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Domingo, 01 de Diciembre de 2024 Tiempo de lectura:

TRUMP DEJA EN “PAUSA” LA FINANCIACIÓN DE LA AYUDA EXTERNA (USAID), ARMA BLANDA INJERENCISTA DE EE.UU.

Multitud de ONG’s, medios de comunicación e incluso instituciones gubernamentales andan llorando por las esquinas.

Una reciente Orden Ejecutiva emitida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, deja en suspenso la financiación de la USAID (siglas de United States Agency for International Development), una de las mayores armas blandas, junto a la NED (National Endowment for Democracy) que ha tenido el régimen de los Estados Unidos para intervenir políticamente fuera de sus fronteras.

 

 

   Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

   Entre la tromba de órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Donald Trump en los primeros días de su mandato, quizás la que ha tenido mayor impacto mediático sea la titulada “reevaluating and realigning US foreign aid” (reevaluar y realinear la ayuda exterior de EE.UU).

 

   Esta orden impuso una pausa de 90 días a la llamada ayuda al desarrollo de EE.UU (USAID) en todos los países del mundo, excepto en sus mayores receptores, Israel y Egipto.

 

   De momento, la orden prohíbe destinar dinero federal a cualquier “organización no gubernamental, organización internacional y contratistas” encargados de distribuir los programas de “ayuda” de EE.UU.

 

   Como explica el periodista Kit Klarenberg en The Grayzone, en cuestión de días, a cientos de “contratistas internos” de la USAID (US Agency for International Development) se les dieron permisos no retribuidos o directamente la carta de despido.

 

   Pero el pánico por el cierre del grifo del dinero de la USAID no se ha limitado a los dependientes directos de la propia institución, sino que se ha extendido por la mayor parte del mundo, desde América Latina a Europa del Este, donde EE.UU lleva mucho tiempo inyectando millones de dólares a ONG’s y diversos medios de comunicación para promover “revoluciones de colores” y operaciones de cambio de régimen. Todo para “promocionar la democracia”.

 

   Ahora que el aparato global del poder blando estadounidense se queda sin fondos, diversos medios de comunicación supuestamente independientes, desde Ucrania a Nicaragua, pero también desde Europa occidental a algunos puntos de Asia, miran al futuro con mucha inseguridad y andan mendigando por donaciones en sus páginas web.

 

   En resumen, ha quedado meridianamente claro lo que se sabía o se sospechaba con fundamento, que, bajo la cobertura de ayuda al desarrollo, la USAID ha sido uno de los mayores instrumentos de injerencia de EE.UU en los asuntos internos de otros países, así como fuente de financiación de numerosas ONG’s y medios de comunicación que promueven y difunden la propaganda del bloque atlantista (OTAN). Algunos ejemplos:

 

   A través de la USAID y la NED (National Endowment for Democracy), ambos  brazos de la CIA, Estados Unidos inundó de donaciones a entidades civiles de Ucrania en la víspera del golpe de Estado de 2014 conocido como Maidan.

 

   Así, casi de la noche a la mañana apareció toda una red de medios pro-Unión Europea. Entre ellos estaba el liberal Hromadske, que llamaba al derrocamiento del presidente Victor Yanukovych y la subsiguiente guerra con las provincias del Dombass en el este del país, incluso glorificando a los nazis que pelearon contra el Ejército Rojo soviético durante la II Guerra Mundial.

 

   Ahora Hromadske se ha visto repentinamente sin financiación, al igual que los principales medios ucranianos que surgieron al calor del Maidan, como Ukrinform, Internews y VoxUkraine.

 

   Otros receptores del dinero de la USAID que se han quedado con los bolsillos vacíos son el Ministerio de Cultura y Comunicaciones Estratégicas y el Servicio del vice-primer ministro para la Integración Europea y Euro-Atlántica, instituciones ambas creadas para hacer propaganda de guerra contra Rusia.

 

   El presidente de Ucrania, Volodomyr Zelensky acudió a Twitter/X a lamentarse de que los programas de importancia crucial”, totalmente dependientes del “apoyo estadounidense se han “suspendido” como consecuencia de la orden ejecutiva de Trump. Mientras prometía financiar “ciertas iniciativas claves” mediante “recursos internos”, pedía a los “socios europeos” que intensifiquen sus donaciones.


 

   Dada la casi total destrucción de la economía de Ucrania desde el inicio de la guerra con Rusia en febrero de 2022, y la total dependencia de la USAID para pagar los salarios de los funcionarios, no se sabe qué “recursos internos” puede haber para contrarrestar incluso mínimamente el repentino déficit. Ya los grandes medios están pidiendo a sus lectores ayuda para mantenerse en pie.

 

   Según el Instituto de Información de Masas de Kiev, financiado desde el exterior, en torno al 90% de los medios del país “dependen de las donaciones estadounidenses”.


 

   En similar situación se hallan las organizaciones que en Nicaragua funcionan con financiación estadounidense. Según informaciones de The Grayzone, el principal medio de la oposición nicaragüense sostenido por la USAID, 100% Noticias, dirigió una campaña de incitación a la violencia en 2018, cuando un fallido golpe de Estado apoyado por EE.UU dejó cientos de muertos.

 

   Mientras 100% Noticias hacía repetidos llamamientos a asesinar al presidente Daniel Ortega, su director, Miguel Mora, declaraba a The Grayzone, que deseaba la intervención militar de EE.UU en el país.

 

    Cuando el gobierno de Nicaragua finalmente cerró la emisora y procesó a Mora, Washington respondió con acusaciones de represión y amenazas de duras sanciones.


   También en los Balcanes, especialmente en su parte occidental, la pausa en la “ayuda al desarrollo exterior” ha puesto en peligro numerosos puestos de trabajo y organizaciones enteras.

 

   El 30 de enero pasado, el Balkan Insight -medio que The Grayzone expuso como tentáculo de los servicios de inteligencia británicos- publicó una investigación ilustrativa de cómo la pausa en la ayuda “ha afectado de manera inmediata a una serie de organizaciones en Bosnia y Herzegovina, Albania, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia".


 

   Entre 2020 y finales de 2024, Washington canalizó la astronómica cifra de casi dos mil millones de dólares a instituciones gubernamentales y no gubernamentales de esta zona de los Balcanes occidentales. Ahora todos los proyectos que promovía se han suspendido. Trabajadores anónimos de ONG’s consultados por Balkan Insight se temen que la congelación de la donación estadounidense no será temporal.


 

   Incluso en Albania, perrito faldero de EE.UU, han cesado unos 30 proyectos subvencionados por Washington, incluidos algunos dependientes de instituciones como la Oficina del Fiscal, los ministerios de Defensa, Educación, Deportes y Finanzas. En Macedonia, donde la mayor parte de la “ayuda” estadounidense es distribuida vía USAID y NED, están en suspenso 72 millones de dólares destinados a 22 proyectos.


 

   En la República de Georgia, Estados Unidos ha intentado infructuosamente derrocar al gobierno mediante una serie de revoluciones de colores en respuesta a la normativa gubernamental que obliga a las más de 25.000 organizaciones que operan en el país financiadas desde el extranjero a declarar sus fuentes de ingresos.


 

   Las ONG’s y los grupos de activistas con respaldo occidental han estado al frente de todas estas intentonas de golpe. No sorprende que ahora estén furiosos con el corte de la “ayuda al desarrollo” de la administración Trump.


 

   El pasado 30 de enero, la publicación en lengua inglesa Georgia Today dijo que el futuro de sus fondos pende de un hilo y señaló que la financiación de USAIDha sido piedra angular del desarrollo del país desde 1992, con más de 1,9 billones (casi dos mil millones de dólares) en ayuda prestada hasta la fecha”.


 

   Antes de que entrara en vigor el parón en la ayuda, solo la USAIDinvertía en 39 programas en todo el país, con un valor total de 373 millones y un presupuesto anual que excedía los 70 millones”. Estos programas estaban enfocados en su inmensa mayoría en “promover reformas económicas” y “la inversión del sector privado”, es decir: dejar los recursos de Georgia a merced de los capitales extranjeros.


 

   ¿Implica la suspensión de los fondos destinados a la USAID que se acaba la injerencia de Estados Unidos en los asuntos de otros países? Seguramente no.

 

   Como concluye Kit Klarenberg, la “pausa” en la ayuda de EE.UU puede que sea, en efecto, una medida temporal. O bien el gasto en ese poder blando que representan instituciones como USAID pudiera reconvertirse en opciones más duras que tengan consecuencias todavía más graves en todo el mundo.

 

 

Fuente:

https://thegrayzone.com/2025/01/31/trump-executive-order-us-regime-change-network/

 
 
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