
EL ABANDONO DE LAS ESCUELAS RURALES Y LA MUERTE DE LA AGRICULTURA CANARIA DE MEDIANÍAS
¿Por qué el Gobierno de Canarias ha ignorado los acuerdos desde 2014?
El Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC-IC) reclama a la Consejería de Educación para que publique de inmediato el acuerdo para la potenciación de las escuelas rurales, pendiente desde 2014 (...).
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC-IC) ha reclamado a la Consejería de Educación para que publique de inmediato el acuerdo para la potenciación de las escuelas rurales, pendiente desde 2014.
El STEC-IC subraya la importancia de reconocer y apoyar las escuelas rurales, enfatizando que sin estos esfuerzos, las promesas del Gobierno de Canarias de fomentar la recuperación de la agricultura de medianías y lograr la soberanía alimentaria son vacías y sin fundamento.
El STEC-IC destaca que modernizar y potenciar la estructura económica de las medianías no es posible si se abandona su base cultural y educativa: las escuelas unitarias.
"Estas -afirman desde el sindicato de estudiantes - han sido fundamentales para mantener la población en sus entornos, actuando como un pilar cultural y educativo hasta tiempos recientes".
Según el STEC-IC "la historia de resistencia de las escuelas rurales en Canarias es bien conocida por la ciudadanía que se preocupa por el futuro de la región".
"Estas escuelas han estado en peligro de extinción debido a un modelo de desarrollo turístico insostenible y la globalización. Su lucha ha sido por la supervivencia de un modo de vida tradicional que ha sido crucial para la economía local, proporcionando alimentos a las ciudades y jugando un papel clave en la cohesión social y cultural de las comunidades rurales".
Desde los años 90, padres, madres, abuelos, abuelas y el profesorado han luchado incansablemente por sus escuelas.
El sindicato de docentes denuncia que, "en aquellos años, la Consejería de Educación intentó desacreditarlas y cerrarlas, impulsada por criterios meramente económicos y el auge de la industria turística. Las denominadas "escuelas de las laderas" fueron objeto de desprecio y acoso, a medida que la población se desplazaba hacia las zonas turísticas del sur".
El STEC-IC critica la falta de un modelo de desarrollo diversificado que respete los recursos limitados de suelo, agua y paisaje de Canarias. Esta falta de visión ha llevado a un modelo económico y social insostenible que ha incrementado la dependencia alimentaria del exterior y las desigualdades sociales, evidenciado por las masivas movilizaciones del 20 de abril.
Sin embargo, explican "el apoyo a las escuelas rurales no solo ha venido de las comunidades afectadas, sino también de Ayuntamientos y Cabildos, logrando en ocasiones frenar su cierre, especialmente en La Palma. Las reivindicaciones llegaron al Parlamento de Canarias, obteniendo el apoyo de todos los partidos políticos, aunque las promesas de resolución han quedado en el olvido".
En 2014, se firmó un Acuerdo Marco para el mantenimiento y potenciación de estas escuelas, parte del cual fue incorporado en la Ley Canaria de Educación. Sin embargo, estos acuerdos no se han publicado en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) debido a presiones no reveladas. Esta inacción ha generado frustración y ha impedido la implementación de un plan que dotaría a estas escuelas de servicios esenciales como comedores y transporte, así como la formación específica del profesorado y la estabilidad de las plantillas docentes.
El STEC-IC insiste en que el Gobierno de Canarias aún tiene la oportunidad de cumplir sus promesas electorales y evitar la extinción de las escuelas rurales publicando el acuerdo pendiente en el BOC.
"Hacerlo - concluyen - sería un paso crucial para frenar el descrédito de las instituciones públicas y valorar la política como un motor de progreso".
Por A. RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Mediante un comunicado remitido a la redacción de Canarias-semanal, el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC-IC) ha reclamado a la Consejería de Educación para que publique de inmediato el acuerdo para la potenciación de las escuelas rurales, pendiente desde 2014.
El STEC-IC subraya la importancia de reconocer y apoyar las escuelas rurales, enfatizando que sin estos esfuerzos, las promesas del Gobierno de Canarias de fomentar la recuperación de la agricultura de medianías y lograr la soberanía alimentaria son vacías y sin fundamento.
El STEC-IC destaca que modernizar y potenciar la estructura económica de las medianías no es posible si se abandona su base cultural y educativa: las escuelas unitarias.
"Estas -afirman desde el sindicato de estudiantes - han sido fundamentales para mantener la población en sus entornos, actuando como un pilar cultural y educativo hasta tiempos recientes".
Según el STEC-IC "la historia de resistencia de las escuelas rurales en Canarias es bien conocida por la ciudadanía que se preocupa por el futuro de la región".
"Estas escuelas han estado en peligro de extinción debido a un modelo de desarrollo turístico insostenible y la globalización. Su lucha ha sido por la supervivencia de un modo de vida tradicional que ha sido crucial para la economía local, proporcionando alimentos a las ciudades y jugando un papel clave en la cohesión social y cultural de las comunidades rurales".
Desde los años 90, padres, madres, abuelos, abuelas y el profesorado han luchado incansablemente por sus escuelas.
El sindicato de docentes denuncia que, "en aquellos años, la Consejería de Educación intentó desacreditarlas y cerrarlas, impulsada por criterios meramente económicos y el auge de la industria turística. Las denominadas "escuelas de las laderas" fueron objeto de desprecio y acoso, a medida que la población se desplazaba hacia las zonas turísticas del sur".
El STEC-IC critica la falta de un modelo de desarrollo diversificado que respete los recursos limitados de suelo, agua y paisaje de Canarias. Esta falta de visión ha llevado a un modelo económico y social insostenible que ha incrementado la dependencia alimentaria del exterior y las desigualdades sociales, evidenciado por las masivas movilizaciones del 20 de abril.
Sin embargo, explican "el apoyo a las escuelas rurales no solo ha venido de las comunidades afectadas, sino también de Ayuntamientos y Cabildos, logrando en ocasiones frenar su cierre, especialmente en La Palma. Las reivindicaciones llegaron al Parlamento de Canarias, obteniendo el apoyo de todos los partidos políticos, aunque las promesas de resolución han quedado en el olvido".
En 2014, se firmó un Acuerdo Marco para el mantenimiento y potenciación de estas escuelas, parte del cual fue incorporado en la Ley Canaria de Educación. Sin embargo, estos acuerdos no se han publicado en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) debido a presiones no reveladas. Esta inacción ha generado frustración y ha impedido la implementación de un plan que dotaría a estas escuelas de servicios esenciales como comedores y transporte, así como la formación específica del profesorado y la estabilidad de las plantillas docentes.
El STEC-IC insiste en que el Gobierno de Canarias aún tiene la oportunidad de cumplir sus promesas electorales y evitar la extinción de las escuelas rurales publicando el acuerdo pendiente en el BOC.
"Hacerlo - concluyen - sería un paso crucial para frenar el descrédito de las instituciones públicas y valorar la política como un motor de progreso".
Mis asuntos | Martes, 04 de Junio de 2024 a las 13:28:18 horas
Este abandono no sólo ocurre en Canarias, también en la península. El medio rural no existe para el R78, en serios problemas de sostenibilidad, todo se reduce al turismo y la vida en la ciudad. De momento les vale, no sabemos por cuanto tiempo, ya que los pueblos y pequeñas ciudades son fundamentales para una comunidad en equilibrio con la naturaleza y los recursos. De ellos debería salir la alimentación de todos, desgraciadamente al estar integrados en una comunidad económica ultraliberal en lo económico y ultracapitalista en lo político poco se puede hacer en esta dirección. Las importaciones son la norma, Ucrania, Marruecos, el mismo Israhell, Egipto, etc. provocan un incremento del CO2 debido al transporte, la mala calidad de sus productos y un empobrecimiento suicida de la misma nación que debe pagar divisas por su comida, arruinando la economía local que es la de todos. De locos, al mismo tiempo, las comunidades pequeñas son las primeras en darse cuenta de que algo ocurre con respecto al clima, uno no puede ser negacionista en el campo, sencillamente se vive un cambio brutal tendente a la desertificación y menos cantidad de lluvias, con la mayor responsabilidad a la quema de combustibles fósiles, aunque existan teorías alternativas basadas en el mismo sol u otras causas. En vez de tender a un mundo más sencillo es a la inversa, la complejidad y cantidad de materiales, recursos y energía para mantener las ciudades, el turismo o modos de vida insostenibles que aceleran aún más el proceso de degradación natural. Camino del desierto, la vida se tornará imposible en la península al menos tal como la entendemos actualmente. No hay que ser muy torpe para comprenderlo, pero parece ser que se ha abandonado toda esperanza y se sigue el camino autodestructivo de seguir la fiesta hasta el final y que nos quiten lo bailado.
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