
ISABEL GONZÁLEZ, LA "AZUCENA ROJA" TINERFEÑA: UNA PRECURSORA DEL COMUNISMO EN CANARIAS
El legado de una luchadora que necesitan conocer las nuevas generaciones
Isabel González, conocida como la “Azucena Roja”, fue una de las primeras mujeres en Canarias en defender abiertamente el marxismo-leninismo. Su militancia en la Liga Femenina Socialista y sus escritos en el semanario El Socialista marcaron una época de lucha obrera y revolucionaria en Tenerife, enfrentándose al reformismo y al sistema de poder capitalista. Su vida, de activismo constante y de dura represión tras la victoria franquista, simboliza la resistencia obrera y el legado del comunismo en Canarias (...).
Por SILVIA ACOSTA MORALES PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La figura de Isabel González, más conocida como “Azucena Roja”, emerge en la historia de Canarias como un símbolo de resistencia y luchas por la transformación social.
El presente artículo, basado en el trabajo del historiador José Manuel Rodríguez Acevedo "La aparición del Comunismo en Tenerife: Azucena Roja", explora el impacto de esta pionera en el desarrollo del comunismo en las islas y su legado en la lucha obrera.
Rodríguez Acevedo destaca en su investigación que Isabel González fue una de las primeras mujeres en Canarias en defender abiertamente el marxismo-leninismo, lo que la convirtió en una figura de referencia en la escena política de su tiempo.
El contexto internacional: La Revolución Rusa y su influencia en Canarias
La influencia de la Revolución Rusa de 1917 fue decisiva en la vida y militancia de Isabel González. A nivel mundial, este evento histórico impulsó el surgimiento de movimientos comunistas y obreros, un fenómeno que también tuvo eco en las Islas Canarias.
La fundación de la Internacional Comunista en 1919 marcó un punto de inflexión, inspirando la organización de grupos socialistas y comunistas en diversos territorios, incluyendo Canarias. Aunque en sus inicios el movimiento comunista en Tenerife encontró una fuerte resistencia por parte de las élites y el socialismo moderado predominante, figuras como Azucena Roja dieron impulso y profundidad a la ideología marxista-leninista en la región.
La Liga Femenina Socialista: Un espacio para las mujeres obreras
En 1919, Isabel González fundó la Liga Femenina Socialista en Tenerife, un logro sin precedentes en el archipiélago. Esta organización tenía un objetivo ambicioso: incluir a las mujeres obreras en la lucha política y laboral, reivindicando sus derechos y promoviendo su conciencia de clase.
Rodríguez Acevedo destaca que la Liga Femenina Socialista, presidida por Isabel González, fue una de las primeras iniciativas feministas de corte socialista en Canarias. Según el autor, esta organización promovió la educación de las mujeres en el socialismo y la movilización política, sentando así las bases de una militancia obrera femenina que desafiaría las estructuras patriarcales y capitalistas de la época.
El conflicto de líneas y la postura revolucionaria de Isabel González
Uno de los elementos más importantes en la vida política de Azucena Roja fue el conflicto de líneas políticas dentro del movimiento socialista en España. En este contexto, se desarrollaba una tensión entre las corrientes reformistas, que propugnaban cambios graduales dentro del sistema, y las facciones más radicales, que aspiraban a una transformación revolucionaria inspirada en el modelo soviético.
Isabel González se convirtió en una de las voces más críticas de las tendencias reformistas, acusando a los líderes socialistas locales de traicionar los ideales revolucionarios al no adoptar posturas más militantes y consecuentemente anticapitalistas. A través de artículos publicados en el semanario El Socialista, la “Azucena Roja” denunciaba lo que consideraba una falta de compromiso de estos dirigentes con la lucha obrera, abogando por una ruptura con el reformismo y un acercamiento a la Internacional Comunista.
La Huelga de 1920: Lucha obrera y solidaridad internacionalista
Los conflictos laborales de 1920 en el Valle de la Orotava, en los que participaron miles de trabajadores canarios, marcaron un momento clave en el auge del movimiento obrero en Tenerife. Rodríguez Acevedo subraya que Isabel González fue una de las figuras que apoyó de forma activa las huelgas, abogando por la resistencia obrera contra las condiciones de explotación impuestas por las élites locales.
La movilización de 1920 contó incluso con el respaldo de organizaciones internacionales como las Trade Unions de Londres, lo cual demostró que la lucha de los trabajadores canarios resonaba más allá de las fronteras insulares. Este episodio es recordado como un símbolo de la consolidación del movimiento obrero en Tenerife, en el cual Azucena Roja desempeñó un papel fundamental, fortaleciendo los vínculos entre el activismo local y la solidaridad internacionalista.
Radicalización comunista y rechazo al reformismo socialdemócrata
José Manuel Rodríguez Acevedo sostiene en su estudio que Isabel González fue en Canarias una de las primeras en adoptar y difundir el comunismo como ideología de resistencia frente a la hegemonía burguesa.
En 1921, en un contexto de polarización creciente entre las tendencias reformistas y revolucionarias, Azucena Roja y sus seguidores rompieron con el PSOE, marcando el primer intento de consolidar el comunismo en Tenerife.
Esta ruptura simbolizó, según el autor, un desafío directo al reformismo que imperaba en el socialismo canario y una apuesta por el cambio revolucionario como única vía para lograr la emancipación de la clase obrera. En línea con estos planteamientos Azucena advertía que llamada "democracia" burguesa y las reformas superficiales no podían ofrecer justicia ni acabar con la explotación de los trabajadores y que para lograr estos objetivos era imprescindible un cambio radical que subvirtiera el orden capitalista.
La concejala comunista y el impacto del Golpe de 1936
En 1936, Isabel González se convirtió en la primera concejal comunista de Santa Cruz de Tenerife, representando al Frente Popular. Este logro fue un hito no solo en su carrera política, sino también en la historia del comunismo en Canarias. Su rol como concejala, aunque breve, simbolizó la capacidad de las clases trabajadoras, y particularmente de las mujeres de esta clase social, para desafiar la estructura de poder tradicional y reclamar espacios en la política institucional.
La dictadura franquista
Sin embargo, el golpe de Estado de 1936 y la subsiguiente represión franquista truncaron este avance. Isabel pasó a la clandestinidad, y su trayectoria como representante comunista se vió interrumpida.
Tras el triunfo de las fuerzas franquistas en 1939, Isabel González enfrentó una dura represión debido a su destacada militancia comunista. Para eludir la persecución, permaneció oculta durante aproximadamente nueve años en diferentes domicilios en Santa Cruz de Tenerife, mientras su esposo, Aurelio Perdigón, se escondía en el Puerto de la Cruz.
En octubre de 1945, gracias a un indulto decretado por el régimen franquista, Isabel pudo reanudar su vida pública, aunque bajo estricta vigilancia policial. Retomó su residencia en la calle Horacio Nelson y reabrió su taller de costura. A pesar de las restricciones, continuó participando en actividades políticas clandestinas, manteniendo su compromiso con la causa comunista.
En sus últimos años, Isabel sufrió problemas de salud. A los 71 años, una hemiplejía la dejó inválida. El 1 de agosto de 1968, un derrame cerebral mientras se duchaba provocó su fallecimiento a los 78 años.
Un legado de lucha y conciencia de clase
Rodríguez Acevedo defiende, no obstante, que el legado de Isabel González, “Azucena Roja”, perduró más allá de su época, inspirando a generaciones de activistas y comunistas en el Archipiélago. A través de sus escritos, discursos y acciones, Azucena Roja plantó en la sociedad isleña la semilla de la conciencia de clase y la necesidad de una lucha organizada y revolucionaria.
La Liga Femenina Socialista fundada por ella, también abrió el camino para la participación de las mujeres en el activismo, con una perspectiva de cambio radical que si inspirase a las nuevas generaciones supondría, igualmente, un cuestionamiento frontal de las múltiples corrientes del feminismo burgués que, bajo un pretendido discurso emancipador, no cuestionan las bases del sistema que perpetúa la explotación de las trabajadoras y los trabajadores.
Por SILVIA ACOSTA MORALES PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
La figura de Isabel González, más conocida como “Azucena Roja”, emerge en la historia de Canarias como un símbolo de resistencia y luchas por la transformación social.
El presente artículo, basado en el trabajo del historiador José Manuel Rodríguez Acevedo "La aparición del Comunismo en Tenerife: Azucena Roja", explora el impacto de esta pionera en el desarrollo del comunismo en las islas y su legado en la lucha obrera.
Rodríguez Acevedo destaca en su investigación que Isabel González fue una de las primeras mujeres en Canarias en defender abiertamente el marxismo-leninismo, lo que la convirtió en una figura de referencia en la escena política de su tiempo.
El contexto internacional: La Revolución Rusa y su influencia en Canarias
La influencia de la Revolución Rusa de 1917 fue decisiva en la vida y militancia de Isabel González. A nivel mundial, este evento histórico impulsó el surgimiento de movimientos comunistas y obreros, un fenómeno que también tuvo eco en las Islas Canarias.
La fundación de la Internacional Comunista en 1919 marcó un punto de inflexión, inspirando la organización de grupos socialistas y comunistas en diversos territorios, incluyendo Canarias. Aunque en sus inicios el movimiento comunista en Tenerife encontró una fuerte resistencia por parte de las élites y el socialismo moderado predominante, figuras como Azucena Roja dieron impulso y profundidad a la ideología marxista-leninista en la región.
La Liga Femenina Socialista: Un espacio para las mujeres obreras
En 1919, Isabel González fundó la Liga Femenina Socialista en Tenerife, un logro sin precedentes en el archipiélago. Esta organización tenía un objetivo ambicioso: incluir a las mujeres obreras en la lucha política y laboral, reivindicando sus derechos y promoviendo su conciencia de clase.
Rodríguez Acevedo destaca que la Liga Femenina Socialista, presidida por Isabel González, fue una de las primeras iniciativas feministas de corte socialista en Canarias. Según el autor, esta organización promovió la educación de las mujeres en el socialismo y la movilización política, sentando así las bases de una militancia obrera femenina que desafiaría las estructuras patriarcales y capitalistas de la época.
El conflicto de líneas y la postura revolucionaria de Isabel González
Uno de los elementos más importantes en la vida política de Azucena Roja fue el conflicto de líneas políticas dentro del movimiento socialista en España. En este contexto, se desarrollaba una tensión entre las corrientes reformistas, que propugnaban cambios graduales dentro del sistema, y las facciones más radicales, que aspiraban a una transformación revolucionaria inspirada en el modelo soviético.
Isabel González se convirtió en una de las voces más críticas de las tendencias reformistas, acusando a los líderes socialistas locales de traicionar los ideales revolucionarios al no adoptar posturas más militantes y consecuentemente anticapitalistas. A través de artículos publicados en el semanario El Socialista, la “Azucena Roja” denunciaba lo que consideraba una falta de compromiso de estos dirigentes con la lucha obrera, abogando por una ruptura con el reformismo y un acercamiento a la Internacional Comunista.
La Huelga de 1920: Lucha obrera y solidaridad internacionalista
Los conflictos laborales de 1920 en el Valle de la Orotava, en los que participaron miles de trabajadores canarios, marcaron un momento clave en el auge del movimiento obrero en Tenerife. Rodríguez Acevedo subraya que Isabel González fue una de las figuras que apoyó de forma activa las huelgas, abogando por la resistencia obrera contra las condiciones de explotación impuestas por las élites locales.
La movilización de 1920 contó incluso con el respaldo de organizaciones internacionales como las Trade Unions de Londres, lo cual demostró que la lucha de los trabajadores canarios resonaba más allá de las fronteras insulares. Este episodio es recordado como un símbolo de la consolidación del movimiento obrero en Tenerife, en el cual Azucena Roja desempeñó un papel fundamental, fortaleciendo los vínculos entre el activismo local y la solidaridad internacionalista.
Radicalización comunista y rechazo al reformismo socialdemócrata
José Manuel Rodríguez Acevedo sostiene en su estudio que Isabel González fue en Canarias una de las primeras en adoptar y difundir el comunismo como ideología de resistencia frente a la hegemonía burguesa.
En 1921, en un contexto de polarización creciente entre las tendencias reformistas y revolucionarias, Azucena Roja y sus seguidores rompieron con el PSOE, marcando el primer intento de consolidar el comunismo en Tenerife.
Esta ruptura simbolizó, según el autor, un desafío directo al reformismo que imperaba en el socialismo canario y una apuesta por el cambio revolucionario como única vía para lograr la emancipación de la clase obrera. En línea con estos planteamientos Azucena advertía que llamada "democracia" burguesa y las reformas superficiales no podían ofrecer justicia ni acabar con la explotación de los trabajadores y que para lograr estos objetivos era imprescindible un cambio radical que subvirtiera el orden capitalista.
La concejala comunista y el impacto del Golpe de 1936
En 1936, Isabel González se convirtió en la primera concejal comunista de Santa Cruz de Tenerife, representando al Frente Popular. Este logro fue un hito no solo en su carrera política, sino también en la historia del comunismo en Canarias. Su rol como concejala, aunque breve, simbolizó la capacidad de las clases trabajadoras, y particularmente de las mujeres de esta clase social, para desafiar la estructura de poder tradicional y reclamar espacios en la política institucional.
La dictadura franquista
Sin embargo, el golpe de Estado de 1936 y la subsiguiente represión franquista truncaron este avance. Isabel pasó a la clandestinidad, y su trayectoria como representante comunista se vió interrumpida.
Tras el triunfo de las fuerzas franquistas en 1939, Isabel González enfrentó una dura represión debido a su destacada militancia comunista. Para eludir la persecución, permaneció oculta durante aproximadamente nueve años en diferentes domicilios en Santa Cruz de Tenerife, mientras su esposo, Aurelio Perdigón, se escondía en el Puerto de la Cruz.
En octubre de 1945, gracias a un indulto decretado por el régimen franquista, Isabel pudo reanudar su vida pública, aunque bajo estricta vigilancia policial. Retomó su residencia en la calle Horacio Nelson y reabrió su taller de costura. A pesar de las restricciones, continuó participando en actividades políticas clandestinas, manteniendo su compromiso con la causa comunista.
En sus últimos años, Isabel sufrió problemas de salud. A los 71 años, una hemiplejía la dejó inválida. El 1 de agosto de 1968, un derrame cerebral mientras se duchaba provocó su fallecimiento a los 78 años.
Un legado de lucha y conciencia de clase
Rodríguez Acevedo defiende, no obstante, que el legado de Isabel González, “Azucena Roja”, perduró más allá de su época, inspirando a generaciones de activistas y comunistas en el Archipiélago. A través de sus escritos, discursos y acciones, Azucena Roja plantó en la sociedad isleña la semilla de la conciencia de clase y la necesidad de una lucha organizada y revolucionaria.
La Liga Femenina Socialista fundada por ella, también abrió el camino para la participación de las mujeres en el activismo, con una perspectiva de cambio radical que si inspirase a las nuevas generaciones supondría, igualmente, un cuestionamiento frontal de las múltiples corrientes del feminismo burgués que, bajo un pretendido discurso emancipador, no cuestionan las bases del sistema que perpetúa la explotación de las trabajadoras y los trabajadores.
Chorche | Jueves, 14 de Noviembre de 2024 a las 22:25:07 horas
Tuvo mucha suerte Azucena Roja, concejala comunista, de que no se la cargarán los franquistas.
Por menos se cargaron a otras muchas.
Cuántas mujeres y hombres con valores e ideales se dieron en tiempos de la República.
De haber ganado el pueblo la guerra
podría ser que hubiéramos conocido la democracia.
Hoy todo el mundo se llena la boca de democracia; pero los últimos demócratas aún la esperan para que les saque de cunetas y descampados y imponga Verdad, Justicia y Reparación y desate todo lo que tan bien atado nos impuso de herencia la dictadura.
Gratitud, admiración y honra a Isabel González y a todas las mujeres conocidas y anónimas que lucharon y trabajaron por un país y un mundo más justo.
Desagravio para Aurora Picornell y las Rojas del Molinar cuyo retrato rompió recientemente en el Parlamento balear el presidente fascista/ultraderechista de Vox.
Viendo a quienes vota la gente, con razón se dice que España sigue siendo sociológicamente franquista.
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