LA PRENSA ALEMANA O EL GRAN ESPECTÁCULO DE LA DESINFORMACIÓN

POR HANSI QUEDNAU PARA CANARIAS SEMANAL

    En una grotesca representación de los hechos, los medios alemanes han desatado una tormenta de indignación y asombro con su cobertura sesgada sobre el último escenario de horror que se ha producido en Gaza.

      Con titulares como "Horror por el impacto de un cohete" y "Hamás informa de muchas muertes tras una explosión en un hospital", los medios alemanes se han prestado jugar en el curso de las últimas horas,   un peligroso juego de malabarismo con la verdad, dejando, por una parte,  a los alemanes en tinieblas sobre lo acaecido en Gaza, y sin voz, a las víctimas de la masacre.

     No se ha tratado de un mero fallo periodístico. Ha sido un bochornoso espectáculo de la desinformación. Desde los primeros informes periodísticos, los exégetas de la mentira y la falsificación se han apresurado en exculpar a Israel, insinuando que han sido los palestinos los auténticos responsables de su propia tragedia.

   Mientras el polvo provocado por la devastación aún no había logrado asentarse, una buena parte de los medios alemanes se han apresurado a lanzar a los cuatro vientos su versión de lo acontecido en el hospital de Gaza, citando para ello a 'fuentes' descaradamente interesadas en el conflicto, presentándolas como pruebas veraces de sus inaceptables versiones.

    ¿Qué es lo que ha sucedido con su pretendida "objetividad periodística" cuando, por ejemplo, el periódico Bild, uno de los diarios más leídos en este país, proclamó sin rodeos Y con enormes titulares: "¡No fue Israel!, ¡Fueron los terroristas"? La implicación es una afrenta al intelecto a sus lectores y un golpe bajo  su la misión de informar.

    La cobertura informativa se produjo, además, con un sospechoso retraso, otro de los elementos claves de este montaje mediático. En otros conflictos, como en el de Ucrania, los informes llegaron a ser casi fulminantes en el tiempo. Pero en el caso del bombardeo israelita contra el hospital de Gaza, aun contando con una considerable infraestructura de personal y de medios, los informes llegaron una pasmosa lentitud, y solo se produjeron después de que Israel dispusiera de tiempo para estar en condiciones de poder enhebrar  algún tipo de arquitectura argumental.  

     Pero aún más irritante ha resultado la ciega aceptación, por parte de los grandes medios de comunicación alemanes, de las declaraciones de los Servicios de Inteligencia israelíes. Estos fueron exactamente los mismos Servicios que, en cambio, permanecieron sorprendentemente "despistados", durante el ataque de Hamás del 7 de octubre. ¿Cómo han podido estimarse como "indiscutibles", las afirmaciones realizadas por unos Servicios de Inteligencia, justo en los momentos en los que ya habían perdido la más mínima credibilidad?

    Pero estos enfoques miopes de la prensa de mi país que, por cierto, no son una excepción en el conjunto de la prensa europea, -tal y como he podido leer este lunes en este mismo digital-, ha ignorado deliberadamente un contexto aún más amplio: el que en aquellos mismos momentos estaba sufriendo la Franja de Gaza .

      Las promesas de ayuda y reconstrucción son, en su mayoría, una gran farsa. La ONU ha llegado admitir que el "restablecimiento" del agua ha sido   apenas un simple goteo, sólo ha llegado al 15% de la población. ¿Cómo puede la llamada Comunidad internacional ignorar, sin ni siquiera pestañear, este colapso humanitario?

   Pero analicemos en qué ha consistido la verdad, pasada por los filtros de la prensa germana: Con furor ha tratado de promoverse la teoría de que fue un "cohete desviado", lanzado por la Jihad Islámica el responsable de la devastación terrorífica ocasionada en el Hospital palestino. Tal afirmación está basada en las imágenes aéreas proporcionadas, sorprendentemente, por una de las partes más interesadas en el conflicto. Es decir, los Servicios de Inteligencia judíos ¿Desde cuándo las pruebas presentadas por una de las partes  comprometidas en confrontación, se convierten en la piedra angular de la verdad objetiva?

    Incluso, si realizando un esfuerzo voluntarismo irracional, aceptáramos esta teoría, esa aceptación   desencadenaría automáticamente una serie de problemas técnicos y lógicos difícilmente obviables. Por ejemplo: los misiles balísticos siguen trayectorias definidamente predecibles. La física básica y las imágenes disponibles desacreditan totalmente esa versión. Además, las implicaciones de un misil israelí fueron convenientemente minimizadas, ignorando la variedad de explosivos y sus característicos efectos . ¿Dónde están los cráteres del impacto, dónde las señales de un ataque aéreo previo, dónde las quemaduras de un combustible supuestamente volátil?

    La realidad es que el nivel de destrucción, ocasionado, apunta como seguro protagonista a un agente infinitamente más letal. La beatífica teoría alternativa de que el causante de la catástrofe fue un acto de "fuego amigo", no solo es altísimamente improbable, sino que, además, está plagada de abracadabrantes inconsistencias. ¿Cómo podríamos explicamos, entonces, la falta de daños colaterales reportados con miles de cohetes disparados, mientras que cada día, mil bombas israelíes llueven sobre Gaza?

    Esto no solo ha sido un "fracaso informativo". Es, sobre todo, un monumental fracaso en humanidad. Los medios tienen la responsabilidad de presentar la verdad, no una versión teatral, diseñada ad hoc para entretener o satisfacer unas determinadas agendas políticas.

    Mientras las voces de Gaza han sido deliberadamente silenciadas, la información periodística que de los acontecimientos allí ocurridos se está proporcionando a medio mundo , no son sino un eco ensordecedor en un enorme vacío de justicia y verdad.