
EUROPA SE REARMA MIENTRAS PIDE A LOS CIUDADANOS QUE "GUARDEN COMIDA"
La "nueva normalidad europea" se llama 800 mil millones en armas . ¿Realmente existe un enemigo externo o solo un miedo prefabricado?
La Unión Europea acaba de lanzar un mensaje desconcertante: almacenar comida, agua y medicamentos para enfrentar posibles emergencias. Al mismo tiempo, pone sobre la mesa una inversión de 800 mil millones de euros para rearmar el continente. ¿Qué hay realmente detrás de esta combinación de alarmismo ciudadano y gasto militar descomunal?
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En un movimiento que ha dejado boquiabiertos a no pocos, la Unión Europea ha instado a sus ciudadanos a almacenar suministros esenciales para sobrevivir durante al menos 72 horas en caso de crisis. Esta recomendación, que incluye acumular alimentos, agua y medicamentos, se presenta como una medida de precaución ante la hipotética y alarmista posibilidad de posibles desastres naturales, ciberataques o agresiones militares.
"La UE insta a sus ciudadanos a almacenar suministros para 72 horas ante posibles crisis."
Sin embargo, semejante iniciativa hace surgir una inevitable pregunta: ¿de quién debemos protegernos exactamente? ¿Y por qué justo ahora?
EL LLAMADO A LA PREPARACIÓN: ¿PRECAUCIÓN O ALARMISMO?
La Comisión Europea ha lanzado una estrategia de preparación que aconseja a los ciudadanos europeos tener reservas suficientes para tres días. Según el comisario de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, esta medida responde a la creciente posibilidad de crisis derivadas de guerras, ciberataques, cambio climático y pandemias (AP News).
Esta iniciativa recuerda a las prácticas de países como Alemania y las naciones nórdicas, donde la preparación para emergencias forma parte de su "cultura cívica" .
Sin embargo, en el contexto actual, algunos críticos consideran que este llamado puede generar un innecesario estado de alarma entre la población. En paralelo, esta recomendación llega acompañada de una estrategia de rearme que carece de precedentes.
"Se anuncia una inversión de 800 mil millones de euros en Defensa para 2030."
UNA INYECCIÓN MULTIMILLONARIA EN DEFENSA: ¿PROTECCIÓN O NEGOCIO?
Paralelamente, la UE ha anunciado un ambicioso plan para reforzar sus capacidades de defensa, con una inversión que podría alcanzar los 800 mil millones de euros para el año 2030.
Este plan incluye la creación de un programa de préstamos de 150 mil millones de euros para que los gobiernos inviertan en defensa, así como la flexibilización de las normas fiscales para permitir un mayor gasto militar (Reuters).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha enfatizado la necesidad de que Europa reduzca su dependencia en aliados externos y fortalezca su propia infraestructura de defensa (Comisión Europea).
Esta monumental inversión también plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones que se pueden encontrar tras este rearme y sobre quién se beneficiará realmente de estos fondos.
REARME Y NEGOCIO: LA MÁQUINA DEL BENEFICIO
Desde una perspectiva crítica, es esencial cuestionar a quién favorece este colosal desembolso en defensa. La historia nos muestra que, en tiempos de crisis, las grandes corporaciones y el complejo militar-industrial suelen ser los principales beneficiados de las inversiones en armamento. Empresas dedicadas a la producción de armas y tecnología militar ven en estos contextos una oportunidad para incrementar sus ganancias, muchas veces a expensas de las necesidades sociales de la población.
Además, la financiación de este plan de rearme incluye propuestas controvertidas, como la posibilidad de utilizar fondos de cohesión —tradicionalmente destinados al desarrollo regional— para gastos en defensa. Esto podría desviar recursos de áreas esenciales como la educación, la salud y la infraestructura civil, profundizando las desigualdades y afectando negativamente a las clases trabajadoras.
"Las críticas apuntan a que el rearme beneficia principalmente al complejo militar-industrial."
ANTECEDENTES DEL REARME: UNA HISTORIA REPETIDA
El rearme no es un fenómeno nuevo en la historia europea. Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa vivió una larga etapa de militarización en el contexto de la Guerra Fría. La OTAN se convirtió en el brazo armado de Occidente. Con el desplome de la Unión Soviética muchos creyeron que esa etapa había quedado atrás. Sin embargo, el auge de nuevos conflictos, la expansión de la OTAN hacia el Este y el nuevo escenario de competencia entre potencias globales ha reactivado la lógica del rearme.
Hoy, Europa repite patrones similares, solo que con nuevos actores, nuevos pretextos y un mayor dominio de los mercados sobre las decisiones políticas. El lenguaje de la "seguridad" se convierte en una cortina de humo que oculta el avance de una agenda orientada a blindar los intereses del capital y a reforzar el control sobre la población.
¿QUIÉN NOS PROTEGERÁ HASTA 2030?
Si el objetivo es que para 2030 Europa esté preparada para defenderse de posibles agresiones, surge una inquietante cuestión: ¿qué sucedera en el ínterin? ¿Quién garantizará la seguridad de los ciudadanos europeos durante los próximos cinco años?
Este vacío temporal podría interpretarse como una ventana de vulnerabilidad, lo que contradice la premisa de fortalecer la seguridad inmediata. ¿No sería lógico, entonces, que "el enemigo", ese del que apenas se habla pero cuya amenaza lo justifica todo, aprovechara estos años de preparación para atacar?
La incongruencia de este argumento refuerza la idea de que el verdadero objetivo del rearme no es la defensa ciudadana, sino la creación de una nueva economía de guerra que sirva de motor de crecimiento en un continente donde las políticas de austeridad han ahogado durante años los servicios públicos y el empleo de calidad.
LA SEGURIDAD COMO PRETEXTO PARA LA REORDENACIÓN DEL PODER
Al presentar el rearme como una necesidad vital para la supervivencia europea, las élites políticas y las clases sociales hegemónicas que permanecen detrás están construyendo un discurso que justifica casi cualquier medida: endeudamiento masivo, reajustes presupuestarios, privatizaciones encubiertas y control social. La seguridad se convierte así en la nueva coartada para legitimar políticas que antes hubieran generado un amplio rechazo social.
Mientras tanto, se apela a un cambio cultural: la ciudadanía debe acostumbrarse a vivir en un clima de tensión permanente, a ver al "otro" como amenaza y a asumir que su bienestar dependerá de su disposición a aceptar sacrificios "en nombre de la seguridad".
UNA OPERACIÓN IDEOLÓGICA Y ECONÓMICA
La combinación del llamamiento a la población para prepararse ante emergencias y la monumental inversión en defensa sugiere una estrategia que va más allá de la simple protección ciudadana. Es plausible considerar que existen intereses económicos y políticos que buscan beneficiarse de un clima de temor y urgencia.
El rearme europeo no parece ser una medida orientada a proteger a las mayorías sociales, sino una operación ideológica y económica que refuerza a los de siempre: las grandes empresas, a los Estados más poderosos y los sectores que lucran con la guerra.
En este contexto, Europa no se prepara para defenderse. Se prepara para consolidar un nuevo orden que se sostendrá sobre el miedo, la obediencia y la militarización de la vida cotidiana.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
En un movimiento que ha dejado boquiabiertos a no pocos, la Unión Europea ha instado a sus ciudadanos a almacenar suministros esenciales para sobrevivir durante al menos 72 horas en caso de crisis. Esta recomendación, que incluye acumular alimentos, agua y medicamentos, se presenta como una medida de precaución ante la hipotética y alarmista posibilidad de posibles desastres naturales, ciberataques o agresiones militares.
"La UE insta a sus ciudadanos a almacenar suministros para 72 horas ante posibles crisis."
Sin embargo, semejante iniciativa hace surgir una inevitable pregunta: ¿de quién debemos protegernos exactamente? ¿Y por qué justo ahora?
EL LLAMADO A LA PREPARACIÓN: ¿PRECAUCIÓN O ALARMISMO?
La Comisión Europea ha lanzado una estrategia de preparación que aconseja a los ciudadanos europeos tener reservas suficientes para tres días. Según el comisario de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, esta medida responde a la creciente posibilidad de crisis derivadas de guerras, ciberataques, cambio climático y pandemias (AP News).
Esta iniciativa recuerda a las prácticas de países como Alemania y las naciones nórdicas, donde la preparación para emergencias forma parte de su "cultura cívica" .
Sin embargo, en el contexto actual, algunos críticos consideran que este llamado puede generar un innecesario estado de alarma entre la población. En paralelo, esta recomendación llega acompañada de una estrategia de rearme que carece de precedentes.
"Se anuncia una inversión de 800 mil millones de euros en Defensa para 2030."
UNA INYECCIÓN MULTIMILLONARIA EN DEFENSA: ¿PROTECCIÓN O NEGOCIO?
Paralelamente, la UE ha anunciado un ambicioso plan para reforzar sus capacidades de defensa, con una inversión que podría alcanzar los 800 mil millones de euros para el año 2030.
Este plan incluye la creación de un programa de préstamos de 150 mil millones de euros para que los gobiernos inviertan en defensa, así como la flexibilización de las normas fiscales para permitir un mayor gasto militar (Reuters).
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha enfatizado la necesidad de que Europa reduzca su dependencia en aliados externos y fortalezca su propia infraestructura de defensa (Comisión Europea).
Esta monumental inversión también plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones que se pueden encontrar tras este rearme y sobre quién se beneficiará realmente de estos fondos.
REARME Y NEGOCIO: LA MÁQUINA DEL BENEFICIO
Desde una perspectiva crítica, es esencial cuestionar a quién favorece este colosal desembolso en defensa. La historia nos muestra que, en tiempos de crisis, las grandes corporaciones y el complejo militar-industrial suelen ser los principales beneficiados de las inversiones en armamento. Empresas dedicadas a la producción de armas y tecnología militar ven en estos contextos una oportunidad para incrementar sus ganancias, muchas veces a expensas de las necesidades sociales de la población.
Además, la financiación de este plan de rearme incluye propuestas controvertidas, como la posibilidad de utilizar fondos de cohesión —tradicionalmente destinados al desarrollo regional— para gastos en defensa. Esto podría desviar recursos de áreas esenciales como la educación, la salud y la infraestructura civil, profundizando las desigualdades y afectando negativamente a las clases trabajadoras.
"Las críticas apuntan a que el rearme beneficia principalmente al complejo militar-industrial."
ANTECEDENTES DEL REARME: UNA HISTORIA REPETIDA
El rearme no es un fenómeno nuevo en la historia europea. Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa vivió una larga etapa de militarización en el contexto de la Guerra Fría. La OTAN se convirtió en el brazo armado de Occidente. Con el desplome de la Unión Soviética muchos creyeron que esa etapa había quedado atrás. Sin embargo, el auge de nuevos conflictos, la expansión de la OTAN hacia el Este y el nuevo escenario de competencia entre potencias globales ha reactivado la lógica del rearme.
Hoy, Europa repite patrones similares, solo que con nuevos actores, nuevos pretextos y un mayor dominio de los mercados sobre las decisiones políticas. El lenguaje de la "seguridad" se convierte en una cortina de humo que oculta el avance de una agenda orientada a blindar los intereses del capital y a reforzar el control sobre la población.
¿QUIÉN NOS PROTEGERÁ HASTA 2030?
Si el objetivo es que para 2030 Europa esté preparada para defenderse de posibles agresiones, surge una inquietante cuestión: ¿qué sucedera en el ínterin? ¿Quién garantizará la seguridad de los ciudadanos europeos durante los próximos cinco años?
Este vacío temporal podría interpretarse como una ventana de vulnerabilidad, lo que contradice la premisa de fortalecer la seguridad inmediata. ¿No sería lógico, entonces, que "el enemigo", ese del que apenas se habla pero cuya amenaza lo justifica todo, aprovechara estos años de preparación para atacar?
La incongruencia de este argumento refuerza la idea de que el verdadero objetivo del rearme no es la defensa ciudadana, sino la creación de una nueva economía de guerra que sirva de motor de crecimiento en un continente donde las políticas de austeridad han ahogado durante años los servicios públicos y el empleo de calidad.
LA SEGURIDAD COMO PRETEXTO PARA LA REORDENACIÓN DEL PODER
Al presentar el rearme como una necesidad vital para la supervivencia europea, las élites políticas y las clases sociales hegemónicas que permanecen detrás están construyendo un discurso que justifica casi cualquier medida: endeudamiento masivo, reajustes presupuestarios, privatizaciones encubiertas y control social. La seguridad se convierte así en la nueva coartada para legitimar políticas que antes hubieran generado un amplio rechazo social.
Mientras tanto, se apela a un cambio cultural: la ciudadanía debe acostumbrarse a vivir en un clima de tensión permanente, a ver al "otro" como amenaza y a asumir que su bienestar dependerá de su disposición a aceptar sacrificios "en nombre de la seguridad".
UNA OPERACIÓN IDEOLÓGICA Y ECONÓMICA
La combinación del llamamiento a la población para prepararse ante emergencias y la monumental inversión en defensa sugiere una estrategia que va más allá de la simple protección ciudadana. Es plausible considerar que existen intereses económicos y políticos que buscan beneficiarse de un clima de temor y urgencia.
El rearme europeo no parece ser una medida orientada a proteger a las mayorías sociales, sino una operación ideológica y económica que refuerza a los de siempre: las grandes empresas, a los Estados más poderosos y los sectores que lucran con la guerra.
En este contexto, Europa no se prepara para defenderse. Se prepara para consolidar un nuevo orden que se sostendrá sobre el miedo, la obediencia y la militarización de la vida cotidiana.
Chorche | Viernes, 28 de Marzo de 2025 a las 23:10:45 horas
Nos toman por imbéciles porque somos imbéciles.
Mientras llegan o no llegan los rusos la manifestamos a la lacaya del capital, van der Layen, nuestro kit de supervivencia:
---Alquileres asequibles.
---Tope al precio de los alimentos.
---Cero listas de espera en la Sanidad. (Insurgente **** )
Accede para votar (0) (0) Accede para responder