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Sábado, 01 de Marzo de 2025 Tiempo de lectura:

LA CARA OCULTA DE LA OLA DE DESAHUCIOS EN TENERIFE: CONOZCA LAS HISTORIAS PERSONALES DE ESTE DRAMA

¿Cómo viven las familias afectadas por los desahucios en Tenerife?

En Tenerife, los desahucios se están disparando de forma enloquecida, dejando en la cuneta a cientos de familias en situación de vulnerabilidad extrema. En este reportaje, exploramos cómo el aumento de los precios, la falta de viviendas accesibles y una crisis económica prolongada empujan a muchas familias hasta el límite mismo, mientras luchan por conservar un hogar y enfrentan una dura realidad sin alternativas nada claras.

POR EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-

 

     La crisis habitacional en Tenerife ha alcanzado niveles alarmantes, donde los desahucios se multiplican y la vivienda, lejos de ser un derecho, se convierte en una odisea inalcanzable para muchos.

 

       Las frías estadísticas dejan en segundo plano el drama de familias forzadas a abandonar sus hogares, mientras luchan por mantener a sus hijos seguros y sin alternativas claras de dónde ir.

    En este reportaje exponemos el crecimiento de los desahucios en la isla y, a través de los testimonios de afectados, muestra la ausencia de soluciones efectivas y el impacto emocional de perder un hogar.

 

 

1. LA TORMENTA PERFECTA: PANDEMIA Y PRECIOS EN ALZA

 

      Desde 2021, los desahucios en Canarias han aumentado en un 55,3%, con Tenerife como una de las zonas más afectadas. Los lanzamientos por impago de alquiler se incrementaron en un 60,9%, y las ejecuciones hipotecarias en un 30,8%, afectando a cientos de familias sin medios para hacer frente a los crecientes costes de vivienda​.

 

    La pandemia y el alza de precios han dejado a familias enteras en un estado de vulnerabilidad extrema. Muchas destinan más del 45% de sus ingresos al alquiler, muy por encima del límite recomendado del 30%, lo que las sumerge en una pobreza estructural y limita su capacidad de respuesta ante cualquier emergencia económica.

 

     A la crisis habitacional se suma la pobreza energética y la precariedad laboral. Con más del 36% de la población canaria en riesgo de exclusión social, la lucha por mantener un hogar es una realidad cotidiana, donde el esfuerzo no basta y las ayudas se diluyen en el proceloso   mar de la burocracia​.

 

 

 

2. VOCES DE LA DESESPERANZA: LOS TESTIMONIOS DIRECTOS DE LOS AFECTADOS

 

 

      Los testimonios de quienes enfrentan el desalojo dan rostro a esta crisis, revelando la fragilidad de un sistema que parece incapaz de proteger a sus ciudadanos más vulnerables.

 

- JUAN Y SU PAREJA: "¿VIVIREMOS EN LA PLAYA?"

 

     En marzo de 2024, cerca de 90 familias fueron desalojadas de un edificio en Costa del Silencio, Arona, donde vivían en condiciones precarias. Juan, uno de los afectados, relata su desesperación:

 

“¿Qué hago? No tengo familia aquí ni a dónde ir. ¿Me meto en un banco, en un portal o en el Ayuntamiento?”​

 

   Tras perder su hogar, la pareja considera acampar en la playa, exponiéndose a las inclemencias y a una vida de incertidumbre.

 

    El caso de Juan y los otros habitantes del edificio ilustra la falta de alternativas habitacionales en Arona, un municipio donde el mercado de alquiler está tensionado y no hay recursos para realojar a tantas familias afectadas. La concejala de Servicios Sociales de Arona, Ruth Martín, reconoce que no encuentra opciones de realojo, ni siquiera en hostales o albergues, debido a la demanda turística en la zona.

 

 

- IRIS, UNA MADRE EN SITUACIÓN LÍMITE

 

   Otra afectada es Iris, madre de una niña de seis años, quien teme perder la custodia de su hija tras el desalojo. La joven familia, que había ocupado una vivienda abandonada tras perder su empleo en la hostelería, se enfrenta a la disyuntiva de encontrar una vivienda en un mercado donde los precios se han disparado​.

 

  Iris expresa el temor de que Servicios Sociales intervenga y le quite a su hija si no encuentra un lugar seguro donde residir, lo cual añade una carga emocional difícil de sobrellevar para una madre que ya vive al borde de la exclusión.

 

 

- VICENTE Y SU FAMILIA: 28 AÑOS EN UNA CASA, PERO SIN HOGAR

 

     En Adeje, Vicente y su familia fueron desahuciados en enero de 2024, tras 28 años en la misma vivienda. La pandemia dejó a Vicente sin empleo y, pese a que más tarde logró estabilizarse laboralmente, el atraso acumulado en los pagos hipotecarios culminó en la subasta de su casa. Vicente y su esposa, junto a sus tres hijos, siguen buscando un alquiler que puedan costear en una zona donde el precio mínimo ronda los 700 euros mensuales​.

 

   Para ellos, la pérdida de su hogar representa una ruptura profunda de su arraigo y de la estabilidad que habían construido a lo largo de casi tres décadas.

 

 

     3. CÁRITAS Y LAS ORGANIZACIONES SOCIALES: UNA AYUDA LIMITADA

 

      Frente a esta realidad, organizaciones como Cáritas Tenerife son un salvavidas para las familias en riesgo de desahucio. Con programas como "Base 25", Cáritas ofrece asesoría y apoyo a quienes reciben la primera notificación de desalojo, guiándoles en el proceso legal y orientándoles sobre ayudas y recursos disponibles.

 

    Sin embargo, el sistema de ayuda está saturado y los recursos son limitados. La coordinadora del programa, Alejandra Hernández, explica que muchas familias deben esperar meses para recibir apoyo debido a la lentitud burocrática, y en algunos casos, cuando la ayuda llega, ya es demasiado tarde.

 

 

     4. MEDIDAS GUBERNAMENTALES: UN PARCHE INSUFICIENTE

 

     El Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) de Santa Cruz de Tenerife ha intentado mitigar el impacto de los desahucios, frenando 111 lanzamientos y destinando más de 1,4 millones de euros a ayudas de alquiler y pago de hipotecas en el primer semestre de 2024. A pesar de ello, las ayudas no llegan sino a una minoría de todas las personas afectadas ni solucionan la raíz del problema: la falta de viviendas accesibles y la especulación inmobiliaria que mantiene los precios en niveles prohibitivos​.

 

    La crisis habitacional en Tenerife es una bola de nieve que continúa creciendo y creciendo, afectando cada vez a más personas y exponiendo las carencias de un sistema incapaz de proporcionar soluciones a largo plazo. Activistas y expertos en políticas sociales destacan la necesidad de un enfoque estructural que contemple tanto el aumento de la oferta de viviendas públicas como la regulación del mercado de alquiler.

 

 

   5. LA VIVIENDA, EJE DE LA POBREZA EN CANARIAS

 

    El aumento de los desahucios en Tenerife es solo una muestra de la precariedad generalizada en Canarias. Las estadísticas revelan que más del 36% de la población canaria vive en riesgo de pobreza, una realidad que impacta a las familias, especialmente en un mercado de vivienda donde la inflación y el alza de precios convierten el acceso a una casa en un privilegio casi inaccesible para muchos. La pobreza energética también es un problema creciente en la región, y numerosas familias deben escoger entre mantener su hogar cálido o poder costear alimentos y otras necesidades básicas​.

 

 

   EL MERCADO HA CONVERTIDO EL DERECHO A LA VIVIENDA EN UNA INALCANZABLE UTOPÍA

 

     Los testimonios de quienes han perdido sus hogares reflejan una realidad que va más allá de los números y las políticas temporales. En Tenerife, la crisis habitacional es una emergencia que requiere soluciones rápidas,  integrales y sostenibles. Las iniciativas actuales, aunque ayudan en casos puntuales, no logran revertir el problema de raíz y, a falta de una política de vivienda efectiva, muchas familias se ven empujadas a un ciclo interminable de pobreza y exclusión.

 

   El acceso a una vivienda digna es un derecho humano fundamental, pero en Canarias se ha convertido en un reto de supervivencia para miles de personas. La situación exige una respuesta estructural que contemple tanto el incremento de la oferta de vivienda pública como una regulación estricta del mercado inmobiliario o políticas socializadoras si corresponden . Sin estas medidas, la isla seguirá siendo testigo de dramas personales que, en última instancia, afectan a la cohesión y la estabilidad social de todo el Archipiélago.

 

 

Fuentes:

 
 
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