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Viernes, 18 de Agosto de 2023 Tiempo de lectura:

EL 85% DE JÓVENES ESPAÑOLES ATRAPADOS Y SIN SALIDAS EN EL HOGAR FAMILIAR

¿Por qué casi 9 de cada 10 jóvenes no pueden abandonar el hogar?

¿Cómo ha llegado España a esta crisis habitacional que mantiene a los jóvenes encadenados bajo el techo familiar? ¿Qué fuerzas ocultas están detrás de este fenómeno económico que parece indigerible para generaciones enteras?

 

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL


    En España, la juventud afronta un escenario alarmante, rayano en la desesperación. Cualquier tipo de sueños y aspiraciones están siendo liquidados por un fenómeno económico imposible de ser digeridos, por generaciones enteras que en la mayoría de los casos le resulta imposible de asumir.

 

    Según refleja en un recientísimo estudio, apenas un 15,9% de los jóvenes españoles logra abandonar el hogar familiar, en contraste con la media europea, que alcanza casi el 32%. Dicho el roman paladino: alrededor del 85 por ciento de los jóvenes españoles se ven obligados a permanecer en el hogar familia. O para entenderlo en números redondos, significa que, mientras que en Europa tres de cada 10 jóvenes logran independizarse, en España apenas lo consigue 1 de cada 6.  Este es un fenómeno que ya se está sumiendo como "natural" y asimilándolo a nuestra actual forma de vida

 

 

JÓVENES SIN ESPERANZAS

 

    Uno de los principales responsables de esta situación es el mercado inmobiliario. O dicho también, con claridad, un opaco consorcio bien anudado de Bancos, Grandes Immobiliarias, Cias de fondos buitres, todo tipo de especuladores, rapaces, etc. etc. De todos ellos, son los grandes Bancos los que se llevan la parte más sustanciosa de la gran tajada, que disponen de un gigantesco parking de centenares de miles de viviendas vacías, producto de operaciones especulativas, desahucios, etc.

 

    Pese a que los salarios de sector minoritario de jóvenes ha registrado un levísimo incremento, no ha sido, ni de lejos, suficiente para contrarrestar la constante alza en el coste de vida.  Con unos alquileres que consumen hasta el 83,7% del sueldo promedio de un joven, casi nada queda para gastos básicos como alimentación, vestimenta y ocio. En términos sencillos, para muchos, independizarse significa destinar casi todo su salario a pagar el techo que les cobija.

 

     Las ciudades principales, como Madrid y Barcelona, se han convertido en focos de una severísima crisis habitacional. En ellas, el compartir piso se ha convertido en la norma para muchos jóvenes, no por elección, sino por IMPERATIVA necesidad. Pero incluso esta opción "económica" se ha vuelto más cara, con el coste de alquilar una habitación disparándose enloquecedoramente en solo un año.

 

    Pero, ¿pasa algo diferente cuando estos jóvenes tienen una educación superior? La posesión de un título no garantiza en absoluto una vivienda propia. En el segundo semestre de 2022, apenas el 22,9% de los jóvenes con formación profesional avanzada o estudios universitarios se habían logrado emancipar. Increíblemente, la brecha abierta entre ellos y aquellos otros que no tienen formación es mínima.

 

     El panorama es aún más desolador para aquellos que se les ocurre la ilusoria idea de convertirse en propietarios de su vivienda. La cuota inicial promedio para adquirir un inmueble equivalía a casi 4 años completos de salario para una persona menor de 30 años.

 

¿QUÉ HACER?

 

    Desde las superestructuras políticas y económicas se promueve la difusión del mito de que la formación y el esfuerzo constante serán recompensados con estabilidad económica y calidad de vida. Pero la realidad es que hoy, muchos jóvenes con un abanico de titulaciones luchan no solo por encontrar un trabajo acorde a su preparación, sino por lograr un salario que les permita llevar una vida digna.

 

     Sin adentrarnos en los nauseabundos aspectos financieros Que condicionan al tema, esta situación está teniendo un profundo impacto psicológico en la juventud. El enfrentarse a una realidad tan alejada de sus expectativas les sumerge en un mar de incertidumbres y desesperanza en relación con el futuro. La presión social, sumada a las adversidades económicas, está generando un colectivo de jóvenes ansiosos y preocupados por los próximos años inciertos que tienen por delante.

 

 

UNA DRÁSTICA REFORMA URBANA

 

    Hace unos días, uno de los periódicos más representativos del establishment, El País, intentaba ilusionar a los jóvenes con perspectivas falsamente esperanzadoras: "No todo está perdido", alegaba. Para lograr revertir la presente situación, proponía un ambiguo y nada definido "cambio estructural", cuyo contenido no pasaba de ser sino un engañoso elemento retórico, de bla, bla, bla, para despistar al personal.

 

    Para ello, este rotativo que, por otra parte, ha representado casi desde el momento de su   aparición los intereses de la Banca inmobiliaria, recomendada no una reforma urbana en profundidad, como correspondería, que acabara con las camarillas de potentados que ha convertido el mercado inmobiliario en una suculenta fuente de beneficios.  

 

     Mezclando churras con merinas, el emblemático periódico citado, aseguraba que ya era hora de dejar tratar la vivienda como un mero producto de mercado y empezar a verla como lo que es un derecho básico. Muy bien, pero cómo. ¿Con qué tipo de actuaciones?. Al abordar este tipo de interrogantes que ya están en la mente de millones de jóvenes,   el periódico, sin embargo, era incapaz de llegar más lejos, de sugerir ni una sola medida gubernamental que logre acabar con unos negocios multimillonarios, que desde los remotos tiempos de la dictadura, ha servido como columna vertebral del sistema económico que los creó, y ahora los alienta y los promueve.

 

   Para Rafael González, un delineante de 35 años, que lleva ya casi diez años trabajando en su profesión y sigue viviendo bajo el amparo de la casa de sus padres, la solución debe ser expeditiva y drástica:

 

    "Lo que se necesita en este país es una Reforma urbana radical, que proceda a la nacionalización o socialización de centenares de miles de viviendas que las aves de rapiña del negocio inmobiliario han convertido en un objeto clave de sus especulaciones corruptas, desde hace muchas décadas. Y no me hago ninguna ilusión al respecto.  No va a haber ningún gobierno que sea capaz de meterle mano a este asunto. ¿Y sabes por qué? Pues porque en España detrás del parapeto inmobiliario se encuentra todo... Están los medios de comunicación, se encuentran los Bancos, las instituciones, los grandes inversionistas extranjeros... Esa Reforma urbana que lograra movilizar el gigantesco parking de viviendas, requeriría que fuéramos los afectados los que nos pusiéramos en movimiento. Y eso...".

 

 
 
 
 
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  • Mariona Tanguita

    Mariona Tanguita | Domingo, 20 de Agosto de 2023 a las 13:58:32 horas

    Tremendo y desmoralizante panorama. Esto viene a certificar el fracaso del sistema capitalista español y su profunda aberración. La socialdemocracia ni poniendo parches logra rebajar tanto abuso y miseria... todo un gran y desvergonzado montaje. Hay que incinerar el régimen del 78 que es el que permite estas atrocidades.

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