
ESTADOS UNIDOS PIERDE LA HEGEMONÍA NUCLEAR
"¿Qué Implica la Reciente Prueba Fallida de Misiles en EE.UU.?" "¿Cómo Responde Rusia a la Carrera Nuclear Actual?"
¿Estamos asistiendo al declive del dominio nuclear estadounidense? ¿Cómo afecta esto al panorama global de seguridad? ¿Qué repercusiones tiene la reciente suspensión de Rusia del tratado Nuevo START y cómo esto redefine la estrategia nuclear global?
El 1 de noviembre marcó un punto de inflexión en la historia militar de Estados Unidos: un misil balístico intercontinental Minuteman III fue destruido en pleno vuelo debido a anomalías no especificadas. Este incidente pone en tela de juicio la efectividad de la disuasión nuclear estadounidense, una estrategia que ha sido pilar de la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU. a lo largo de undécadas.
Estados Unidos posee alrededor de 400 misiles Minuteman III, una pieza clave de su triada nuclear, que incluye también submarinos de clase Ohio armados con misiles Trident y bombarderos B-52 y B-2. A pesar de sus actualizaciones, el Minuteman III, en servicio desde 1970, muestra signos de obsolescencia.
La situación se complica con el programado reemplazo del Minuteman III por el nuevo misil balístico intercontinental Sentinel, planeado para la próxima década. Este cambio se produce en un contexto en el que adversarios como Rusia están modernizando y expandiendo su arsenal nuclear, cuestionando la supremacía nuclear de EE.UU.
Un contrapunto notable es el reciente fallo mecánico de un submarino británico Vanguard, que llevaba misiles Trident II. Este incidente, junto con el lanzamiento fallido de un misil Trident II en 2017, revela vulnerabilidades en la fuerza de disuasión nuclear del Reino Unido.
Rusia, por otro lado, ha realizado pruebas exitosas con misiles modernos como Bulava y Yars, y está desarrollando nuevas tecnologías como el misil de crucero Burevestnik de propulsión nuclear. Estos avances ponen presión sobre EE.UU. y el Reino Unido para modernizar sus arsenales nucleares.
La ausencia de un marco de control de armas efectivo agrava la situación. La suspensión de Rusia del tratado Nuevo START, que limitaba los arsenales nucleares de ambos países, abre la puerta a una potencial carrera armamentista.
Los tratados de control de armas históricamente han sido complejos, a menudo percibidos por Rusia como intentos de EE.UU. de mantener su dominio nuclear. Con la expiración del Nuevo START en 2026, Rusia podría avanzar en sus programas de modernización nuclear sin restricciones, desafiando la posición de EE.UU. y el Reino Unido.
Este escenario deja a EE.UU. ante un dilema: invertir enormes sumas para alcanzar la paridad nuclear o negociar desde una posición de desventaja. El tiempo de la superioridad nuclear estadounidense incontestable parece haber terminado, y la incapacidad de adaptarse a esta nueva realidad podría desencadenar una carrera armamentista con consecuencias impredecibles para la estabilidad global.
El 1 de noviembre marcó un punto de inflexión en la historia militar de Estados Unidos: un misil balístico intercontinental Minuteman III fue destruido en pleno vuelo debido a anomalías no especificadas. Este incidente pone en tela de juicio la efectividad de la disuasión nuclear estadounidense, una estrategia que ha sido pilar de la seguridad nacional y la política exterior de EE.UU. a lo largo de undécadas.
Estados Unidos posee alrededor de 400 misiles Minuteman III, una pieza clave de su triada nuclear, que incluye también submarinos de clase Ohio armados con misiles Trident y bombarderos B-52 y B-2. A pesar de sus actualizaciones, el Minuteman III, en servicio desde 1970, muestra signos de obsolescencia.
La situación se complica con el programado reemplazo del Minuteman III por el nuevo misil balístico intercontinental Sentinel, planeado para la próxima década. Este cambio se produce en un contexto en el que adversarios como Rusia están modernizando y expandiendo su arsenal nuclear, cuestionando la supremacía nuclear de EE.UU.
Un contrapunto notable es el reciente fallo mecánico de un submarino británico Vanguard, que llevaba misiles Trident II. Este incidente, junto con el lanzamiento fallido de un misil Trident II en 2017, revela vulnerabilidades en la fuerza de disuasión nuclear del Reino Unido.
Rusia, por otro lado, ha realizado pruebas exitosas con misiles modernos como Bulava y Yars, y está desarrollando nuevas tecnologías como el misil de crucero Burevestnik de propulsión nuclear. Estos avances ponen presión sobre EE.UU. y el Reino Unido para modernizar sus arsenales nucleares.
La ausencia de un marco de control de armas efectivo agrava la situación. La suspensión de Rusia del tratado Nuevo START, que limitaba los arsenales nucleares de ambos países, abre la puerta a una potencial carrera armamentista.
Los tratados de control de armas históricamente han sido complejos, a menudo percibidos por Rusia como intentos de EE.UU. de mantener su dominio nuclear. Con la expiración del Nuevo START en 2026, Rusia podría avanzar en sus programas de modernización nuclear sin restricciones, desafiando la posición de EE.UU. y el Reino Unido.
Este escenario deja a EE.UU. ante un dilema: invertir enormes sumas para alcanzar la paridad nuclear o negociar desde una posición de desventaja. El tiempo de la superioridad nuclear estadounidense incontestable parece haber terminado, y la incapacidad de adaptarse a esta nueva realidad podría desencadenar una carrera armamentista con consecuencias impredecibles para la estabilidad global.
Valentino Manzana | Lunes, 11 de Diciembre de 2023 a las 01:12:15 horas
A los estrategas del Pentágono se les pone tiesa con estos asuntos. Lamentable, es un tema que no se debería ni de plantear. ¿ Quien ganaría una posible guerra nuclear ?... lo dicho, es una cosa de chiflados.
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