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VENEZUELA RESISTE: LA ARMADA IMPERIAL YANQUI FRACASA EN SU INTENTO DE INVASIÓN

La reedición de la Doctrina Monroe en clave trumpista

Tras el 11-S, Washington declaró una guerra global contra el “terrorismo islamista” para justificar dos décadas de invasiones y devastación en Oriente Medio. Hoy, Donald Trump recicla aquel libreto y, con nuevo disfraz, señala al “narcoterrorismo” latinoamericano como la mayor amenaza para la seguridad de EE.UU.

Por CARLOS DE URABÁ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

   Tras el atentado de al Qaeda contra las Torres Gemelas en NY en 11 de septiembre de 2001 el presidente George Bush le declarara la guerra al terrorismo islamista a nivel mundial. Pero ahora décadas después y como por arte de magia Donald Trump como garante del orden imperial señala que ahora el "narcoterrorismo" es el peor enemigo de los EE.UU

 

  El presidente Bush acusó de Sadam Hussein de poseer armas de destrucción masiva (nucleares) además de patrocinar el terrorismo islamista y por lo tanto tenía que neutralizar a ese "satánico monstruo" La invasión de Irak se llevó a cabo en el año 2003 y que costó la vida a 288.000 iraquíes entre combatientes y civiles y dejando el país completamente devastado. En la ocupación del año 2003 hasta el 2011 EE.UU invirtió un presupuesto superior a los 2 billones de dólares. Lo mismo sucedió en la guerra de Afganistán que se extendió desde el 2001 al 2021 con el fin de exterminar a los "terroristas talibanes" que amenazan la paz y seguridad de occidente.  

 

   Pero si existe una yihad islámica ahora resulta que también hay un "narcoterrorismo yihadista". Ese es el relato inventado por Donald Trump y sus halcones para justificar una guerra contra Venezuela y el supuesto "Cartel de los Soles".  

 

  Porque esto no es nada nuevo pues las intervenciones militares de EE.UU en Latinoamérica comenzaron ya desde el siglo XIX: primero en México, después la guerra hispano-norteamericana de 1898 en Cuba, Puerto Rico, Panamá, Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala, en República Dominicana, Haití, Panamá, bahía Cochinos en Cuba o Granada.  El colonialismo marca su territorio a sangre y fuego.

 

   La nación elegida por Dios para reinar sobre la tierra tiene que imponer sus principios y valores. Latinoamérica se ha convertido en el mísero "patio trasero" donde hacen y deshacen a su antojo expoliado y explotado las materias primas y riquezas naturales. Nosotros resignados hemos asumido el papel de siervos que nos ha reservado la fatalidad. 

 

  Donald Trump reedita la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto, (ahora llamada Doctrina Trump) y señala a los narco-yihadistas de ser los principales enemigos de la paz y la seguridad mundial. Por medio de embarcaciones o aviones mueven anualmente por las aguas por el Caribe o el Pacifico miles y miles de toneladas de estupefacientes, cocaína, opiáceos que con destino al floreciente mercado de los EE.UU o Europa.  Definitivamente ya no hay "repúblicas bananeras" sino "repúblicas cocaleras" 

 

   El Departamento de Estado ofrece por la cabeza de Maduro y sus "compinches" (como acaecía en el salvaje oeste) nada menos y nada más que una recompensa de 100 millones de dólares.  Mucho más alta que la de Bin Laden que se fijó un precio de 20 millones de dólares.  O sea, que se han batido todos los records. 

 

  Donald Trump como sheriff universal pregona que "la guerra es Paz para imponer la democracia". Y por eso desde el mes de septiembre ordenó un espectacular despliegue bélico para intimidar al gobierno de Nicolás Maduro y desencadenar un levantamiento interno entre los militares para que den un golpe de estado y se repartan los 100 millones de dólares que ofrece el Departamento de Estado por la cabeza de Maduro y sus secuaces. 

 

   La movilización militar de EE.UU en el Caribe ya casi supera la de Irak y Afganistán. De repente, y como parte de un guion hollywoodiano el escenario geopolítico guerrerista se ha trasladado de Oriente Medio hasta el Caribe. Igual que se baten objetivos en Irán, Irak, Yemen, Líbano o Gaza, ahora se dispara a las "narco-lanchas" en el Caribe o el Pacífico

 

  Estamos ante el despliegue militar jamás visto en esta zona, ni siquiera desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Donald Trump denuncia que el narcotráfico ha provocado una dantesca crisis de salud pública que afecta a millones de ciudadanos que anualmente deja más 100.000 muertos por sobredosis. Esta es la excusa perfecta para declararles la guerra a los narcotraficantes -ahora "narcoterroristas"- que envenena a la juventud norteamericana. Esta es una de las principales amenazas que afectan la estabilidad del país más poderoso del planeta.

 

   La política que aplica EE.UU desde hace más de 50 años a través del Departamento de Estado, el Pentágono, la DEA, la CIA, el FBI en Latinoamérica es la agresión, la represión,  persecución y destrucción de los cultivos ilícitos: marihuana, coca o amapola, los laboratorios de procesamiento de drogas y el exterminio de las bandas criminales. La guerra contra las drogas realmente marca el inicio de la Tercera Guerra Mundial pues son los causantes de un espantoso genocidio en América del Sur, Centroamérica, México y el Caribe. Un apocalíptico derramamiento de sangre que ha dejado miles de muertos, heridos, desaparecidos, desplazados, encarcelados, o extraditados. 

 

   El fascistoide del Plan Colombia impuesto por el gobierno de Pastrana y Uribe y las FF.AA -asesoradas por EE.UU- son las directas responsables del genocidio de la población civil: masacres, torturas, asesinatos, fosas comunes, falsos positivos, pesos y la violación sistemática de los derechos humanos.  Esas son las trágicas consecuencias de la estrategia antinarcóticos dictada por el Pentágono que humillantemente Colombia con una actitud humillante y sumisa tiene que aplicar. Para el combate del narcotráfico y los grupos insurgentes como las FARC o el ELN, EE.UU les transfirió 7.500 millones de dólares. Y en el colmo de la sumisión el gobierno les cedió 7 bases militares. A pesar de todo Colombia sigue siendo uno de los primeros exportadores de cocaína. 

 

   Un alto porcentaje de la población víctima de la miseria tiene que dedicarse al negocio del narcotráfico que al menos les asegura un ingreso económico para poder subsistir. La guerra contra las drogas –que en Latinoamérica ha costado más de un millón de muertos en los últimos treinta años- ha provocado una hecatombe social inimaginable que se traduce en sentimientos de odio y venganza. Por eso el grito de guerra de muchas comunidades campesinas es: ¡Coca o muerte! Así que la legalización de cocaína es la única alternativa de alcanzar la paz. Nosotros estamos marcados por el estigma de "bárbaros criminales" por el simple hecho de nacer en Colombia, México o Venezuela. 

 

  Obligatoriamente los gobiernos de Centroamérica, el Caribe o Suramérica tienen que cumplir la tarea de perseguir a los carteles y eliminar los cultivos de coca, marihuana, amapola o los laboratorios de procesamiento de fentanilo y metanfetaminas.  

 

   El Comando Sur y la Guardia Costera gracias a los seguimientos satelitales conoce muy bien cuáles son las rutas que usan las embarcaciones que trasportan narcóticos. Y por supuesto saben que la mayor parte del tráfico discurre a lo largo de la costa del océano Pacifico en conexión con Centroamérica y México. Con la aprobación del Departamento de Guerra se ejecutaron varios ataques letales sobre embarcaciones en el mar Caribe y el Pacifico oriental (aguas internacionales) rutas habituales del tráfico ilícito de drogas con destino a las costas mexicanas que luego son introducidas en los EE.UU por la frontera sur. Hasta ahora las ejecuciones extrajudiciales han dejado 21 lanchas rápidas destruidas y 80 supuestos "narcoterroristas" asesinados. Y lo peor de todo es que Donald Trump tiene carta blanca de los países aliados para imponer su diabólica doctrina de "ley y orden". 

 

  La propaganda antiterrorista es una estrategia muy bien calculada para que los medios de comunicación acepten su mentirosa narrativa inventándose un enemigo que pone en peligro la paz y seguridad de Occidente.  EE.UU está comprometido ciento por ciento en la cruzada contra los carteles de la droga en América Latina y sentencia que va a perseguir y destruir aquellas embarcaciones que se dirijan rumbo norte cargadas hasta los topes de estupefacientes.  

 

   Este es un  despliegue de "guerra compuesta" con grandes medios aéreos, medios submarinos y guerra electrónica que hace parte de un plan estratégico muy complejo y eficiente que no solo sirve para neutralizar lanchas sino para algo más amplio. Esta operación disfrazada de una "campaña antidrogas" tiene la clara intención de presionar a Maduro para que tire la toalla y se rinda. Donald Trump autorizó operaciones encubiertas de la CIA (Mossad) para que vayan marcando los objetivos dentro de Venezuela para atentar contra el propio Maduro. La opción que cuenta con mayor aprobación sería secuestrarlo y llevárselo a EE.UU donde tiene cuentas pendientes en un Tribunal de New York. Según los fiscales, desde 1999 hasta el 2020 Maduro, junto con Cabello, Carvajal, Alcalá y los guerrilleros colombianos Iván Márquez y Santrich, participaron en una conspiración para traficar cocaína hacia los EE.UU

 

  La "democracia de las cañoneras" es una herramienta fundamental de la política exterior de EEUU. Pues sino le gusta un régimen procuran dar un golpe de estado o propiciar una invasión para cambiarlo. Porque lo más importante en este momento es entronizar a Edmundo González y Corina Machado supuestos triunfadores en las elecciones del año 2024. 

 

   El Departamento de Estado de EE.UU acusa a Maduro, sin pruebas, de ser un "dictador narcoterrorista" el patrón del supuesto "Cartel de los Soles" (del que tampoco aportan pruebas de su existencia) junto a sus lugartenientes Cabello y el general Padrino.  Para Donald Trump el presidente Nicolás Maduro es el heredero de la zaga de Pablo Escobar y el chapo Guzmán. "Es el Bin Laden de la cocaína, el ayatola del califato de la droga y por su alta peligrosidad debe ser eliminado"· Últimamente la "doctrina Trump" también ha incluido en la lista de "forajidos comunistas" al presidente colombiano y ex guerrillero M19 Petro al que ha calificado como "líder narcoterrorista" "Petro es un matón de la peor calaña" -dijo Donald Trump en una conferencia de prensa realizada en el Air Force One. ¿Quizás el nuevo Sadam Hussein?  

 

  El Pentágono no tiene ninguna duda que esta campaña "anti- narcoterrorista" es porque la cocaína, las anfetaminas, la heroína o fentanilo son sustancias venenosas más letales que las "bombas atómicas" Donald Trump compara a los narcotraficantes con las organizaciones terroristas Islamistas como Al Qaeda o el Estado Islámico y sin compasión: "seguiremos buscándoles, localizándoles, cazándoles y matándoles". "El arte de la guerra se basa en el engaño" y los planificadores de la Secretaría de la Guerra de los EE.UU tiene perfectamente cartografiado todos los objetivos a batir en Venezuela gracias la información de inteligencia proporcionada aviones espías AWACS, satélites, drones, guerra electrónica y cibernética o escuchas telefónicas. 

 

   La sociedad del vicio y el degeneramiento está hambrienta por consumir sustancias ilícitas y también licitas como el alcohol, los fármacos antidepresivos o barbitúricos.  La gran demanda de estupefacientes proviene de los países ricos y hay millones adictos que libremente demandan drogas y pagan por autodestruirse. Un extraordinario negocio capitalista del que se obtienen infinitos beneficios en el cual participan no solo los carteles sino también policías, militares, políticos, inversionistas, empresarios y banqueros que son los que realmente recogen un alto porcentaje de las ganancias del narcotráfico. 

 

  Pero el que tiene si un extenso prontuario criminal es Donald Trump perseguido por la justicia acusado de múltiples casos de corrupción, estafa, chantaje, fraude fiscal, abusos y violaciones sexuales, pedofilia y una serie de crímenes entre los que se incluye el terrorismo pues es el máximo responsable del genocidio que se comete en Oriente Medio. "El patrón de la White House" ha tenido tratos secretos con el "deep state" del tráfico de armas, drogas y el lavado de dinero negro. Es un empresario que solo piensa en cómo obtener rentabilidad. Su verdadera identidad la esconde detrás de una intrincada red de testaferros. Pero ahora el muy hipócrita se erige en el adalid de la ética y la moral universal. Tampoco olvidemos que el marido de la hermana de Marco Rubio era un "cowboy de la cocaína" que movía grandes cantidades de ese alcaloide por los años 80 en Miami. No es de extrañar que le pusieran el apodo de "cocaine Rubio" Esas conexiones familiares no se pueden desmentir pues constan en los archivos criminales del Departamento de Justicia. The White House realmente es la sede del mayor cartel de terrorismo del mundo y Donald Trump el "capo dei capi" solo comparable con Al Capone y Vito Corleone. 

 

   Desde hace décadas el patrullaje de la costa del Pacifico lo viene realizando el comando del Pacifico de la flota de EE.UU con base en San Diego (California). Una tarea conjunta con las marinas aliadas de Centroamérica o Suramérica.  Especialmente la armada mexicana (SEMAR) y sus buques de la patrulla oceánica y aviones de la patrulla marítima comprometida en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Porque como está establecido en los tratados de buena vecindad lo prioritario es velar por la seguridad de los EE.UU que es la víctima propiciatoria.  Hasta tal punto llega el colaboracionismo que la presidenta de México Sheinbaum resignada ha tenido que arrodillarse ante Trump y aumentar el número de tropas que reprimen la migración clandestina -donde dicen que hay muchos delincuentes que quieren infiltrase en EEUU para desestabilizar el sistema- Al final para quedar bien con su socio del T-MEC tuvo que extraditar de 26 capos del narcotráfico tal y como lo exigían las autoridades de Washington. De lo contrario la amenazaba con imponerle aranceles a los productos mexicanos e intervenir militarmente en su territorio. De esta forma es como se impone la nueva "doctrina Trump" que se consuma a base de extorsiones y chantajes. EE.UU se reserva el derecho de certificar qué país cumple positivamente con el combate al narcotráfico.  Y si su record es negativo, pueden ser sancionados y excluidos de las ayudas y programas de desarrollo. EE.UU ha utilizado la guerra contra las drogas para reforzar su dominio sobre América Latina. 

 

   La presión sobre el gobierno de Maduro llega hasta tal punto que se ha visto obligado a colaborar con EE.UU ordenando que la Guardia Bolivariana localizar a los carteles del narcotráfico escondidos en Venezuela. Porque tiene que demostrar con hechos que coopera con la DEA y comparte información con las agencias de inteligencia. Igualmente el presidente Petro ordenó a las FF.AA desplegarse en las zonas cocaleras y perseguir a las bandas de narcotraficantes o guerrilleros mediante bombardeos.  Pero ahora ha surgido otro enemigo encarnado en el izquierdista y ex guerrillero colombiano Petro.  "Petro es un matón, un narcotraficante. Colombia es una guarida de drogas donde se está produciendo cocaína a niveles jamás vistos y esto no lo podemos consentir. Están llenos de coca". "Petro es un lunático con muchos problemas mentales" -pregona Donald Trump. La campaña presidencial colombiana está a punto de comenzar y Washington pretende dinamitarla criminalizando el Pacto Histórico para favorecer a un candidato ultraderechista afín a sus intereses. 

 

   "Venezuela y Colombia han sido lugares seguros para narcoterroristas durante demasiado tiempo" "México es otra guarida de traficantes de drogas y hay que tomar medidas radicales para exterminarlos pues han causado más muertos norteamericanos que al Qaeda" 

 

   Según el "paladín" Petro nunca antes se habían erradicado tantas miles de hectáreas de cultivos ilícitos en Colombia. Esta una demostración de que él es un socio confiable del Departamento de Estado. Pero a pesar de todo el gobierno colombiano ha sido desertificado por el Departamento de Estado y como castigo a sus procaces críticas contra Donald Trump lo han incluido en la Lista Clinton. Y eso que Colombia es una ficha clave en lucha antinarcóticos a su ejército y ha invertido millones de dólares como aliado fiel de EE.UU en la guerra contra las drogas. El resultado no ha sido otro otro que un inmisericorde derramamiento de sangre para impedir que los drogas ilícitas lleguen hasta los EE.UU.

 

   Hagan bien las cuentas porque existe un alto porcentaje de latinoamericanos de tendencia derechista favorables a que la "armada invencible" de Trump invada Venezuela. En EE.UU la cifra sube al 70%, especialmente en Miami. Y otra sorpresa es que un 30% de los soldados que componen la expedición imperialista son de origen latinoamericano, mejor dicho, mercenarios nacionalizados decididos a cumplir su juramento de dar la vida por la bandera de las barras y las estrellas. A los que hay que sumarle un alto porcentaje de afros y asiáticos, mientras que los anglos ocupan los puestos de mando. 

 

  La vendepatrias Corina Machado, la ganadora del premio Nobel de la Paz (regalo de la ultraderecha pro sionista) le ruega al superhéroe Trump y a Netanyahu que "liberen Venezuela de los "satánicos castro-chavistas" y sus secuaces de Hezbollah, Hamas y la Guardia Revolucionaria de Irán" A cambio les da carta blanca para que exploten a destajo las riquezas naturales: el petróleo, el gas, el oro, los diamantes, hierro, bauxita y las tierras raras. Anticipadamente ya tienen firmados los contratos de explotación con compañías transnacionales, corporaciones, empresarios e inversionistas extranjeros. Las elites oligárquicas criollas pro norteamericanas se muestran favorables a esta intervención imperialista. Porque la oposición venezolana carece de una fuerza de choque paramilitar capaz de enfrentarse a las Fuerzas Armadas Bolivarianas.  

 

   Los estrategas de la Secretaría de Guerra han planteado un bloqueo total de Venezuela, comenzando por las sanciones económicas, una guerra psicológica y mediática con el propósito de aterrorizarlos para que acepten las nuevas reglas de juego. Tal vez esperan que algún alto mando dé un golpe de estado o haya una rebelión entre las filas del chavismo. Porque hay que crear un ambiente de caos para quebrar la moral y que se levante la población. Pero por ahora todo ha sido inútil. Así que las fuerzas de intervención se limitarán seguramente a dar golpes precisos o quirúrgicos contra Nicolás Maduro y la cúpula de gobierno.  La Transición no será pacifica porque hay mucho odio y venganza.

 

   Extraoficialmente se especula que existen negociaciones secretas para pactar una salida que garantice la vida y el patrimonio de Maduro y su "camarilla". Pero el Pentágono ya lo ha advertido: si Maduro decide resistir y no se entrega, será ejecutado. Ya tienen perfectamente localizados sus movimientos y será eliminado en un ataque con misiles teledirigidos. Donald Trump el "pacificador del mundo" ya ha autorizado la operación. La intimidación no se detiene y en el cielo se pueden observar repetidos vuelos de B-52 de alta capacidad de fuego dotados con misiles de crucero capaces de detectar los blancos más esquivos y destruirlos. 

 

   Es físicamente imposible enfrentarse a una descomunal fuerza militar nunca vista en el Caribe donde la armada USA ha desplegado el 20 % de la capacidad combativa junto a 10.000 soldados listos para entrar en acción. El costo de la operación "Lanza del Sur", que recibió el visto bueno del Senado, ya asciende a unos 2.000 millones de dólares, según los informes de la Secretaría de Guerra. ¿Cuál va a ser su compensación económica por este inestimable favor que se le hace a la ultraderecha venezolana? La operación no solo tiene el objetivo de perseguir a los "peligrosos narcoterroristas" (que es el paraguas legal) sino que es una excusa para derribar el Gobierno Bolivariano de Maduro y apoderarse de los infinitos recursos naturales que posee Venezuela. Pero tienen que darse prisa pues esta flota naval no puede permanecer indefinidamente en la zona (supone un gasto diario de 10 millones de dólares) y se prevé que la retirada sea antes de las navidades del presente año. Alrededor de la fecha de entrega del premio Nobel de la Paz en Oslo, a la agente de la CIA y el Mossad, Corina Machado.

 

   Ante tamaño desafío las FF.AA bolivarianas no tiene otra opción que replegarse a las selvas y montañas de su extensa geografía (hay más de 3.000 kilómetros de frontera con el Brasil) a la espera de recibir hipotéticos apoyos de Rusia, China o Irán. Allí tendrían que resistir aplicando la típica guerra de guerrillas a la espera de que se movilice la solidaridad internacionalista o brigadas de voluntarios de Latinoamérica y el mundo decididos a ofrendar sus vidas por la causa. Porque si cae Venezuela luego vendrá Cuba y Nicaragua.

 

   El Caribe sigue siendo un mar de piratas y contrabandistas hoy dominado por la IV flota norteamericana-OTAN del Comando Sur acuartelado en Mayport (Florida) Para Washington es imprescindible asegurar las esferas de influencia en Venezuela y Cuba, América Central y América del sur. Ninguna otra potencia puede inmiscuirse en sus dominios. Por eso este despliegue bélico es un acto de supremacía que marca la hegemonía del imperialismo en el hemisferio occidental. O sea, que no admite ninguna injerencia de Rusia, China o Irán en su dominio geopolítico. 

 

  El Pentágono ha trazado una estrategia integral contra los "narcoterroristas" que operan en Venezuela y Colombia.  "Lanza del Sur" no solo se limita a la intersección marítima sino a todos los eslabones de la cadena: erradicación de los cultivos ilícitos y su sustitución, el control de los insumos, los precursores, las cocinas de laboratorios, las rutas, o el lavado de activos. Esta es una clara advertencia de la Secretaria de Guerra para esos países díscolos que atentan contra la seguridad de EE.UU si no se someten a sus exigencias van a tener muy serios problemas con la Joint Task Force Bravo del Comando Sur. 

 

   Pero a pesar de la gigantesca operación "Lanza del Sur" técnicamente es imposible invadir un territorio tan grande como Venezuela porque esto significaría una guerra de larga duración al estilo de Vietnam. 

 

   El "nuevo eje del mal" lo conforman los "narcoparaísos" de Venezuela, Cuba, Nicaragua, México y Colombia. Países en los que reina el Cartel de los Soles, el Tren de Aragua, el cartel de Sinaloa, el cartel Jalisco Nueva Generación, el cartel del Noroeste, el cartel del Golfo, la Nueva Familia Michoacana, los Carteles Unidos, el ELN, las disidencias de las FARC o el Clan del Golfo.

 

   Para neutralizar la amenaza del "narcoterrorismo" Trump han movilizado una fuerza imperial jamás vista en el Caribe.  Tal poderío armamentístico de alta tecnología garantiza el control y supremacía aérea: la unidad expedicionaria de los marines, una  flotilla de asalto anfibio,  el Iwo Jima, el buque Ocean Trader y 160 Night Stalkers de operaciones especiales, helicópteros Sikorsky MH-60 Seahawk, UH-60 Black Hawk Navy Seals, flotilla de tres destructores, un crucero de guerra, tres buques de apoyo logístico, una brigada de marines, Green Barets, drones de vigilancia y ataque, los B-52 B1, 2 escuadrillas de cazas F35 y 20 Sea Harrier, un submarino de propulsión nuclear y 200 misiles Tomahawk, un centenar de unidades de asalto anfibio, 20 cazas de la fuerza aérea, 50 F18 ubicados en su base de Puerto Rico, y acogidos "amistosamente" en Panamá, Trinidad, o Guyana. 

 

   Ya está en la zona el más grande y moderno portaviones el Gerald Ford de 100.000 toneladas y 5.000 marineros que transporta 72 aviones de combate F/A-18 que vienen de enfrentarse a los Huties; lo acompañan 6 destructores y un crucero de guerra más 2 submarinos nucleares de escolta. Este es el escenario de una "guerra compuesta" que combina guerra convencional con tácticas irregulares como infiltración de comandos especiales, sabotajes, desinformación, ciberataques y guerra psicológica para debilitar al enemigo. 

 

   Lo cierto es que Donald Trump ya no puede dar marcha atrás a su espectacular despliegue militar pues conformarse con hundir 15 o 20 barquitos de supuestos narcotraficantes sería visto como una derrota. Es prioritario culminar con éxito la operación "Lanza del Sur" y obtener una victoria que eleve su mermada popularidad. Hay que estimular el patrioterismo embriagador donde los héroes serán condecorados y todos cantarán el national atemp abrazados a la bandera the Stars and Stripes.

 

   Si EE.UU se decide por lanzar la ofensiva terrestre -como lo ha afirmado Donald Trump- la guerra será muy larga y desgastante pues no será nada fácil enfrentarse a la milicia bolivariana conformada por 4.000.000 de efectivos. 

 

 
 
 
 
 
 
 
 
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