
CANARIAS A LA VENTA: LA GENTRIFICACIÓN EXPULSA A LOS TRABAJADORES DE SUS BARRIOS
"En regiones como Canarias, donde el turismo es la actividad económica principal y dominante, este proceso se intensifica"
Al igual que otras muchas regiones del planeta, las Islas Canarias se enfrentan al desafío creciente de la gentrificación. La gentrificación es un proceso por el cual un barrio popular, de ingresos bajos o medios y a menudo con un valor histórico o cultural, comienza a atraer a inversores y residentes con mayor poder adquisitivo (...).
Por ANCOR SANTANA RODRÍGUEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Al igual que otras muchas regiones del planeta, las Islas Canarias se enfrentan al desafío creciente de la gentrificación.
La gentrificación es un proceso por el cual un barrio popular, de ingresos bajos o medios y a menudo con un valor histórico o cultural, comienza a atraer a inversores y residentes con mayor poder adquisitivo. Los nuevos inversionistas, atraídos por el carácter único del área o por su potencial de renovación, invierten en propiedades y negocios, elevando así el valor del suelo y los costos de vida. Este aumento en precios y rentas puede llevar a que los habitantes originales, que a menudo no pueden afrontar estos costos más altos, se vean obligados a mudarse, alterando la composición social y cultural del barrio.
En regiones como Canarias, donde el turismo es la actividad económica principal y dominante, este proceso se está intensificando vertiginosamente.
La demanda constante de alojamiento turístico conlleva a una transformación acelerada de áreas residenciales en zonas de interés para visitantes, con la consiguiente subida en el precio de alquileres y propiedades. Esto no solo afecta la disponibilidad de viviendas para los residentes locales, sino que también puede provocar un cambio en la identidad cultural del lugar, ya que las necesidades y preferencias de los turistas a menudo se anteponen a las de la población local.
Este proceso, que se ha intensificado en los últimos años, está transformando diversas zonas de las islas, afectando la vida de sus residentes. El aumento de la afluencia turística, combinado con la inversión en proyectos urbanísticos, ha generado una dinámica de cambio que, aunque trae consigo desarrollo económico, también plantea importantes cuestiones sociales y culturales.
El turismo, pilar de la economía canaria, ha motivado la construcción de grandes complejos residenciales y turísticos, generando una presión considerable sobre el mercado inmobiliario local. Esto ha llevado a un aumento en el precio de los alquileres y la venta de propiedades, dificultando el acceso a la vivienda para la población local. Además, la transformación de viviendas tradicionales en alojamientos vacacionales ha modificado la estructura y el ambiente de muchos barrios, alterando la vida comunitaria.
El mercado inmobiliario canario ha experimentado un espectacular aumento de los precios del alquiler de viviendas en los últimos cinco años, que ha alcanzado hasta un 49%, lo que ha tenido un gran impacto en las clases populares de la región
Ante esta situación, colectivos defensores del derecho a la vivienda exigen al Gobierno de Canarias la habilitación de partidas económicas suficientes para que su empresa pública, Visocan, pueda comprar viviendas vacías y destinarlas a las familias que carecen de ella, ya que es la única institución canaria que puede hacerlo.
Además, instan al Gobierno regional a que apruebe una Ley de Expropiación Temporal de Vivienda a grandes tenedores, como los bancos, para destinarlas a alquileres sociales y una Ley de Tanteo y Retracto para que la Administración pública tenga acceso prioritario a la vivienda vacía en el mercado.
Por ANCOR SANTANA RODRÍGUEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Al igual que otras muchas regiones del planeta, las Islas Canarias se enfrentan al desafío creciente de la gentrificación.
La gentrificación es un proceso por el cual un barrio popular, de ingresos bajos o medios y a menudo con un valor histórico o cultural, comienza a atraer a inversores y residentes con mayor poder adquisitivo. Los nuevos inversionistas, atraídos por el carácter único del área o por su potencial de renovación, invierten en propiedades y negocios, elevando así el valor del suelo y los costos de vida. Este aumento en precios y rentas puede llevar a que los habitantes originales, que a menudo no pueden afrontar estos costos más altos, se vean obligados a mudarse, alterando la composición social y cultural del barrio.
En regiones como Canarias, donde el turismo es la actividad económica principal y dominante, este proceso se está intensificando vertiginosamente.
La demanda constante de alojamiento turístico conlleva a una transformación acelerada de áreas residenciales en zonas de interés para visitantes, con la consiguiente subida en el precio de alquileres y propiedades. Esto no solo afecta la disponibilidad de viviendas para los residentes locales, sino que también puede provocar un cambio en la identidad cultural del lugar, ya que las necesidades y preferencias de los turistas a menudo se anteponen a las de la población local.
Este proceso, que se ha intensificado en los últimos años, está transformando diversas zonas de las islas, afectando la vida de sus residentes. El aumento de la afluencia turística, combinado con la inversión en proyectos urbanísticos, ha generado una dinámica de cambio que, aunque trae consigo desarrollo económico, también plantea importantes cuestiones sociales y culturales.
El turismo, pilar de la economía canaria, ha motivado la construcción de grandes complejos residenciales y turísticos, generando una presión considerable sobre el mercado inmobiliario local. Esto ha llevado a un aumento en el precio de los alquileres y la venta de propiedades, dificultando el acceso a la vivienda para la población local. Además, la transformación de viviendas tradicionales en alojamientos vacacionales ha modificado la estructura y el ambiente de muchos barrios, alterando la vida comunitaria.
El mercado inmobiliario canario ha experimentado un espectacular aumento de los precios del alquiler de viviendas en los últimos cinco años, que ha alcanzado hasta un 49%, lo que ha tenido un gran impacto en las clases populares de la región
Ante esta situación, colectivos defensores del derecho a la vivienda exigen al Gobierno de Canarias la habilitación de partidas económicas suficientes para que su empresa pública, Visocan, pueda comprar viviendas vacías y destinarlas a las familias que carecen de ella, ya que es la única institución canaria que puede hacerlo.
Además, instan al Gobierno regional a que apruebe una Ley de Expropiación Temporal de Vivienda a grandes tenedores, como los bancos, para destinarlas a alquileres sociales y una Ley de Tanteo y Retracto para que la Administración pública tenga acceso prioritario a la vivienda vacía en el mercado.
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