
PIQUERAS: ¿SE RENAZIFICA EUROPA MIENTRAS CELEBRA LA VICTORIA SOBRE EL NAZISMO? "
Renazificación en Europa: 80 años después, los nazis vuelven a Normandía"
¿Por qué se excluyen a los auténticos vencedores de la Segunda Guerra Mundial en las celebraciones de Normandía? ¿Estamos siendo testigos de un preocupante renacimiento nazi en Europa mientras conmemoramos su derrota?
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por el profesor de la Universidad San Jaume, Andrés Piqueras, en la publicación digital observatoriocrisis.com, bajo el título "80 años después los nazis vuelven a Normandía", el autor presenta una crítica mordaz sobre los recientes eventos conmemorativos del desembarco de Normandía. Piqueras plantea una reflexión sobre la exclusión de Rusia en las celebraciones y la acogida de lo que él denomina "nuevos nazis" en Europa, específicamente en el contexto de la situación actual en Ucrania.
El 9 de mayo, Rusia celebró su Día de la Victoria, una fecha sagrada que conmemora la derrota de los ejércitos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Para Rusia, esta victoria tiene un peso histórico inmenso, dado que la URSS perdió entre 27 y 30 millones de personas, de las cuales solo 8 o 9 millones eran combatientes. La devastación fue colosal: millones quedaron mutilados, miles de ciudades y aldeas fueron destruidas, y una enorme cantidad de recursos fue trasladada a Alemania.
Según Piqueras, esta conmemoración debería recordar el enorme sacrificio de la URSS, que enfrentó la invasión más masiva y letal conocida hasta ese momento. La Wehrmacht movilizó cerca de 3,2 millones de soldados hacia la frontera soviética, junto con un millón de soldados de países aliados, para lanzar una ofensiva general desde el mar Báltico hasta los Cárpatos. La maquinaria de guerra nazi era la más mortal de la época, motivada por dos razones fundamentales: la revolución anticapitalista de Rusia que se había transformado en la URSS, y la necesidad de Alemania de expandirse hacia el este europeo-asiático para obtener recursos y poblaciones.
En su artículo, Piqueras subraya cómo la Revolución Soviética incorporó rápidamente derechos colectivos para las masas, algo que las potencias europeas ignoraron. En lugar de sellar pactos de ayuda mutua con Stalin, prefirieron que Hitler hiciera el "trabajo sucio", al igual que ocurrió con la República española. Inglaterra, Francia y otras "democracias" europeas esperaron a que Alemania atacara a la URSS, beneficiándose de esa situación.
El fascismo, según Piqueras, se convirtió en una vía de acumulación capitalista y un instrumento del capital corporativo internacional para lanzar una guerra de exterminio contra la Unión Soviética. A pesar de la victoria contra Alemania, la URSS no tuvo descanso y fue continuamente agredida económica, militar y diplomáticamente por Occidente, una región que el autor describe como colonizadora y explotadora.
Europa celebra el desembarco de Normandía como si ese hubiera sido el punto crucial en la derrota de Hitler, ignorando el papel decisivo del pueblo soviético. En estas celebraciones, no se invita a los auténticos vencedores de la Gran Guerra, mientras que se da espacio a los "nuevos nazis" de Europa, especialmente en Ucrania.
Piqueras concluye que el proceso de "renazificación" de Europa está conectado con la agresión a Rusia y con el declive del modo de producción capitalista. Ochenta años después, los nazis vuelven a Normandía y se expanden por Europa, una situación que el autor considera preocupante y reveladora del actual estado de las relaciones internacionales y la memoria histórica.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En un artículo publicado por el profesor de la Universidad San Jaume, Andrés Piqueras, en la publicación digital observatoriocrisis.com, bajo el título "80 años después los nazis vuelven a Normandía", el autor presenta una crítica mordaz sobre los recientes eventos conmemorativos del desembarco de Normandía. Piqueras plantea una reflexión sobre la exclusión de Rusia en las celebraciones y la acogida de lo que él denomina "nuevos nazis" en Europa, específicamente en el contexto de la situación actual en Ucrania.
El 9 de mayo, Rusia celebró su Día de la Victoria, una fecha sagrada que conmemora la derrota de los ejércitos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Para Rusia, esta victoria tiene un peso histórico inmenso, dado que la URSS perdió entre 27 y 30 millones de personas, de las cuales solo 8 o 9 millones eran combatientes. La devastación fue colosal: millones quedaron mutilados, miles de ciudades y aldeas fueron destruidas, y una enorme cantidad de recursos fue trasladada a Alemania.
Según Piqueras, esta conmemoración debería recordar el enorme sacrificio de la URSS, que enfrentó la invasión más masiva y letal conocida hasta ese momento. La Wehrmacht movilizó cerca de 3,2 millones de soldados hacia la frontera soviética, junto con un millón de soldados de países aliados, para lanzar una ofensiva general desde el mar Báltico hasta los Cárpatos. La maquinaria de guerra nazi era la más mortal de la época, motivada por dos razones fundamentales: la revolución anticapitalista de Rusia que se había transformado en la URSS, y la necesidad de Alemania de expandirse hacia el este europeo-asiático para obtener recursos y poblaciones.
En su artículo, Piqueras subraya cómo la Revolución Soviética incorporó rápidamente derechos colectivos para las masas, algo que las potencias europeas ignoraron. En lugar de sellar pactos de ayuda mutua con Stalin, prefirieron que Hitler hiciera el "trabajo sucio", al igual que ocurrió con la República española. Inglaterra, Francia y otras "democracias" europeas esperaron a que Alemania atacara a la URSS, beneficiándose de esa situación.
El fascismo, según Piqueras, se convirtió en una vía de acumulación capitalista y un instrumento del capital corporativo internacional para lanzar una guerra de exterminio contra la Unión Soviética. A pesar de la victoria contra Alemania, la URSS no tuvo descanso y fue continuamente agredida económica, militar y diplomáticamente por Occidente, una región que el autor describe como colonizadora y explotadora.
Europa celebra el desembarco de Normandía como si ese hubiera sido el punto crucial en la derrota de Hitler, ignorando el papel decisivo del pueblo soviético. En estas celebraciones, no se invita a los auténticos vencedores de la Gran Guerra, mientras que se da espacio a los "nuevos nazis" de Europa, especialmente en Ucrania.
Piqueras concluye que el proceso de "renazificación" de Europa está conectado con la agresión a Rusia y con el declive del modo de producción capitalista. Ochenta años después, los nazis vuelven a Normandía y se expanden por Europa, una situación que el autor considera preocupante y reveladora del actual estado de las relaciones internacionales y la memoria histórica.
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