
P. ALCANTARA, HISTORIADOR: 'LA TRANSICIÓN NO SOLO NO DEPURÓ A LOS TORTURADORES FRANQUISTAS SINO QUE LOS ASCENDIÓ"
¿Cómo influye la impunidad del franquismo en la política actual?
¿Por qué los torturadores franquistas mantuvieron sus puestos y ascendieron durante la Transición? ¿Qué dice esto sobre la memoria democrática en España? En esta entrevista con el historiador Pablo Alcántara, se desvela la continuidad de la represión franquista y la falta de justicia para las víctimas.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una entrevista realizada por Juanjo Basterra al historiador Pedro Alcántara en el digital "La Haine", este asegura que en España "todos los torturadores y represores franquistas mantuvieron sus puestos e incluso ascendieron".
Alcántara, que es un experto en la represión franquista y la violencia policial durante la Transición, ofrece un análisis detallado de las continuidades represivas que marcaron tanto el régimen franquista como los años posteriores a su caída.
Según el historiador, la falta de depuración en los cuerpos represivos del Estado tras la dictadura permitió que muchas de las figuras más siniestras de ese período pudieran seguir manteniendo su influencia y poder.
Alcántara indica en la entrevista que la Dirección General de Seguridad (DGS), ubicada en la Puerta del Sol, fue un epicentro de la represión tanto durante el franquismo como después durante la Transición.
"En este edificio de la DGS los militantes antifranquistas sufrieron torturas, represión y muerte", afirma Alcántara, y lamenta que actualmente ni una placa que recuerde esos hechos.
Esta omisión, según el historiador, refleja una falta de valentía por parte del Gobierno español, específicamente del PSOE-Sumar, que, aunque habla mucho de Memoria Democrática, no han sido capaces de implementar medidas concretas para honrar y recordar a las víctimas de la represión franquista.
De acuerdo con lo expresado por Alcántara en la entrevista, uno de los casos más notables de esta continuidad represiva fue la del propio Carlos Arias Navarro, quien fue director general de la DGS y luego se convirtió en el primer presidente de la Transición bajo la Monarquía, ocupando además otros cargos de poder. Esta figura ejemplifica cómo los responsables de la represión franquista no solo conservaron sus puestos, sino que también ascendieron en la jerarquía política post-franquista.
El autor también menciona que la actual falta de reconocimiento y memoria sobre estos crímenes es problemática.
Según Alcántara,
"se han dejado impunes todos esos crímenes, tanto del franquismo como del terrorismo de Estado de los 80/90". Esta impunidad, aseguró, ha contribuido a la actual crisis social y política, en la que resurgen agrupaciones de extrema derecha que canalizan las frustraciones de una población descontenta con la falta de soluciones a problemas básicos como la vivienda y el trabajo.
En su libro "DGS: El palacio del terror franquista", Alcántara intenta precisamente recuperar esta memoria histórica y denunciar la represión sufrida por miles de personas en ese edificio. Alcántara compara la falta de memoria en España con otros países, como Portugal y Argentina, donde existen museos que recuerdan los horrores de las dictaduras respectivas. En España, en cambio, esta memoria sigue siendo un tema pendiente, con escasísimos reconocimientos oficiales y una falta de voluntad política por parte de quienes han ocupado los diferentes ejecutivos durante los últimos 40 años, para abordar el pasado represivo de manera integral.
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En una entrevista realizada por Juanjo Basterra al historiador Pedro Alcántara en el digital "La Haine", este asegura que en España "todos los torturadores y represores franquistas mantuvieron sus puestos e incluso ascendieron".
Alcántara, que es un experto en la represión franquista y la violencia policial durante la Transición, ofrece un análisis detallado de las continuidades represivas que marcaron tanto el régimen franquista como los años posteriores a su caída.
Según el historiador, la falta de depuración en los cuerpos represivos del Estado tras la dictadura permitió que muchas de las figuras más siniestras de ese período pudieran seguir manteniendo su influencia y poder.
Alcántara indica en la entrevista que la Dirección General de Seguridad (DGS), ubicada en la Puerta del Sol, fue un epicentro de la represión tanto durante el franquismo como después durante la Transición.
"En este edificio de la DGS los militantes antifranquistas sufrieron torturas, represión y muerte", afirma Alcántara, y lamenta que actualmente ni una placa que recuerde esos hechos.
Esta omisión, según el historiador, refleja una falta de valentía por parte del Gobierno español, específicamente del PSOE-Sumar, que, aunque habla mucho de Memoria Democrática, no han sido capaces de implementar medidas concretas para honrar y recordar a las víctimas de la represión franquista.
De acuerdo con lo expresado por Alcántara en la entrevista, uno de los casos más notables de esta continuidad represiva fue la del propio Carlos Arias Navarro, quien fue director general de la DGS y luego se convirtió en el primer presidente de la Transición bajo la Monarquía, ocupando además otros cargos de poder. Esta figura ejemplifica cómo los responsables de la represión franquista no solo conservaron sus puestos, sino que también ascendieron en la jerarquía política post-franquista.
El autor también menciona que la actual falta de reconocimiento y memoria sobre estos crímenes es problemática.
Según Alcántara,
"se han dejado impunes todos esos crímenes, tanto del franquismo como del terrorismo de Estado de los 80/90". Esta impunidad, aseguró, ha contribuido a la actual crisis social y política, en la que resurgen agrupaciones de extrema derecha que canalizan las frustraciones de una población descontenta con la falta de soluciones a problemas básicos como la vivienda y el trabajo.
En su libro "DGS: El palacio del terror franquista", Alcántara intenta precisamente recuperar esta memoria histórica y denunciar la represión sufrida por miles de personas en ese edificio. Alcántara compara la falta de memoria en España con otros países, como Portugal y Argentina, donde existen museos que recuerdan los horrores de las dictaduras respectivas. En España, en cambio, esta memoria sigue siendo un tema pendiente, con escasísimos reconocimientos oficiales y una falta de voluntad política por parte de quienes han ocupado los diferentes ejecutivos durante los últimos 40 años, para abordar el pasado represivo de manera integral.
Federico Rubio Herrero | Viernes, 21 de Junio de 2024 a las 23:09:49 horas
Después del vergonzoso cambio de estrategia en 1977, del PCE, aceptando por una "legalización del partido", la estructura del estado monárquica, la bandera y la contención de las masas en las calles, la transición la dirigió la parte más inteligente del franquismo, es decir UCD. Las consecuencias...
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