
EL SOCIALISMO ANTICLERICAL DE BENITO PÉREZ GALDÓS Y SUS RAZONES
¿Por qué la obra de Galdós fue objeto de censura durante la dictadura franquista?
Benito Pérez Galdós, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, es reconocido por su profunda crítica social y política en la literatura española del siglo XIX. Su obra, influenciada por el entorno cultural de su juventud y las corrientes socialistas de su época, continua siendo un referente insoslayable y crucial en la historia literaria y social de la España del siglo XI XX?.
POR M. MEDINA (*) PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Benito Pérez Galdós nació el 10 de mayo de 1843 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia acomodada y culta. Su padre, Sebastián Pérez, era un militar retirado y su madre, Dolores Galdós, provenía de una familia de comerciantes.
Desde muy joven, Galdós mostró una inclinación hacia la literatura y la música, influenciado por su entorno familiar y el ambiente cultural de la isla.
Su educación formal comenzó en el Colegio de San Agustín, donde demostró ser un estudiante brillante. A los 19 años se trasladó a Madrid para estudiar Derecho, aunque nunca completó la carrera. En la capital, Galdós se sumergió en el vibrante ambiente intelectual y literario de la época, frecuentando tertulias y círculos literarios. Fue en Madrid donde comenzó a desarrollar su estilo literario y sus primeras obras.
Las influencias iniciales de Galdós fueron diversas. Admiraba a los escritores realistas y naturalistas franceses como Honoré de Balzac y Émile Zola, cuyas obras exploraban las complejidades sociales y políticas de su tiempo. Además, el ambiente político y social de España en la segunda mitad del siglo XIX, marcado por la inestabilidad y los cambios, también dejó una profunda huella en su pensamiento y obra.
LOS PRIMEROS CONTACTOS DE PÉREZ GALDÓS CON LAS CORRIENTES SOCIALISTAS
A medida que Galdós se consolidaba como escritor, su interés por las cuestiones sociales y políticas se intensificó. Sus primeras novelas, aunque no explícitamente socialistas, reflejaban una preocupación por las condiciones de vida de las clases sociales más pobres y una acerba crítica a las injusticias sociales. La experiencia de vivir en Madrid, una ciudad en rápida transformación y con crecientes desigualdades, sensibilizó a Galdós sobre la necesidad de un cambio social.
Durante las últimas décadas del siglo XIX, Galdós entró en contacto con las corrientes socialistas y republicanas que comenzaban a ganar fuerza en España. Fue testigo de la creciente movilización obrera y de la formación de partidos políticos que abogaban por reformas sociales y económicas. Estas experiencias influyeron en su visión del mundo y, tambien, en su obra literaria, llevándole a adoptar una postura más crítica y comprometida con las causas sociales.
LOS PRIMEROS ESCRITOS SOCIALISTAS DE PÉREZ GALDÓS
La evolución ideológica de Galdós se refleja claramente en sus escritos. Aunque no se consideraba así mismo como un militante socialista, sus obras muestran una clara simpatía por los ideales de justicia social y equidad. Y a finales del siglo XIX, el socialismo español, que en su contenido ideológico nada tenía que ver con lo que hoy se reconoce como tal, concitaba la voluntad de reformas radicales y transformación de los sectores más avanzados de la sociedad española.
Una de sus primeras novelas con contenido socialista fue "La desheredada" (1881), donde aborda la decadencia de una familia aristocrática y las dificultades de la clase media emergente.
Otra obra significativa es "El amigo Manso" (1882), que critica el sistema educativo y social de la época, destacando las desigualdades y la falta de oportunidades para los más desfavorecidos. En "Fortunata y Jacinta" (1886-1887), quizás su obra más conocida, Galdós retrata con maestría las diferencias de clase y la lucha por la supervivencia en un Madrid dividido entre ricos y pobres.
Estas novelas, entre otras, muestran a un Galdós profundamente preocupado por las cuestiones sociales y críticas hacia un sistema que perpetuaba la desigualdad. Sus personajes a menudo representan a las clases populares, y sus historias revelan una empatía genuina por sus luchas y sufrimientos.
LAS FUNDADAS RAZONES DEL ANTICLERICALISMO DE PÉREZ GALDÓS
El anticlericalismo de Galdós es otro aspecto crucial de su pensamiento y obra. España, durante el siglo XIX, era un país donde la Iglesia Católica tenía un poder inmenso, no solo en lo espiritual, sino también en lo político y social. La alianza entre el trono y el altar perpetuaba un sistema conservador y opresivo, que Galdós no dudó en criticar.
La crítica a la Iglesia se puede ver en muchas de sus obras, como en "Doña Perfecta" (1876), donde expone la hipocresía y el fanatismo religioso. Galdós veía en la Iglesia una fuerza reaccionaria que se oponía al progreso y a las reformas necesarias para mejorar la vida de los ciudadanos.
Las razones políticas y sociales detrás de su enfrentamiento con la Iglesia eran claras: Galdós creía que la influencia clerical impedía el avance de España hacia una sociedad más justa y equitativa. Abogaba por una separación entre la Iglesia y el Estado, y por la desaparición del poder de las instituciones religiosas en la vida pública.
EL PENSAMIENTO TOTAL DE PÉREZ GALDÓS Y SU RELACIÓN CON LA HISTORIA DEL SIGLO XIX ESPAÑOL
El pensamiento de Galdós puede ser descrito como un humanismo crítico, comprometido con los problemas de su tiempo. Su obra ofrece un retrato detallado y crítico de la sociedad española del siglo XIX, abordando temas como la pobreza, la desigualdad, la corrupción política y el poder de la Iglesia.
Galdós no solo fue un novelista, sino también un extraordinario cronista de su época. Sus "Episodios Nacionales", una serie de 46 novelas históricas, ofrecen una visión panorámica de la historia de España desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración borbónica. Estos episodios no solo narran hechos históricos, sino que también analizan las fuerzas sociales y políticas que moldearon el país.
El valor de la obra de Galdós reside en su capacidad para combinar la narrativa literaria con el análisis social y político, ofreciendo una visión crítica y profunda de la España del siglo XIX. Su legado literario es inmenso, y su influencia en la literatura y el pensamiento español perdura hasta hoy.
LA PERSECUCIÓN IDEOLÓGICA DEL NACIONALCATOLICISMO FRANQUISTA CONTRA SU OBRA
Con la llegada de la dictadura de Francisco Franco en 1939, España experimentó una represión intensa contra cualquier forma de pensamiento que pudiera entenderse como un desafío al nuevo Régimen. El nacionalcatolicismo, una fusión de nacionalismo español y catolicismo extremo, se convirtió en la ideología oficial, y cualquier obra considerada subversiva o anticlerical fue censurada o prohibida.
La obra de Galdós, con su crítica a la Iglesia y su compromiso social, no escapó a esta persecución. Durante la dictadura, muchas de sus novelas fueron censuradas y su nombre fue relegado en los programas educativos. Sin embargo, su influencia no pudo ser completamente erradicada. A pesar de los esfuerzos del Régimen por silenciarlo, las ideas y críticas de Galdós continuaron circulando de manera clandestina, manteniendo viva su relevancia y su legado.
La censura franquista intentó minimizar la importancia de Galdós, presentándolo como un autor menor o casi irrelevante. Sin embargo, con el final de la dictadura en España, su obra recuperó el lugar que le correspondía en la literatura y la historia del país.
LA CAMPAÑA ANTIGALDOSIANA DEL OBISPO DE CANARIAS, ANTONIO PILDAIN
Un episodio notable de la oposición a la obra de Galdós fue la campaña feroz liderada por el obispo de Canarias, Antonio Pildain Zapiain. Pildain, conocido por su fervor religioso y sus intransigencias teológicas, consideraba las obras de Galdós como peligrosas y subversivas debido a su crítica a la Iglesia y sus ideales progresistas.
Antonio Pildain, que fue obispo de Canarias desde 1936 hasta 1966, utilizó su privilegiada posición social para atacar con ferocidad a la figura y la obra de Galdós, aprovechando la influencia que su cargo le permitía disponer como "principe de la Iglesia" en el Archipiélago. A través de sus sermones y proclamas, Pildain denunciaba las novelas de Galdós, tachándolas de inmorales y heréticas. Consideraba que Galdós promovía ideas contrarias a la fe católica y a los valores tradicionales, animando a los fieles a evitar con un vade retro sus libros.
Una anécdota significativa de esta campaña fue cuando el propio Pildain, en uno de sus sermones más inflamados, afirmó que leer a Galdós era tan peligroso como "jugar con fuego en un polvorín". Estas declaraciones, aunque destinadas a desacreditar a Galdós, no tuvieron otro efecto que despertar aún más el interés de los jóvenes y los intelectuales, quienes identificaron en Galdós a un autor que desafiaba las convenciones y promovía el pensamiento crítico.
La oposición de Pildain a Galdós no se limitó a las palabras. También presionó para que las instituciones educativas y culturales de Canarias minimizaran el estudio de la obra de Galdós, tratando de que fuera relegado a un segundo plano.
(*) M.Medina es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia
POR M. MEDINA (*) PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Benito Pérez Galdós nació el 10 de mayo de 1843 en Las Palmas de Gran Canaria, en el seno de una familia acomodada y culta. Su padre, Sebastián Pérez, era un militar retirado y su madre, Dolores Galdós, provenía de una familia de comerciantes.
Desde muy joven, Galdós mostró una inclinación hacia la literatura y la música, influenciado por su entorno familiar y el ambiente cultural de la isla.
Su educación formal comenzó en el Colegio de San Agustín, donde demostró ser un estudiante brillante. A los 19 años se trasladó a Madrid para estudiar Derecho, aunque nunca completó la carrera. En la capital, Galdós se sumergió en el vibrante ambiente intelectual y literario de la época, frecuentando tertulias y círculos literarios. Fue en Madrid donde comenzó a desarrollar su estilo literario y sus primeras obras.
Las influencias iniciales de Galdós fueron diversas. Admiraba a los escritores realistas y naturalistas franceses como Honoré de Balzac y Émile Zola, cuyas obras exploraban las complejidades sociales y políticas de su tiempo. Además, el ambiente político y social de España en la segunda mitad del siglo XIX, marcado por la inestabilidad y los cambios, también dejó una profunda huella en su pensamiento y obra.
LOS PRIMEROS CONTACTOS DE PÉREZ GALDÓS CON LAS CORRIENTES SOCIALISTAS
A medida que Galdós se consolidaba como escritor, su interés por las cuestiones sociales y políticas se intensificó. Sus primeras novelas, aunque no explícitamente socialistas, reflejaban una preocupación por las condiciones de vida de las clases sociales más pobres y una acerba crítica a las injusticias sociales. La experiencia de vivir en Madrid, una ciudad en rápida transformación y con crecientes desigualdades, sensibilizó a Galdós sobre la necesidad de un cambio social.
Durante las últimas décadas del siglo XIX, Galdós entró en contacto con las corrientes socialistas y republicanas que comenzaban a ganar fuerza en España. Fue testigo de la creciente movilización obrera y de la formación de partidos políticos que abogaban por reformas sociales y económicas. Estas experiencias influyeron en su visión del mundo y, tambien, en su obra literaria, llevándole a adoptar una postura más crítica y comprometida con las causas sociales.
LOS PRIMEROS ESCRITOS SOCIALISTAS DE PÉREZ GALDÓS
La evolución ideológica de Galdós se refleja claramente en sus escritos. Aunque no se consideraba así mismo como un militante socialista, sus obras muestran una clara simpatía por los ideales de justicia social y equidad. Y a finales del siglo XIX, el socialismo español, que en su contenido ideológico nada tenía que ver con lo que hoy se reconoce como tal, concitaba la voluntad de reformas radicales y transformación de los sectores más avanzados de la sociedad española.
Una de sus primeras novelas con contenido socialista fue "La desheredada" (1881), donde aborda la decadencia de una familia aristocrática y las dificultades de la clase media emergente.
Otra obra significativa es "El amigo Manso" (1882), que critica el sistema educativo y social de la época, destacando las desigualdades y la falta de oportunidades para los más desfavorecidos. En "Fortunata y Jacinta" (1886-1887), quizás su obra más conocida, Galdós retrata con maestría las diferencias de clase y la lucha por la supervivencia en un Madrid dividido entre ricos y pobres.
Estas novelas, entre otras, muestran a un Galdós profundamente preocupado por las cuestiones sociales y críticas hacia un sistema que perpetuaba la desigualdad. Sus personajes a menudo representan a las clases populares, y sus historias revelan una empatía genuina por sus luchas y sufrimientos.
LAS FUNDADAS RAZONES DEL ANTICLERICALISMO DE PÉREZ GALDÓS
El anticlericalismo de Galdós es otro aspecto crucial de su pensamiento y obra. España, durante el siglo XIX, era un país donde la Iglesia Católica tenía un poder inmenso, no solo en lo espiritual, sino también en lo político y social. La alianza entre el trono y el altar perpetuaba un sistema conservador y opresivo, que Galdós no dudó en criticar.
La crítica a la Iglesia se puede ver en muchas de sus obras, como en "Doña Perfecta" (1876), donde expone la hipocresía y el fanatismo religioso. Galdós veía en la Iglesia una fuerza reaccionaria que se oponía al progreso y a las reformas necesarias para mejorar la vida de los ciudadanos.
Las razones políticas y sociales detrás de su enfrentamiento con la Iglesia eran claras: Galdós creía que la influencia clerical impedía el avance de España hacia una sociedad más justa y equitativa. Abogaba por una separación entre la Iglesia y el Estado, y por la desaparición del poder de las instituciones religiosas en la vida pública.
EL PENSAMIENTO TOTAL DE PÉREZ GALDÓS Y SU RELACIÓN CON LA HISTORIA DEL SIGLO XIX ESPAÑOL
El pensamiento de Galdós puede ser descrito como un humanismo crítico, comprometido con los problemas de su tiempo. Su obra ofrece un retrato detallado y crítico de la sociedad española del siglo XIX, abordando temas como la pobreza, la desigualdad, la corrupción política y el poder de la Iglesia.
Galdós no solo fue un novelista, sino también un extraordinario cronista de su época. Sus "Episodios Nacionales", una serie de 46 novelas históricas, ofrecen una visión panorámica de la historia de España desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración borbónica. Estos episodios no solo narran hechos históricos, sino que también analizan las fuerzas sociales y políticas que moldearon el país.
El valor de la obra de Galdós reside en su capacidad para combinar la narrativa literaria con el análisis social y político, ofreciendo una visión crítica y profunda de la España del siglo XIX. Su legado literario es inmenso, y su influencia en la literatura y el pensamiento español perdura hasta hoy.
LA PERSECUCIÓN IDEOLÓGICA DEL NACIONALCATOLICISMO FRANQUISTA CONTRA SU OBRA
Con la llegada de la dictadura de Francisco Franco en 1939, España experimentó una represión intensa contra cualquier forma de pensamiento que pudiera entenderse como un desafío al nuevo Régimen. El nacionalcatolicismo, una fusión de nacionalismo español y catolicismo extremo, se convirtió en la ideología oficial, y cualquier obra considerada subversiva o anticlerical fue censurada o prohibida.
La obra de Galdós, con su crítica a la Iglesia y su compromiso social, no escapó a esta persecución. Durante la dictadura, muchas de sus novelas fueron censuradas y su nombre fue relegado en los programas educativos. Sin embargo, su influencia no pudo ser completamente erradicada. A pesar de los esfuerzos del Régimen por silenciarlo, las ideas y críticas de Galdós continuaron circulando de manera clandestina, manteniendo viva su relevancia y su legado.
La censura franquista intentó minimizar la importancia de Galdós, presentándolo como un autor menor o casi irrelevante. Sin embargo, con el final de la dictadura en España, su obra recuperó el lugar que le correspondía en la literatura y la historia del país.
LA CAMPAÑA ANTIGALDOSIANA DEL OBISPO DE CANARIAS, ANTONIO PILDAIN
Un episodio notable de la oposición a la obra de Galdós fue la campaña feroz liderada por el obispo de Canarias, Antonio Pildain Zapiain. Pildain, conocido por su fervor religioso y sus intransigencias teológicas, consideraba las obras de Galdós como peligrosas y subversivas debido a su crítica a la Iglesia y sus ideales progresistas.
Antonio Pildain, que fue obispo de Canarias desde 1936 hasta 1966, utilizó su privilegiada posición social para atacar con ferocidad a la figura y la obra de Galdós, aprovechando la influencia que su cargo le permitía disponer como "principe de la Iglesia" en el Archipiélago. A través de sus sermones y proclamas, Pildain denunciaba las novelas de Galdós, tachándolas de inmorales y heréticas. Consideraba que Galdós promovía ideas contrarias a la fe católica y a los valores tradicionales, animando a los fieles a evitar con un vade retro sus libros.
Una anécdota significativa de esta campaña fue cuando el propio Pildain, en uno de sus sermones más inflamados, afirmó que leer a Galdós era tan peligroso como "jugar con fuego en un polvorín". Estas declaraciones, aunque destinadas a desacreditar a Galdós, no tuvieron otro efecto que despertar aún más el interés de los jóvenes y los intelectuales, quienes identificaron en Galdós a un autor que desafiaba las convenciones y promovía el pensamiento crítico.
La oposición de Pildain a Galdós no se limitó a las palabras. También presionó para que las instituciones educativas y culturales de Canarias minimizaran el estudio de la obra de Galdós, tratando de que fuera relegado a un segundo plano.
(*) M.Medina es profesor de Historia y divulgador de temas relacionados con esa materia
Juan Ramón Medina | Viernes, 02 de Agosto de 2024 a las 00:21:09 horas
El escritor canario más importante es un absoluto desconocido para nuestro pueblo. Pregunten a nuestros jóvenes bachilleres o universitarios qué han leído de él. No está en la agenda nacionalista difundir su obra. Todo lo contrario: condenarla al olvido. En eso coinciden también con los fascistas de toda España.
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