
LAS CLAVES DEL PENSAMIENTO POLÍTICO DE LA DERECHA: DOS SIGLOS SIN PERDER EL CONTROL DEL APARATO DEL ESTADO
¿Qué estrategias ha utilizado la derecha española para camuflarse y evitar ser identificada con su propio nombre? ¿Por qué la derecha ha temido tanto a la movilización de las clases populares y qué ha hecho para frenarla?
Desde la represión brutal del movimiento obrero hasta el control ideológico a través de la Iglesia y el Ejército, la derecha española ha diseñado un entramado político que le ha permitido sostener su hegemonía durante dos ultimos siglos. El libro al que ahora interrogamos, "El pensamiento político de la derecha española en el siglo XX", pone al descubierto las estrategias con las que esta ha logrado mantenerse en el poder durante más de un siglo. ¡Descubre los secretos de su supervivencia y las claves de su dominio en la historia de España!
SECCIÓN DE CANARIAS SEMANAL A CARGO
DE MANUEL MEDINA (*)
En esta entrega de nuestro espacio "Interrogando a los libros", analizamos "El pensamiento político de la derecha española en el siglo XX", de Pedro Carlos González Cuevas, un libro que examina las diferentes corrientes ideológicas de la derecha española desde la crisis de la Restauración (1898) hasta la actualidad.
A través de un extenso recorrido histórico, el autor desglosa cómo han evolucionado el conservadurismo liberal, el tradicionalismo, el falangismo, el neoconservadurismo tecnocrático y la derecha liberal-democrática, entre otros movimientos. Si bien la obra ofrece un análisis riguroso del pensamiento derechista, no está escrita desde la perspectiva del materialismo histórico. En lugar de interpretar la derecha como una herramienta de las clases dominantes en la lucha de clases, González Cuevas centra su en la evolución intelectual y doctrinal de sus corrientes ideológicas, sin llegar a profundizar en su papel dentro del sistema capitalista. Así, el libro prioriza el estudio de las ideas sobre el análisis de las estructuras económicas y sociales que sustentaron a la derecha en el poder.
Para aquellos de los lectores de Canarias Semanal que deseen comprender las raíces del pensamiento conservador español actual, este libro ofrece una visión detallada de su relación con la Iglesia, el Ejército y el nacionalismo, así como sus tensiones internas y su adaptación a los cambios sociopolíticos. Desde la represión del movimiento obrero hasta la estrategia de desideologización en democracia, la evolución de la derecha es clave para entender el presente político del Estado español.
El libro al que ahora interrogamos, puede ayudar al lector a obtener respuestas a preguntas tales como:
¿De qué manera ha logrado la derecha clásica española mantenerse en el poder a lo largo del tiempo?
¿Qué estrategias ha utilizado para evitar identificarse con su propio nombre? ¿Cuáles son los orígenes del actual pensamiento político de la derecha española?
¿De qué piezas se nutrió la derecha española para montar un andamiaje político que le ha permitido sobrevivir a guerras civiles y otros peligrosos avatares históricos a lo largo de los dos últimos siglos, sin apenas perder el dominio de la conducción del aparato del Estado?
Descubre las respuestas a estas interrogantes en una entrevista donde el pasado y el presente del conservadurismo español se dan la mano. M.M.
INTERROGANDO AL LIBRO :
"EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE LA DERECHA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XX"
- ¿Cómo define el libro la esencia del pensamiento político de la derecha española en el siglo XX?
El libro sostiene que la derecha española no ha sido históricamente un bloque homogéneo, sino que ha estado compuesta por diversas corrientes que han compartido una “visión trágica” de la historia y la política. Se caracteriza por el rechazo a la igualdad social, la defensa de la autoridad y la creencia en la necesidad de jerarquías rígidas en la sociedad. Su pensamiento ha sido moldeado por la influencia de la Iglesia católica, el Ejército y una concepción pesimista del ser humano, lo que la ha llevado a rechazar proyectos políticos transformadores y a defender modelos de poder autoritarios.
¿En qué consiste el concepto de “visión trágica” de la derecha, según el libro?
La "visión trágica" es la idea que interpreta la historia como un proceso de decadencia y que la sociedad solo puede sostenerse con un orden jerárquico fuerte. El pensamiento político de la derecha española ha interpretado el progreso social como una amenaza al orden natural, considerando que el exceso de libertad lleva inevitablemente al caos. Considera igualmente que el ser humano es egoísta y que por ello necesita de estructuras de poder que lo controlen
- ¿Qué papel ha desempeñado en la derecha el miedo al poder de las clases populares en su propia evolución ideológica?
Definitivamente: un papel central. La derecha española ha visto en las clases populares una amenaza a su hegemonía. A lo largo del siglo XX ha reaccionado con temor ante cualquier avance de los sectores populares organizados, como el movimiento obrero o las luchas campesinas. Desde la Restauración hasta el franquismo y la transición posterior, la derecha ha diseñado mecanismos de control y represión para frenar su empoderamiento, ya sea mediante el Ejército, la Iglesia o el aparato represivo del Estado.
El miedo de la derecha española al empoderamiento de las clases populares ha sido un factor clave en su evolución política e ideológica. A lo largo del siglo XX, este temor se ha traducido en estrategias concretas para frenar el avance del movimiento obrero y de otras fuerzas sociales que desafiaban el statu quo.
Algunos ejemplos históricos que ilustran esta dinámica. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el régimen de la Restauración borbónica enfrentó una creciente movilización obrera impulsada por anarquistas y socialistas. En respuesta, la derecha utilizó mecanismos fuertemente represivos como la Ley de Jurisdicciones (1906), con la que se permitía al Ejército juzgar cualquier delito contra la “unidad de la patria” y el “honor militar”. Esto facilitó la persecución de sindicalistas y líderes obreros, restringiendo de esta manera su capacidad de organización.
Como es sabido, la llegada de la Segunda República en 1931 trajo no pocas reformas sociales que beneficiaban a las clases trabajadoras, como la reforma agraria y el fortalecimiento de los sindicatos. Sin embargo, la derecha consideró estas medidas una amenaza existencial. La reacción más extrema se produjo en 1936, cuando el general Francisco Franco y otros militares lideraron un golpe de Estado contra el gobierno republicano. Este golpe, apoyado por la Falange y sectores conservadores, dio inicio a la Guerra Civil Española, en la que la derecha persiguió y eliminó sistemáticamente a líderes sindicales, intelectuales progresistas y militantes de izquierda.
Ya durante la dictadura franquista (1939-1975), cualquier intento de organización obrera fue severamente castigado. El sindicalismo independiente fue prohibido y sustituido por sindicatos verticales controlados por el régimen. Además, el franquismo utilizó la estructura policial de la Brigada Politico Social para reprimir, vigilar y delatar a trabajadores rebeldes o sospechosos de serlo. Se establecieron tribunales militares para juzgar a obreros y campesinos que exigían mejoras laborales o derechos políticos
Estos ejemplos muestran cómo la derecha española, a lo largo del siglo XX, trató de frenar cualquier intento de organización de las clases populares mediante la represión militar, legislaciones restrictivas y el control ideológico.
- ¿Cuál ha sido la relación histórica entre la derecha española y el Ejército, especialmente en los momentos de crisis política?
La derecha ha recurrido frecuentemente al Ejército como garante del orden y la estabilidad. Desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la sublevación franquista de 1936, el Ejército ha sido utilizado como un instrumento idóneo para frenar la democracia y mantener el control sobre la sociedad.
Durante el franquismo, la militarización del poder fue total y, aunque con durante el régimen político parlamentario del postfranquismo el papel del Ejército formalmente no ha sido el mismo que en el pasado, la derecha ha continuado recurriendo a su influencia, sobre todo en el discurso sobre la unidad de España.
- ¿Cómo ha utilizado la derecha española la religión católica como herramienta de control ideológico y social?
La derecha española ha utilizado la religión católica como un pilar fundamental para el control social, la legitimación de su poder y la creación de una identidad nacional basada en la tradición y la obediencia. Esta estrategia se ha desarrollado a través de diferentes mecanismos a lo largo del siglo XX:
Durante décadas, la Iglesia católica ha controlado la educación en España, asegurando la transmisión de valores conservadores y el rechazo a ideas progresistas. En la dictadura franquista, asignaturas como "Formación del Espíritu Nacional" promovían un nacionalismo religioso donde la Iglesia, el Ejército y el Estado formaban un bloque indivisible. Incluso en democracia, la derecha ha defendido el modelo de educación concertada, donde los colegios religiosos mantienen una fuerte presencia.
Pero la Iglesia católica no solo ha influido en la educación. Lo ha hecho también en la estructura familiar y la vida social. Ha dictado normas sobre moralidad sexual, roles de género y la estructura familiar, imponiendo una visión conservadora de la sociedad. Hasta la década de 1970, la Iglesia tuvo el poder de censurar libros, películas y espectáculos, limitando la difusión de ideas laicas o progresistas.
El pensamiento político de la derecha española ha utilizado la religión como instrumento para justificar su dominio político, presentando la obediencia al orden establecido como un deber moral. Durante el franquismo, la guerra civil fue definida como una "Cruzada" contra el comunismo, lo que permitió a la Iglesia justificar la represión política como una misión divina. Incluso durante el régimen de la monarquía parlamentaria, la derecha ha recurrido al discurso de la "raíces cristianas de España" para rechazar avances en derechos civiles como el matrimonio igualitario o la eutanasia.
¿En qué medida puede decirse que la Iglesia ha condicionado el desarrollo de una derecha secular en España?
De forma decisiva. A diferencia de otras derechas europeas, que han desarrollado tradiciones más seculares, la derecha española ha estado profundamente anclada en el catolicismo. Esto ha bloqueado la aparición de corrientes laicas de pensamiento conservador y ha dificultado el desarrollo de una derecha modernizadora. Cualquier intento de introducir elementos liberales ha sido visto con desconfianza por la propia derecha y la Iglesia.
La hegemonía de la Iglesia católica en España ha bloqueado el desarrollo de una derecha secular comparable a la de otros países europeos. A diferencia de Francia o Reino Unido, donde existen corrientes conservadoras laicas y liberales, en España la derecha ha dependido en gran medida de la religión como fuente de legitimidad. Mientras que en otros países el liberalismo conservador ha evolucionado hacia modelos seculares, en España el conservadurismo ha estado estrechamente ligado al catolicismo. La derecha liberal ha sido minoritaria y siempre ha encontrado resistencia dentro de su propio espectro político. Figuras como Ortega y Gasset intentaron promocionar una derecha laica, pero fueron marginadas por el peso del catolicismo en el pensamiento conservador español.
La derecha ha defendido la presencia de símbolos y tradiciones religiosas en la esfera pública, oponiéndose radicalmente a la secularización de la sociedad. En debates sobre la educación o el aborto ha recurrido a argumentos religiosos más que políticos, mostrando su dependencia ideológica de la Iglesia. La Iglesia, por su parte, ha condicionado las posiciones de la derecha en temas como la familia, el papel de la mujer o la educación, evitando una evolución hacia posturas más liberales o pragmáticas. Esto explica por qué la derecha española ha tardado más que otras en aceptar ciertos cambios sociales, como la legalización del divorcio...
- ¿De qué manera influyó la pérdida de las colonias en la construcción del pensamiento político de la derecha española?
El desastre del 98 en el que España perdió una de sus últimas colonias, reforzó la idea de que el país necesitaba un poder fuerte para evitar su descomposición. La derecha interpretó la pérdida colonial como una prueba de la decadencia nacional y la falta de liderazgo. Esto llevó a una búsqueda de una regeneración autoritaria y al desprecio por los sistemas democráticos, considerados débiles. También se fortaleció la idea de que el enemigo no estaba solo fuera, sino dentro, en los sectores progresistas y obreros que cuestionaban el statu quo.
La pérdida de las colonias reforzó una visión defensiva del nacionalismo español, donde cualquier intento de descentralización o autonomía se percibía como una traición. Esto explica la postura intransigente de la derecha frente a los nacionalismos catalán y vasco en el siglo XX. La derecha interpretó la derrota del 98 como una prueba de que España necesitaba un liderazgo fuerte. Esto llevó a una búsqueda de modelos autoritarios que culminó en la dictadura de Primo de Rivera y luego en el franquismo, con la idea de que solo una mano firme podría restaurar la grandeza nacional.
Para la derecha, la derrota ante Estados Unidos no solo representó la pérdida de territorios estratégicos, sino también una confirmación de la decadencia española. Se instaló una sensación de fracaso colectivo, con la idea de que España había caído en la irrelevancia internacional. Esta visión fatalista llevó a muchos intelectuales de derechas a defender la necesidad de una regeneración nacional mediante un gobierno fuerte y una vuelta a los valores tradicionales.
La derecha asoció la debilidad del Estado español con la corrupción y la ineficacia del sistema parlamentario. La pérdida de las colonias se interpretó como una prueba de que el liberalismo y la democracia no eran viables para una nación como España. Esto alimentó la idea de que solo un régimen autoritario, centralizado y disciplinado podía restaurar la grandeza perdida, anticipando así el apoyo a la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y al franquismo.
Ante la sensación de decadencia, la derecha recurrió a la idealización de un pasado glorioso, especialmente el Imperio español de los siglos XVI y XVII. Se exaltó la figura de los Reyes Católicos, los conquistadores y la misión evangelizadora de España en América. Este enfoque promovió una nostalgia reaccionaria, que alimentó el rechazo a ideas modernas como el socialismo, el laicismo o la industrialización, consideradas elementos de una “civilización en declive”.
Para justificar la "crisis nacional", la derecha no solo culpó a factores externos (como Estados Unidos), sino también a enemigos internos. Se acusó a la masonería, a los republicanos, a los liberales y a la izquierda de haber debilitado la nación con su falta de patriotismo y su permisividad ante la corrupción. Esta mentalidad conspirativa reforzó la polarización política y la justificación de medidas represivas contra cualquier ideología que desafiara el orden conservador.
- ¿Cuál ha sido la postura de la derecha ante la lucha de clases y los movimientos obreros?
La hostilidad ha sido total. La derecha ha visto en la lucha de clases una amenaza para la estabilidad del país. Desde la represión violenta del movimiento obrero durante la dictadura de Primo de Rivera y el franquismo hasta la criminalización de las huelgas y protestas en democracia, la derecha ha tratado de desmovilizar y despolitizar a la clase trabajadora.
La derecha ha considerado la lucha de clases como una amenaza a la estabilidad social y ha tratado de neutralizarla mediante estrategias de represión, cooptación y división del movimiento obrero. Desde el siglo XIX, la derecha ha identificado los sindicatos con el caos y la subversión.
Durante el franquismo, los sindicatos independientes fueron prohibidos y sustituidos por organizaciones controladas por el Estado (los "sindicatos verticales"), donde trabajadores y empresarios estaban obligados a colaborar bajo supervisión gubernamental.
La represión de huelgas ha sido una constante en la historia de la derecha española. Desde la Semana Trágica de 1909 hasta la violencia policial contra las huelgas de los años 70, la respuesta ha sido la criminalización de las protestas y el uso de la fuerza.
El pensamiento político de la derecha ha ido construyendo, asimismo, discursos en los que trata de asociar a los movimientos obreros con la "antiespaña", el comunismo y la traición nacional, justificando así la represión y las políticas antisindicales.
¿Cómo ha reaccionado la derecha española frente a los cambios socioculturales y a la modernización de la sociedad?
Su actitud ha sido de resistencia y adaptación táctica. La derecha ha intentado, incluso, frenar tibias reformas progresistas en materia de derechos civiles, género y laicismo. Sin embargo, cuando estos cambios se han vuelto irreversibles, ha tratado de asumirlos de forma superficial para no quedar al margen de la sociedad. Las pruebas de esa resistencia están a la vista.
Se opuso a la legalización del divorcio en los años 30 del siglo pasado y, de nuevo, en la década de los 80 del mismo siglo . En el presente milenio rechazó la legalización del matrimonio igualitario en 2005, aunque luego llegara a aceptar plenamente su vigencia. En la medida que ciertos cambios llegaron a convertirse en irreversibles, la derecha los fue aceptando sin hacer grandes reformas, tratando de mantener alimentada a sus bases electorales, sin perder contacto con la sociedad.
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- ¿Qué tipo de mecanismos ha utilizado la derecha para evitar ser identificada con el término "derecha"?
En el curso de las últimas décadas, la derecha española ha tratado de evitar que se la identificara abiertamente como “derecha” debido a la carga negativa que ha adquirido este término, especialmente tras la dictadura franquista y la asociación del conservadurismo con el autoritarismo y la represión. Para mantener su influencia política sin ser percibida como reaccionaria, ha utilizado diversas estrategias discursivas y simbólicas para diluir su identidad ideológica.
Desde la transición, la derecha ha preferido presentarse como "centro-derecha" o simplemente "centro", utilizando términos como "moderación" o "sentido común" para distanciarse de su pasado autoritario. La UCD de Adolfo Suárez y el Partido Popular han recurrido a esta estrategia para evitar la imagen de intransigencia y abrirse a un electorado más amplio.
Para ello, la derecha española ha intentado transmitir la idea de que la política no consiste en otra cosa que en "cuestiones técnicas" y en "gestión eficiente", presentándose ante la sociedad como una opción pragmática en lugar de ideológica. Insiste, igualmente, en la idea de que la economía y el gobierno deben estar en manos de expertos, minimizando los debates sobre desigualdad o justicia social. Esta estrategia fue clave en los gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy, que promovieron el neoliberalismo sin utilizar una retórica abiertamente conservadora.
Con objeto de evitar ser percibida como reaccionaria, la derecha ha adoptado parcialmente discursos progresistas en temas como igualdad de género, derechos civiles y ecología, aunque muchas veces con un enfoque muy superficial. Asimismo, trata de redefinir términos como “libertad” en un sentido individualista, enfatizando la reducción del papel del Estado en la vida social y económica.
En las últimas décadas, la derecha ha reemplazado la identidad política tradicional por un discurso basado en el "patriotismo y la unidad de España". En lugar de definirse como conservadora, se presenta como la "defensora de la nación" frente a supuestas amenazas internas (independentismo, inmigración, izquierdismo radical). Esto le permite unificar distintos sectores de derecha bajo un mensaje que emocione, evitando debates ideológicos profundos.
En el lenguaje político de la derecha, términos como "liberal", "constitucionalista" o "humanista" han servido para evitar la etiqueta de "derecha". Estos conceptos le permiten conectar con sectores más amplios de la sociedad sin por ello asumir directamente un posicionamiento conservador, lo que facilita la captación de votantes indecisos o desideologizados.
La derecha española busca, pues, mantenerse en el poder sin asumir abiertamente su identidad política, utilizando estrategias discursivas y simbólicas para evitar la estigmatización del término "derecha" y proyectarse como una opción moderna, pragmática y patriótica.
(*) MANUEL MEDINA es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia
SECCIÓN DE CANARIAS SEMANAL A CARGO
DE MANUEL MEDINA (*)
En esta entrega de nuestro espacio "Interrogando a los libros", analizamos "El pensamiento político de la derecha española en el siglo XX", de Pedro Carlos González Cuevas, un libro que examina las diferentes corrientes ideológicas de la derecha española desde la crisis de la Restauración (1898) hasta la actualidad.
A través de un extenso recorrido histórico, el autor desglosa cómo han evolucionado el conservadurismo liberal, el tradicionalismo, el falangismo, el neoconservadurismo tecnocrático y la derecha liberal-democrática, entre otros movimientos. Si bien la obra ofrece un análisis riguroso del pensamiento derechista, no está escrita desde la perspectiva del materialismo histórico. En lugar de interpretar la derecha como una herramienta de las clases dominantes en la lucha de clases, González Cuevas centra su en la evolución intelectual y doctrinal de sus corrientes ideológicas, sin llegar a profundizar en su papel dentro del sistema capitalista. Así, el libro prioriza el estudio de las ideas sobre el análisis de las estructuras económicas y sociales que sustentaron a la derecha en el poder.
Para aquellos de los lectores de Canarias Semanal que deseen comprender las raíces del pensamiento conservador español actual, este libro ofrece una visión detallada de su relación con la Iglesia, el Ejército y el nacionalismo, así como sus tensiones internas y su adaptación a los cambios sociopolíticos. Desde la represión del movimiento obrero hasta la estrategia de desideologización en democracia, la evolución de la derecha es clave para entender el presente político del Estado español.
El libro al que ahora interrogamos, puede ayudar al lector a obtener respuestas a preguntas tales como:
¿De qué manera ha logrado la derecha clásica española mantenerse en el poder a lo largo del tiempo?
¿Qué estrategias ha utilizado para evitar identificarse con su propio nombre? ¿Cuáles son los orígenes del actual pensamiento político de la derecha española?
¿De qué piezas se nutrió la derecha española para montar un andamiaje político que le ha permitido sobrevivir a guerras civiles y otros peligrosos avatares históricos a lo largo de los dos últimos siglos, sin apenas perder el dominio de la conducción del aparato del Estado?
Descubre las respuestas a estas interrogantes en una entrevista donde el pasado y el presente del conservadurismo español se dan la mano. M.M.
INTERROGANDO AL LIBRO :
"EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE LA DERECHA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XX"
- ¿Cómo define el libro la esencia del pensamiento político de la derecha española en el siglo XX?
El libro sostiene que la derecha española no ha sido históricamente un bloque homogéneo, sino que ha estado compuesta por diversas corrientes que han compartido una “visión trágica” de la historia y la política. Se caracteriza por el rechazo a la igualdad social, la defensa de la autoridad y la creencia en la necesidad de jerarquías rígidas en la sociedad. Su pensamiento ha sido moldeado por la influencia de la Iglesia católica, el Ejército y una concepción pesimista del ser humano, lo que la ha llevado a rechazar proyectos políticos transformadores y a defender modelos de poder autoritarios.
¿En qué consiste el concepto de “visión trágica” de la derecha, según el libro?
La "visión trágica" es la idea que interpreta la historia como un proceso de decadencia y que la sociedad solo puede sostenerse con un orden jerárquico fuerte. El pensamiento político de la derecha española ha interpretado el progreso social como una amenaza al orden natural, considerando que el exceso de libertad lleva inevitablemente al caos. Considera igualmente que el ser humano es egoísta y que por ello necesita de estructuras de poder que lo controlen
- ¿Qué papel ha desempeñado en la derecha el miedo al poder de las clases populares en su propia evolución ideológica?
Definitivamente: un papel central. La derecha española ha visto en las clases populares una amenaza a su hegemonía. A lo largo del siglo XX ha reaccionado con temor ante cualquier avance de los sectores populares organizados, como el movimiento obrero o las luchas campesinas. Desde la Restauración hasta el franquismo y la transición posterior, la derecha ha diseñado mecanismos de control y represión para frenar su empoderamiento, ya sea mediante el Ejército, la Iglesia o el aparato represivo del Estado.
El miedo de la derecha española al empoderamiento de las clases populares ha sido un factor clave en su evolución política e ideológica. A lo largo del siglo XX, este temor se ha traducido en estrategias concretas para frenar el avance del movimiento obrero y de otras fuerzas sociales que desafiaban el statu quo.
Algunos ejemplos históricos que ilustran esta dinámica. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el régimen de la Restauración borbónica enfrentó una creciente movilización obrera impulsada por anarquistas y socialistas. En respuesta, la derecha utilizó mecanismos fuertemente represivos como la Ley de Jurisdicciones (1906), con la que se permitía al Ejército juzgar cualquier delito contra la “unidad de la patria” y el “honor militar”. Esto facilitó la persecución de sindicalistas y líderes obreros, restringiendo de esta manera su capacidad de organización.
Como es sabido, la llegada de la Segunda República en 1931 trajo no pocas reformas sociales que beneficiaban a las clases trabajadoras, como la reforma agraria y el fortalecimiento de los sindicatos. Sin embargo, la derecha consideró estas medidas una amenaza existencial. La reacción más extrema se produjo en 1936, cuando el general Francisco Franco y otros militares lideraron un golpe de Estado contra el gobierno republicano. Este golpe, apoyado por la Falange y sectores conservadores, dio inicio a la Guerra Civil Española, en la que la derecha persiguió y eliminó sistemáticamente a líderes sindicales, intelectuales progresistas y militantes de izquierda.
Ya durante la dictadura franquista (1939-1975), cualquier intento de organización obrera fue severamente castigado. El sindicalismo independiente fue prohibido y sustituido por sindicatos verticales controlados por el régimen. Además, el franquismo utilizó la estructura policial de la Brigada Politico Social para reprimir, vigilar y delatar a trabajadores rebeldes o sospechosos de serlo. Se establecieron tribunales militares para juzgar a obreros y campesinos que exigían mejoras laborales o derechos políticos
Estos ejemplos muestran cómo la derecha española, a lo largo del siglo XX, trató de frenar cualquier intento de organización de las clases populares mediante la represión militar, legislaciones restrictivas y el control ideológico.
- ¿Cuál ha sido la relación histórica entre la derecha española y el Ejército, especialmente en los momentos de crisis política?
La derecha ha recurrido frecuentemente al Ejército como garante del orden y la estabilidad. Desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la sublevación franquista de 1936, el Ejército ha sido utilizado como un instrumento idóneo para frenar la democracia y mantener el control sobre la sociedad.
Durante el franquismo, la militarización del poder fue total y, aunque con durante el régimen político parlamentario del postfranquismo el papel del Ejército formalmente no ha sido el mismo que en el pasado, la derecha ha continuado recurriendo a su influencia, sobre todo en el discurso sobre la unidad de España.
- ¿Cómo ha utilizado la derecha española la religión católica como herramienta de control ideológico y social?
La derecha española ha utilizado la religión católica como un pilar fundamental para el control social, la legitimación de su poder y la creación de una identidad nacional basada en la tradición y la obediencia. Esta estrategia se ha desarrollado a través de diferentes mecanismos a lo largo del siglo XX:
Durante décadas, la Iglesia católica ha controlado la educación en España, asegurando la transmisión de valores conservadores y el rechazo a ideas progresistas. En la dictadura franquista, asignaturas como "Formación del Espíritu Nacional" promovían un nacionalismo religioso donde la Iglesia, el Ejército y el Estado formaban un bloque indivisible. Incluso en democracia, la derecha ha defendido el modelo de educación concertada, donde los colegios religiosos mantienen una fuerte presencia.
Pero la Iglesia católica no solo ha influido en la educación. Lo ha hecho también en la estructura familiar y la vida social. Ha dictado normas sobre moralidad sexual, roles de género y la estructura familiar, imponiendo una visión conservadora de la sociedad. Hasta la década de 1970, la Iglesia tuvo el poder de censurar libros, películas y espectáculos, limitando la difusión de ideas laicas o progresistas.
El pensamiento político de la derecha española ha utilizado la religión como instrumento para justificar su dominio político, presentando la obediencia al orden establecido como un deber moral. Durante el franquismo, la guerra civil fue definida como una "Cruzada" contra el comunismo, lo que permitió a la Iglesia justificar la represión política como una misión divina. Incluso durante el régimen de la monarquía parlamentaria, la derecha ha recurrido al discurso de la "raíces cristianas de España" para rechazar avances en derechos civiles como el matrimonio igualitario o la eutanasia.
¿En qué medida puede decirse que la Iglesia ha condicionado el desarrollo de una derecha secular en España?
De forma decisiva. A diferencia de otras derechas europeas, que han desarrollado tradiciones más seculares, la derecha española ha estado profundamente anclada en el catolicismo. Esto ha bloqueado la aparición de corrientes laicas de pensamiento conservador y ha dificultado el desarrollo de una derecha modernizadora. Cualquier intento de introducir elementos liberales ha sido visto con desconfianza por la propia derecha y la Iglesia.
La hegemonía de la Iglesia católica en España ha bloqueado el desarrollo de una derecha secular comparable a la de otros países europeos. A diferencia de Francia o Reino Unido, donde existen corrientes conservadoras laicas y liberales, en España la derecha ha dependido en gran medida de la religión como fuente de legitimidad. Mientras que en otros países el liberalismo conservador ha evolucionado hacia modelos seculares, en España el conservadurismo ha estado estrechamente ligado al catolicismo. La derecha liberal ha sido minoritaria y siempre ha encontrado resistencia dentro de su propio espectro político. Figuras como Ortega y Gasset intentaron promocionar una derecha laica, pero fueron marginadas por el peso del catolicismo en el pensamiento conservador español.
La derecha ha defendido la presencia de símbolos y tradiciones religiosas en la esfera pública, oponiéndose radicalmente a la secularización de la sociedad. En debates sobre la educación o el aborto ha recurrido a argumentos religiosos más que políticos, mostrando su dependencia ideológica de la Iglesia. La Iglesia, por su parte, ha condicionado las posiciones de la derecha en temas como la familia, el papel de la mujer o la educación, evitando una evolución hacia posturas más liberales o pragmáticas. Esto explica por qué la derecha española ha tardado más que otras en aceptar ciertos cambios sociales, como la legalización del divorcio...
- ¿De qué manera influyó la pérdida de las colonias en la construcción del pensamiento político de la derecha española?
El desastre del 98 en el que España perdió una de sus últimas colonias, reforzó la idea de que el país necesitaba un poder fuerte para evitar su descomposición. La derecha interpretó la pérdida colonial como una prueba de la decadencia nacional y la falta de liderazgo. Esto llevó a una búsqueda de una regeneración autoritaria y al desprecio por los sistemas democráticos, considerados débiles. También se fortaleció la idea de que el enemigo no estaba solo fuera, sino dentro, en los sectores progresistas y obreros que cuestionaban el statu quo.
La pérdida de las colonias reforzó una visión defensiva del nacionalismo español, donde cualquier intento de descentralización o autonomía se percibía como una traición. Esto explica la postura intransigente de la derecha frente a los nacionalismos catalán y vasco en el siglo XX. La derecha interpretó la derrota del 98 como una prueba de que España necesitaba un liderazgo fuerte. Esto llevó a una búsqueda de modelos autoritarios que culminó en la dictadura de Primo de Rivera y luego en el franquismo, con la idea de que solo una mano firme podría restaurar la grandeza nacional.
Para la derecha, la derrota ante Estados Unidos no solo representó la pérdida de territorios estratégicos, sino también una confirmación de la decadencia española. Se instaló una sensación de fracaso colectivo, con la idea de que España había caído en la irrelevancia internacional. Esta visión fatalista llevó a muchos intelectuales de derechas a defender la necesidad de una regeneración nacional mediante un gobierno fuerte y una vuelta a los valores tradicionales.
La derecha asoció la debilidad del Estado español con la corrupción y la ineficacia del sistema parlamentario. La pérdida de las colonias se interpretó como una prueba de que el liberalismo y la democracia no eran viables para una nación como España. Esto alimentó la idea de que solo un régimen autoritario, centralizado y disciplinado podía restaurar la grandeza perdida, anticipando así el apoyo a la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y al franquismo.
Ante la sensación de decadencia, la derecha recurrió a la idealización de un pasado glorioso, especialmente el Imperio español de los siglos XVI y XVII. Se exaltó la figura de los Reyes Católicos, los conquistadores y la misión evangelizadora de España en América. Este enfoque promovió una nostalgia reaccionaria, que alimentó el rechazo a ideas modernas como el socialismo, el laicismo o la industrialización, consideradas elementos de una “civilización en declive”.
Para justificar la "crisis nacional", la derecha no solo culpó a factores externos (como Estados Unidos), sino también a enemigos internos. Se acusó a la masonería, a los republicanos, a los liberales y a la izquierda de haber debilitado la nación con su falta de patriotismo y su permisividad ante la corrupción. Esta mentalidad conspirativa reforzó la polarización política y la justificación de medidas represivas contra cualquier ideología que desafiara el orden conservador.
- ¿Cuál ha sido la postura de la derecha ante la lucha de clases y los movimientos obreros?
La hostilidad ha sido total. La derecha ha visto en la lucha de clases una amenaza para la estabilidad del país. Desde la represión violenta del movimiento obrero durante la dictadura de Primo de Rivera y el franquismo hasta la criminalización de las huelgas y protestas en democracia, la derecha ha tratado de desmovilizar y despolitizar a la clase trabajadora.
La derecha ha considerado la lucha de clases como una amenaza a la estabilidad social y ha tratado de neutralizarla mediante estrategias de represión, cooptación y división del movimiento obrero. Desde el siglo XIX, la derecha ha identificado los sindicatos con el caos y la subversión.
Durante el franquismo, los sindicatos independientes fueron prohibidos y sustituidos por organizaciones controladas por el Estado (los "sindicatos verticales"), donde trabajadores y empresarios estaban obligados a colaborar bajo supervisión gubernamental.
La represión de huelgas ha sido una constante en la historia de la derecha española. Desde la Semana Trágica de 1909 hasta la violencia policial contra las huelgas de los años 70, la respuesta ha sido la criminalización de las protestas y el uso de la fuerza.
El pensamiento político de la derecha ha ido construyendo, asimismo, discursos en los que trata de asociar a los movimientos obreros con la "antiespaña", el comunismo y la traición nacional, justificando así la represión y las políticas antisindicales.
¿Cómo ha reaccionado la derecha española frente a los cambios socioculturales y a la modernización de la sociedad?
Su actitud ha sido de resistencia y adaptación táctica. La derecha ha intentado, incluso, frenar tibias reformas progresistas en materia de derechos civiles, género y laicismo. Sin embargo, cuando estos cambios se han vuelto irreversibles, ha tratado de asumirlos de forma superficial para no quedar al margen de la sociedad. Las pruebas de esa resistencia están a la vista.
Se opuso a la legalización del divorcio en los años 30 del siglo pasado y, de nuevo, en la década de los 80 del mismo siglo . En el presente milenio rechazó la legalización del matrimonio igualitario en 2005, aunque luego llegara a aceptar plenamente su vigencia. En la medida que ciertos cambios llegaron a convertirse en irreversibles, la derecha los fue aceptando sin hacer grandes reformas, tratando de mantener alimentada a sus bases electorales, sin perder contacto con la sociedad.
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- ¿Qué tipo de mecanismos ha utilizado la derecha para evitar ser identificada con el término "derecha"?
En el curso de las últimas décadas, la derecha española ha tratado de evitar que se la identificara abiertamente como “derecha” debido a la carga negativa que ha adquirido este término, especialmente tras la dictadura franquista y la asociación del conservadurismo con el autoritarismo y la represión. Para mantener su influencia política sin ser percibida como reaccionaria, ha utilizado diversas estrategias discursivas y simbólicas para diluir su identidad ideológica.
Desde la transición, la derecha ha preferido presentarse como "centro-derecha" o simplemente "centro", utilizando términos como "moderación" o "sentido común" para distanciarse de su pasado autoritario. La UCD de Adolfo Suárez y el Partido Popular han recurrido a esta estrategia para evitar la imagen de intransigencia y abrirse a un electorado más amplio.
Para ello, la derecha española ha intentado transmitir la idea de que la política no consiste en otra cosa que en "cuestiones técnicas" y en "gestión eficiente", presentándose ante la sociedad como una opción pragmática en lugar de ideológica. Insiste, igualmente, en la idea de que la economía y el gobierno deben estar en manos de expertos, minimizando los debates sobre desigualdad o justicia social. Esta estrategia fue clave en los gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy, que promovieron el neoliberalismo sin utilizar una retórica abiertamente conservadora.
Con objeto de evitar ser percibida como reaccionaria, la derecha ha adoptado parcialmente discursos progresistas en temas como igualdad de género, derechos civiles y ecología, aunque muchas veces con un enfoque muy superficial. Asimismo, trata de redefinir términos como “libertad” en un sentido individualista, enfatizando la reducción del papel del Estado en la vida social y económica.
En las últimas décadas, la derecha ha reemplazado la identidad política tradicional por un discurso basado en el "patriotismo y la unidad de España". En lugar de definirse como conservadora, se presenta como la "defensora de la nación" frente a supuestas amenazas internas (independentismo, inmigración, izquierdismo radical). Esto le permite unificar distintos sectores de derecha bajo un mensaje que emocione, evitando debates ideológicos profundos.
En el lenguaje político de la derecha, términos como "liberal", "constitucionalista" o "humanista" han servido para evitar la etiqueta de "derecha". Estos conceptos le permiten conectar con sectores más amplios de la sociedad sin por ello asumir directamente un posicionamiento conservador, lo que facilita la captación de votantes indecisos o desideologizados.
La derecha española busca, pues, mantenerse en el poder sin asumir abiertamente su identidad política, utilizando estrategias discursivas y simbólicas para evitar la estigmatización del término "derecha" y proyectarse como una opción moderna, pragmática y patriótica.
(*) MANUEL MEDINA es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia
Chorche | Sábado, 22 de Febrero de 2025 a las 17:23:31 horas
Y lo que nos espera, pues todo sigue bien atado, empezando por la jefatura del estado y el poder militar, el poder judicial,el económico que tiene sometido al político....
Por si tuviéramos poco, cada generación está más manipulada y aborregada por el fasciocapitalismo.
Las generaciones que lucharon contra la dictadura y que vivieron la "ejemplar" Transición siguen luchando; pero si otras no toman el relevo, "negras tormentas volverán a agitar los aires" y como decía Julio Anguita "con las últimas generaciones no se puede contar pues las han criado en cajas de algodón".
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Juristas contra la impunidad del Rey, por Juristas de Illes Balears (Rebelión Org)
¿Puede y debe la sociedad española, y con especial protagonismo a través de sus medios de comunicación, debatir sobre el hecho de la impunidad efectiva del jefe del Estado y animar a sus representantes a buscar la reforma que se podría aprobar con la actual composición del Congreso?
...El 15 de marzo de 2020 la Casa Real emitió un comunicado afirmando que Felipe VI renunciaba a la herencia de Juan Carlos I que “personalmente le pudiera corresponder”. Al no existir, ni entonces ni ahora, condena judicial alguna que determine el origen ilícito de los bienes que posee Juan Carlos I, tal renuncia fue interpretada por muchas personas como la acción precipitada de alguien que al menos duda de la legalidad de esos bienes y, por tanto, no quiere aparecer como cómplice bajo ningún concepto, incluso aunque legalmente pudieran corresponderle. Al éxito de esta “lectura” del comunicado contribuyó la evidencia, para la mayoría de los expertos que opinaron, de que, según la ley, no es posible renunciar a la herencia de alguien que no ha fallecido...
...En junio de 2022 los miembros de PSOE, PP y VOX en la Mesa del Congreso impidieron que se debatiera una propuesta para limitar la inviolabilidad del Rey.
...varios juristas de Illes Balears que figuramos al pie de este escrito nos dirigimos en diciembre de 2022 al presidente del Gobierno a través de la opción “Escribir al presidente” para pedirle que el actual jefe del Estado renunciara a la prerrogativa que le concede el derecho efectivo a delinquir sin que ningún juez pueda iniciar la investigación obligada en cualquier país democrático en el que rija el principio de la igualdad ante la ley que, por cierto, establece sin excepciones de ninguna clase el artículo 14 de la Constitución aprobada en 1978.
Al no ver satisfecha nuestra petición, volvimos a escribir al presidente Pedro Sánchez en diciembre de 2023 y en diciembre de 2024 por el mismo procedimiento y siempre en fechas anteriores al 24 de diciembre. A ninguno de los tres escritos hemos recibido respuesta desde la presidencia del Gobierno,...
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