
CUANDO LAS "REVOLUCIONARIAS" EN LUGAR DE LOS CIELOS, ASALTAN LAS PASARELAS DE MODA
Yolanda Díaz desfila por las pasarelas gráficas de la revista yanqui VOGUE
La moda en sí misma, naturalmente, no forma parte intrínseca del sistema económico que los revolucionarios desearían cambiar o destruir. Pero, sin embargo, la infraestructura industrial que sostiene la existencia de la "alta moda", está dirigida al exclusivo deleite de las minorías más pudientes de la sociedad actual . Yolanda Díaz, la candidata de SUMAR, desfiló gráficamente por la revista yanqui VOGUE, un selectísimo y elitista magazine de el más granado de las damas de alta alcurnia.
Por ADAY QUESADA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El compromiso político y la moda son dos conceptos que muy bien podrían considerarse como radicalmente antagónicos. Y ello es así, en parte, porque quienes están sujetos a ese compromiso suelen dedicar sus luchas y esfuerzos a cambiar las bases sobre las que se sostiene el sistema económico vigente.
La moda en sí misma, naturalmente, no forma parte intrínseca del sistema económico que los revolucionarios desearían cambiar o destruir. sin embargo, la infraestructura industrial que sostiene la existencia de la "alta moda" está dirigida al exclusivo deleite de las minorías más pudientes de la sociedad actual.
Quizá algún día ese estrecho vínculo que une la "moda de diseño" con sus elitistas consumidoras pueda finalmente romperse. Pero, hoy por hoy, cuando tanto una buena parte de las trabajadoras asalariadas, como los millones de las llamadas "amas de casa", son incapaces siquiera de augurar en qué condiciones llegarán a fin de mes, alta moda y clases dominantes son dos conceptos que continúan permaneciendo estrechamente vinculados.
CUANDO LA MODA INCURSIONA EN LA POLÍTICA
Sin embargo, de vez en cuando, política y moda se dan un estrecho y sorprendente abrazo. Y suelen hacerlo a través de algunas de las representantes más destacadas de la primera actividad. Tal ha sido el caso de Yolanda Díaz, la Ministra de Trabajo, vicepresidenta segunda del Gobierno de coalición, y candidata a la presidencia del país por la formación política SUMAR, que ha logrado concitar la atención mediática gracias a un reportaje recientemente aparecido en la revista de alta moda, Vogue.
"Vogue" es un magazine de "alta gama" dedicado a la moda, que fue fundada hace casi 150 años en los EEUU. Se trata de una revista editada en 16 países, entre los cuales se encuentra España. Ni que decir tiene que ninguno de ellos pertenece al llamado "tercer mundo". La verdad es que poca utilidad podría tener ese magazine en una buena parte del planeta pobre, pues el fino barnizado del papel que recubre sus hojas impediría que estas pudieran ser utilizadas para cubrir las necesidades biológicas humanas más elementales y, también, más perentorias.
Ya el lector habrá podido deducir a estas alturas que se trata de una revista dirigida a una restringida audiencia, que coincide con las "cultas" elites urbanas, cuya principal característica es su alto poder adquisitivo.
UNA "REVOLUCIONARIA" EN LAS PASARELAS
Hace apenas unas fechas, Vogue abrió sus páginas a la candidata "comunista" Yolanda Díaz, ofreciendo a sus distinguidas lectoras una amplia colección de multiposturales reproducciones fotográficas de esta "lideresa popular", que lógicamente suscitaron la "envidia cochina" de aquellas conciudadanas suyas que apenas disponen en sus respectivos armarios domésticos de unas pocas piezas que poder "lucir".
Con su reportaje, Vogue ofreció a las mujeres españolas la posibilidad histórica de contemplar el espectáculo insólito de cómo una supuesta "agitadora comunista", profusamente envuelta en sus páginas papel cuché, desfilaba gráficamente, página tras página, sus múltiples modelitos, en un lujoso magazine dedicado al consumo de señoras multimillonarias de alto copete.
Pero dejemos que sea la propia revista Vogue la que nos describa la mágica relación existente entre Yolanda Díaz y la moda de alto standing.
Uno de los elementos más llamativos del estilo de Yolanda Díaz, -describe la revista -, es su predilección por la camisa blanca. A diferencia de otras mujeres en el ámbito político que optan por trajes de chaqueta, Díaz prefiere las camisas y blusas de color blanco. Pero no son simples prendas básicas, no, ella sabe cómo darles un toque distintivo. Acentos decorativos como volantes cortados al bies o mangas abullonadas son elementos que la ministra utiliza para añadir un poco de estilo a su atuendo.
Vogue calcula que el blanco es una "elección estratégica" para Díaz.
En un ámbito político masculinizado, el color blanco puede interpretarse como una declaración de intenciones, una manera de destacar y reclamar su espacio. Además, el blanco es un color que transmite elegancia y sofisticación en cualquier contexto, y Yolanda Díaz lo sabe muy bien.
La revista se adentra en su relato en una atrevida interpretación acerca de la elección por parte de Yolanda del color blanco. Asegura que el uso del color blanco en la moda política no es algo nuevo. En el Hyde Park londinense, el movimiento sufragista británico se manifestó vistiendo de blanco para reivindicar los derechos de las mujeres.
No obstante, este "magazine cuché" olvida que el color blanco es también el color de la rendición, de la capitulación ignominiosa, del espíritu que dominó las infamantes secuencias de la reforma laboral en el toma y daca con la Patronal, en los silencios en relación con el Sáhara, en el pasar de perfil por la Cumbre OTAN celebrada en Madrid, del apoyo prestado a uno de los bandos imperialistas contendientes en la guerra de Ucrania, en…
Vogue descubrió, igualmente, "que al elegir el blanco como su color predominante, Yolanda Díaz se suma a una larga tradición de mujeres políticas que utilizan la moda como "una herramienta de comunicación poderosa".
Pero no solo de camisas blancas, vive el estilo de Yolanda Díaz, asegura Vogue. Cree saber que la ministra también es conocida por sus vestidos ceñidos al cuerpo, sin mangas y de largo midi. Estos vestidos resaltan su figura y le dan un aire elegante y sofisticado. Además, a Yolanda Díaz le gusta añadir un toque de personalidad a su peinado. Suele llevar el pelo recogido o semi recogido en peinados trenzados, un estilo poco común en el mundo de la política, pero que ella ha logrado convertirlo -¡miren ustedes por donde!- en una suerte de su "look distintivo".
Según Vogue, Yolanda sabe distinguir entre sus "looks de trabajo" y otros más informales. Dice que igual que otros políticos, utiliza "la moda como una forma de mostrar diferentes facetas de su personalidad y adaptarse al contexto". En efecto, Yoli, cuya auténtica trayectoria política desconocen la mayoría de los votantes, se ha caracterizado por su constante clonación con todos aquellos contextos que se han podido cruzar por su biografía. Que se lo pregunten, si no, al presidente de la patronal o al propio jefe de su Ejecutivo, Pedro Sánchez.
La superlujosa Vogue concluye su alucinante reportaje asegurando que los looks de Yolanda Díaz no solo son una expresión de su estilo personal, sino que también forman parte una estrategia de comunicación política. El magazine termina agregando este broche de oro en perfil político de Yolanda Díaz y su supuesta condición de "comunista":
"Su habilidad para combinar la moda con su proyecto político la convierten en una figura llamativa y relevante. Así que, aunque parezca extraño ver a una dirigente comunista en las páginas de una revista de moda, no podemos negar que Yolanda Díaz ha sabido utilizar la moda como una herramienta de comunicación poderosa y original. Quizás el mundo de la política y la moda no sean tan diferentes después de todo".
Por ADAY QUESADA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El compromiso político y la moda son dos conceptos que muy bien podrían considerarse como radicalmente antagónicos. Y ello es así, en parte, porque quienes están sujetos a ese compromiso suelen dedicar sus luchas y esfuerzos a cambiar las bases sobre las que se sostiene el sistema económico vigente.
La moda en sí misma, naturalmente, no forma parte intrínseca del sistema económico que los revolucionarios desearían cambiar o destruir. sin embargo, la infraestructura industrial que sostiene la existencia de la "alta moda" está dirigida al exclusivo deleite de las minorías más pudientes de la sociedad actual.
Quizá algún día ese estrecho vínculo que une la "moda de diseño" con sus elitistas consumidoras pueda finalmente romperse. Pero, hoy por hoy, cuando tanto una buena parte de las trabajadoras asalariadas, como los millones de las llamadas "amas de casa", son incapaces siquiera de augurar en qué condiciones llegarán a fin de mes, alta moda y clases dominantes son dos conceptos que continúan permaneciendo estrechamente vinculados.
CUANDO LA MODA INCURSIONA EN LA POLÍTICA
Sin embargo, de vez en cuando, política y moda se dan un estrecho y sorprendente abrazo. Y suelen hacerlo a través de algunas de las representantes más destacadas de la primera actividad. Tal ha sido el caso de Yolanda Díaz, la Ministra de Trabajo, vicepresidenta segunda del Gobierno de coalición, y candidata a la presidencia del país por la formación política SUMAR, que ha logrado concitar la atención mediática gracias a un reportaje recientemente aparecido en la revista de alta moda, Vogue.
"Vogue" es un magazine de "alta gama" dedicado a la moda, que fue fundada hace casi 150 años en los EEUU. Se trata de una revista editada en 16 países, entre los cuales se encuentra España. Ni que decir tiene que ninguno de ellos pertenece al llamado "tercer mundo". La verdad es que poca utilidad podría tener ese magazine en una buena parte del planeta pobre, pues el fino barnizado del papel que recubre sus hojas impediría que estas pudieran ser utilizadas para cubrir las necesidades biológicas humanas más elementales y, también, más perentorias.
Ya el lector habrá podido deducir a estas alturas que se trata de una revista dirigida a una restringida audiencia, que coincide con las "cultas" elites urbanas, cuya principal característica es su alto poder adquisitivo.
UNA "REVOLUCIONARIA" EN LAS PASARELAS
Hace apenas unas fechas, Vogue abrió sus páginas a la candidata "comunista" Yolanda Díaz, ofreciendo a sus distinguidas lectoras una amplia colección de multiposturales reproducciones fotográficas de esta "lideresa popular", que lógicamente suscitaron la "envidia cochina" de aquellas conciudadanas suyas que apenas disponen en sus respectivos armarios domésticos de unas pocas piezas que poder "lucir".
Con su reportaje, Vogue ofreció a las mujeres españolas la posibilidad histórica de contemplar el espectáculo insólito de cómo una supuesta "agitadora comunista", profusamente envuelta en sus páginas papel cuché, desfilaba gráficamente, página tras página, sus múltiples modelitos, en un lujoso magazine dedicado al consumo de señoras multimillonarias de alto copete.
Pero dejemos que sea la propia revista Vogue la que nos describa la mágica relación existente entre Yolanda Díaz y la moda de alto standing.
Uno de los elementos más llamativos del estilo de Yolanda Díaz, -describe la revista -, es su predilección por la camisa blanca. A diferencia de otras mujeres en el ámbito político que optan por trajes de chaqueta, Díaz prefiere las camisas y blusas de color blanco. Pero no son simples prendas básicas, no, ella sabe cómo darles un toque distintivo. Acentos decorativos como volantes cortados al bies o mangas abullonadas son elementos que la ministra utiliza para añadir un poco de estilo a su atuendo.
Vogue calcula que el blanco es una "elección estratégica" para Díaz.
En un ámbito político masculinizado, el color blanco puede interpretarse como una declaración de intenciones, una manera de destacar y reclamar su espacio. Además, el blanco es un color que transmite elegancia y sofisticación en cualquier contexto, y Yolanda Díaz lo sabe muy bien.
La revista se adentra en su relato en una atrevida interpretación acerca de la elección por parte de Yolanda del color blanco. Asegura que el uso del color blanco en la moda política no es algo nuevo. En el Hyde Park londinense, el movimiento sufragista británico se manifestó vistiendo de blanco para reivindicar los derechos de las mujeres.
No obstante, este "magazine cuché" olvida que el color blanco es también el color de la rendición, de la capitulación ignominiosa, del espíritu que dominó las infamantes secuencias de la reforma laboral en el toma y daca con la Patronal, en los silencios en relación con el Sáhara, en el pasar de perfil por la Cumbre OTAN celebrada en Madrid, del apoyo prestado a uno de los bandos imperialistas contendientes en la guerra de Ucrania, en…
Vogue descubrió, igualmente, "que al elegir el blanco como su color predominante, Yolanda Díaz se suma a una larga tradición de mujeres políticas que utilizan la moda como "una herramienta de comunicación poderosa".
Pero no solo de camisas blancas, vive el estilo de Yolanda Díaz, asegura Vogue. Cree saber que la ministra también es conocida por sus vestidos ceñidos al cuerpo, sin mangas y de largo midi. Estos vestidos resaltan su figura y le dan un aire elegante y sofisticado. Además, a Yolanda Díaz le gusta añadir un toque de personalidad a su peinado. Suele llevar el pelo recogido o semi recogido en peinados trenzados, un estilo poco común en el mundo de la política, pero que ella ha logrado convertirlo -¡miren ustedes por donde!- en una suerte de su "look distintivo".
Según Vogue, Yolanda sabe distinguir entre sus "looks de trabajo" y otros más informales. Dice que igual que otros políticos, utiliza "la moda como una forma de mostrar diferentes facetas de su personalidad y adaptarse al contexto". En efecto, Yoli, cuya auténtica trayectoria política desconocen la mayoría de los votantes, se ha caracterizado por su constante clonación con todos aquellos contextos que se han podido cruzar por su biografía. Que se lo pregunten, si no, al presidente de la patronal o al propio jefe de su Ejecutivo, Pedro Sánchez.
La superlujosa Vogue concluye su alucinante reportaje asegurando que los looks de Yolanda Díaz no solo son una expresión de su estilo personal, sino que también forman parte una estrategia de comunicación política. El magazine termina agregando este broche de oro en perfil político de Yolanda Díaz y su supuesta condición de "comunista":
"Su habilidad para combinar la moda con su proyecto político la convierten en una figura llamativa y relevante. Así que, aunque parezca extraño ver a una dirigente comunista en las páginas de una revista de moda, no podemos negar que Yolanda Díaz ha sabido utilizar la moda como una herramienta de comunicación poderosa y original. Quizás el mundo de la política y la moda no sean tan diferentes después de todo".
arturo acosta | Sábado, 15 de Julio de 2023 a las 16:23:33 horas
Maribel retrata muy bien al esperpento de Yolanda Díaz: aunque mona se vista de seda... sigue queriendo ser pequeño burgués, pero no va más allá de quiero ser y no puedo. De muerta de hambre no la catalogaría porque con lo que se gasta en uno de sus modelitos yo, con mi jubilación de 700 euros, como seis meses -incluyendo la comida de los dos perros que tengo; que no se autodefinen "comunistas", pero, posiblemente, tengan más conciencia de clase que nuestra autoidoltrada Yolanda que se autoproclama comunista porque, según leí en algún sitio, un día, siendo niña, se le presentó, casi como un iluminado , don Santiago Carrillo (sí el mismo), y le dio la mano, saludándola e impregnándola de anticomunismo. Pero, lo que más me ¡jode! es que haya más de dos millones de "progres" que le darán el voto.
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