
AYUSO CENSURA LA SOLIDARIDAD CON PALESTINA EN LOS COLEGIOS DE MADRID
Prohibido apoyar a Gaza: la ofensiva ideológica del gobierno madrileño
¿Puede una bandera convertirse en un acto de subversión? ¿Qué implica prohibir manifestaciones solidarias con un pueblo en guerra dentro del sistema educativo? La medida del Gobierno de Ayuso abre un debate inquietante.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una información publicada por periódico madrileño El País este 17 de septiembre de 2025, bajo el título "El Gobierno de Ayuso prohíbe las banderas palestinas y el apoyo a Gaza en los colegios madrileños", se informa sobre una nueva y polémica decisión adoptada por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Según afirma la periodista Elsa García de Blas, el Gobierno autonómico ha enviado instrucciones a todos los centros escolares públicos prohibiendo cualquier manifestación política relacionada con el conflicto en Palestina.
De acuerdo a lo expresado por la autora, esta prohibición incluye expresamente la exhibición de banderas palestinas, la organización de minutos de silencio o actividades educativas que puedan interpretarse como “toma de posición política” respecto al genocidio que Israel está perpetrando en Gaza.
La medida ha sido calificada como un intento de "despolitizar" las aulas, aunque la propia periodista pone en duda esta neutralidad, evidenciando el sesgo ideológico que subyace a la normativa.
Según se detalla en el artículo, la circular de la Consejería llegó después de que algunos centros educativos organizaran actividades de apoyo a la población gazatí, incluyendo minutos de silencio y declaraciones a favor de la paz.
Para el gobierno de Isabel Díaz Ayuso, estas acciones son una "instrumentalización política" del alumnado, una afirmación que ha generado un amplio rechazo entre profesores, sindicatos y organizaciones de derechos humanos.
Tal como indica García de Blas, la presidenta madrileña no ha ocultado su postura política sobre el conflicto: ha mostrado un apoyo cerrado a Israel, descalificando a sus críticos como antisemitas. Esta actitud contrasta con la voluntad de numerosos docentes y estudiantes de expresar su solidaridad con el pueblo palestino, sobre todo frente al aumento de bombardeos, desplazamientos forzosos y muertes civiles.
La decisión del gobierno madrileño se enmarca en un clima generalizado de censura ideológica y persecución de expresiones políticas incómodas, especialmente en el ámbito educativo. Según la información recopilada por periódico socioliberal "El País", Madrid no solo prohíbe estas manifestaciones, sino que lo hace invocando la neutralidad educativa mientras legitima otras formas de adoctrinamiento institucional, como las visitas escolares a cuarteles militares o la presencia de cuerpos policiales en los centros.
Desde la redacción de Canarias-semanal se estima, sin embargo, que el artículo de "El País" plantea una cuestión de fondo que trasciende a Madrid: ¿hasta qué punto puede el sistema educativo considerarse neutral cuando censura expresiones solidarias y permite otras alineadas con el poder? ¿Puede hablarse de libertad ideológica en las aulas cuando la expresión de determinadas posturas es directamente prohibida?
Lo ocurrido en los colegios madrileños no es solo una muestra clara del autoritarismo creciente de no pocas administraciones autonómicas, sino también un síntoma de la creciente criminalización de la solidaridad con Palestina.
Al señalar como "adoctrinamiento" cualquier gesto de apoyo a Gaza, el Gobierno de Ayuso impone una lectura única del conflicto, invisibilizando el sufrimiento del pueblo palestino y reforzando el relato de la impunidad israelí.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una información publicada por periódico madrileño El País este 17 de septiembre de 2025, bajo el título "El Gobierno de Ayuso prohíbe las banderas palestinas y el apoyo a Gaza en los colegios madrileños", se informa sobre una nueva y polémica decisión adoptada por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
Según afirma la periodista Elsa García de Blas, el Gobierno autonómico ha enviado instrucciones a todos los centros escolares públicos prohibiendo cualquier manifestación política relacionada con el conflicto en Palestina.
De acuerdo a lo expresado por la autora, esta prohibición incluye expresamente la exhibición de banderas palestinas, la organización de minutos de silencio o actividades educativas que puedan interpretarse como “toma de posición política” respecto al genocidio que Israel está perpetrando en Gaza.
La medida ha sido calificada como un intento de "despolitizar" las aulas, aunque la propia periodista pone en duda esta neutralidad, evidenciando el sesgo ideológico que subyace a la normativa.
Según se detalla en el artículo, la circular de la Consejería llegó después de que algunos centros educativos organizaran actividades de apoyo a la población gazatí, incluyendo minutos de silencio y declaraciones a favor de la paz.
Para el gobierno de Isabel Díaz Ayuso, estas acciones son una "instrumentalización política" del alumnado, una afirmación que ha generado un amplio rechazo entre profesores, sindicatos y organizaciones de derechos humanos.
Tal como indica García de Blas, la presidenta madrileña no ha ocultado su postura política sobre el conflicto: ha mostrado un apoyo cerrado a Israel, descalificando a sus críticos como antisemitas. Esta actitud contrasta con la voluntad de numerosos docentes y estudiantes de expresar su solidaridad con el pueblo palestino, sobre todo frente al aumento de bombardeos, desplazamientos forzosos y muertes civiles.
La decisión del gobierno madrileño se enmarca en un clima generalizado de censura ideológica y persecución de expresiones políticas incómodas, especialmente en el ámbito educativo. Según la información recopilada por periódico socioliberal "El País", Madrid no solo prohíbe estas manifestaciones, sino que lo hace invocando la neutralidad educativa mientras legitima otras formas de adoctrinamiento institucional, como las visitas escolares a cuarteles militares o la presencia de cuerpos policiales en los centros.
Desde la redacción de Canarias-semanal se estima, sin embargo, que el artículo de "El País" plantea una cuestión de fondo que trasciende a Madrid: ¿hasta qué punto puede el sistema educativo considerarse neutral cuando censura expresiones solidarias y permite otras alineadas con el poder? ¿Puede hablarse de libertad ideológica en las aulas cuando la expresión de determinadas posturas es directamente prohibida?
Lo ocurrido en los colegios madrileños no es solo una muestra clara del autoritarismo creciente de no pocas administraciones autonómicas, sino también un síntoma de la creciente criminalización de la solidaridad con Palestina.
Al señalar como "adoctrinamiento" cualquier gesto de apoyo a Gaza, el Gobierno de Ayuso impone una lectura única del conflicto, invisibilizando el sufrimiento del pueblo palestino y reforzando el relato de la impunidad israelí.
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