LIDIA FALCON COMPARA EL POPULISMO DE YOLANDA DÍAZ CON EL DE PERÓN Y MUSSOLINI
La líder de SUMAR promete cambios revolucionarios, pero ¿dónde están los detalles?
En el huracán de las promesas electorales, Yolanda Díaz, ha sido el blanco de críticas agudas por su supuesto estilo populista. La feminista y escritora Lidia Falcón O’Neill acusa a Díaz de prometer una utopía sin explicar cómo piensa cumplir sus compromisos y de cambiar de lealtades políticas de manera tan fácil como cambia de zapatos.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Con el foco puesto en la dirigente de la formación socialdemócrata SUMAR y actual candidata a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, la feminista y escritora Lidia Falcón O’Neill, en un reciente artículo publicado en el digital Diario16, ha denunciado las tácticas populistas que Díaz utilizó durante el acto de presentación pública de su candidatura.
Según Falcón O’Neill, tratando de identificarse con los ciudadanos comunes, Díaz proclama importantes avances para ellos. Una estrategia esta que, en opinión de la autora del artículo citado, trae a la memoria a líderes populistas del pasado, como Perón, Mussolini y José Antonio Primo de Rivera. Las promesas vacías y la apelación a las emociones, que son rasgos típicos del populismo, fueron el eje central del discurso de presentación de Díaz.
En el acto inaugural de SUMAR ,- escribe Lidia Falcón - Díaz estuvo arropada por ciudadanos ordinarios. Entre ellos, una tendera y un joven que reprochó a las generaciones pasadas por su falta de lucha por los derechos laborales. Su discurso resonó en la audiencia, utilizando la injusticia como un anzuelo para enganchar a su público.
Sin embargo, Falcón señala que pese a su ferviente discurso, Díaz pasó por alto problemas tan cruciales como el de los "fondos buitre", la dominación multinacional, el aumento de los precios de la energía, y las hipotecas... Del mismo modo, omitió el tema del excesivo presupuesto militar, la corrupción del ex rey, los subsidios a los Bancos y los alimentos baratos. Más aún, no abordó tampoco los problemas de género como la violencia doméstica, la brecha salarial y la falta de liderazgo femenino.
Díaz, en su discurso, mencionó el proyecto Sumar, enfatizando logros como la subida del salario mínimo y la reforma laboral. Sin embargo, Falcón sostiene en su réplica que no detalló las formas concretas de cómo se propone lograr el cambio. Los temas como la vivienda, la sanidad, la cultura y la alimentación fueron mencionados, pero sin explicar cómo se lograrían los objetivos en un contexto de veintisiete países europeos.
Falcón destacó, en su análisis crítico, la influencia que ha tenido Pablo Iglesias sobre Díaz. Sin embargo, en su opinión, parece que ahora Díaz tiende a menospreciar a Iglesias, lo que indica la inocultable tendencia de esta señora, a alinearse con quien conviene hasta que deja de convenirle, sugiriendo una falta de lealtad en sus alianzas políticas.
Falcón pone en evidencia también en su artículo, la retórica populista de Díaz, condenando injusticias sin proponer soluciones detalladas y prometiendo soluciones simples imposibles de lograr en la situación política y económica actual. Díaz proclama el diálogo y la paz, apelando a "la emoción del amor" para resolver los problemas del país, una técnica que logró emocionar a su público hasta el punto de llamarla a la presidencia.
Falcón critica a Díaz por su uso de tácticas populistas, en las que omite los problemas cruciales y prometiendo cambios sin proporcionar detalles concretos de cómo van a lograrse. El público, movido por la emoción de sus palabras, la aclama para la presidencia, a pesar de las lagunas evidentes en su propuesta política.
Más adelante, en su artículo, Falcón asegura que Yolanda Díaz se está jactando continuamente de llegar a acuerdos con la patronal, como el de la reforma laboral, por su capacidad de diálogo. Con ese propósito que anima a los gobernantes y candidatos a convertirse, como el Papa, en los mediadores del conflicto, de llevar mensajes de tolerancia, generosidad, entendimiento, colaboración, diálogo, diálogo, diálogo, parecen más predicadores que dirigentes políticos, más mensajeros de la paz que líderes revolucionarios, más misioneros que activistas.
Las campañas electorales de esas izquierdas falsificadas actuales - asegura Falcón- insisten en el amor como el elemento fundamental para resolver los problemas del país, para concluir escribiendo:
"¿Y quién no quiere que le amen, que le comprendan, que le abracen, que le den la razón en sus quejas y le consuelen en sus tribulaciones? Pero los que se entreguen al amor de Yolanda que se prevengan, porque nunca se sabe cuándo dejará de amarte".
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
Con el foco puesto en la dirigente de la formación socialdemócrata SUMAR y actual candidata a la presidencia del Gobierno, Yolanda Díaz, la feminista y escritora Lidia Falcón O’Neill, en un reciente artículo publicado en el digital Diario16, ha denunciado las tácticas populistas que Díaz utilizó durante el acto de presentación pública de su candidatura.
Según Falcón O’Neill, tratando de identificarse con los ciudadanos comunes, Díaz proclama importantes avances para ellos. Una estrategia esta que, en opinión de la autora del artículo citado, trae a la memoria a líderes populistas del pasado, como Perón, Mussolini y José Antonio Primo de Rivera. Las promesas vacías y la apelación a las emociones, que son rasgos típicos del populismo, fueron el eje central del discurso de presentación de Díaz.
En el acto inaugural de SUMAR ,- escribe Lidia Falcón - Díaz estuvo arropada por ciudadanos ordinarios. Entre ellos, una tendera y un joven que reprochó a las generaciones pasadas por su falta de lucha por los derechos laborales. Su discurso resonó en la audiencia, utilizando la injusticia como un anzuelo para enganchar a su público.
Sin embargo, Falcón señala que pese a su ferviente discurso, Díaz pasó por alto problemas tan cruciales como el de los "fondos buitre", la dominación multinacional, el aumento de los precios de la energía, y las hipotecas... Del mismo modo, omitió el tema del excesivo presupuesto militar, la corrupción del ex rey, los subsidios a los Bancos y los alimentos baratos. Más aún, no abordó tampoco los problemas de género como la violencia doméstica, la brecha salarial y la falta de liderazgo femenino.
Díaz, en su discurso, mencionó el proyecto Sumar, enfatizando logros como la subida del salario mínimo y la reforma laboral. Sin embargo, Falcón sostiene en su réplica que no detalló las formas concretas de cómo se propone lograr el cambio. Los temas como la vivienda, la sanidad, la cultura y la alimentación fueron mencionados, pero sin explicar cómo se lograrían los objetivos en un contexto de veintisiete países europeos.
Falcón destacó, en su análisis crítico, la influencia que ha tenido Pablo Iglesias sobre Díaz. Sin embargo, en su opinión, parece que ahora Díaz tiende a menospreciar a Iglesias, lo que indica la inocultable tendencia de esta señora, a alinearse con quien conviene hasta que deja de convenirle, sugiriendo una falta de lealtad en sus alianzas políticas.
Falcón pone en evidencia también en su artículo, la retórica populista de Díaz, condenando injusticias sin proponer soluciones detalladas y prometiendo soluciones simples imposibles de lograr en la situación política y económica actual. Díaz proclama el diálogo y la paz, apelando a "la emoción del amor" para resolver los problemas del país, una técnica que logró emocionar a su público hasta el punto de llamarla a la presidencia.
Falcón critica a Díaz por su uso de tácticas populistas, en las que omite los problemas cruciales y prometiendo cambios sin proporcionar detalles concretos de cómo van a lograrse. El público, movido por la emoción de sus palabras, la aclama para la presidencia, a pesar de las lagunas evidentes en su propuesta política.
Más adelante, en su artículo, Falcón asegura que Yolanda Díaz se está jactando continuamente de llegar a acuerdos con la patronal, como el de la reforma laboral, por su capacidad de diálogo. Con ese propósito que anima a los gobernantes y candidatos a convertirse, como el Papa, en los mediadores del conflicto, de llevar mensajes de tolerancia, generosidad, entendimiento, colaboración, diálogo, diálogo, diálogo, parecen más predicadores que dirigentes políticos, más mensajeros de la paz que líderes revolucionarios, más misioneros que activistas.
Las campañas electorales de esas izquierdas falsificadas actuales - asegura Falcón- insisten en el amor como el elemento fundamental para resolver los problemas del país, para concluir escribiendo:
"¿Y quién no quiere que le amen, que le comprendan, que le abracen, que le den la razón en sus quejas y le consuelen en sus tribulaciones? Pero los que se entreguen al amor de Yolanda que se prevengan, porque nunca se sabe cuándo dejará de amarte".





























Gustavo | Jueves, 20 de Julio de 2023 a las 18:35:43 horas
El compromiso de Yolanda Díaz fue la derogación de la ley laboral de Rajoy. Lo que hizo fue modificarla en un 10% estimado. También el Gobierno actual se comprometió derogar la represiva ley mordaza, con "amor y ternura" (dijo Yolanda Díaz), lo que dejó pendiente.
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