
EDITORIAL
EL PACTO PP - JUNTS PARA CONGELAR LA SUBIDA DE LAS PENSIONES: TODA UNA LECCIÓN DE HISTORIA POLÍTICA
Desde el franquismo hasta hoy: cómo las élites catalanas han pactado con el poder español.
La reciente alianza entre PP y Junts en el Congreso español, que resultó en el rechazo de la subida de las pensiones, no es un hecho aislado. Este pacto desvela una connivencia histórica entre las élites burguesas catalana y española, siempre dispuestas a unir fuerzas en defensa de sus intereses, incluso a costa de las propias mayorías trabajadoras catalanas.
La reciente alianza entre el Partido Popular (PP) y Junts per Catalunya (Junts) en el Congreso español no es un hecho aislado, sino una confirmación más de la naturaleza profundamente burguesa y oligárquica del independentismo catalán representado por fuerzas como Junts.
Este acuerdo, que ha dado como resultado el rechazo al decreto ómnibus del Gobierno, deja congeladas medidas de impacto social, como son la actualización de las pensiones y las bonificaciones al transporte público.
Sin embargo, este episodio va mucho más allá de una táctica parlamentaria: desvela un patrón histórico de connivencia entre las élites burguesas catalanas y españolas en defensa de sus intereses de clase, incluso a costa de las mayorías trabajadoras.
LA NATURALEZA DE CLASE DEL INDEPENDENTISMO BURGUÉS
El independentismo catalán liderado por Junts no representa ni de lejos una lucha emancipadora del pueblo catalán. Al contrario, es una herramienta de la burguesía catalana para preservar y fortalecer su posición en el marco del sistema capitalista español. Desde la llamada transición democrática hasta el presente esta facción política no ha dudado en aliarse con las élites económicas y políticas de Madrid cuando ha convenido a sus intereses.
El rechazo conjunto al decreto del Gobierno no solo pone de manifiesto la falta de escrúpulos de estas formaciones, sino también su desconexión con las necesidades reales de la clase trabajadora. Congelar las pensiones de 12 millones de personas, eliminar ayudas esenciales y obstaculizar medidas de protección para los sectores más vulnerables son decisiones que evidencian la prioridad de Junts y el PP: mantener sus privilegios mientras las mayorías populares cargan con las consecuencias.
LAS ALIANZAS HISTÓRICAS DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN CON LA BURGUESÍA ESPAÑOLA
Este episodio es solo el último episodio de una historia más amplia de pactos entre la burguesía catalana y la española. Aunque Junts y sus predecesores se presentan como antagonistas del centralismo español, su trayectoria desmiente esta narrativa. Durante la dictadura de Franco la burguesía catalana, lejos de ser un bastión de resistencia, colaboró activamente con el régimen para proteger sus intereses económicos. Los grandes industriales catalanes se beneficiaron de la represión franquista, consolidando su poder a expensas de los trabajadores catalanes y del resto del Estado.
Ya en la democracia, Convergència i Unió (CiU), el predecesor político de Junts, fue un aliado clave del PP en la seguna parte de los años noventa. Este pacto permitió a la derecha española aprobar presupuestos y otras medidas que fortalecieron el neoliberalismo y el recorte de derechos sociales. Paradójicamente, mientras estas formaciones afirman luchar por la "soberanía de Cataluña", no han tenido reparos en apoyar políticas que aumentan la precariedad y subordinan aún más a las clases trabajadoras catalanas y del conjunto del Estado español.
EL RECIENTE ACUERDO: CONTINUIDAD DE UN MODELO OLIGÁRQUICO
El acuerdo tácito entre PP y Junts para tumbar el decreto del Gobierno socialdemócrata sigue este mismo patrón. Este pacto no se explica solo por un cálculo político para debilitar al Ejecutivo, sino por un interés común en defender las prerrogativas de las élites económicas.
En este caso, la congelación de medidas sociales clave afecta directamente a las clases populares, demostrando que ni Junts ni el PP tienen un compromiso real con el bienestar ciudadano.
Además, la teatralización de los debates y la falta de propuestas concretas por parte de Junts refuerzan la idea de que su interés principal no es la mejora de la vida de los catalanes, sino mantener un discurso identitario vacío que sirva de cortina de humo para sus alianzas estratégicas con la derecha española.
LAS IMPLICACIONES PARA LA CLASE TRABAJADORA
El rechazo al decreto no solo tiene consecuencias materiales inmediatas, como la congelación de las pensiones o la falta de ayudas a familias vulnerables, sino que también refuerza una dinámica política en la que las luchas sociales quedan subordinadas a los intereses de las élites. Este patrón se observa claramente en la manera en que Junts utiliza el discurso independentista para desviar la atención de su responsabilidad en políticas que perpetúan la desigualdad y la precariedad.
La "izquierda" reformista, desde el PSOE hasta Podemos, pasando por Bildu y Sumar, debería señalar con claridad y sin ambajes esta traición. Por otra parte, es tambien imperativo que las organizaciones políticas y sociales que representan los intereses de la clase trabajadora, por pequeñas que sean, desenmascaren las alianzas entre las élites catalanas y españolas y luchen por una alternativa política que coloque las necesidades de las mayorías en el centro del debate.
ALTERNATIVAS DESDE ABAJO: CONSTRUIR PODER POPULAR
El desafío hoy es comenzar a construir los cimientos de un proyecto que enfrente tanto al centralismo reaccionario como al falso independentismo burgués. Esto implica un enfoque basado en la soberanía popular, entendida no solo como la autodeterminación de los pueblos, sino también como el control democrático de los recursos económicos y las instituaciones políticas.
La historia ha demostrado que las élites no dudarán en sacrificar las necesidades de las mayorías para preservar su poder. Frente a esta realidad, la respuesta debe ser la organización desde abajo, fortaleciendo los movimientos sociales y las iniciativas políticas que articulen un proyecto de emancipación real para todos los pueblos del Estado español.
La alianza entre PP y Junts no hace sino poner de manifiesto la connivencia histórica entre las élites burguesas catalana y española, que siempre han estado dispuestas a unir fuerzas para defender sus intereses de clase. Este episodio subraya la urgencia de construir una alternativa política que enfrente tanto al nacionalismo reaccionario español como al falso independentismo catalán, y que sitúe las necesidades de las clases populares en el centro de la acción política.
La reciente alianza entre el Partido Popular (PP) y Junts per Catalunya (Junts) en el Congreso español no es un hecho aislado, sino una confirmación más de la naturaleza profundamente burguesa y oligárquica del independentismo catalán representado por fuerzas como Junts.
Este acuerdo, que ha dado como resultado el rechazo al decreto ómnibus del Gobierno, deja congeladas medidas de impacto social, como son la actualización de las pensiones y las bonificaciones al transporte público.
Sin embargo, este episodio va mucho más allá de una táctica parlamentaria: desvela un patrón histórico de connivencia entre las élites burguesas catalanas y españolas en defensa de sus intereses de clase, incluso a costa de las mayorías trabajadoras.
LA NATURALEZA DE CLASE DEL INDEPENDENTISMO BURGUÉS
El independentismo catalán liderado por Junts no representa ni de lejos una lucha emancipadora del pueblo catalán. Al contrario, es una herramienta de la burguesía catalana para preservar y fortalecer su posición en el marco del sistema capitalista español. Desde la llamada transición democrática hasta el presente esta facción política no ha dudado en aliarse con las élites económicas y políticas de Madrid cuando ha convenido a sus intereses.
El rechazo conjunto al decreto del Gobierno no solo pone de manifiesto la falta de escrúpulos de estas formaciones, sino también su desconexión con las necesidades reales de la clase trabajadora. Congelar las pensiones de 12 millones de personas, eliminar ayudas esenciales y obstaculizar medidas de protección para los sectores más vulnerables son decisiones que evidencian la prioridad de Junts y el PP: mantener sus privilegios mientras las mayorías populares cargan con las consecuencias.
LAS ALIANZAS HISTÓRICAS DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN CON LA BURGUESÍA ESPAÑOLA
Este episodio es solo el último episodio de una historia más amplia de pactos entre la burguesía catalana y la española. Aunque Junts y sus predecesores se presentan como antagonistas del centralismo español, su trayectoria desmiente esta narrativa. Durante la dictadura de Franco la burguesía catalana, lejos de ser un bastión de resistencia, colaboró activamente con el régimen para proteger sus intereses económicos. Los grandes industriales catalanes se beneficiaron de la represión franquista, consolidando su poder a expensas de los trabajadores catalanes y del resto del Estado.
Ya en la democracia, Convergència i Unió (CiU), el predecesor político de Junts, fue un aliado clave del PP en la seguna parte de los años noventa. Este pacto permitió a la derecha española aprobar presupuestos y otras medidas que fortalecieron el neoliberalismo y el recorte de derechos sociales. Paradójicamente, mientras estas formaciones afirman luchar por la "soberanía de Cataluña", no han tenido reparos en apoyar políticas que aumentan la precariedad y subordinan aún más a las clases trabajadoras catalanas y del conjunto del Estado español.
EL RECIENTE ACUERDO: CONTINUIDAD DE UN MODELO OLIGÁRQUICO
El acuerdo tácito entre PP y Junts para tumbar el decreto del Gobierno socialdemócrata sigue este mismo patrón. Este pacto no se explica solo por un cálculo político para debilitar al Ejecutivo, sino por un interés común en defender las prerrogativas de las élites económicas.
En este caso, la congelación de medidas sociales clave afecta directamente a las clases populares, demostrando que ni Junts ni el PP tienen un compromiso real con el bienestar ciudadano.
Además, la teatralización de los debates y la falta de propuestas concretas por parte de Junts refuerzan la idea de que su interés principal no es la mejora de la vida de los catalanes, sino mantener un discurso identitario vacío que sirva de cortina de humo para sus alianzas estratégicas con la derecha española.
LAS IMPLICACIONES PARA LA CLASE TRABAJADORA
El rechazo al decreto no solo tiene consecuencias materiales inmediatas, como la congelación de las pensiones o la falta de ayudas a familias vulnerables, sino que también refuerza una dinámica política en la que las luchas sociales quedan subordinadas a los intereses de las élites. Este patrón se observa claramente en la manera en que Junts utiliza el discurso independentista para desviar la atención de su responsabilidad en políticas que perpetúan la desigualdad y la precariedad.
La "izquierda" reformista, desde el PSOE hasta Podemos, pasando por Bildu y Sumar, debería señalar con claridad y sin ambajes esta traición. Por otra parte, es tambien imperativo que las organizaciones políticas y sociales que representan los intereses de la clase trabajadora, por pequeñas que sean, desenmascaren las alianzas entre las élites catalanas y españolas y luchen por una alternativa política que coloque las necesidades de las mayorías en el centro del debate.
ALTERNATIVAS DESDE ABAJO: CONSTRUIR PODER POPULAR
El desafío hoy es comenzar a construir los cimientos de un proyecto que enfrente tanto al centralismo reaccionario como al falso independentismo burgués. Esto implica un enfoque basado en la soberanía popular, entendida no solo como la autodeterminación de los pueblos, sino también como el control democrático de los recursos económicos y las instituaciones políticas.
La historia ha demostrado que las élites no dudarán en sacrificar las necesidades de las mayorías para preservar su poder. Frente a esta realidad, la respuesta debe ser la organización desde abajo, fortaleciendo los movimientos sociales y las iniciativas políticas que articulen un proyecto de emancipación real para todos los pueblos del Estado español.
La alianza entre PP y Junts no hace sino poner de manifiesto la connivencia histórica entre las élites burguesas catalana y española, que siempre han estado dispuestas a unir fuerzas para defender sus intereses de clase. Este episodio subraya la urgencia de construir una alternativa política que enfrente tanto al nacionalismo reaccionario español como al falso independentismo catalán, y que sitúe las necesidades de las clases populares en el centro de la acción política.
Chorche | Sábado, 25 de Enero de 2025 a las 19:03:23 horas
Acertado artículo.
En Catalunya existe el independentismo de izquierdas del qué forma parte la CUP cuyo ideario merece mucho más apoyo del que recoge.
Esto suele suceder también con otras interesantes formaciones politicas en el estado español.
A ERC mejor la denominaría progre que de izquierdas.
Convergencia y Unió ayer, hoy Junts, ciertamente que es la derecha representante de la oligarquía catalana, siempre se entendió muy bien con el PP y con la monarquía, a pesar de que el cínico de Pujol jugaba al mismo tiempo con los sentimientos de los catalanes presentándose como víctima y defensor al mismo tiempo del pueblo catalán con aquella su repetida frase: "España no nos quiere".
Por contra, Pasqual Maragall, alcalde de BCN. tenía que ir desmintiendolo a todas las horas:"quitenselo de la cabeza, España no tiene nada contra nosotros".
Ahora bien, si Catalunya quiere la independencia, (no fue justo que no le dejaran realizar el referéndum por el mismo motivo que en su día no hubo uno sobre la monarquía)
supongo que para este fin, les guste o no tendrán que ir unidas derechas e izquierdas aunque después vuelvan a "partir peras", o no?
Accede para votar (0) (0) Accede para responder