciones contra la nueva normativa.
“El principio constitucional de autonomía universitaria ha sido pisoteado”, afirman. Y advierten que “nos enfrentamos a un cambio de paradigma que convierte la universidad pública en un apéndice del mercado”.
"Gobiernos de todos impulsan desde hace años un cambio que persigue transformar las universidades en espacios de producción técnica subordinada a los intereses de las empresas"
La mercantilización de la universidad pública
Lo que está en juego, en efecto, es mucho más que un mero cambio organizativo. El ataque a la universidad pública no es nuevo, aunque esta ley venga a formalizarlo de manera efectiva. En todo el Estado español, gobiernos de todos los colores —en connivencia con las grandes corporaciones empresariales y financieras— han venido impulsado desde hace años un cambio estructural en la Enseñanza Superior pública que persigue transformar las universidades en espacios de producción técnica subordinada a los intereses de las empresas.
Huelga decir que estos intereses son contrarios a la formación de ciudadanos críticos y requieren, por el contrario, trabajadores plenamente adaptados y dóciles a la lógica que garantiza la acumulación de dichas empresas. Se impone, por tanto, la reproducción de un pensamiento único que adoctrine y adocene a los estudiantes y en el que no tienen cabida ni el análisis, ni el conflicto, ni la memoria. Ello implica, entre otras cosas, relegar la investigación humanística y minimizar la importancia de las ciencias sociales -en particular de la Historia - o reducirlas a aquellos paradigmas colonizados por la economía neoclásica, al tiempo que se potencian los conocimientos que satisfacen plenamente los requerimientos del "mercado". Bajo esta lógica puramente empresarial, la universidad no debe ser una institución que prepara a profesionales y a la vez a ciudadanos capaces de cuestionar el mundo que los rodea, sino a meros técnicos preparados para ajustarse al "mercado laboral" y reproducirlo sin rechistar.
" Se persigue una transformación profunda de la misión de la universidad pública, para adaptarla a las necesidades del gran capital en el marco de un capitalismo global cada vez más competitivo"
La reforma impuesta por los partidos del Gobierno de Canarias con el apoyo de VOX no puede entenderse, pues, como una iniciativa aislada que solo impulsan los partidos de la "derecha tradicional", ni conviene alimentar la ilusión de que un futuro ejecutivo "progresista" pueda revertirla. Esta legislación se enmarca en un proceso mucho más amplio de mercantilización del sistema universitario, impulsado desde hace años por las élites económicas y legitimado por gobiernos de todo signo político. Lo que está en juego no es solo un cambio de estructura interna, sino una transformación profunda de la misión de la universidad pública, cuya finalidad es adaptarla a las necesidades del gran capital en el marco de un capitalismo global cada vez más competitivo. El nuevo modelo busca producir técnicos funcionales, eficientes y adaptables a las necesidades de la empresa, imponiendo que lo que se enseña, cómo se investiga y para quién esté cada vez más determinado por la lógica de la rentabilidad privada.
Banco Santander y otros “inversores académicos”
La normativa aplaudida por la patronal canaria viene a dar carácter legal a un proceso que ha venido desarrollándose desde hace años. El Banco Santander, por ejemplo, ha logrado una implantación estratégica dentro del sistema universitario español. A través de becas, convenios, cátedras y patrocinios, ha colonizado buena parte de las instituciones públicas. Su logo aparece en carnés, diplomas, edificios y hasta en las propias páginas web de las universidades.
La Caixa, Telefónica, Repsol, BBVA, Inditex, Iberdrola y otras grandes empresas han establecido también alianzas estructurales con las universidades, orientando cada vez más la investigación y el diseño de titulaciones hacia sus propios intereses y convirtiendo a la universidad pública en un instrumento tan útil para el capital como contrario al desarrollo del pensamiento libre, el debate crítico y el compromiso social.
La patronal celebra su victoria
No puede resultar extraño que, frente a la indignación de los sectores más conscientes de la comunidad educativa, la respuesta de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) haya sido de total satisfacción. Pedro Alfonso, presidente de la CEOE-Tenerife, declaró que se trata de una
“muy buena noticia” porque, en su opinión, “acerca la universidad a la realidad empresarial y permite adaptar mejor la formación a las demandas del mercado laboral”.
Alfonso dejó claro el objetivo de fondo de esta nueva normativa que -según reconoció sin ambages - permitirá dejar atrás la independencia universitaria, a la que se refirió como un “obstáculo para la modernización”.
La falsa “modernización” como excusa
Quienes impulsan este modelo lo presentan, en efecto, envuelto en palabras amables como “modernización” o “adaptación al siglo XXI”. Eufemismos cuidadosamente elegidos que, al igual que otros términos como “flexibilidad laboral” o “colaboración público-privada”, sirven para ocultar todo tipo de recortes y la cesión de recursos y funciones públicas a manos privadas.
Con esta retórica nada inocente, la casta política gobernante continúa vendiendo las contrarreformas neoliberales más agresivas, como si tratara de "avances" inevitables y meramente técnicos, cuando en realidad son mecanismos de desposesión, subordinación y control de las mayorías.
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Con el más absoluto sigilo, y aprovechando la desconexión que mayoritariamente realiza la población durante el periodo estival, el Parlamento de Canarias ha aprobado esta semana la Ley de Consejos Sociales y Coordinación del Sistema Universitario de Canarias. Una normativa que reconfigurará de forma drástica la estructura de poder en las universidades públicas del archipiélago. Con los votos de Coalición Canaria, Partido Popular y Vox, y el rechazo de PSOE y Nueva Canarias, la ley ha sido tramitada a espaldas de la comunidad académica.
El texto legal otorga nuevas competencias ejecutivas a los Consejos Sociales, órganos en los que tienen un peso destacado los representantes del sector empresarial, totalmente ajenos a la vida universitaria. Estos consejos podrán, a partir de ahora, intervenir directamente en cuestiones como la aprobación de titulaciones, la programación docente o la firma de convenios académicos.
Se trata de competencias que hasta ahora pertenecían al autogobierno universitario: departamentos, rectorados y consejos de gobierno. La nueva legislación reducirá ese núcleo de autonomía a un papel meramente formal, entregando la gestión académica a instancias con intereses ajenos a los educativos.
Estudiantes en pie: “Una agresión intolerable”
La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), en representación de decenas de miles de estudiantes de todo el Estado, ha calificado la reforma de “grave retroceso democrático” y de “modelo de gobernanza basado en la injerencia”.
Los estudiantes denuncian que la norma convierte a los Consejos Sociales en instrumentos de control político y empresarial, desplazando a la Comunidad universitaria en la toma de decisiones clave.
Estudiantes de la Universidad de La Laguna y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ya han comenzado a organizar movilizaciones contra la nueva normativa.
“El principio constitucional de autonomía universitaria ha sido pisoteado”, afirman. Y advierten que “nos enfrentamos a un cambio de paradigma que convierte la universidad pública en un apéndice del mercado”.
"Gobiernos de todos impulsan desde hace años un cambio que persigue transformar las universidades en espacios de producción técnica subordinada a los intereses de las empresas"
La mercantilización de la universidad pública
Lo que está en juego, en efecto, es mucho más que un mero cambio organizativo. El ataque a la universidad pública no es nuevo, aunque esta ley venga a formalizarlo de manera efectiva. En todo el Estado español, gobiernos de todos los colores —en connivencia con las grandes corporaciones empresariales y financieras— han venido impulsado desde hace años un cambio estructural en la Enseñanza Superior pública que persigue transformar las universidades en espacios de producción técnica subordinada a los intereses de las empresas.
Huelga decir que estos intereses son contrarios a la formación de ciudadanos críticos y requieren, por el contrario, trabajadores plenamente adaptados y dóciles a la lógica que garantiza la acumulación de dichas empresas. Se impone, por tanto, la reproducción de un pensamiento único que adoctrine y adocene a los estudiantes y en el que no tienen cabida ni el análisis, ni el conflicto, ni la memoria. Ello implica, entre otras cosas, relegar la investigación humanística y minimizar la importancia de las ciencias sociales -en particular de la Historia - o reducirlas a aquellos paradigmas colonizados por la economía neoclásica, al tiempo que se potencian los conocimientos que satisfacen plenamente los requerimientos del "mercado". Bajo esta lógica puramente empresarial, la universidad no debe ser una institución que prepara a profesionales y a la vez a ciudadanos capaces de cuestionar el mundo que los rodea, sino a meros técnicos preparados para ajustarse al "mercado laboral" y reproducirlo sin rechistar.
" Se persigue una transformación profunda de la misión de la universidad pública, para adaptarla a las necesidades del gran capital en el marco de un capitalismo global cada vez más competitivo"
La reforma impuesta por los partidos del Gobierno de Canarias con el apoyo de VOX no puede entenderse, pues, como una iniciativa aislada que solo impulsan los partidos de la "derecha tradicional", ni conviene alimentar la ilusión de que un futuro ejecutivo "progresista" pueda revertirla. Esta legislación se enmarca en un proceso mucho más amplio de mercantilización del sistema universitario, impulsado desde hace años por las élites económicas y legitimado por gobiernos de todo signo político. Lo que está en juego no es solo un cambio de estructura interna, sino una transformación profunda de la misión de la universidad pública, cuya finalidad es adaptarla a las necesidades del gran capital en el marco de un capitalismo global cada vez más competitivo. El nuevo modelo busca producir técnicos funcionales, eficientes y adaptables a las necesidades de la empresa, imponiendo que lo que se enseña, cómo se investiga y para quién esté cada vez más determinado por la lógica de la rentabilidad privada.
Banco Santander y otros “inversores académicos”
La normativa aplaudida por la patronal canaria viene a dar carácter legal a un proceso que ha venido desarrollándose desde hace años. El Banco Santander, por ejemplo, ha logrado una implantación estratégica dentro del sistema universitario español. A través de becas, convenios, cátedras y patrocinios, ha colonizado buena parte de las instituciones públicas. Su logo aparece en carnés, diplomas, edificios y hasta en las propias páginas web de las universidades.
La Caixa, Telefónica, Repsol, BBVA, Inditex, Iberdrola y otras grandes empresas han establecido también alianzas estructurales con las universidades, orientando cada vez más la investigación y el diseño de titulaciones hacia sus propios intereses y convirtiendo a la universidad pública en un instrumento tan útil para el capital como contrario al desarrollo del pensamiento libre, el debate crítico y el compromiso social.
La patronal celebra su victoria
No puede resultar extraño que, frente a la indignación de los sectores más conscientes de la comunidad educativa, la respuesta de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) haya sido de total satisfacción. Pedro Alfonso, presidente de la CEOE-Tenerife, declaró que se trata de una
“muy buena noticia” porque, en su opinión, “acerca la universidad a la realidad empresarial y permite adaptar mejor la formación a las demandas del mercado laboral”.
Alfonso dejó claro el objetivo de fondo de esta nueva normativa que -según reconoció sin ambages - permitirá dejar atrás la independencia universitaria, a la que se refirió como un “obstáculo para la modernización”.
La falsa “modernización” como excusa
Quienes impulsan este modelo lo presentan, en efecto, envuelto en palabras amables como “modernización” o “adaptación al siglo XXI”. Eufemismos cuidadosamente elegidos que, al igual que otros términos como “flexibilidad laboral” o “colaboración público-privada”, sirven para ocultar todo tipo de recortes y la cesión de recursos y funciones públicas a manos privadas.
Con esta retórica nada inocente, la casta política gobernante continúa vendiendo las contrarreformas neoliberales más agresivas, como si tratara de "avances" inevitables y meramente técnicos, cuando en realidad son mecanismos de desposesión, subordinación y control de las mayorías.
Chorche | Jueves, 24 de Julio de 2025 a las 13:10:16 horas
[Libro] NO PASARÁN: Por qué la extrema derecha quiere controlar la educación pública y qué hacer para defenderla · por Enrique Javier Díez Gutiérrez y Mauro Rafael Jarquín Ramírez.
Enrique Javier Díez Gutiérrez
Catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad de León (España). Director del grupo de investigación consolidado de la ULE: Investigación Educativa y Justicia Social. Director de la Investigación Europea «Construcción de una Europa inclusiva y democrática frente al auge del fascismo y la xenofobia». Premio CODAPA 2023 de la Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres por la defensa de la educación pública y la difusión de alternativas para construir una pedagogía inclusiva, democrática y del bien común. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Emprendimiento educativo: la nueva guerra cognitiva neoliberal en educación (Miño y Dávila, 2025), Pedagogía del Decrecimiento (Octaedro, 2024), La memoria histórica democrática de las mujeres (Plaza y Valdés, 2023), Pedagogía antifascista (Octaedro, 2022), La historia silenciada (Plaza y Valdés, 2022), Educación crítica e inclusiva para una sociedad poscapitalista (Octaedro, 2021), La asignatura pendiente (Plaza y Valdés, 2020), La educación en venta (Octaedro, 2020), Educación para el bien común (Octaedro, 2020), La revuelta educativa neocon (Trea, 2019) o Neoliberalismo educativo (Octaedro, 2018).
Mauro Rafael Jarquín Ramírez
Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Trabaja con colectivos y sindicatos docentes de México y América Latina en el desarrollo de proyectos educativos alternativos y democráticos. Su último libro publicado es La pedagogía del capital. Empresarios, nueva derecha y reforma educativa en México (Akal, 2021). Colabora con el diario La Jornada (México) en la sección de Opinión. Actualmente está realizando el Máster en Políticas Educativas para el Desarrollo Global (GLOBED) en la Universitat Autònoma de Barcelona (España) y University of Glasgow (Reino Unido).
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