
LOS GRANDES NEGOCIOS DE LA GUERRA DE UCRANIA
Beneficios para unos pocos, pérdidas para la mayoría
Zelensky no se cansa de pedir dinero y armamento, como en su última visita a Washington, mientras en Ucrania se crea un mercado negro de armas, una sustanciosa porción de los miles de millones canalizados a Kiev se queda en los bolsillos de sus elites, incluido Zelensky, y el país se vende a BlackRock.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Después de su actuación en el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 20 de septiembre, al día siguiente Zelensky pedía al Congreso de EE.UU más de $1.000 millones.
Según ha informado el analista geopolítico Manlio Dinucci, el Congreso ya ha destinado $43.000 millones para “ayuda a la seguridad de Ucrania”, es decir, para objetivos directamente militares. Junto a otras partidas oficialmente bajo la rúbrica de fines humanitarios, pero que sirven al esfuerzo bélico, la cifra real aportada por Washington a Kiev excede los $70.000 millones.
Ahora la Casa Blanca ha pedido al Congreso unos $24.000 millones adicionales. A todo ello hay que sumar los más de $30.000 millones aportados por la Unión Europea, y los centenares de millones que Gran Bretaña, Alemania, Japón, Canadá, Polonia, Holanda, Noruega, Dinamarca, Suecia, Francia e Italia han canalizado directamente a Kiev.
Este enorme flujo de dinero público, que sale de los bolsillos de los ciudadanos, alimenta lo que el New York Times llama “un mercado clandestino de armas”.
Miles de millones de dólares acaban en los bolsillos de los altos cargos de Kiev. Tanto es así, que el gobierno tuvo que despedir al ministro de Defensa y todos sus seis viceministros por corrupción. Pero éstos no son más que chivos expiatorios de un delito mucho mayor.
El mismo Zelensky posee sustanciosos paquetes de acciones (transferidas formalmente a uno de sus socios) en tres empresas establecidas en paraísos fiscales, y ha comprado lujosos chalets en varias partes del mundo (últimamente en Egipto) por la suma de decenas de millones de dólares.
Las enormes remesas de armamento que recibe Ucrania de Estados Unidos y las potencias europeas no son regalo, sino préstamo. Ucrania ha acumulado, de este modo, una deuda externa tan descomunal, que llevaría siglos saldarla. Una deuda que crecerá más aún con la “reconstrucción” del país, que Zelensky ha puesto en manos de BlackRock, la mayor empresa de fondos de inversión del mundo.
En el Congreso de EE.UU, el senador demócrata Richard Blumenthal dijo que “La inversión en Ucrania nos está reportando sustanciosos beneficios, hemos unido a la OTAN, hemos contribuido a restaurar la fe y la confianza en el liderazgo estadounidense -moral y militarmente. Todo sin un solo soldado estadounidense muerto o herido”.
Y, para el líder del grupo republicano en el Senado, Mitch McConnell, “La razón fundamental para continuar ayudando a Ucrania se resume en los fríos, duros y concretos intereses estadounidenses”.
Grandes beneficios privados para unos pocos, y grandes pérdidas para las clases trabajadoras estadounidenses y europeas; mientras la de Ucrania pone los muertos.
Fuente:
https://www.globalresearch.ca/big-business-war/5833714
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Después de su actuación en el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 20 de septiembre, al día siguiente Zelensky pedía al Congreso de EE.UU más de $1.000 millones.
Según ha informado el analista geopolítico Manlio Dinucci, el Congreso ya ha destinado $43.000 millones para “ayuda a la seguridad de Ucrania”, es decir, para objetivos directamente militares. Junto a otras partidas oficialmente bajo la rúbrica de fines humanitarios, pero que sirven al esfuerzo bélico, la cifra real aportada por Washington a Kiev excede los $70.000 millones.
Ahora la Casa Blanca ha pedido al Congreso unos $24.000 millones adicionales. A todo ello hay que sumar los más de $30.000 millones aportados por la Unión Europea, y los centenares de millones que Gran Bretaña, Alemania, Japón, Canadá, Polonia, Holanda, Noruega, Dinamarca, Suecia, Francia e Italia han canalizado directamente a Kiev.
Este enorme flujo de dinero público, que sale de los bolsillos de los ciudadanos, alimenta lo que el New York Times llama “un mercado clandestino de armas”.
Miles de millones de dólares acaban en los bolsillos de los altos cargos de Kiev. Tanto es así, que el gobierno tuvo que despedir al ministro de Defensa y todos sus seis viceministros por corrupción. Pero éstos no son más que chivos expiatorios de un delito mucho mayor.
El mismo Zelensky posee sustanciosos paquetes de acciones (transferidas formalmente a uno de sus socios) en tres empresas establecidas en paraísos fiscales, y ha comprado lujosos chalets en varias partes del mundo (últimamente en Egipto) por la suma de decenas de millones de dólares.
Las enormes remesas de armamento que recibe Ucrania de Estados Unidos y las potencias europeas no son regalo, sino préstamo. Ucrania ha acumulado, de este modo, una deuda externa tan descomunal, que llevaría siglos saldarla. Una deuda que crecerá más aún con la “reconstrucción” del país, que Zelensky ha puesto en manos de BlackRock, la mayor empresa de fondos de inversión del mundo.
En el Congreso de EE.UU, el senador demócrata Richard Blumenthal dijo que “La inversión en Ucrania nos está reportando sustanciosos beneficios, hemos unido a la OTAN, hemos contribuido a restaurar la fe y la confianza en el liderazgo estadounidense -moral y militarmente. Todo sin un solo soldado estadounidense muerto o herido”.
Y, para el líder del grupo republicano en el Senado, Mitch McConnell, “La razón fundamental para continuar ayudando a Ucrania se resume en los fríos, duros y concretos intereses estadounidenses”.
Grandes beneficios privados para unos pocos, y grandes pérdidas para las clases trabajadoras estadounidenses y europeas; mientras la de Ucrania pone los muertos.
Fuente:
https://www.globalresearch.ca/big-business-war/5833714
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