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Jueves, 01 de Mayo de 2025 Tiempo de lectura:

LA "GUERRA DE LOS BANCOS": LA OPA CAINITA DEL BBVA CONTRA EL SABADELL Y EL PODER DE LA BANCA EN ESPAÑA

La batalla entre el BBVA y el Sabadel deja en pelotas al poder de la Banca en España. ¿Qué se esconde detrás de las OPAs y por qué afectan tanto a la ciudadanía aunque esta lo ignore?

La reciente OPA hostil lanzada por el BBVA al Banco Sabadell no es solo un movimiento financiero: es la punta del iceberg de una guerra silenciosa que reconfigura el mapa del poder económico en España. En este reportaje, nuestro colaborador Cándido Gálvez nos despeja el significado de una OPA, repasando las fusiones que han marcado a este sector , analizando críticamente cómo la banca no solo mueve dinero, sino que también condiciona la política, la economía y la vida cotidiana de millones de españoles.

 

 POR CÁNDIDO GÁLVEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

    Una OPA, o Oferta Pública de Adquisición, es una operación financiera mediante la cual una empresa propone [Img #84259]comprar una parte o la totalidad de las acciones de otra empresa, generalmente cotizada en bolsa. El objetivo es tomar el control de la empresa objetivo

    Las OPAs pueden ser amistosas, cuando la dirección de la "empresa objetivo" está de acuerdo con la operación, u hostiles, cuando se realiza sin el consentimiento de dicha dirección.

 

    En el caso que nos ocupa, el BBVA ha lanzado este miércoles 30 de abril, una OPA hostil sobre el Banco Sabadell, lo que significa que intenta adquirir el control del Sabadell sin el beneplácito de su dirección

 

    Esta operación ha generado un gigantesco revuelo en el sector financiero español y ha puesto de manifiesto las tensiones y luchas de poder existentes entre las grandes entidades bancarias del país.

 

UNA BREVE HISTORIA DE LAS OPAS EN LA BANCA ESPAÑOLA

 

    Las OPAs hostiles no son comunes en el sector bancario español. De hecho, el único precedente significativo se remonta a los años 80, cuando el Banco de Bilbao intentó sin éxito adquirir Banesto. En aquel entonces, la operación fue abortada por la Bolsa de Madrid, y Banesto acabó siendo presidido por Mario Conde .

 

    Desde entonces, el panorama bancario español ha experimentado una profunda transformación, especialmente tras la crisis financiera de 2008. Muchas cajas de ahorros desaparecieron o se fusionaron y el número de entidades se redujo drásticamente. 

  

    En 2009 había 55 entidades, entre bancos y cajas; ahora, en pleno 2024, las cajas son historia y quedan 10 grandes bancos (9 si la OPA del BBVA sobre el Sabadell sale adelante) .

 

 

 UNA INTERPRETACIÓN CRÍTICA DE LAS OPAS

 

       Desde una perspectiva crítica, las OPAs, especialmente las hostiles, pueden verse como una manifestación de la concentración del poder económico y financiero en manos de unas pocas grandes corporaciones. Estas operaciones no solo afectan a las empresas involucradas, sino que también tienen implicaciones para los empleados, los clientes y la economía en general.

 

     En el caso de la OPA del BBVA sobre el Sabadell, se han planteado preocupaciones sobre el impacto en la competencia, especialmente en territorios como  Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde ambas entidades tienen una fuerte presencia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado la operación con condiciones, pero el Gobierno aún debe dar su visto bueno final.

 

    Además, se ha señalado que la concentración bancaria en España es ya muy alta, siendo la segunda más elevada de la eurozona. Que el BBVA terminara engullendo al Banco  Sabadell podría llevar a que una sola entidad controle el 70% de las oficinas en Cataluña, lo que plantea serias dudas sobre la competencia y el acceso a servicios financieros para los ciudadanos.

 

EL PODER DE LA BANCA EN ESPAÑA

 

    La banca en España no solo tiene un enorme poder económico, sino también una significativa influencia política y mediática. Las grandes entidades financieras han sido protagonistas del tardío proceso de industrialización del país y se han constituido como un centro de poder económico sin igual .

 

      Este poder se manifiesta en la capacidad de la banca para influir en decisiones políticas, en la regulación del sistema financiero y en la orientación de la economía. La estrecha relación entre la banca y el poder político ha sido objeto de justificadas críticas, ya que convierte los sistemas políticos democráticos en meros mecanismos formarles, sin contenido real, y hace que los intereses de las grandes corporaciones se impongan sobre los de la ciudadanía .

 

 

      La OPA del BBVA sobre el Sabadell es un episodio más en la lucha por el control del sistema financiero español. Más allá de las implicaciones empresariales, esta operación pone de relieve la concentración del poder económico y financiero en unas pocas manos y plantea serias dudas sobre la competencia, el acceso a servicios financieros y la influencia de la banca en la política y la economía del país.

 

 

     CÓMO SE PELEAN LOS BANCOS: ENTRE LA SEDA DE LOS TRAJES Y LOS COLMILLOS AFILADOS

 

     Lo curioso de las OPAs, y especialmente las hostiles como esta del BBVA sobre el Sabadell, es que aunque son  presentadas como simples movimientos técnicos, fríos e impersonales, en realidad están llenos de pasiones y maniobras dignas de una novela negra. Se lanzan cifras, se exhiben balances, pero lo que hay realmente detrás son autenticas guerras de poder, egos enfrentados, presiones políticas y alianzas con olor a puro habano.

 

      El Banco Sabadell, desde que el BBVA anunció sus intenciones de absorberlo, no ha parado de defenderse como gato panza arriba. La dirección catalana ha desplegado una ofensiva mediática y jurídica para evitar lo que consideran una absorción injusta, como si en estas peleas entre tiburones existieran tiburones buenos y tiburones malos 

   Han lanzado el mensaje de que esta fusión dejaría a buena parte del tejido empresarial catalán —especialmente pymes y negocios medianos— a merced de una entidad gigantesca, alejada territorial y emocionalmente de su base. Un poco como si una multinacional decidiera comprar la panadería del barrio para imponer su bollería industrial.

 

      Esta batalla no se queda solo en los despachos: salpica a las comunidades autónomas, a las patronales, a las asociaciones de consumidores y al propio Gobierno, que —aunque no puede prohibir la operación— sí puede elevar tanto las exigencias que la haga inviable en la práctica. 

 

    Pero ¿por qué tanta resistencia? ¿Qué es lo que hay en juego realmente?

 

 

    ENTENDER LA OPA COMO EXPRESIÓN DEL PODER Y DE LA LUCHA DE CLASES

 

    Las OPAs hostiles como esta son un síntoma más del funcionamiento de una economía guiada por la lógica de la concentración del capital. Cuando una gran empresa compra a otra, no lo hace solo por crecer: lo hace para eliminar competidores, abarcar nuevos nichos de mercado, reforzar su poder de negociación y, en muchos casos, imponer peores condiciones a sus trabajadores y clientes. Es decir, se trata de una acumulación no solo de dinero, sino de poder.

 

      Y si vamos al fondo del asunto, lo que aquí se pone en evidencia es una vieja dinámica del sistema: cuando las empresas no pueden crecer por vía productiva (es decir, vendiendo más o innovando), optan por la vía más rápida y agresiva: comprar a sus competidores. Esta dinámica, que ya fue analizada por Marx en su época cuando hablaba de la concentración del capital, está más viva que nunca. En lugar de invertir en mejorar servicios, la gran banca elige engordar comprando lo que otros han construido con esfuerzo y con otro estilo de gestión.

 

      El caso de Sabadell es sintomático. Se trata de un banco que ha mantenido cierto perfil más territorial, más ligado a las pymes, a las economías locales. No es, desde luego, ninguna hermanita de la caridad, pero tampoco es el gigante globalizado en que se ha convertido BBVA.

 

   Por eso, la OPA pone sobre la mesa un choque de dos modelos: uno más “nacional-territorial” y otro más “global-corporativo”.

 

 

¿Y QUÉ PINTA EL GOBIERNO EN TODO ESTO?

 

     Aunque en teoría las instituciones del Estado deberían ser "árbitros neutrales" en estas contiendas, lo cierto es que sus decisiones también están atravesadas por intereses y presiones. La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) ha dado luz verde a la operación, pero no sin condiciones. Estas condiciones —llamadas remedies— están pensadas para evitar que se creen monopolios regionales o que los usuarios pierdan opciones o acceso al crédito. Sin embargo, en la práctica muchas veces estas condiciones son más cosméticas que efectivas.

 

     El Gobierno, por su parte, tiene en sus manos la posibilidad de endurecer esas condiciones. No puede decir “no” de forma tajante, pero sí puede decir “sí, pero…”, y ese “pero” puede incluir exigencias tan duras que disuadan al BBVA de seguir adelante con su glotonería insaciable. 

 

    La presión política, especialmente desde sectores del PSOE y de los gobiernos autonómicos implicados (Cataluña y Comunidad Valenciana), está jugando un papel relevante. 

 

    Las declaraciones del presidente del Sabadell diciendo que “esto es como preguntarle al zorro qué piensa de que suelten a las gallinas” no son gratuitas: dejan ver la percepción de que el árbitro no es del todo neutral.

 

 

CUANDO LOS BANCOS HACEN POLÍTICA

 

     Uno de los aspectos menos visibles, pero más importantes de todo este asunto, es el papel de la banca en la política española. No es casualidad que muchos exministros, altos funcionarios y presidentes de grandes empresas acaben en consejos de administración de bancos. Tampoco es casualidad que los bancos financien campañas, sostengan medios de comunicación o participen en el diseño de políticas públicas como si fueran expertos neutrales.

 

     La banca no solo presta dinero: también presta influencia. En el pasado reciente hemos visto cómo el poder bancario condicionó decisiones clave durante la crisis del 2008, en las reformas laborales o en el rescate de las cajas. El proceso de fusión BBVA-Sabadell no es una excepción: detrás de los discursos técnicos hay un pulso por definir el mapa económico y político del país.

 

 

UN COMBATE ENTRE TITANES QUE TAMBIÉN NOS AFECTA A NOSOTROS

 

    El conflicto entre BBVA y Sabadell puede parecer un culebrón financiero entre señores encorbatados, pero en realidad tiene consecuencias muy concretas para la gente común. Puede significar el cierre de la sucursal del barrio, la dificultad para obtener un crédito, la desaparición de un estilo de banca más cercana, o la pérdida de miles de empleos en el sector.

 

     Y sobre todo, significa más concentración de poder. Menos control ciudadano. Y un paso más en la transformación de la banca en un sector completamente fuera del alcance del escrutinio público. Un monstruo demasiado grande para caer… pero también demasiado grande para dejar que la democracia lo controle.

 
 
 
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  • Chorche

    Chorche | Domingo, 04 de Mayo de 2025 a las 23:14:48 horas

    No hace ni dos décadas que considerábamos necesaria la creación de una BANCA PUBLICA.
    Pero desde entonces, quizá por las fuerzas represivas que juegan sucio, por la ley Mordaza, o por alguna otra causa, nos hemos desmovilizado y tal como dice el banquero Warren Buffet, la lucha de clases la han ganado ellos, los ricos.
    Thomas Jefferson, presidente USA,
    1801-1809, dijo de los bancos:
    "Pienso que las instituciones bancarias son más peligrosas para nuestras libertades que ejércitos enteros listos para el combate.
    Si el pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la inflación, enseguida por la recesión, hasta el día en que sus hijos se despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres conquistaron".
    BANCA PUBLICA, cada día más necesaria.

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  • Chorche

    Chorche | Viernes, 02 de Mayo de 2025 a las 12:54:57 horas

    Que buena cosa sería que se destrozaran entre sí los tiburones...

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