
LOS DOS BASTIONES MEDIÁTICOS DE LA TRANSICIÓN Y DE LA MONARQUÍA: JL CEBRIÁN Y PEDRO J.
"La prensa y el poder: Cómo 'El País' y 'El Mundo' consolidaron la Monarquía y fueron utilizados para moldear el pensamiento ideologico de los españoles
Durante la "transición" politica española, "El País" y "El Mundo" se consolidaron como los principales diarios del país, reflejando y reforzando el poder de PSOE y PP. Sin embargo, detrás de su éxito se escondía una dependencia de ayudas estatales y alianzas políticas que, con el tiempo, los llevó a una profunda crisis de credibilidad y financiación.
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Durante la oficialmente denominada "transición española a la democracia" el panorama mediático se transformó de forma radical. La imperiosa necesidad de la oligarquía española de consolidar el nuevo sistema político no solo pasó por el diseño de un esquema bipartidista dominado por el PSOE y el PP, sino también por la construcción de un sólido sistema mediático que sirviera de sólida apoyatura para la nueva arquitectura de la máquina del Estado.
Los periódicos El País y El Mundo, bajo las batutas de Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, respectivamente, se convirtieron en los principales altavoces de este duopolio político-mediático. Sin embargo, su éxito estuvo lejos de responder únicamente a la demanda de la sociedad: económicamente dependieron en gran medida de las ayudas estatales, de los favores políticos y de una estrategia de control informativo que restringió la pluralidad del discurso público.
EL DISEÑO DEL SISTEMA BIPARTIDISTA Y SU REFLEJO MEDIÁTICO
La Transición no fue un proceso espontáneo, sino una transición pactada, cuidadosamente diseñada por sectores internos del Régimen franquista, y apoyada por la oligarquía nacida de la dictadura y por potencias extranjeras como los Estados Unidos y Alemania. Este diseño incluyó no solo el establecimiento de los dos grandes partidos (PSOE y PP), sino también la creación de un poderoso aparato mediático que sirviera para legitimar sus posiciones ante la sociedad.
En este contexto, "El País" nació como el diario de referencia para la base progresista del PSOE, mientras que, por su parte, "El Mundo", terminaría erigiéndose años después en un bastión crítico contra el psocialismo, favoreciendo las posiciones del PP.
El rol de ambos periódicos no solo consistió en informar, sino sobre todo en tratar de moldear la opinión pública para así poder apuntalar un sistema político estable que pudiera garantizar la continuidad del poder económico y político de las viejas élites franquistas.
Para que todo ello fuera posible, ambos medios recibieron ayudas multimillonarias, ya fuera mediante publicidad institucional, subvenciones directas para la compra de papel o sustanciosos beneficios fiscales.
JUAN LUIS CEBRIÁN Y LA CONSTRUCCIÓN DE "EL PAÍS"
Cebrián, hijo de un destacado periodista franquista, inició su carrera en el periódico "Pueblo", un rotativo firmemente alineado con el Régimen, antes de pasar a liderar "Informaciones". En la década de los 70, con el apoyo de la Banca y de figuras clave como Pío Cabanillas, este personaje logró posicionarse al frente de "El País". Este diario, fundado en 1976, se convirtió rápidamente en el portavoz de la nueva socialdemocracia que encarnaría Felipe González.
Aunque "El País" se presentaba como un medio independiente y supuestamente comprometido con los valores democráticos, en realidad no pasó de ser otra cosa que un utilísimo instrumento del poder político. Su independencia quedó claramente cuestionada debido a su dependencia de la publicidad institucional y su incondicional alineamiento con el PSOE.
Esto se vio agravado en las décadas posteriores, cuando las ayudas estatales disminuyeron y el periódico tuvo que enfrentar una grave crisis económica. En este contexto, Cebrián pasó de ser una figura intocable a un símbolo del fracaso del modelo mediático tradicional, marcado por la subordinación al poder político y económico.
PEDRO J. RAMÍREZ Y LA FUNDACIÓN DE "EL MUNDO"
En la otra banda, Pedro J. Ramírez representó un modelo distinto de liderazgo mediático. Tras dirigir "Diario 16", un periódico crítico del PSOE, fundó "El Mundo" en 1989 con la promesa de acabar con la indiscutida hegemonía socialista. Ramírez se ganó la reputación de ser un periodista combativo, especialmente por sus investigaciones sobre los GAL, que acabaron erosionaron la credibilidad del gobierno de Felipe González.
Sin embargo, "El Mundo" no fue tampoco un bastión de independencia periodística. Su estrecha cercanía al PP, especialmente durante la etapa de José María Aznar, evidenció su papel como un mero instrumento político más. Pedro J. mantuvo una relación entre la colaboración y el conflicto con las élites, utilizando su periódico como una herramienta útil para consolidar o destruir figuras de poder, de acuerdo a la conveniencia de las circunstancias.
Este peculiar modelo le permitió al personaje mantenerse relevante hasta bien entrada la década de 2000, cuando, perdiendo el respaldo de las instituciones, terminó cayendo en el más humillante desprestigio.
LA FINANCIACIÓN ESTATAL COMO BASE DEL PODER MEDIÁTICO
Ni "El País" ni "El Mundo" lograron sostenerse exclusivamente con la venta de ejemplares o la publicidad privada. Ambos dependieron durante décadas de la financiación estatal, en forma de subvenciones directas, publicidad institucional y otros mecanismos.
Según datos de Infoadex, la inversión pública en medios alcanzó cifras récord en los años 80 y 90, consolidando la posición de los grandes diarios frente a medios más pequeños o críticos.
Esta dependencia económica tuvo un impacto directo en la línea editorial de ambos periódicos. En el caso de "El País", el apoyo estatal estuvo vinculado a su capacidad para reforzar la narrativa del PSOE como garante de la estabilidad democrática. En cuanto a "El Mundo", su apoyo al PP le permitió acceder a publicidad y recursos durante los años de gobierno de Aznar.
LA DECADENCIA DE LOS “BASTIONES”
Con el cambio de siglo, la irrupción de Internet y la diversificación de las fuentes de información erosionaron el modelo de negocio tradicional de los medios. Tanto "El País" como "El Mundo" tuvieron que afrontar, además, una grave crisis de credibilidad y de financiación que los llevó a perder relevancia frente a nuevos actores, como los medios digitales y las redes sociales.
Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, que en su momento representaron el poder absoluto en el periodismo español, se convirtieron en figuras decadentes, atrapadas en un sistema que ya no podía sostenerse. La pérdida de ayudas estatales, combinada con escándalos personales y decisiones estratégicas fallidas, marcó el declive de ambos personajes. Cebrián acabó en manos de fondos buitre, mientras que Pedro J. fue apartado de "El Mundo" y pasó a dirigir un medio de menor alcance.
Fuentes utilizadas
POR MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
Durante la oficialmente denominada "transición española a la democracia" el panorama mediático se transformó de forma radical. La imperiosa necesidad de la oligarquía española de consolidar el nuevo sistema político no solo pasó por el diseño de un esquema bipartidista dominado por el PSOE y el PP, sino también por la construcción de un sólido sistema mediático que sirviera de sólida apoyatura para la nueva arquitectura de la máquina del Estado.
Los periódicos El País y El Mundo, bajo las batutas de Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, respectivamente, se convirtieron en los principales altavoces de este duopolio político-mediático. Sin embargo, su éxito estuvo lejos de responder únicamente a la demanda de la sociedad: económicamente dependieron en gran medida de las ayudas estatales, de los favores políticos y de una estrategia de control informativo que restringió la pluralidad del discurso público.
EL DISEÑO DEL SISTEMA BIPARTIDISTA Y SU REFLEJO MEDIÁTICO
La Transición no fue un proceso espontáneo, sino una transición pactada, cuidadosamente diseñada por sectores internos del Régimen franquista, y apoyada por la oligarquía nacida de la dictadura y por potencias extranjeras como los Estados Unidos y Alemania. Este diseño incluyó no solo el establecimiento de los dos grandes partidos (PSOE y PP), sino también la creación de un poderoso aparato mediático que sirviera para legitimar sus posiciones ante la sociedad.
En este contexto, "El País" nació como el diario de referencia para la base progresista del PSOE, mientras que, por su parte, "El Mundo", terminaría erigiéndose años después en un bastión crítico contra el psocialismo, favoreciendo las posiciones del PP.
El rol de ambos periódicos no solo consistió en informar, sino sobre todo en tratar de moldear la opinión pública para así poder apuntalar un sistema político estable que pudiera garantizar la continuidad del poder económico y político de las viejas élites franquistas.
Para que todo ello fuera posible, ambos medios recibieron ayudas multimillonarias, ya fuera mediante publicidad institucional, subvenciones directas para la compra de papel o sustanciosos beneficios fiscales.
JUAN LUIS CEBRIÁN Y LA CONSTRUCCIÓN DE "EL PAÍS"
Cebrián, hijo de un destacado periodista franquista, inició su carrera en el periódico "Pueblo", un rotativo firmemente alineado con el Régimen, antes de pasar a liderar "Informaciones". En la década de los 70, con el apoyo de la Banca y de figuras clave como Pío Cabanillas, este personaje logró posicionarse al frente de "El País". Este diario, fundado en 1976, se convirtió rápidamente en el portavoz de la nueva socialdemocracia que encarnaría Felipe González.
Aunque "El País" se presentaba como un medio independiente y supuestamente comprometido con los valores democráticos, en realidad no pasó de ser otra cosa que un utilísimo instrumento del poder político. Su independencia quedó claramente cuestionada debido a su dependencia de la publicidad institucional y su incondicional alineamiento con el PSOE.
Esto se vio agravado en las décadas posteriores, cuando las ayudas estatales disminuyeron y el periódico tuvo que enfrentar una grave crisis económica. En este contexto, Cebrián pasó de ser una figura intocable a un símbolo del fracaso del modelo mediático tradicional, marcado por la subordinación al poder político y económico.
PEDRO J. RAMÍREZ Y LA FUNDACIÓN DE "EL MUNDO"
En la otra banda, Pedro J. Ramírez representó un modelo distinto de liderazgo mediático. Tras dirigir "Diario 16", un periódico crítico del PSOE, fundó "El Mundo" en 1989 con la promesa de acabar con la indiscutida hegemonía socialista. Ramírez se ganó la reputación de ser un periodista combativo, especialmente por sus investigaciones sobre los GAL, que acabaron erosionaron la credibilidad del gobierno de Felipe González.
Sin embargo, "El Mundo" no fue tampoco un bastión de independencia periodística. Su estrecha cercanía al PP, especialmente durante la etapa de José María Aznar, evidenció su papel como un mero instrumento político más. Pedro J. mantuvo una relación entre la colaboración y el conflicto con las élites, utilizando su periódico como una herramienta útil para consolidar o destruir figuras de poder, de acuerdo a la conveniencia de las circunstancias.
Este peculiar modelo le permitió al personaje mantenerse relevante hasta bien entrada la década de 2000, cuando, perdiendo el respaldo de las instituciones, terminó cayendo en el más humillante desprestigio.
LA FINANCIACIÓN ESTATAL COMO BASE DEL PODER MEDIÁTICO
Ni "El País" ni "El Mundo" lograron sostenerse exclusivamente con la venta de ejemplares o la publicidad privada. Ambos dependieron durante décadas de la financiación estatal, en forma de subvenciones directas, publicidad institucional y otros mecanismos.
Según datos de Infoadex, la inversión pública en medios alcanzó cifras récord en los años 80 y 90, consolidando la posición de los grandes diarios frente a medios más pequeños o críticos.
Esta dependencia económica tuvo un impacto directo en la línea editorial de ambos periódicos. En el caso de "El País", el apoyo estatal estuvo vinculado a su capacidad para reforzar la narrativa del PSOE como garante de la estabilidad democrática. En cuanto a "El Mundo", su apoyo al PP le permitió acceder a publicidad y recursos durante los años de gobierno de Aznar.
LA DECADENCIA DE LOS “BASTIONES”
Con el cambio de siglo, la irrupción de Internet y la diversificación de las fuentes de información erosionaron el modelo de negocio tradicional de los medios. Tanto "El País" como "El Mundo" tuvieron que afrontar, además, una grave crisis de credibilidad y de financiación que los llevó a perder relevancia frente a nuevos actores, como los medios digitales y las redes sociales.
Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, que en su momento representaron el poder absoluto en el periodismo español, se convirtieron en figuras decadentes, atrapadas en un sistema que ya no podía sostenerse. La pérdida de ayudas estatales, combinada con escándalos personales y decisiones estratégicas fallidas, marcó el declive de ambos personajes. Cebrián acabó en manos de fondos buitre, mientras que Pedro J. fue apartado de "El Mundo" y pasó a dirigir un medio de menor alcance.
Fuentes utilizadas
Chorche | Lunes, 25 de Noviembre de 2024 a las 15:49:01 horas
Un canto antifascista: ‘Y si vuelve un general’
Lanzado el mismísimo 20 de noviembre por la cantante Sandra Bautista, y al que se han sumado sesentena de artistas. La canción se hizo publica el día que se cumplian 49 años de la muerte del criminal dictador.
Todos ellos hacen playback de un verso de la canción. Eso se combina con imágenes de archivo de la época franquista y otros acontecimientos a escala mundial. En un comunicado, han explicado que el vídeo quiere “emocionar y sensibilizar sobre la memoria histórica”
**** s: **** loquesomos **** /un-canto-antifascista-y-si-vuelve-un-general/
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