Viernes, 05 de Septiembre de 2025

Actualizada

Viernes, 05 de Septiembre de 2025 a las 10:13:35 horas

Sábado, 01 de Marzo de 2025 Tiempo de lectura:

PRESIDENTE ARCE RENUNCIA A POSTULARSE: LA GUERRA INTERNA EN LA IZQUIERDA BOLIVIANA

Luis Arce renuncia a su candidatura: ¿Un gesto de unidad o la crónica de una derrota anunciada?

La renuncia de Luis Arce a la candidatura presidencial para las elecciones de agosto ha reconfigurado el tablero político boliviano. En medio de una fractura interna en el MAS y una crisis económica persistente, el oficialismo se debate entre el liderazgo histórico de Evo Morales, la gestión tecnocrática de Arce y la figura emergente de Andrónico Rodríguez. ¿Hay tiempo para recomponer la unidad del campo popular?

 

 

POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

   Este miércoles 14 de mayo, el presidente de Bolivia, Luis [Img #84499]Arce, anunció su decisión de no postularse a la reelección en los próximos comicios de agosto. En su discurso, apeló al sentido de unidad del “campo popular” y advirtió que insistir en una disputa interna solo abriría las puertas a “un proyecto de la derecha fascistoide” que amenaza con destruir el Estado Plurinacional y revertir las conquistas del proceso de cambio iniciado en 2006.

 

   Este anuncio sacudió el escenario político boliviano y encendió los reflectores sobre una pregunta clave: ¿qué hay realmente detrás de esta decisión? ¿Un acto de generosidad política o la expresión de una fractura ya irreparable al interior del MAS?

 

 

ARCE Y EVO: UNA UNIDAD ROTA ENTRE TÉCNICA Y CARISMA

   Para entender la renuncia de Arce, es necesario revisar su rol dentro del proceso histórico del MAS y su relación con Evo Morales. Arce fue durante más de una década el ministro de Economía de Morales, artífice del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que combinó nacionalización de sectores estratégicos con redistribución del ingreso. Su perfil fue siempre el de un tecnócrata disciplinado, con bajo protagonismo político, pero gran eficacia en la gestión.

 

    "SI EL MAS NO SE RENUEVA, LA DERECHA NEOLIBERAL VOLVERÁ POR LA PUERTA GRANDE"

 

    Cuando en 2019 Morales fue forzado a renunciar tras el golpe de Estado, y luego inhabilitado por el Tribunal Constitucional, Arce fue elegido como el “candidato de consenso” del MAS para las elecciones de 2020. Ganó con amplio margen, pero su presidencia se distanció rápidamente de la figura de Morales. Desde entonces, Arce trató de construir un liderazgo propio, apoyado en sectores sociales y cuadros medios del MAS, sin confrontar directamente con Evo, pero tampoco subordinándose a él.

 

 

    Morales, por su parte, representa la versión más ortodoxa del “movimiento originario” del MAS: una conducción caudillista basada en la articulación directa con organizaciones sociales, con fuertes actitudes antiimperialistas y un liderazgo  que ha resistido los cambios generacionales dentro del movimiento. Desde su retorno a Bolivia, Morales ha intentado reinstalarse como el jefe político indiscutido del MAS, tensionando con sus críticas al gobierno de Arce y bloqueando toda posibilidad de institucionalización del partido.

 

 

   En este marco, la renuncia de Arce expresa el agotamiento de ese equilibrio precario. Sin el respaldo pleno de Morales ni el control del aparato partidario, y en medio de una crisis económica que erosiona su gestión, Arce optó por no dar la batalla electoral. Pero no se retira de la política: su apuesta es permanecer como figura de referencia dentro del proceso, y mantener viva la "fracción arcista" para futuras contiendas.

 

 

¿Y ANDRÓNICO? ENTRE LA LEALTAD Y LA AMBICIÓN

    En este complejo escenario irrumpe Andrónico Rodríguez, joven dirigente cocalero y actual presidente del Senado. Andrónico es considerado un “hijo político” de Morales, formado en el seno de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, donde Evo mantiene aún su núcleo de poder más fiel. Su ascenso político ha estado directamente ligado al evismo, y su figura creció tras el vacío generado por la disputa entre Arce y Morales.

 

   No obstante, Andrónico ha sabido jugar con cierta [Img #84500]ambigüedad en el litigio. Aunque nunca rompió con Morales, tampoco ha sido un seguidor incondicional. En los últimos meses, su nombre comenzó a sonar como una “tercera vía” dentro del MAS, capaz de representar a los sectores juveniles y a una nueva generación de dirigentes, pero sin romper del todo con el liderazgo histórico de Evo.

 

    ¿Es entonces Andrónico un reemplazo oportuno de Arce? Más bien, su candidatura busca ocupar el vacío dejado por la imposibilidad de que Morales se postule, y por la renuncia de Arce. Su perfil es híbrido: combina el origen sindical y campesino con una voluntad de renovación discursiva. Pero su mayor desafío será demostrar que tiene autonomía política suficiente para liderar un MAS en crisis y construir una unidad real más allá de las lealtades personales.

 

 

UN PARTIDO ATRAPADO ENTRE LA HISTORIA Y EL FUTURO

    La verdadera encrucijada del MAS no es quién será su candidato, sino si logrará reconstituirse como herramienta política del bloque popular. 

 

   El MAS nació como un instrumento político de las organizaciones sociales, pero en el curso de los últimos años se ha vaciado de debate ideológico, fragmentado por disputas internas y atrapado en pugnas de aparato. Tanto el liderazgo de Morales como el intento de Arce por diferenciarse han contribuido a esta crisis.

 

    La renuncia de Arce no es solo un gesto altruista. Es también el síntoma de un modelo de liderazgo agotado. Y la candidatura de Andrónico, si bien representa cierta renovación generacional, aún está lejos de expresar una verdadera reconfiguración programática. Mientras tanto, la derecha —que ya gobierna varias alcaldías y departamentos— se prepara para capitalizar esta división.

 

 

 ENTRE LA RENUNCIA Y LA RECONSTRUCCIÓN

    La salida de Luis Arce de la contienda electoral expresa una crisis profunda del proyecto político que transformó Bolivia durante casi dos décadas. La fractura entre el liderazgo tradicional de Morales y la gestión técnica de Arce dejó al MAS sin conducción clara, y a las fuerzas populares sin una referencia sólida. Andrónico Rodríguez, en este contexto, no es tanto un “reemplazo” de Arce como una figura en disputa, cuya capacidad de articular unidad aún está por demostrarse.

 

    Si el MAS no logra abrir un proceso real de reconstrucción ideológica y organizativa, el riesgo de una derrota electoral y el retorno del neoliberalismo será muy alto. Como dijo Arce en su renuncia: “O defendemos nuestro Estado Plurinacional y sus conquistas populares, o con la división facilitamos el retorno de la derecha al gobierno”.

 

 

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.9

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.