S.O.S. DE LOS SANITARIOS: "EN URGENCIAS SEGUIMOS VIVIENDO UNA SITUACIÓN ABERRANTE
Semana tras semana se baten récords de sobreocupación en los hospitales canarios
Con un testimonio terrible desde las las trincheras de las urgencias hospitalarias en Canarias, los sanitarios destinados a este servicio esencial advierten sobre una situación de colapso estructural con consecuencias catastróficas para la población del Archipiélago. La falta de camillas ha llevado a que las ambulancias queden bloqueadas durante horas a las puertas de los hospitales, y los pacientes sufren esperas que superan las diez horas para recibir atención médica (...).
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Con un testimonio terrible desde las las trincheras de las urgencias hospitalarias en Canarias, los sanitarios destinados a este servicio esencial advierten sobre una situación de colapso estructural con consecuencias catastróficas para la población del Archipiélago.
La falta de camillas ha llevado a que las ambulancias queden bloqueadas durante horas a las puertas de los hospitales, y los pacientes sufren esperas que superan las diez horas para recibir atención médica.
Enfermeros y enfermeras destinadas a hospitales de referencia de las Islas denuncian que en al entrar a sus turnos se encuentran con pacientes que pueden haber ingresado en urgencias a las 11 de la mañana y todavía no habían sido vistos por un médico a las 8 de la noche.
"Algunas de estas personas - denuncian - esperan durante nueve horas, pero otros incluso soportan angustiosas esperas de hasta 15 horas".
La falta de camas, camillas e incluso sillas de ruedas ha llevado a que los pacientes más leves se sienten en el suelo, un testimonio trágico de la desesperación que enfrentan en las urgencias canarias.
El personal médico y de enfermería en Canarias está llegando a un punto de ruptura debido a esta crisis que - insisten - no se puede atribuir simplemente a picos estacionales de demanda".
En este sentido, los profesionales sanitarios se enfurecen ante la insistencia de los gestores de la Sanidad Canaria en etiquetar estos problemas como "picos puntuales".
Una de las enfermeras del Hospital Insular de Gran Canaria - que prefiere mantener su anonimato por temor a las posibles represalias - explica como tuvieron que improvisar una sala de espera para los familiares de pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y desviar ambulancias a otros hospitales debido a la falta de espacio".
La situación es desgarradora para pacientes, familiares y trabajadores de la salud por igual. No hay suficiente espacio físico, y a menudo ni siquiera hay lugar para una silla de ruedas. Algo que pone en peligro la seguridad de todos y crea un ambiente caótico y estresante para quienes trabajan incansablemente para brindar atención médica.
Esta escena se repite en muchos de los hospitales más grandes de las Islas Canarias. Con la llegada del otoño y los virus estacionales como la gripe, la presión sobre los servicios de urgencias ya saturados se intensifica aún más. El Hospital Insular de Gran Canaria es un ejemplo notable, con más de 300 ingresos en un solo día, y las camillas llegando hasta los ascensores. La sobrecarga es la norma, no la excepción, con un promedio diario de 250 a 270 pacientes esperando por camas en este hospital.
Pero el problema va más allá de la falta de espacio. En los hospitales de las Islas Canarias, más de 500 camas están bloqueadas porque los pacientes no tienen a dónde ir después del alta médica. La falta de plazas en residencias y la falta de apoyo familiar están atrapando a estos pacientes en el sistema de salud, lo que agrava aún más la crisis en las urgencias.
El personal médico y de enfermería también está pagando un precio alto debido a la sobrecarga laboral y la falta de recursos. La pérdida de personal con experiencia en urgencias es alarmante y afecta directamente a la calidad de la atención médica. En situaciones críticas como la reanimación cardiopulmonar o el manejo de pacientes politraumatizados, la experiencia es crucial y se está perdiendo a un ritmo alarmante.
Los médicos también son escasos en muchos turnos de urgencias, lo que ralentiza la atención y aumenta el sufrimiento de los pacientes. La lista de contratación está abierta, pero las precarias condiciones laborales que se ofrecen provoca un continuado éxodo de estos profesionales hacia otros países.
UN ESCRITO DE "SOCORRO" TOTALMENTE IGNORADO POR LA ADMINISTRACIÓN
En abril de este año, trabajadores de urgencias hospitalarias de Canarias remitieron un escrito al entonces presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, en el que mostraban su “preocupación y alarma” ante la “crónica situación de colapso” en estos servicios y que, hasta la fecha, continúa sin tener ningún tipo de respuesta efectiva.
“Semana tras semana se baten récords de sobreocupación, expresados en números de pacientes a la espera de camas hospitalarias y, a partir de ahí, se encadenan situaciones inasumibles para nosotros Esta circunstancia, aberrante e inhumana, obliga a mantener a muchos pacientes hacinados duplicando la capacidad prevista en nuestros boxes y ha hecho de los pasillos y espacios comunes del hospital un espacio público de trabajo”, denunciaban.n el texto.
El escrito, firmado por más de 400 personas y entregado al Diputado del Común, alertaba de las “incontables” normas sanitarias y de seguridad en el trabajo que se infringen.
“Entre otras cosas, no se pueden respetar los espacios de evacuación”, alertaba un texto que concluía con una llamada a la actuación: “Nuestra población, y especialmente nuestros mayores, no merecen tan calamitosa situación”.
Otro de los aspectos que preocupa a los sanitarios, y que ya estaba recogido tanto en el escrito de abril como en anteriores, es la pérdida de personal, de trabajadores con años de experiencia en urgencias, como consecuencia de la sobrecarga laboral. “Hay un problema, que es la gran cantidad de personal que se ha ido en los últimos dos o tres años.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Con un testimonio terrible desde las las trincheras de las urgencias hospitalarias en Canarias, los sanitarios destinados a este servicio esencial advierten sobre una situación de colapso estructural con consecuencias catastróficas para la población del Archipiélago.
La falta de camillas ha llevado a que las ambulancias queden bloqueadas durante horas a las puertas de los hospitales, y los pacientes sufren esperas que superan las diez horas para recibir atención médica.
Enfermeros y enfermeras destinadas a hospitales de referencia de las Islas denuncian que en al entrar a sus turnos se encuentran con pacientes que pueden haber ingresado en urgencias a las 11 de la mañana y todavía no habían sido vistos por un médico a las 8 de la noche.
"Algunas de estas personas - denuncian - esperan durante nueve horas, pero otros incluso soportan angustiosas esperas de hasta 15 horas".
La falta de camas, camillas e incluso sillas de ruedas ha llevado a que los pacientes más leves se sienten en el suelo, un testimonio trágico de la desesperación que enfrentan en las urgencias canarias.
El personal médico y de enfermería en Canarias está llegando a un punto de ruptura debido a esta crisis que - insisten - no se puede atribuir simplemente a picos estacionales de demanda".
En este sentido, los profesionales sanitarios se enfurecen ante la insistencia de los gestores de la Sanidad Canaria en etiquetar estos problemas como "picos puntuales".
Una de las enfermeras del Hospital Insular de Gran Canaria - que prefiere mantener su anonimato por temor a las posibles represalias - explica como tuvieron que improvisar una sala de espera para los familiares de pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y desviar ambulancias a otros hospitales debido a la falta de espacio".
La situación es desgarradora para pacientes, familiares y trabajadores de la salud por igual. No hay suficiente espacio físico, y a menudo ni siquiera hay lugar para una silla de ruedas. Algo que pone en peligro la seguridad de todos y crea un ambiente caótico y estresante para quienes trabajan incansablemente para brindar atención médica.
Esta escena se repite en muchos de los hospitales más grandes de las Islas Canarias. Con la llegada del otoño y los virus estacionales como la gripe, la presión sobre los servicios de urgencias ya saturados se intensifica aún más. El Hospital Insular de Gran Canaria es un ejemplo notable, con más de 300 ingresos en un solo día, y las camillas llegando hasta los ascensores. La sobrecarga es la norma, no la excepción, con un promedio diario de 250 a 270 pacientes esperando por camas en este hospital.
Pero el problema va más allá de la falta de espacio. En los hospitales de las Islas Canarias, más de 500 camas están bloqueadas porque los pacientes no tienen a dónde ir después del alta médica. La falta de plazas en residencias y la falta de apoyo familiar están atrapando a estos pacientes en el sistema de salud, lo que agrava aún más la crisis en las urgencias.
El personal médico y de enfermería también está pagando un precio alto debido a la sobrecarga laboral y la falta de recursos. La pérdida de personal con experiencia en urgencias es alarmante y afecta directamente a la calidad de la atención médica. En situaciones críticas como la reanimación cardiopulmonar o el manejo de pacientes politraumatizados, la experiencia es crucial y se está perdiendo a un ritmo alarmante.
Los médicos también son escasos en muchos turnos de urgencias, lo que ralentiza la atención y aumenta el sufrimiento de los pacientes. La lista de contratación está abierta, pero las precarias condiciones laborales que se ofrecen provoca un continuado éxodo de estos profesionales hacia otros países.
UN ESCRITO DE "SOCORRO" TOTALMENTE IGNORADO POR LA ADMINISTRACIÓN
En abril de este año, trabajadores de urgencias hospitalarias de Canarias remitieron un escrito al entonces presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, en el que mostraban su “preocupación y alarma” ante la “crónica situación de colapso” en estos servicios y que, hasta la fecha, continúa sin tener ningún tipo de respuesta efectiva.
“Semana tras semana se baten récords de sobreocupación, expresados en números de pacientes a la espera de camas hospitalarias y, a partir de ahí, se encadenan situaciones inasumibles para nosotros Esta circunstancia, aberrante e inhumana, obliga a mantener a muchos pacientes hacinados duplicando la capacidad prevista en nuestros boxes y ha hecho de los pasillos y espacios comunes del hospital un espacio público de trabajo”, denunciaban.n el texto.
El escrito, firmado por más de 400 personas y entregado al Diputado del Común, alertaba de las “incontables” normas sanitarias y de seguridad en el trabajo que se infringen.
“Entre otras cosas, no se pueden respetar los espacios de evacuación”, alertaba un texto que concluía con una llamada a la actuación: “Nuestra población, y especialmente nuestros mayores, no merecen tan calamitosa situación”.
Otro de los aspectos que preocupa a los sanitarios, y que ya estaba recogido tanto en el escrito de abril como en anteriores, es la pérdida de personal, de trabajadores con años de experiencia en urgencias, como consecuencia de la sobrecarga laboral. “Hay un problema, que es la gran cantidad de personal que se ha ido en los últimos dos o tres años.
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