
EL MAYOR CRECIMIENTO ECONÓMICO SITÚA LA RENTA DE LOS CANARIOS A LA COLA DE ESPAÑA Y LA UNIÓN EUROPEA
La aparente "paradoja" con una explicación al alcance de todos
En 2023, Canarias lideró el crecimiento económico en el Estado español, con un incremento del PIB del 3,5%, superando significativamente el promedio estatal, que se situó en el 2%. A primera vista, estas cifras podrían resultar alentadoras, pero este crecimiento no ha servido para impulsar una mejora en la calidad de vida de los residentes canarios (...).
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Canarias, un archipiélago conocido principalmente en el resto del Estado español, por su belleza natural y su clima agradable, continúa sufriendo una terrible "paradoja" económica y social.
En 2023, Canarias lideró el crecimiento económico en el Estado español, con un incremento del PIB del 3,5%, superando significativamente el promedio estatal, que se situó en el 2%
Este crecimiento se debió principalmente al sector turístico, principal motor económico de Canarias durante décadas, que experimentó una recuperación notable tras los impactos de la pandemia. En 2022, la región recibió 14,6 millones de visitantes. Este boom turístico continuó en 2023, alcanzando cel récord de 16,2 millones de visitantes. Se espera que en 2024 se alcance una nueva marca histórica.
A primera vista, estas cifras podrían resultar alentadoras, pero este crecimiento no ha servido para impulsar una mejora significativa en la calidad de vida de los residentes canarios.
Y es que el sector turístico predominante en el Archipiélago configura una economía totalmente dependiente, y controlada por agentes económicos en gran medida foráneos, que repatrían la mayor parte de sus beneficios a sus países de origen.
Según datos del ISTAC, más del 60% de las plazas hoteleras en Canarias pertenecen a cadenas hoteleras extranjeras. Y, según un estudio del Banco de España, aproximadamente el 75% de los beneficios generados por el turismo en Canarias se transfieren a las sedes de las empresas en el extranjero.
Partiendo de esta dependencia económica, que muy bien podría ser calificada como neocolonial, no resulta difícil entender la aparente "paradoja" de la pobreza asociada al crecimiento económico en Canarias.
Aunque en 2022, Canarias experimentó un crecimiento en su renta per cápita, pasando de 20.100 euros en 2021 a 24.000 euros en 2022, este avance apenas mejoró su posición relativa en comparación con otras regiones de España y de la UE.
Según Eurostat, el archipiélago se mantiene en el tercer lugar entre las comunidades autónomas del Estado español con menor renta per cápita, superando solo a Andalucía y Extremadura.
A nivel de la Unión Europea, Canarias sigue siendo una de las regiones con menor renta per cápita, situándose en el 68% del promedio comunitario, muy por debajo del umbral del 75% que marca la media de las regiones consideradas más prósperas.
La dependencia casi exclusiva del turismo ha creado una economía frágil y vulnerable a las fluctuaciones globales. La pandemia mostró lo peligroso que puede ser este modelo, y aunque la recuperación fue rápida, esta no ha logrado siquiera paliar las profundas desigualdades económicas de la región, en la medida en que la mayor parte de los beneficios de la actividad son repatriados a los países que albergan las sedes de las multinacionales hoteleras que controlan el sector.
Desigualdad persistente y estructural
El crecimiento económico festejado por la patronal hotelera, pues, es estructuralmente incapaz de disminuir la brecha de desigualdad con otras regiones del estado español y europeas, del mismo modo que no evita que brecha de desigualdad de clase existente en el propio Archipiélago canario continúe creciendo.
La renta per cápita de Canarias en 2022 fue de 24.000 euros, comparado con los 41.400 euros de Madrid, la comunidad autónoma con mayor renta per cápita en España. La diferencia es aún más abismal si se compara con las regiones más ricas de la UE, como Southern en Irlanda.
Por su parte, la casta política institucional del Archipiélago, no ha realizado ningún intento serio para diversificar la economía y reducir su dependencia del "monocultivo" turístico.
Sectores como las tecnologías o la comunicación carecen del más básico respaldo público, mientras que el sector primario languidece, muchas veces al borde del colapso, con políticas que privilegian los intereses de los importadores, o de los grandes exportadores de cultivos como el plátano y el tomate, en perjuicio de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos que podrían fortalecer la producción más orientada al consumo local.
La consecuencia de una economía dominada por la división capitalista internacional del trabajo
Pese a las particularidades, apenas esbozadas, de un Archipiélago como el canario, ubicado en la plataforma continental africana, la situación de Canarias es también un reflejo de un problema más amplio que tiene que ver con la división capitalista internacional del trabajo y con la propia naturaleza de la Unión Europea, como -fallido- bloque imperialista orientado a competir con otras potencias imperialista.
En beneficio de las burguesías de potencias como Alemania o Francia las políticas neoliberales dentro de la UE han llevado al desmantelamiento de muchas industrias, mientras que la búsqueda del máximo beneficio para el capital ha dado lugar a la deslocalización de fábricas y la pérdida de empleos en numerosos países.
La Política Agraria Común (PAC), por su parte, ha sido diseñada para favorecer a las grandes agroindustrias y a los países con sectores agrícolas más avanzados, como Francia, abocando a la práctica desaparición a los pequeños y medianos productores.
En este contexto, países como España, y en particular regiones como Canarias, se encuentran condenadas a servir como una suerte de "balnearios" para los sectores más o menos acomodados de los países del Norte europeo, recibiendo por ello un ínfima parte de los beneficios y soportando toda la carga de la "turistificación" de unos territorios cada vez más hostiles para la propia población local.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Canarias, un archipiélago conocido principalmente en el resto del Estado español, por su belleza natural y su clima agradable, continúa sufriendo una terrible "paradoja" económica y social.
En 2023, Canarias lideró el crecimiento económico en el Estado español, con un incremento del PIB del 3,5%, superando significativamente el promedio estatal, que se situó en el 2%
Este crecimiento se debió principalmente al sector turístico, principal motor económico de Canarias durante décadas, que experimentó una recuperación notable tras los impactos de la pandemia. En 2022, la región recibió 14,6 millones de visitantes. Este boom turístico continuó en 2023, alcanzando cel récord de 16,2 millones de visitantes. Se espera que en 2024 se alcance una nueva marca histórica.
A primera vista, estas cifras podrían resultar alentadoras, pero este crecimiento no ha servido para impulsar una mejora significativa en la calidad de vida de los residentes canarios.
Y es que el sector turístico predominante en el Archipiélago configura una economía totalmente dependiente, y controlada por agentes económicos en gran medida foráneos, que repatrían la mayor parte de sus beneficios a sus países de origen.
Según datos del ISTAC, más del 60% de las plazas hoteleras en Canarias pertenecen a cadenas hoteleras extranjeras. Y, según un estudio del Banco de España, aproximadamente el 75% de los beneficios generados por el turismo en Canarias se transfieren a las sedes de las empresas en el extranjero.
Partiendo de esta dependencia económica, que muy bien podría ser calificada como neocolonial, no resulta difícil entender la aparente "paradoja" de la pobreza asociada al crecimiento económico en Canarias.
Aunque en 2022, Canarias experimentó un crecimiento en su renta per cápita, pasando de 20.100 euros en 2021 a 24.000 euros en 2022, este avance apenas mejoró su posición relativa en comparación con otras regiones de España y de la UE.
Según Eurostat, el archipiélago se mantiene en el tercer lugar entre las comunidades autónomas del Estado español con menor renta per cápita, superando solo a Andalucía y Extremadura.
A nivel de la Unión Europea, Canarias sigue siendo una de las regiones con menor renta per cápita, situándose en el 68% del promedio comunitario, muy por debajo del umbral del 75% que marca la media de las regiones consideradas más prósperas.
La dependencia casi exclusiva del turismo ha creado una economía frágil y vulnerable a las fluctuaciones globales. La pandemia mostró lo peligroso que puede ser este modelo, y aunque la recuperación fue rápida, esta no ha logrado siquiera paliar las profundas desigualdades económicas de la región, en la medida en que la mayor parte de los beneficios de la actividad son repatriados a los países que albergan las sedes de las multinacionales hoteleras que controlan el sector.
Desigualdad persistente y estructural
El crecimiento económico festejado por la patronal hotelera, pues, es estructuralmente incapaz de disminuir la brecha de desigualdad con otras regiones del estado español y europeas, del mismo modo que no evita que brecha de desigualdad de clase existente en el propio Archipiélago canario continúe creciendo.
La renta per cápita de Canarias en 2022 fue de 24.000 euros, comparado con los 41.400 euros de Madrid, la comunidad autónoma con mayor renta per cápita en España. La diferencia es aún más abismal si se compara con las regiones más ricas de la UE, como Southern en Irlanda.
Por su parte, la casta política institucional del Archipiélago, no ha realizado ningún intento serio para diversificar la economía y reducir su dependencia del "monocultivo" turístico.
Sectores como las tecnologías o la comunicación carecen del más básico respaldo público, mientras que el sector primario languidece, muchas veces al borde del colapso, con políticas que privilegian los intereses de los importadores, o de los grandes exportadores de cultivos como el plátano y el tomate, en perjuicio de los pequeños y medianos agricultores y ganaderos que podrían fortalecer la producción más orientada al consumo local.
La consecuencia de una economía dominada por la división capitalista internacional del trabajo
Pese a las particularidades, apenas esbozadas, de un Archipiélago como el canario, ubicado en la plataforma continental africana, la situación de Canarias es también un reflejo de un problema más amplio que tiene que ver con la división capitalista internacional del trabajo y con la propia naturaleza de la Unión Europea, como -fallido- bloque imperialista orientado a competir con otras potencias imperialista.
En beneficio de las burguesías de potencias como Alemania o Francia las políticas neoliberales dentro de la UE han llevado al desmantelamiento de muchas industrias, mientras que la búsqueda del máximo beneficio para el capital ha dado lugar a la deslocalización de fábricas y la pérdida de empleos en numerosos países.
La Política Agraria Común (PAC), por su parte, ha sido diseñada para favorecer a las grandes agroindustrias y a los países con sectores agrícolas más avanzados, como Francia, abocando a la práctica desaparición a los pequeños y medianos productores.
En este contexto, países como España, y en particular regiones como Canarias, se encuentran condenadas a servir como una suerte de "balnearios" para los sectores más o menos acomodados de los países del Norte europeo, recibiendo por ello un ínfima parte de los beneficios y soportando toda la carga de la "turistificación" de unos territorios cada vez más hostiles para la propia población local.
Chorche | Martes, 16 de Julio de 2024 a las 12:26:53 horas
Canarios, catalanes, Illes Balears..., todos unidos contra la especulación turística.
Miles de personas y 140 entidades nos hemos manifestado contra el turismo masivo en Barcelona y bajo el lema '¡BASTA! – Ponemos límites al turismo', hemos recorrido algunos de los puntos más turísticos del litoral de Barcelona.
Pero esto no acaba aquí, seguiremos luchando por hacer cumplir estas demandas, sin dejar de denunciar al mismo tiempo las cortinas de humo y medidas descafeinadas que sistemáticamente crean las administraciones. Ja en tenim prou.
Manifiesto:
Barcelona recibe anualmente a unos 31 millones de visitantes, casi 20 veces el número de personas que vivimos, que somos 1,6 millones y, teniendo en cuenta la estancia media, representan un 10
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