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Viernes, 03 de Enero de 2025 Tiempo de lectura:

ALEMANIA EN LA PEOR CRISIS DE SU HISTORIA RECIENTE: ¿QUÉ OPINA LA CALLE?

¿Quién está detrás del declive alemán? Un análisis de sus causas

Alemania se está enfrentando una crisis económica que no tiene precedentes. 22.400 empresas en quiebra, despidos masivos, migración de industrias completas a otros países, aumento de la pobreza y el impacto de conflictos externos. Este artículo analiza las causas profundas del declive alemán, con testimonios de ciudadanos y expertos que demandan un cambio urgente.

 
    POR HANSI QUEDNAU, DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

 

     Alemania enfrenta una de las peores crisis de su historia reciente. El país, que durante décadas fue símbolo de [Img #82020]estabilidad económica y liderazgo en Europa, está experimentando un declive sostenido. Cierre de empresas, despidos masivos y la migración de industrias completas a otros países son algunos de los síntomas de este colapso.

        Sin embargo, como señala Wolfgang Bittner, un  abogado, escritor y ensayista alemán conocido por sus críticas a los posicionamientos prooccidentales, el silencio sobre las causas de esta monumental crisis resulta ensordecedor. 

 

La desindustrialización: un panorama alarmante

 

     En 2024, Alemania registró 22.400 quiebras de empresas, un aumento drástico que supera cualquier otro año en décadas recientes. La deslocalización de industrias clave, como la automovilística y la química, hacia países con menores costes energéticos y laborales, está dejando vacíos enormes en el mercado laboral.

 

      Johanna Meier, una trabajadora de una planta de ensamblaje en Wolfsburg, relata al respecto:
 

      "Hace dos meses, nos informaron que nuestra empresa cerraría las operaciones aquí y trasladaría todo a Europa del Este. Me quedé sin empleo después de 18 años trabajando. Dicen que es por los costos, pero para nosotros significa incertidumbre y miedo al futuro."

 

    En paralelo, las políticas energéticas y la dependencia de fuentes costosas y poco confiables han agravado la situación. Tras la explosión de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en 2022, Alemania perdió su acceso a gas barato proveniente de Rusia, lo que disparó los costos de producción.

 

     Según un informe del periodista estadounidense Seymour Hersh, este ataque a la infraestructura energética fue llevado a cabo por Estados Unidos, con el conocimiento del gobierno alemán.

 

 

La guerra en Ucrania y su impacto en la economía alemana

 

    La participación de Alemania en la guerra por poderes en Ucrania ha sido otro factor crucial en este declive. Miles de millones de euros han sido destinados al conflicto, desviando recursos que podrían haber revitalizado la economía interna.

 

Hans Müller, un agricultor de Baviera, comenta:


     "Vemos cómo suben los precios del gasóleo y los fertilizantes, mientras nuestro gobierno manda dinero y armas a Ucrania. Nos sentimos abandonados. ¿Qué pasa con nosotros, los alemanes?"

 

       La historiadora Elke Schreiber, especialista en relaciones internacionales, explica que la alineación de Alemania con las políticas estadounidenses y británicas ha socavado sus propios intereses:


      "Desde el golpe de Estado en Ucrania en 2014, Alemania se ha convertido en un instrumento de los intereses geopolíticos de Washington y Londres. Esto no solo ha fracturado las relaciones con Rusia, sino que ha debilitado nuestra capacidad económica."

 

La tutela estadounidense: un legado de 1945

 

     Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania ha operado bajo una tutela política y militar de Estados Unidos que limita su soberanía. Las bases militares estadounidenses y la pertenencia a la OTAN han moldeado las decisiones estratégicas del país. Este sometimiento, como argumenta Bittner, es un obstáculo para que Alemania recupere su autonomía y se enfoque en sus intereses nacionales.

 

      Renate Weber, una manifestante en una protesta reciente en Berlín, señala:


   "No queremos seguir siendo el peón de otros. La OTAN no nos protege; solo nos arrastra a conflictos que no nos benefician. Necesitamos un cambio de rumbo."

 

      Expertos como el economista Markus Hauser subrayan que la retirada de la OTAN y el restablecimiento de relaciones normales con Rusia son pasos necesarios para reconstruir la economía alemana. Según Hauser,

 

    "el gas barato de Rusia era una ventaja competitiva clave para nuestra industria. Sin ello, nos enfrentamos a una desindustrialización masiva".

 

El papel de los medios de comunicación

 

     Otro elemento esencial en esta crisis es el papel de los medios alemanes, que, según denuncias, han actuado más como propagandistas que como informadores. La influencia de agencias como la CIA en la narrativa mediática alemana es evidente, según un análisis publicado recientemente. Esto ha contribuido a ocultar las verdaderas causas de los problemas del país.

 

      Klaus Richter, un periodista independiente, comenta:


     "Cuando intentas hablar sobre la responsabilidad de Estados Unidos en la explosión de los gasoductos o sobre el impacto negativo de la guerra en Ucrania, eres tildado de conspiracionista. Es casi imposible romper el cerco mediático".

 

El costo humano de la crisis

 

    El impacto de esta crisis no es solo económico sino también humano. Millones de personas enfrentan la precarización de sus vidas. Las políticas energéticas han llevado a aumentos insostenibles en los costos de la electricidad y la calefacción, mientras que los salarios no han crecido al mismo ritmo.

 

     Sophie Lange, una madre soltera de Hamburgo, comparte su experiencia:


    "Este invierno ha sido el más difícil para mí y mis hijos. Apenas puedo pagar la calefacción. Estoy agotada de ver cómo nuestro gobierno gasta millones en otros países mientras nosotros apenas sobrevivimos."

 

     Por otro lado, las medidas de austeridad y los recortes en servicios sociales han debilitado aún más el tejido social. Las tasas de pobreza y desigualdad están en niveles récord, según un informe reciente de la Fundación Friedrich Ebert.

 

¿Es posible un cambio de rumbo?

 

     Para que Alemania supere esta crisis, es fundamental un cambio radical en su política. Como propone Bittner, esto debería incluir:

 

  • Retirarse de la OTAN para recuperar la autonomía estratégica.
  • Poner fin a la presencia de bases militares extranjeras en suelo alemán.
  • Restablecer relaciones comerciales con Rusia, incluyendo el suministro de gas barato.
  • Priorizar la inversión en la economía nacional en lugar de financiar conflictos en el extranjero.

 

      Sin embargo, este cambio de rumbo enfrenta enormes obstáculos. Los partidos políticos del establishment carecen de voluntad para adoptar estas medidas, y las elecciones previstas para febrero de 2025 no prometen un cambio significativo.

 

Testimonios de esperanza y resistencia

     A pesar de la gravedad de la situación hay voces que abogan por una transformación desde abajo.

 

      Andreas Schulz, líder de un sindicato metalúrgico en Renania del Norte-Westfalia, declara:


      "Nosotros, los trabajadores, no podemos esperar que los políticos solucionen esto. Estamos organizando huelgas y protestas para exigir políticas que prioricen nuestras necesidades".

 

Por su parte, la socióloga Anna Becker señala la importancia de la solidaridad social:


     "En tiempos de crisis, es crucial que las comunidades se unan. La movilización ciudadana puede ser el catalizador para un cambio real".

 

      La crisis en Alemania es el resultado de una combinación de factores: desindustrialización, políticas energéticas erradas, alineación con intereses geopolíticos extranjeros y un sistema mediático que silencia las verdades incómodas.

 

       Pero, como demuestran los testimonios aquí recogidos, también hay resistencia y esperanza. Alemania necesita un cambio profundo, uno que priorice los intereses de su pueblo sobre las agendas externas. Solo a través de una movilización colectiva y un replanteamiento estratégico podrá el país salir de esta crisis y recuperar su camino.

 

 

Fuentes consultadas:

  1. Informe de Seymour Hersh sobre los gasoductos Nord Stream.
  2. Fundación Friedrich Ebert - Datos sobre desigualdad en Alemania.
  3. Testimonios en medios locales y redes sociales (Johanna Meier, Hans Müller, Sophie Lange, Andreas Schulz).
  4. Declaraciones de expertos como Markus Hauser y Elke Schreiber.
 
 
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  • V.F.R.

    V.F.R. | Sábado, 11 de Enero de 2025 a las 15:53:18 horas

    yo opino que una crisis económica de dicho país en el pasado fue aprovechada por Hitler para llegar al poder y desatar la guerra , esperemos no se repita la historia , con otros personajes claro.

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  • Chorche

    Chorche | Lunes, 06 de Enero de 2025 a las 00:01:44 horas

    De sobras es sabido que el ataque a los gaseoductos Nord Stream fue obra de Ucrania y EEUU.
    Quien le mandaba a Alemania, lo mismo que a España, buscarse enemigos, con lo que compensa la amistad y la cooperación entre los pueblos, alinearse con EEUU el principal instigador y promotor del golpe de estado ucraniano en 2014 y de la guerra contra las regiones ruso parlantes?. Más de 14.000 muertos había causado hasta febrero 2022.
    Y por si fuera poco ahora estamos obligados a financiar esta guerra con nuestros impuestos.
    El capo-secretario general de la OTAN ha anunciado a España que tenemos que aumentar la financiación y que habrá que recortar en bienestar social pues primero es la (su) seguridad.
    Alemania, igual que España, necesitan un cambio radical en su política; pero si no lo exige el pueblo dudo que lo hagan los gobiernos ya que están supeditados a la Europa del capital y ésta al capitalismo anglosionista.
    Veo que Alemania empieza a reaccionar y a ver las cosas claras. Me alegro.
    Aquí en España andamos más "verdes", falta mucha "maduración" todavía.

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