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Martes, 17 de Octubre de 2023 Tiempo de lectura:

ECUADOR: GANÓ LA DERECHA FRENTE A LA ALTERNATIVA REFORMISTA

A contracorriente de todas las predicciones, ganó el potentado bananero Daniel Noboa

Detrás del joven candidato ganador Daniel Noboa no viene cualquier cosa. Le acompaña al triunfador de la jornada electoral del domingo en Ecuador, la sombra de un imperio comercial, fundado en el sector bananero, que ha logrado expandir sus raíces por múltiples ámbitos empresariales a nivel mundial. En su recetario incluye la "reducción del Estado", un eslogan que, como se sabe, se paramentan importantes recortes en áreas sensibles como educación y salud,

 

 

POR VICTORIA MARTÍNEZ, PARA CANARIAS SEMANAL

 

     En medio de un paisaje político realmente tempestuoso, Ecuador ha dado la bienvenida a un nuevo líder, Daniel [Img #76704]Noboa, quien emerge desde el mismísimo núcleo central de la élite empresarial del país, para tomar las riendas de una nación marcada por el descontento. El aire está cargado no solo de boquiabiertas expectativas, sino también de escepticismo.

 

 

El ascenso inesperado

 

    A contracorriente de todas las predicciones, Daniel Noboa navegó desde una posición subvalorada por  las encuestas hasta cruzar   el Rubicón de la victoria. Su triunfo han sorprendido a tirios y troyanos, rompiendo con el pronóstico que colocaba a Luisa González, figura estelar del tibio reformismo correísta, en una posición aparentemente ventajosa.  

 

    Detrás de Noboa  se encuentra la sombra de un imperio comercial, fundado en el sector bananero, que ha expandido sus raíces por múltiples ámbitos empresariales a nivel global. Sin embargo, este legado no viene sin controversia: las acusaciones de evasión fiscal y la utilización de paraísos fiscales  terminaron emborronándole su campaña, y poniendo sombras en la catadura del recién electo presidente.

 

Un futuro bajo signos de interrogación

 

   La Administración de Noboa se presenta ahora con una agenda que sigue la línea neoliberal instaurada por su predecesor de tristísima memoria, Guillermo Lasso. El recetario incluye la "reducción del Estado",   un eslogan tras el que se esconden importantes recortes en áreas sensibles como educación y salud, y planteamientos polémicos como la transformación de barcos en prisiones flotantes y la militarización de diversos sectores.
 

      Con un Parlamento que no le es ampliamente favorable, Noboa se enfrenta el desafío de tejer alianzas para evitar el estancamiento político. Su gestión, limitada a un periodo de 17 meses, debido a la inusual convocatoria a elecciones, será un baile constante en un escenario donde la oposición, liderada por el correísmo, está lejos de ser un espectador pasivo.

 

Ecos de una crisis permanente

 

   La crisis económica y social, hipertrofiada por las medidas impuestas por el FMI y las estrategias políticas previas, han ido calentando un caldo de cultivo para el descontento y la protesta. Las calles se han expresado en varias ocasiones en este sentido, mostrando la inmensa fatiga de una población golpeada por políticas económicas que terminan resultando de un elevadísimo coste social.

 

    El camino que ha escogido Noboa  no podrá ser otra cosa que una continuidad de su predecesor. Lasso dejó un país profundamente marcado por la corrupción, la violencia y una conexión alarmante con el narcotráfico, elementos que culminaron en una maniobra política extrema: la puesta en marcha de la llamada "muerte cruzada" para disolver la Asamblea Nacional.

 

 

Un horizonte incierto

 

     Ecuador se encuentra, pues, en un punto de inflexión. Con un mandato corto y una crisis polifacética en sus manos, Daniel Noboa no solo deberá lidiar con la sombra de sus predecesores, sino también con la expectativa de un cambio real. Pero las medidas de austeridad previstas, los lazos con el FMI y las políticas de mano dura propuestas  están ya dibujando un futuro que, para muchos, les está  apareciendo un mero eco del pasado.

 

   En este frágil equilibrio, el correísmo  continuará  manteniendo su influencia política . Y Ecuador, atrapado en una danza política endiablada, seguirá esperando con el aliento en suspenso, preguntándose si este nuevo capítulo será uno de verdadero cambio o, simplemente, un calco de los ciclos por los que ya ha navegado antes. 

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