
CRISIS EN VOX: MILLONES PERDIDOS, MILITANCIA EN FUGA Y CONTROL OPACO
¿Por qué pierde fuerza el partido de Abascal entre sus propios militantes?
¿Está Vox perdiendo su base social? ¿Qué significan las transferencias millonarias a Disenso? ¿Se enfrenta el partido a una crisis interna de legitimidad y transparencia?
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En sendos artículos publicados por el diario El País, bajo los títulos
-"Vox ha perdido 7,3 millones y más de la cuarta parte de las cuotas de sus afiliados en solo tres años"
y -"Vox intenta tranquilizar a sus afiliados por el traspaso de millones de euros a la fundación Disenso",
se expone con claridad una creciente crisis interna en el partido de la extrema derecha española, tanto en el plano financiero como en el político-organizativo.
Según afirma el autor de ambas piezas, Miguel González, Vox está atravesando una fase de debilitamiento económico y erosión de su base militante que ha generado alarma incluso entre sus propios afiliados.
De acuerdo a lo expresado por El País, entre 2020 y 2022 el partido de Santiago Abascal perdió más de 7,3 millones de euros, una cifra significativa teniendo en cuenta que el grueso de sus ingresos proviene de subvenciones públicas y de las cuotas de sus militantes.
En ese mismo periodo, la formación vio reducirse un 27% el número de afiliados al corriente de pago, lo que equivale a la pérdida de uno de cada cuatro militantes en apenas tres años.
Según se detalla en los informes económicos presentados por el propio partido al Tribunal de Cuentas, y citados por el periódico, estas pérdidas coinciden con un fuerte trasvase de fondos a la fundación Disenso, que preside el mismo Abascal. Esta entidad ha recibido 5,8 millones de euros de Vox entre 2020 y 2023, cifra que incluye dos millones transferidos sin consulta ni información previa a los afiliados, según denuncia la prensa.
La polémica generada en torno a estos movimientos financieros ha obligado a la cúpula del partido a intentar contener el malestar. Según informa El País, el secretario general Ignacio Garriga envió una carta a los militantes para “tranquilizarlos” y disipar sospechas de corrupción. En ella, defiende que la fundación Disenso no es “un fondo de pensiones privado”, como han sugerido ex militantes, sino una herramienta para combatir la “hegemonía ideológica progre” y expandir la influencia del partido en el plano cultural.
Sin embargo, de acuerdo al análisis del periodista, la opacidad en la gestión financiera de Vox ha aumentado tras la modificación de sus estatutos, que permite que los órganos de control interno estén completamente controlados por la dirección del partido. Esto dificulta la fiscalización interna y alimenta las críticas por prácticas poco transparentes, incluso entre antiguos dirigentes.
Además, las transferencias de dinero a Disenso, más allá de su legalidad formal, ponen en cuestión la legitimidad política de desviar fondos partidarios hacia una entidad sin supervisión democrática directa, en la que el propio Abascal tiene control absoluto. Según expone el artículo, esta fundación ha canalizado recursos para financiar campañas ideológicas, publicaciones y eventos en América Latina, reforzando la agenda ultraconservadora del partido.
En este contexto, las dificultades económicas de Vox no son sólo un problema contable, sino que reflejan una desafección creciente entre sus bases. La caída en el número de afiliados y la necesidad de buscar financiación alternativa —como el traspaso masivo de recursos a Disenso— indican que el partido se enfrenta a un desafío estructural: mantener su influencia mientras pierde respaldo interno y presencia institucional.
Así, los artículos de El País no solo informan sobre la situación financiera del partido, sino que abren interrogantes sobre su modelo organizativo, su gestión del poder interno y su estrategia de proyección ideológica.
En última instancia, según el periódico "El País", como se desprende de los textos, la dirección de Vox parece apostar por una centralización férrea del control, incluso a costa de alejar a su propia militancia, generando un modelo de partido cada vez más cerrado, vertical y ajeno a los mecanismos de participación.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En sendos artículos publicados por el diario El País, bajo los títulos
-"Vox ha perdido 7,3 millones y más de la cuarta parte de las cuotas de sus afiliados en solo tres años"
y -"Vox intenta tranquilizar a sus afiliados por el traspaso de millones de euros a la fundación Disenso",
se expone con claridad una creciente crisis interna en el partido de la extrema derecha española, tanto en el plano financiero como en el político-organizativo.
Según afirma el autor de ambas piezas, Miguel González, Vox está atravesando una fase de debilitamiento económico y erosión de su base militante que ha generado alarma incluso entre sus propios afiliados.
De acuerdo a lo expresado por El País, entre 2020 y 2022 el partido de Santiago Abascal perdió más de 7,3 millones de euros, una cifra significativa teniendo en cuenta que el grueso de sus ingresos proviene de subvenciones públicas y de las cuotas de sus militantes.
En ese mismo periodo, la formación vio reducirse un 27% el número de afiliados al corriente de pago, lo que equivale a la pérdida de uno de cada cuatro militantes en apenas tres años.
Según se detalla en los informes económicos presentados por el propio partido al Tribunal de Cuentas, y citados por el periódico, estas pérdidas coinciden con un fuerte trasvase de fondos a la fundación Disenso, que preside el mismo Abascal. Esta entidad ha recibido 5,8 millones de euros de Vox entre 2020 y 2023, cifra que incluye dos millones transferidos sin consulta ni información previa a los afiliados, según denuncia la prensa.
La polémica generada en torno a estos movimientos financieros ha obligado a la cúpula del partido a intentar contener el malestar. Según informa El País, el secretario general Ignacio Garriga envió una carta a los militantes para “tranquilizarlos” y disipar sospechas de corrupción. En ella, defiende que la fundación Disenso no es “un fondo de pensiones privado”, como han sugerido ex militantes, sino una herramienta para combatir la “hegemonía ideológica progre” y expandir la influencia del partido en el plano cultural.
Sin embargo, de acuerdo al análisis del periodista, la opacidad en la gestión financiera de Vox ha aumentado tras la modificación de sus estatutos, que permite que los órganos de control interno estén completamente controlados por la dirección del partido. Esto dificulta la fiscalización interna y alimenta las críticas por prácticas poco transparentes, incluso entre antiguos dirigentes.
Además, las transferencias de dinero a Disenso, más allá de su legalidad formal, ponen en cuestión la legitimidad política de desviar fondos partidarios hacia una entidad sin supervisión democrática directa, en la que el propio Abascal tiene control absoluto. Según expone el artículo, esta fundación ha canalizado recursos para financiar campañas ideológicas, publicaciones y eventos en América Latina, reforzando la agenda ultraconservadora del partido.
En este contexto, las dificultades económicas de Vox no son sólo un problema contable, sino que reflejan una desafección creciente entre sus bases. La caída en el número de afiliados y la necesidad de buscar financiación alternativa —como el traspaso masivo de recursos a Disenso— indican que el partido se enfrenta a un desafío estructural: mantener su influencia mientras pierde respaldo interno y presencia institucional.
Así, los artículos de El País no solo informan sobre la situación financiera del partido, sino que abren interrogantes sobre su modelo organizativo, su gestión del poder interno y su estrategia de proyección ideológica.
En última instancia, según el periódico "El País", como se desprende de los textos, la dirección de Vox parece apostar por una centralización férrea del control, incluso a costa de alejar a su propia militancia, generando un modelo de partido cada vez más cerrado, vertical y ajeno a los mecanismos de participación.
amelia | Jueves, 21 de Agosto de 2025 a las 01:29:52 horas
Vox tiene que desaparecer, salido del pp, de una fundación de esperanza Aguirre, ojalá caiga lo más pronto posible, estos aprendices de dictadores son otra pata más del capitalismo
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