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Jueves, 07 de Septiembre de 2023 Tiempo de lectura:

CUMBRE VERDE EN ÁFRICA: ¿NUEVO AMANECER O IDÉNTICO JUEGO DE PODERES?

Sobre la reciente Cumbre Africana sobre el Clima

Pero, más allá de los aplausos y las luces y del espectáculo organizado para la galería mediática, yace una realidad mucho más compleja. La historia ha dejado sobre ese continente lacerantes cicatrices: relaciones desiguales, poderes hegemónicos y un continente a menudo en la periferia.

 

 

POR EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS SEMANAL

 

    Con un sol brillante que iluminaba el horizonte, la primera Cumbre Africana sobre el Clima concluyó envuelta en un aura de optimismo que, para algunos, rozaba la exageración. El vasto Continente africano, con su inmensa riqueza cultural y natural, se encontró en el centro de la escena internacional con una propuesta audaz: una propuesta para aplicación de impuestos "verdes" internacionales.

 

     A África hay que pensarla como si se tratara de un atleta en plena maratón. A medida que acelera su paso en la carrera contra el cambio climático, se atraviesan en su camino obstáculos financieros gigantescos. La "Declaración de Nairobi" puso de relieve una imagen extraordinariamente sombría: naciones africanas pidiendo prestado a tasas que los sofocan, desencadenando círculos viciosos de la deuda. Es como si un esforzado corredor tuviera que acarrear simultáneamente al ritmo que corre, pesadas cadenas en  piernas y manos.

 

 

¿BANCOS Y FONDOS AL RESCATE?

 

     En el curso de esta Conferencia la mirada africana se posó sobre los Bancos regionales. ¿Su esperanza? Que les extendieran una mano, no con limosnas, sino con préstamos justos, reclamaron los asistentes. También, se alzaron voces hacia el FMI, pidiendo una revisión de los "derechos especiales", mirando con anhelo ese impresionante botín de 750 mil millones de dólares del Fondo de Consecuencias de la Pandemia.

 

     El presidente keniano, William Ruto, con una mezcla de pasión y frustración, señaló los acuerdos que parecen estar apretando aún más esas cadenas. Pero, por un momento, en el horizonte pareció brillar una chispa de esperanza con la propuesta de la UE, un impuesto sobre transacciones financieras con miras a un África más verde. ¿Brillaba realmente esa chispa?

 

     La palabra "inversión" resonó fuerte cuando el sultán emiratí Al Jaber, figura clave en el que hoy algunos se atreven a denominar el 'mundo petrolero y renovable", anunció cifras que dejaron a algunos boquiabiertos. Propuso una "transformación energética". Y, aunque su declaración "Si África pierde, todos perdemos" tenía un tinte melodramático, puso de manifiesto la esencia de la interdependencia global.

 

     Desde la ONU, Antonio Guterres, con su habitual vocación de "pater-mater familias", visualizó a África no como una tierra marginada, sino como una "superpotencia de energías renovables"

 

     Al caer el telón de la Cumbre, el eco de las palabras del presidente keniano resonaron: África está lista, pero necesita "compañeros en este viaje". No es sólo una cuestión de sobrevivir, sino de prosperar en un "tapiz verde".

 

 

LO QUE NO SE DIJO...

 

     Pero, más allá de los aplausos y las luces y del espectáculo organizado para la galería mediática, yace una realidad mucho más compleja. La historia ha dejado cicatrices: relaciones desiguales, poderes hegemónicos y un continente a menudo en la periferia. Los impuestos "verdes" y préstamos favorables no son más que un reflejo de este juego de ajedrez global.

 

   El endeudamiento y los intereses exorbitantes actúan como esposas que atan de pies y manos al continente. Las inversiones "verdes", aunque aparentemente atractivas, tienen el sabor a un cebo, a una trampa. Detrás de la propuestas y fondos, yacen los intereses y gigantescos de las naciones más poderosas, ansiosas seguir extendiendo su poder e influencia.

 

    Las dinámicas capitalistas, las relaciones desiguales y la sombra de un voraz neoimperialismo continúan persistiendo. Y aunque ahora se disfracen de "sostenibilidad", es vital recordar quiénes son los que mueven las piezas en este tablero global.

 

    En resumen, la Cumbre Africana sobre el Clima ha sido presentada como un "faro de esperanza". Pero hay que pensar en la posibilidad de que, en este renacer "verde", África no solo sea un peón, sino un también una pieza clave en el juego de intereses en la geopolítica mundial.

 

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Sábado, 09 de Septiembre de 2023 a las 17:05:34 horas

    Si ahora el color preferido de los explotadores es el verde, pero la cosa es bien negra queridos. El verde es el celofán, donde se envuelve toda la mierda, la traición y saqueo a los pueblos de nuestra madre África.

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