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Lunes, 11 de Diciembre de 2023 Tiempo de lectura:

VENEZUELA: CUANDO DESDE MIRAFLORES ASOMA EL FEO ROSTRO DEL ANTICOMUNISMO INSTITUCIONAL

La represión contra los comunistas venezolanos: ¿estrategia política o violación de derechos democráticos?

¿Cómo puede interpretarse la reciente intervención del Tribunal Supremo de Venezuela en arbitraria "reestructuración" del Partido Comunista de Venezuela (PCV)? ¿Representa este acto una nueva ola de anticomunismo en Venezuela? En medio de tensiones políticas crecientes, el PCV enfrenta un desafío sin precedentes, ¿será capaz de superar esta prueba y continuar su lucha por la clase trabajadora? Los detalles de esta i situación política, que ha generado amplias reacciones tanto dentro como fuera del país,

 

 

 

POR GREG GÖDELS, DE MLTODAY

 

    Desde la Revolución Rusa, la fundación de la Internacional Comunista y la organización de un partido revolucionario "de [Img #77269]un nuevo tipo" en casi todos los países, los Partidos Comunistas y Obreros han estado siempre en el punto de mira de la burguesía de cada país. En casi todos los países, la burguesía, sus partidos políticos, sus medios de comunicación y sus secuaces han tratado de frustrar, o incluso destruir, a la vanguardia revolucionaria de los trabajadores. Por lo tanto, la existencia de maniobras o acciones de este tipo destinadas a para suprimir o reprimir a los Partidos Comunistas no debería sorprender.

   

    A lo largo de los últimos ciento seis años, el tamaño o influencia de un Partido Comunista se ha visto siempre reflejado en la fuerza o violencia con la que se les enfrentan sus enemigos. Eso tampoco sorprende.

   

    Por supuesto, los comunistas tratan de resistir la represión de quienes defienden los intereses del capitalismo. En algunos casos, y en raras ocasiones, un sentido profundamente arraigado de juego limpio o creencia principista en los valores liberales entre las masas, asegura que los comunistas puedan disfrutar de[Img #77276] un mínimo de actividad política permitida, a pesar de los deseos irrefrenables de la burguesía gobernante.

 

      Por lo tanto, tampoco debería sorprender que la burguesía venezolana deseara, desde siempre, enterrar al Partido Comunista, relegándolo a   marginalidad política o, incluso, algo peor. A lo largo de la larga historia del Partido Comunista de Venezuela en defensa de los trabajadores de ese país, esta organización ha sido atacada, reprimida y prohibida por los políticos burgueses o militares. De hecho, desde su nacimiento en 1931, hasta 1969, el Partido apenas tuvo la oportunidad de conocer poco más de cinco años de legalidad.

 

     Tampoco debería sorprender que, cuando un movimiento popular gana victorias electorales contra los partidos del establishment, prometiendo defender la independencia de Venezuela y llevar a cabo un programa popular, el Partido Comunista de Venezuela ofreciera un entusiasta apoyo condicional. Con su propio programa, basado en el marxismo-leninismo revolucionario, el vigoroso apoyo que los comunistas ofrecieron al gobierno de Hugo Chávez fue necesariamente condicional, aunque de apoyo.

   

 

     El programa político de Chávez era vagamente socialista, basado en la ética cristiana, el socialismo utópico y una variopinta asamblea de asesores académicos, voluntarios y entusiastas de todo el mundo. Sin embargo, su gobierno atrajo la enemistad del imperialismo estadounidense y sus aliados por su política exterior y por la reivindicación de la independencia de los recursos venezolanos. Aunque desafió la influencia de la burguesía nacional, el gobierno de Chávez no estableció el poder de los trabajadores, ni tampoco eliminó la base económica de la sociedad burguesa y capitalista.

 

   A pesar de todas estas notorias debilidades, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) continuó defendiendo al su gobierno y apoyándolo en contra la intervención estadounidense y las intrigas contrarrevolucionarias.

 

  El PCV continuó dando su apoyo condicional en la etapa posterior a la muerte de Chávez, con la elección de Maduro, pero con diferencias cada vez más destacadas con su política interior, especialmente en lo que respecta a las reivindicaciones de clase trabajadora venezolana y la corrupción imperante.

 

     El curso de la última década, las diferencias se han ido agudizando. A los ojos del PCV, y según sus propias palabras:

    “Es sobre la realidad de una ruptura total con el Acuerdo Marco Unitario [un acuerdo propuesto antes de las elecciones de 2018] y con las bases programáticas del proceso bolivariano iniciado por Hugo Chávez, que el PCV se  distancia del gobierno de Maduro.”

 

    Por supuesto, este distanciamiento no significaba para el PCV abandonar la resistencia patriótica conjunta en contra de la intervención y las injerencias estadounidenses, y de otras intervenciones extranjeras.

 

    A raíz de estas diferencias políticas, una característica común de las formaciones electorales de centroizquierda y de izquierda, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela impuso insólitamente, el pasado 11 de agosto, una nueva dirección a la organización de los comunistas venezolanos. Se trata de una medida arbitraria e injusta, que no tiene otra motivación posible que la de intentar debilitar y desactivar la actividad del PCV.

 

    El Tribunal Superior de Venezuela "determinó" sumariamente que una nueva dirección, compuesta por un hatillo de renegados, disidentes y Y de gente que nunca ha militado en el Partido, asumiría la nueva dirección del Partido, anulando el liderazgo democráticamente elegido del PCV en su último Congreso, celebrado en noviembre del año pasado.

 

     A los comunistas venezolanos se les negó la participación seria, un proceso judicial legalmente correcto, así como el derecho  a la apelación, en esta increíble tentativa destinada a desactivar un instrumento histórico de la clase trabajadora venezolana.

 

    Algunos podrán atribuir este suceso a un ataque deliberado de un Tribunal deshonesto a la organización politica del  PCV. Pero el hecho significativo de que el propio Gobierno venezolano intentara impedir previamente la participación electoral del PCV, y que un líder prominente del Partido político gubernamental -el PSUV- haya montado una campaña en contra de los comunistas, no hace sino poner de manifiesto que el Partido de Maduro ha sido cómplice también  de  las maniobras urdidas por el Tribunal.

 

   Ciertamente, el Gobierno y el Partido de Nicolás Maduro ha contado con todas las   oportunidades de denunciar o resistir el flagrante intento de desarmar a los defensores más dedicados de la clase trabajadora, los comunistas venezolanos. No lo han hecho.

 

     Claramente, esto no es más que un ejemplo de anticomunismo burdo, actualizado al siglo XXI. Otros podrán  dedicarse investigar las razones por las que Maduro y su partido han terminado sucumbiendo al anticomunismo. Pero así ha sido. Si lo que se desea es crear un Partido Comunista falsificado que desvíe las críticas o mejore sus oportunidades electorales, no será la primera vez en la historia que el miedo al comunismo termine conduciendo a la supresión de opciones políticas y deshonrando a sus perpetradores.

  

   Pero el PCV perdurará.  Sus militantes y dirigentes encontrarán su camino a través de toda esta trama conspirativa  de distracción, y continuarán luchando por los trabajadores.

 

   Muchos Partidos Comunistas y Obreros del mundo se han unido, junto con otras personas honestas, en defensa del PCV y la causa de los trabajadores venezolanos. Entienden perfectamente que de las actitudes anticomunistas   lo termina siempre pagando la clase trabajadora.

 

   No pocos ubicados teóricamente en la "izquierda", no han tenido ni siquiera rubores, a la hora de hurtar su apoyo al PCV en estos peligrosos momentos. Sus razones no pasan más allá de ser un cesto repleto de oportunismo maloliente. Miran distraídamente las puntas de sus zapatos, silvan, alegan ignorancia o se dedican a enmierdar los símbolos internacionalistas de la solidaridad.

    Pero la historia, más tarde o más temprano, terminará juzgándolos.

 
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  • luigi45

    luigi45 | Viernes, 15 de Diciembre de 2023 a las 10:42:19 horas

    A los que ponéis palos en las ruedas en plena ofensiva mundial terrorista de la OTAN sí que os terminará juzgando la historia.

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Lunes, 11 de Diciembre de 2023 a las 14:49:58 horas

    Y es que cuando el partido y la revolución no es netamente socialista, como la revolución bolchevique como ejemplo, lo demás es viruta.
    la revolución cubana nada era socialista que fue nacionalista, y le apoyó el PCC, pero la revolución tiro para socialista una vez fidel y los suyos aprendió que era esto lo necesario. La revolución venezolana igualmente le apoyo los comunistas, pero Venezuela no ha virado para socialista de verdad, Maduro no se ha metido con los capitalistas ni les ha arrancado casi nada. PUES QUÉ QUIEREN??? Socialismo o barbarie, socialismo o perecemos.

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  • Toribio

    Toribio | Lunes, 11 de Diciembre de 2023 a las 02:09:56 horas

    Excelente exposición. Solicito a Canarias-semanal que lo pasen a paginas centrales destacadas please. Invita a muchas reflexiones y comentarios. Gracias.

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