
PRIVATIZACIÓN DEL AGUA EN LANZAROTE: EL DESASTRE QUE AHOGA A LA POBLACIÓN
"La gestión del ciclo integral del agua en la isla es un auténtico desastre"
La Mesa del Agua de Lanzarote ha lanzado un nuevo y contundente comunicado en el que denuncia la ineficiencia de la gestión hídrica en la isla, cuestionando las promesas de la privatización. Tras más de una década de cortes, pérdidas y vertidos, la ciudadanía exige soluciones urgentes y participación directa en la toma de decisiones.
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal.org, la Mesa del Agua de Lanzarote ha denunciado, nuevamente, la grave situación del suministro de agua en la isla y La Graciosa.
Este colectivo ha recordado que, aunque "el abastecimiento de agua es un derecho", la realidad que enfrentan los habitantes de Lanzarote y La Graciosa demuestra que dicho derecho está muy lejos de cumplirse.
Cortes continuos en el suministro, fallos en la red de distribución y una depuración de aguas residuales prácticamente inexistente son algunos de los graves problemas que mencionan.
Por todo ello, la Mesa no duda en calificar la gestión del ciclo integral del agua en la isla como un "auténtico desastre".
Un problema de privatización
La Mesa del Agua de Lanzarote señala la responsabilidad directa de los partidos políticos que en 2013 privatizaron la gestión del agua, bajo la promesa de una mayor eficiencia.
En palabras de la Mesa del Agua, fueron el PSOE y Coalición Canaria, con apoyo de otros partidos, quienes decidieron entregar este servicio esencial a manos privadas. El resultado- afirman- ha sido "un saqueo vergonzoso" que dejó a la empresa pública de agua, Inalsa, con una deuda cercana a los 50 millones de euros.
Esta decisión se inserta en un contexto más amplio de políticas neoliberales, donde la privatización de servicios públicos se ha justificado con la idea de que el sector privado es más eficiente que el público. Sin embargo, en el caso de Lanzarote, como en otros tantos, la experiencia muestra lo contrario. A más de una década de la privatización, el suministro de agua es precario, las pérdidas en la red superan el 50%, y los vertidos de aguas residuales sin tratar siguen afectando las costas de la isla.
La mercantilización del agua
La crisis del agua en Lanzarote es un claro ejemplo de cómo la mercantilización de los recursos básicos no solo perjudica a la población, sino que agrava las desigualdades.
El control del agua por parte de Canal Gestión, una filial de la compañía madrileña Canal de Isabel II, ha priorizado la rentabilidad por encima de las necesidades de los ciudadanos.
El contrato que la empresa debía cumplir incluía una serie de inversiones que, según la Mesa, nunca se realizaron en su totalidad. En lugar de mejorar el servicio, el ciclo integral del agua en Lanzarote sigue plagado de fallos estructurales que afectan tanto a la población urbana como al sector primario.
Emergencia hídrica y desidia política
La Mesa del Agua denuncia, asimismo, la falta de interés en buscar una solución real por parte de las autoridades locales.
Aunque el Cabildo ha presentado en múltiples ocasiones planes y anuncios para mejorar la situación, la realidad es que no se han materializado acciones concretas.
En su comunicado, la Mesa critica duramente esta actitud y asegura que "después de más de un año de anuncios y ruedas de prensa", la gestión del agua sigue siendo un fracaso.
En lugar de soluciones, se han dado "giros inesperados" como el anuncio de una posible resolución del contrato con Canal Gestión, aunque, como señala la Mesa, esta medida no resolvería los problemas estructurales del suministro.
A lo largo de los últimos años, la obsolescencia de las redes de agua, la falta de desaladoras y los problemas de almacenamiento han sido recurrentemente señalados por los ciudadanos y organizaciones sociales. Sin embargo, el discurso oficial sigue desviando la atención, como si de un "juego de trileros" se tratara, según denuncia la Mesa. En este sentido, el colectivo subraya la complicidad política y empresarial que ha permitido que la situación empeore, a pesar de que el acceso al agua es un derecho fundamental que debe estar garantizado.
Participación ciudadana: una necesidad urgente
La Mesa del Agua, finalmente, expone la necesidad de que la sociedad civil, a través de sus organizaciones, participe en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del agua.
El colectivo argumenta que un tema tan crucial no puede quedar únicamente en manos de políticos, a quienes acusan de incompetencia y falta de compromiso.
Para favorecer esta participación popular, la Mesa sugiere modificar los estatutos del Consorcio Insular del Agua, lo que permitiría a la ciudadanía tener voz en las decisiones que afectan directamente su bienestar.
La crisis del agua en Lanzarote, lejos de ser una simple cuestión técnica, se manifiesta como un problema profundamente político.
La privatización del agua, impulsada por las políticas neoliberales, ha demostrado ser un fracaso en la isla. A más de diez años de su implementación, los problemas se agravan y afectan especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
La exigencia de soluciones inmediatas y de una mayor participación ciudadana es urgente si se quiere revertir la situación y garantizar el acceso al agua como un derecho, y no como un privilegio. Lanzarote no puede permitirse seguir jugando al trile con un recurso tan esencial.
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal.org, la Mesa del Agua de Lanzarote ha denunciado, nuevamente, la grave situación del suministro de agua en la isla y La Graciosa.
Este colectivo ha recordado que, aunque "el abastecimiento de agua es un derecho", la realidad que enfrentan los habitantes de Lanzarote y La Graciosa demuestra que dicho derecho está muy lejos de cumplirse.
Cortes continuos en el suministro, fallos en la red de distribución y una depuración de aguas residuales prácticamente inexistente son algunos de los graves problemas que mencionan.
Por todo ello, la Mesa no duda en calificar la gestión del ciclo integral del agua en la isla como un "auténtico desastre".
Un problema de privatización
La Mesa del Agua de Lanzarote señala la responsabilidad directa de los partidos políticos que en 2013 privatizaron la gestión del agua, bajo la promesa de una mayor eficiencia.
En palabras de la Mesa del Agua, fueron el PSOE y Coalición Canaria, con apoyo de otros partidos, quienes decidieron entregar este servicio esencial a manos privadas. El resultado- afirman- ha sido "un saqueo vergonzoso" que dejó a la empresa pública de agua, Inalsa, con una deuda cercana a los 50 millones de euros.
Esta decisión se inserta en un contexto más amplio de políticas neoliberales, donde la privatización de servicios públicos se ha justificado con la idea de que el sector privado es más eficiente que el público. Sin embargo, en el caso de Lanzarote, como en otros tantos, la experiencia muestra lo contrario. A más de una década de la privatización, el suministro de agua es precario, las pérdidas en la red superan el 50%, y los vertidos de aguas residuales sin tratar siguen afectando las costas de la isla.
La mercantilización del agua
La crisis del agua en Lanzarote es un claro ejemplo de cómo la mercantilización de los recursos básicos no solo perjudica a la población, sino que agrava las desigualdades.
El control del agua por parte de Canal Gestión, una filial de la compañía madrileña Canal de Isabel II, ha priorizado la rentabilidad por encima de las necesidades de los ciudadanos.
El contrato que la empresa debía cumplir incluía una serie de inversiones que, según la Mesa, nunca se realizaron en su totalidad. En lugar de mejorar el servicio, el ciclo integral del agua en Lanzarote sigue plagado de fallos estructurales que afectan tanto a la población urbana como al sector primario.
Emergencia hídrica y desidia política
La Mesa del Agua denuncia, asimismo, la falta de interés en buscar una solución real por parte de las autoridades locales.
Aunque el Cabildo ha presentado en múltiples ocasiones planes y anuncios para mejorar la situación, la realidad es que no se han materializado acciones concretas.
En su comunicado, la Mesa critica duramente esta actitud y asegura que "después de más de un año de anuncios y ruedas de prensa", la gestión del agua sigue siendo un fracaso.
En lugar de soluciones, se han dado "giros inesperados" como el anuncio de una posible resolución del contrato con Canal Gestión, aunque, como señala la Mesa, esta medida no resolvería los problemas estructurales del suministro.
A lo largo de los últimos años, la obsolescencia de las redes de agua, la falta de desaladoras y los problemas de almacenamiento han sido recurrentemente señalados por los ciudadanos y organizaciones sociales. Sin embargo, el discurso oficial sigue desviando la atención, como si de un "juego de trileros" se tratara, según denuncia la Mesa. En este sentido, el colectivo subraya la complicidad política y empresarial que ha permitido que la situación empeore, a pesar de que el acceso al agua es un derecho fundamental que debe estar garantizado.
Participación ciudadana: una necesidad urgente
La Mesa del Agua, finalmente, expone la necesidad de que la sociedad civil, a través de sus organizaciones, participe en la toma de decisiones relacionadas con la gestión del agua.
El colectivo argumenta que un tema tan crucial no puede quedar únicamente en manos de políticos, a quienes acusan de incompetencia y falta de compromiso.
Para favorecer esta participación popular, la Mesa sugiere modificar los estatutos del Consorcio Insular del Agua, lo que permitiría a la ciudadanía tener voz en las decisiones que afectan directamente su bienestar.
La crisis del agua en Lanzarote, lejos de ser una simple cuestión técnica, se manifiesta como un problema profundamente político.
La privatización del agua, impulsada por las políticas neoliberales, ha demostrado ser un fracaso en la isla. A más de diez años de su implementación, los problemas se agravan y afectan especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
La exigencia de soluciones inmediatas y de una mayor participación ciudadana es urgente si se quiere revertir la situación y garantizar el acceso al agua como un derecho, y no como un privilegio. Lanzarote no puede permitirse seguir jugando al trile con un recurso tan esencial.
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