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Miércoles, 18 de Junio de 2025 Tiempo de lectura:

BURKINA FASO: EL GOBIERNO QUE ROMPIÓ CON EL IMPERIALISMO FRANCÉS

¿Podrá Traoré equilibrar desarrollo y democracia social sin reencontrarse con viejos poderes?

El "golpe de Traoré" en 2022 abrió una nueva era para Burkina Faso: expulsión de tropas francesas, control del oro, impulso agrícola y construcción de un bloque regional. Pero el precio es alto: posponer elecciones, fortalecer milicias y amarrarse a nuevos aliados. ¿Un retorno a Sankara?

POR CARLOS SERNA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

    Burkina Faso, tras años de turbulencia política y  dependencia de antiguos poderes coloniales, ha emprendido en los últimos tres años un giro significativo en su política [Img #85090]interna y externa. A través de la llegada al poder del capitán Ibrahim Traoré, el país busca recuperar su soberanía, reducir la influencia imperialista tradicional —especialmente francesa— y reconfigurar su modelo de desarrollo.

 

   Su actuación política en relación con el imperialismo se manifiesta en una serie de decisiones concretas que redefinen los equilibrios de poder tanto internos como geopolíticos.

 


GOBIERNO DE TRAORÉ Y POLÍTICA ANTIIMPERIALISTA

 

    En septiembre de 2022, un golpe despejó el camino para el ascenso del capitán Ibrahim Traoré, de tan solo 37 años. Su llegada implicó la expulsión de tropas francesas que aún operaban en el Sahel desde el periodo posterior a 2013, así como la ruptura de numerosos lazos financieros con el FMI y el Banco Mundial .

 

   Estas maniobras abren el camino a un nuevo alineamiento internacional con Rusia —incluyendo vínculos con la empresa armada Wagner—, Turquía, China y una proyección panafricana compartida con Mali y Níger.


 

"Burkina Faso ha roto los vínculos financieros con el FMI y el Banco Mundial, recuperando su soberanía"

 

     

     Este repliegue frente a los viejos poderes coloniales no es retórico: se evidencian en acciones concretas como la creación de una refinería estatal de oro, la nacionalización parcial de reservas valoradas en 80 millones USD, y el rechazo a financiamiento externo. Paralelamente, se promueven una ofensiva agrícola —vinculada con programas populares, aumento del PIB (4–6 %) y lanzamientos productivos como la fábrica de lácteos Faso Kosam.

 

    Además, el nuevo gobierno impulsa la sustitución de símbolos coloniales —como la toga judicial francesa— por tejidos locales como el faso dan fani, en un gesto que combina economía nacional con reafirmación identitaria.

 

REDISTRIBUCIÓN DE RECURSOS Y EXTRACTIVISMO

 

    Traoré ha empleado el control estatal para proteger los recursos estratégicos del país. La nacionalización parcial del oro y la instalación de una refinería en noviembre 2023 permiten exportarlos a un precio con valor añadido, en contraste con décadas de extracción básica por multinacionales .

     Las concesiones mineras, vinculadas a rearmarse, muestran un estilo de intercambio real donde Burkina no entrega recursos sin una contraprestación estratégica .

 

    Este giro confronta directamente al extractivismo imperial clásico. Desde la presidencia de Sankara en los 80, Burkina había tratado de romper ese esquema —con monopolio estatal del oro, reforma agraria y rechazo de la deuda externa— antes de ser derrocado por un golpe apoyado por Francia en 1987. La actual reactivación de un programa nacionalista-rojo-panafricano reivindica ese legado interrumpido.

 


SEGURIDAD NACIONAL Y MILICIAS

 

    Una dimensión clave del giro político es militar y se asocia con graves tensiones. Traoré ha movilizado a la población en las "Voluntades de Defensa de la Patria" (VDP), milicias civiles entrenadas para combatir a grupos yihadistas. Pero estas mismas facciones han sido acusadas de cometer violaciones y masacres contra poblaciones civiles.

 

   La militarización busca consolidar el control del territorio, pero también supone tensiones democráticas: se ha postergado el retorno a las elecciones, justificando que primero se debe derrotar al terrorismo . De manera paralela, el gobierno centraliza la información y despliega propaganda en medios estatales y redes sociales, impulsando una figura fuertemente personalista alrededor de Traoré .

 


BLOQUE REGIONAL Y RECONFIGURACIÓN GEOPOLÍTICA

 

      Burkina participa junto a Mali y Níger en la llamada Alianza de Estados del Sahel, con un proyecto de defensa mutua y eventual economía integrada, fuera de la CEDEAO. Este corredor militar-político representa una ruptura del statu quo imperial occidental, reemplazado por una orientación autónoma y soberanista, con fuerte componente anti-francés.

 

     La expulsión de tropas extranjeras, la salida de la Comunidad Económica Francófona y la entrada en esquemas multipolares con Rusia o China, nuclea un debate sobre soberanía económica frente a imperialismos nuevos —o viejos bajo nueva etiqueta

 


REFERENCIA HISTÓRICA: SANKARA Y EL GOLPE DE 1987

 

     Para comprender el presente, hay que rescatar el ejemplo histórico de Thomas Sankara, líder carismático conocido como el “Che Guevara africano”. Tomó el poder en 1983 en el Alto Volta (hoy Burkina Faso), impulsó reformas radicales: rebajó su salario, nacionalizó tierras y recursos, promovió salud pública, enterró la deuda y renombró la nación, buscando no depender de la ayuda imperial. Pero en 1987, un golpe militar dirigido por Blaise Compaoré —respaldado por Francialo derrocó y asesinó.

 

     Muchas de sus reformas se deshicieron tras su muerte. El sankarismo marxista-leninista, antiimperialista y panafricano, fue interrumpido, pero reemerge hoy en la retórica y acción de Traoré, aunque con métodos más enérgicos
 
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PROPUESTAS EN MARCHA Y DESAFÍOS

 

      La agenda de Traoré combina control militar, desarrollo orientado por el Estado y un discurso de emancipación frente a ex potencias. Sin embargo, enfrenta contradicciones:

     

    - Nacionalismo vs. dependencia: buscar aliados alternativos evita la dependencia francesa, pero al mismo tiempo acentúa ataduras geopolíticas quizá más fuertes a grupos como Wagner, Rusia o China.

 

    - Herencia sankarista: rescatar lo social y redistributivo del sankarismo debe superar los límites de una dictadura militar.

 

     Burkina Faso, bajo Traoré, libra una batalla por su soberanía frente al imperialismo tradicional, redefiniendo alianzas y apropiándose de sus recursos. La política retorna al modelo solidario de Sankara, pero con una dura realidad militarizada y autoritaria. El futuro queda sujeto a limar esas contradicciones: mantener un equilibrio entre su ambición emancipadora y la consolidación de derechos y la participación popular.

 
 
 
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