
CANARIAS VUELVE A ALZAR LA VOZ: MANIFESTACIONES CONTRA EL MODELO DE TURISMO MASIVO
Crisis de vivienda, pobreza y colapso ecológico
Este domingo, miles de canarios se manifestaron en las zonas turísticas del archipiélago para reclamar un cambio en el modelo económico y turístico. Las protestas, que comenzaron en abril de 2024, denuncian los impactos sociales y ambientales del turismo masivo, exigiendo soluciones a la crisis de vivienda, la precariedad laboral y la degradación del entorno.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Este domingo, Canarias volvió a ser escenario de protestas contra el turismo masivo y un modelo económico insostenible. Miles de personas salieron a las calles en las zonas turísticas de las islas para reclamar una transformación urgente del modelo turístico y económico que, según los manifestantes, está destruyendo su tierra y perjudicando el bienestar de la población local.
Bajo lemas contundentes como “Ni una cama más” y “Canarias tiene un límite”, los manifestantes quisieron dejar claro que no permitirán que sus demandas sean ignoradas por más tiempo.
La chispa que encendió las movilizaciones
âNo es turismo es colonialismoâ#CanariasTieneUnLimite @Maspalomas @TurismoGobCan @Jessicaleonver @FClavijoBatlle @PresiCan pic.twitter.com/kg7PbEqWeK
â Protesta Las Palmas (@ProtestaLPGC) October 20, 202
Las manifestaciones de este 20 de octubre son una continuación de las históricas protestas que tuvieron lugar el pasado 20 de abril, cuando más de 200.000 canarios se congregaron en las principales ciudades del archipiélago. En aquella ocasión, la movilización fue una reacción al creciente descontento con un modelo turístico que ha saturado las islas, elevando el coste de vida y generando una crisis habitacional sin precedentes.
Aunque sin la masividad de la primera convocatoria, este domingo los manifestantes decidieron llevar su lucha a los principales enclaves turísticos, como Las Américas, en Tenerife y Maspalomas, en Gran Canaria. El mensaje fue claro: no solo es una cuestión de reclamar a los gobernantes, sino también de concienciar a los millones de turistas que visitan Canarias cada año.
“Queremos que los turistas entiendan que este modelo no es sostenible ni justo”, comentaron los organizadores.
Las demandas de un pueblo en crisis:
Las principales reclamaciones de los manifestantes reflejan la tensión que existe entre el desarrollo económico basado en el turismo y la calidad de vida de los isleños. Entre las demandas más destacadas están:
-
Una moratoria turística: Los residentes exigen un freno en la construcción de nuevas infraestructuras turísticas. El crecimiento desmedido de camas hoteleras y viviendas vacacionales ha agravado la crisis de vivienda, disparando los precios del alquiler y dificultando el acceso a viviendas dignas para la población local.
-
Paralización de megaproyectos: En Tenerife, proyectos como el hotel de La Tejita y el complejo turístico Cuna del Alma en el Puertito de Adeje se han convertido en símbolos de la especulación urbanística. A pesar de las huelgas de hambre y las protestas, estos proyectos continúan avanzando sin que el gobierno regional haya dado marcha atrás.
-
Protección medioambiental: Las protestas también se enfocan en la preservación del frágil ecosistema canario. El turismo masivo ha provocado una sobreexplotación de recursos naturales, como el agua, y ha degradado las costas y áreas naturales protegidas. El consumo desmedido de agua en hoteles y complejos turísticos, frente a la escasez que sufren muchos ciudadanos, es un tema recurrente en las protestas.
-
Condiciones laborales dignas: Aunque el turismo es el principal motor económico de las islas, los manifestantes subrayan que muchos trabajadores del sector hotelero y de servicios viven en condiciones precarias. El empleo que genera el turismo es, en su mayoría, mal remunerado y temporal, lo que perpetúa la desigualdad en la región.
Un modelo económico insostenible
Canarias, con más de 16 millones de turistas al año, ha alcanzado un punto crítico en términos de capacidad de carga. Si bien el turismo representa alrededor del 40% de la economía de las islas y genera importantes ingresos fiscales, los beneficios de esta actividad no se distribuyen de manera equitativa. Al contrario, la riqueza generada por el turismo suele salir de las islas, mientras que la población local enfrenta el aumento de los precios, la escasez de recursos y el deterioro de los servicios públicos
Uno de los problemas más graves es la crisis de vivienda. En los últimos diez años, el precio del alquiler se ha duplicado, en gran parte debido al auge de las plataformas de alquiler vacacional. Esto ha dejado a muchos canarios sin opciones de vivienda asequible, especialmente en las zonas más turísticas. En algunos casos, como en Fuerteventura, la falta de vivienda ha llevado a la población a organizarse en protestas espontáneas.
El impacto medioambiental: La otra cara del turismo
El impacto del turismo en el medioambiente es otro de los motivos que ha llevado a los canarios a las calles. La explotación turística ha degradado costas y ecosistemas, con construcciones que invaden las últimas áreas naturales vírgenes. Además, el consumo de recursos, como el agua, ha alcanzado niveles insostenibles. “Mientras los turistas disfrutan de piscinas y campos de golf, muchos canarios sufren cortes de agua”, denunciaron los manifestantes
Esta situación ha generado un amplio debate en torno a la necesidad de reestructurar el modelo turístico. Los organizadores de las protestas proponen un turismo más sostenible, que limite la capacidad de carga y priorice la protección del medioambiente y el bienestar de la población local.
Un movimiento que trasciende fronteras
El eco de estas protestas ha resonado más allá de Canarias. Ciudades como Madrid, Barcelona y Berlín han sido escenario de manifestaciones de apoyo a la causa canaria, lo que muestra la creciente preocupación por los efectos del turismo masivo en diversas regiones del mundo. En este sentido, Canarias no está sola en su lucha por un turismo más justo y sostenible.
A pesar de la magnitud de las protestas y del creciente apoyo internacional, el gobierno regional no ha implementado ninguna medida para abordar las demandas de los manifestantes. Sin embargo, el movimiento continúa ganando fuerza, y es probable que las protestas sigan siendo una constante en el futuro próximo.
Canarias enfrenta un dilema: continuar con un modelo turístico que genera riqueza a corto plazo pero que deteriora la vida de sus habitantes y su entorno, o apostar por un cambio que garantice la sostenibilidad y el bienestar de su población. Las movilizaciones de este domingo son una clara señal de que los canarios no están dispuestos a quedarse callados ante un modelo que consideran destructivo.
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Este domingo, Canarias volvió a ser escenario de protestas contra el turismo masivo y un modelo económico insostenible. Miles de personas salieron a las calles en las zonas turísticas de las islas para reclamar una transformación urgente del modelo turístico y económico que, según los manifestantes, está destruyendo su tierra y perjudicando el bienestar de la población local.
Bajo lemas contundentes como “Ni una cama más” y “Canarias tiene un límite”, los manifestantes quisieron dejar claro que no permitirán que sus demandas sean ignoradas por más tiempo.
La chispa que encendió las movilizaciones
âNo es turismo es colonialismoâ#CanariasTieneUnLimite @Maspalomas @TurismoGobCan @Jessicaleonver @FClavijoBatlle @PresiCan pic.twitter.com/kg7PbEqWeK
â Protesta Las Palmas (@ProtestaLPGC) October 20, 202
Las manifestaciones de este 20 de octubre son una continuación de las históricas protestas que tuvieron lugar el pasado 20 de abril, cuando más de 200.000 canarios se congregaron en las principales ciudades del archipiélago. En aquella ocasión, la movilización fue una reacción al creciente descontento con un modelo turístico que ha saturado las islas, elevando el coste de vida y generando una crisis habitacional sin precedentes.
Aunque sin la masividad de la primera convocatoria, este domingo los manifestantes decidieron llevar su lucha a los principales enclaves turísticos, como Las Américas, en Tenerife y Maspalomas, en Gran Canaria. El mensaje fue claro: no solo es una cuestión de reclamar a los gobernantes, sino también de concienciar a los millones de turistas que visitan Canarias cada año.
“Queremos que los turistas entiendan que este modelo no es sostenible ni justo”, comentaron los organizadores.
Las demandas de un pueblo en crisis:
Las principales reclamaciones de los manifestantes reflejan la tensión que existe entre el desarrollo económico basado en el turismo y la calidad de vida de los isleños. Entre las demandas más destacadas están:
-
Una moratoria turística: Los residentes exigen un freno en la construcción de nuevas infraestructuras turísticas. El crecimiento desmedido de camas hoteleras y viviendas vacacionales ha agravado la crisis de vivienda, disparando los precios del alquiler y dificultando el acceso a viviendas dignas para la población local.
-
Paralización de megaproyectos: En Tenerife, proyectos como el hotel de La Tejita y el complejo turístico Cuna del Alma en el Puertito de Adeje se han convertido en símbolos de la especulación urbanística. A pesar de las huelgas de hambre y las protestas, estos proyectos continúan avanzando sin que el gobierno regional haya dado marcha atrás.
-
Protección medioambiental: Las protestas también se enfocan en la preservación del frágil ecosistema canario. El turismo masivo ha provocado una sobreexplotación de recursos naturales, como el agua, y ha degradado las costas y áreas naturales protegidas. El consumo desmedido de agua en hoteles y complejos turísticos, frente a la escasez que sufren muchos ciudadanos, es un tema recurrente en las protestas.
-
Condiciones laborales dignas: Aunque el turismo es el principal motor económico de las islas, los manifestantes subrayan que muchos trabajadores del sector hotelero y de servicios viven en condiciones precarias. El empleo que genera el turismo es, en su mayoría, mal remunerado y temporal, lo que perpetúa la desigualdad en la región.
Un modelo económico insostenible
Canarias, con más de 16 millones de turistas al año, ha alcanzado un punto crítico en términos de capacidad de carga. Si bien el turismo representa alrededor del 40% de la economía de las islas y genera importantes ingresos fiscales, los beneficios de esta actividad no se distribuyen de manera equitativa. Al contrario, la riqueza generada por el turismo suele salir de las islas, mientras que la población local enfrenta el aumento de los precios, la escasez de recursos y el deterioro de los servicios públicos
Uno de los problemas más graves es la crisis de vivienda. En los últimos diez años, el precio del alquiler se ha duplicado, en gran parte debido al auge de las plataformas de alquiler vacacional. Esto ha dejado a muchos canarios sin opciones de vivienda asequible, especialmente en las zonas más turísticas. En algunos casos, como en Fuerteventura, la falta de vivienda ha llevado a la población a organizarse en protestas espontáneas.
El impacto medioambiental: La otra cara del turismo
El impacto del turismo en el medioambiente es otro de los motivos que ha llevado a los canarios a las calles. La explotación turística ha degradado costas y ecosistemas, con construcciones que invaden las últimas áreas naturales vírgenes. Además, el consumo de recursos, como el agua, ha alcanzado niveles insostenibles. “Mientras los turistas disfrutan de piscinas y campos de golf, muchos canarios sufren cortes de agua”, denunciaron los manifestantes
Esta situación ha generado un amplio debate en torno a la necesidad de reestructurar el modelo turístico. Los organizadores de las protestas proponen un turismo más sostenible, que limite la capacidad de carga y priorice la protección del medioambiente y el bienestar de la población local.
Un movimiento que trasciende fronteras
El eco de estas protestas ha resonado más allá de Canarias. Ciudades como Madrid, Barcelona y Berlín han sido escenario de manifestaciones de apoyo a la causa canaria, lo que muestra la creciente preocupación por los efectos del turismo masivo en diversas regiones del mundo. En este sentido, Canarias no está sola en su lucha por un turismo más justo y sostenible.
A pesar de la magnitud de las protestas y del creciente apoyo internacional, el gobierno regional no ha implementado ninguna medida para abordar las demandas de los manifestantes. Sin embargo, el movimiento continúa ganando fuerza, y es probable que las protestas sigan siendo una constante en el futuro próximo.
Canarias enfrenta un dilema: continuar con un modelo turístico que genera riqueza a corto plazo pero que deteriora la vida de sus habitantes y su entorno, o apostar por un cambio que garantice la sostenibilidad y el bienestar de su población. Las movilizaciones de este domingo son una clara señal de que los canarios no están dispuestos a quedarse callados ante un modelo que consideran destructivo.
Chorche | Sábado, 26 de Octubre de 2024 a las 16:48:55 horas
Diversas organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, y medio centenar de plataformas contra la turistificación, se han agrupado en Ciudades y Pueblos para Vivir, un movimiento que busca acabar con los impactos sociales y ambientales nocivos del turismo.
una oportunidad para denunciar los excesos de una industria fuera de control, cuyo crecimiento se ha vuelto contraproducente y destructivo. Una industria que para seguir prosperando destroza espacios de alto valor natural, expulsa al vecindario de sus casas y sus barrios, se apropia del espacio público y convierte el patrimonio de nuestras ciudades en el negocio privado de una élite de privilegiados: grandes propietarios, touroperadores e inversores internacionales.
Desde el movimiento declaran “inaceptable” un modelo turístico que precariza, explota y expulsa a la vecindad, a la vez que depreda los recursos naturales y el medio ambiente. Y recalcan que las vecinas y vecinos tienen derecho a decidir el modelo de ciudades y pueblos que quieren, donde prevalezca la vida digna de las personas, las relaciones comunitarias saludables y entornos sanos y seguros.
El impacto de la turistificación en la vivienda es una de los efectos negativos del turismo más denunciado por las plataformas, las cuales insisten en que la proliferación de viviendas de uso turístico repercute gravemente en el derecho a una vivienda asequible. Por ello, exigen la declaración de zonas tensionadas, el cierre de todas las VUT ilegales y una moratoria a nuevos permisos de apertura. Efectúa un llamamiento urgente a promover un turismo sostenible y diversificar la economía hacia actividades productivas respetuosas con la vida de la vecindad trabajadora y del entorno. El movimiento apuesta porque el modelo turístico asuma la senda del decrecimiento y renuncie a una prácticas que contaminan, derrochan, esquilman recursos y deterioran el medio ambiente.
Igualmente, denuncian que el turismo se sustenta en la precarización y explotación de los y las trabajadoras. En este sentido, exigen medidas para el fin de la economía sumergida, salarios justos, la no externalización de servicios (como el de las camareras de piso), el reconocimiento de las enfermedades profesionales, la renovación de los convenios colectivos conforme al aumento real de la inflación y el derecho a la vivienda de los profesionales de la hostelería....
**** s: **** **** ecologistasenaccion **** /309032/nace-ciudades-y-pueblos-para-vivir-un-movimiento-contra-los-perjuicios-sociales-y-ambientales-del-turismo-que-agrupa-a-medio-centenar-de-plataformas-ciudadanas/
Accede para votar (0) (0) Accede para responder