
LUKASHENKO: "CÓMO ABORTÉ EL "PUTSCH" MILITAR DEL GRUPO WAGNER CONTRA MOSCÚ"
¿Cambió una llamada telefónica el curso de la historia de Rusia? Lukashenko revela las tensas negociaciones con el mercenario Prigozhin
En un reciente discurso, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, desveló los dramáticos pormenores de una conversación crucial que sostuvo con el propietario de la Empresa militar Wagner, Yevgeny Prigozhin. Según Lukashenko, logró persuadir a Prigozhin para que abandonara su peligrosa intención de "marchar sobre Moscú", evitando así un posible conflicto de grandes proporciones. A continuación, presentamos una transcripción detallada de su impactante revelación.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una comparecencia pública, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, detalló en su discurso pronunciado ante representantes institucionales de su país, detalles sobre las "negociaciones" que tuvieron lugar entre el jefe y propietario de la Empresa militar Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el mismo primer mandatario bielorruso.
Según la versión del presidente Lukashenko, el diálogo entre ambos terminarían dando lugar a la renuncia de Prigozhin a ejecutar su anunciada amenaza de "marchar sobre Moscú".
Reproducimos para los lectores de Canarias Semanal la transcripción de su intervención en el acto citado:
"El viernes, como saben, era un día especialmente grato para nosotros. Celebrábamos en nuestro país la graduación de nuestros universitarios, aunque en ese mismo instante yo me encontraba ocupado con la información que me llegaba de lo que estaba ocurriendo en Rusia. En Rostov del Don, en especial.
El sábado, sobre las 8:00 de la mañana, recibí una llamada del FSB y nuestro KGB para tener una conversación con el presidente Putin después de que pronunciara su discurso.
Posteriormente, el presidente de Rusia me llamó explicándome los detalles concretos de lo que estaba pasando. Entendí que la situación era ciertamente difícil.
Lo más peligroso no era lo que ya había ocurrido, sino la evolución que podrían tener los acontecimientos, así como sus repercusiones posteriores.
Así lo entendí y sobre la marcha tomé una decisión. Le aconsejé a Putin que no se apresurara. Que era necesario tener una conversación con Prigozhen y sus comandantes.
Putin me insistió:
- "Escucha Aleksandr, no va a servir de nada. Él no atiende las llamadas, ni escucha a nadie y no quiere hablar con nadie”.
Yo le pregunté cuál era lugar donde se encontraba Prigozhen. Y él me respondió que “En Rostov del Don”.
-“Entendido. Pero no se precipite. Voy a intentar llamarlo por teléfono. No podemos precipitarnos en estos momentos”.
Putín, por segunda vez, insistió:
-“No vas a obtener ningún resultado”.
Y yo le contesté:
-“Está bien. Pero voy a intentarlo”.
Hablé con Vladimir Putin a lo largo de una media hora. Me informó sobre la situación del frente y dijo:
-“Sabes... La situación en el frente es mejor de lo esperada“.
Entonces le dije a Putin:
-“¿Ves?. No es todo tan malo”.
- Sobre las 11:00 de la mañana me pasaron el teléfono de Prigozhen desde el FSB. Sobre el medio día ya teníamos tres canales de comunicación para Rostov.
-Putin me había advertido que no respondería a mi llamada. Pero a las 11, Prigozhen respondió.
Le dijeron:
-“El presidente de Belarus le está llamando, ¿Va a responder?”
-Yo escuché como él dijo, “acepto”. Yo podía escuchar el curso de la conversación. Respondió la llamada. La conversación fue en un clima de encendida euforia por su parte. Evgeni se encontraba realmente eufórico.
-Durante los primeros 30 minutos habló con un lenguaje repleto de palabrotas. El número de palabrotas que pronunciaba era superior al de las correctas. Aunque luego se disculpaba por ello constantemente, rápidamente retornaba al mismo estilo.
Le escuché con atención. Realmente estaba muy enfadado. Había permanecido en el frente durante un largo periodo de tiempo y había podido ver como morían miles de sus camaradas de armas. Y aunque él era el comandante, se notaba que estaba realmente enfurecido con la situación. Sobre todo, estaba afectado por el bombardeo que, por error, había realizado el Ejército Ruso sobre el campamento Wagner.
-Yo le pregunté:
- ¿Han matado ustedes a algún civil o militar?
- Él me respondió tajante:
-“Aleksandr Gregorievich le juro que no tocamos a nadie. Nosotros ocupamos el edificio del Estado Mayor.”
-Esto era verdad. Y era algo muy importante. Recuerden que Wagner había ocupado Rostov sin ningún muerto.
-Yo le pregunté:
-“¿Qué es lo que tú quieres?”
- Él me respondió:
-“Yo quiero a Aleksandr Gregorievich. No pido nada más. Solo quiero que me den a Shaigu y a Gerasimov. Necesito reunirme con Putin.”
- Yo le dije:
- “Zenia -un diminutivo de Yevgeny-, nadie te va a dar ni a Shaigu, ni a Gerasimov, ni a nadie. Además, en esta situación, tú sabes que Putin no es menos que yo. En segundo lugar, no solo no va a reunirse contigo, sino que en una situación como esta, es imposible que te atienda ni siquiera telefónicamente.”
- Fue entonces cuando se produjo un momento de silencio, y dijo:
- “Nosotros lo que queremos es justicia. Nos tienen que escuchar. Iremos hacia Moscú”.
-Yo le advertí:
- “En la mitad del camino hacia Moscú os van a destruir como si fuerais insectos. Piensa en ello”.
-La mayor parte del tiempo estuvo diciendo con euforia:
- “No, nosotros seguimos para adelante”.
-Fue entonces cuando le dije:
- Haz lo que quieras. Pero ten presente que las Brigadas enteras del Ejército estarán esperando en Moscú”.
- “Usted leyó los libros de historia. Vamos a defender Moscú como en 1941. Esto no es solo por nuestro pasado histórico, sino porque - Dios no lo quiera-. si este levantamiento llega a toda Rusia, el impacto sería gigantesco, y los siguientes seremos nosotros.”
- Era necesario hacerlo reflexionar. Y de este modo fue como Prigozhen renunció.
REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG
En una comparecencia pública, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, detalló en su discurso pronunciado ante representantes institucionales de su país, detalles sobre las "negociaciones" que tuvieron lugar entre el jefe y propietario de la Empresa militar Wagner, Yevgeny Prigozhin, y el mismo primer mandatario bielorruso.
Según la versión del presidente Lukashenko, el diálogo entre ambos terminarían dando lugar a la renuncia de Prigozhin a ejecutar su anunciada amenaza de "marchar sobre Moscú".
Reproducimos para los lectores de Canarias Semanal la transcripción de su intervención en el acto citado:
"El viernes, como saben, era un día especialmente grato para nosotros. Celebrábamos en nuestro país la graduación de nuestros universitarios, aunque en ese mismo instante yo me encontraba ocupado con la información que me llegaba de lo que estaba ocurriendo en Rusia. En Rostov del Don, en especial.
El sábado, sobre las 8:00 de la mañana, recibí una llamada del FSB y nuestro KGB para tener una conversación con el presidente Putin después de que pronunciara su discurso.
Posteriormente, el presidente de Rusia me llamó explicándome los detalles concretos de lo que estaba pasando. Entendí que la situación era ciertamente difícil.
Lo más peligroso no era lo que ya había ocurrido, sino la evolución que podrían tener los acontecimientos, así como sus repercusiones posteriores.
Así lo entendí y sobre la marcha tomé una decisión. Le aconsejé a Putin que no se apresurara. Que era necesario tener una conversación con Prigozhen y sus comandantes.
Putin me insistió:
- "Escucha Aleksandr, no va a servir de nada. Él no atiende las llamadas, ni escucha a nadie y no quiere hablar con nadie”.
Yo le pregunté cuál era lugar donde se encontraba Prigozhen. Y él me respondió que “En Rostov del Don”.
-“Entendido. Pero no se precipite. Voy a intentar llamarlo por teléfono. No podemos precipitarnos en estos momentos”.
Putín, por segunda vez, insistió:
-“No vas a obtener ningún resultado”.
Y yo le contesté:
-“Está bien. Pero voy a intentarlo”.
Hablé con Vladimir Putin a lo largo de una media hora. Me informó sobre la situación del frente y dijo:
-“Sabes... La situación en el frente es mejor de lo esperada“.
Entonces le dije a Putin:
-“¿Ves?. No es todo tan malo”.
- Sobre las 11:00 de la mañana me pasaron el teléfono de Prigozhen desde el FSB. Sobre el medio día ya teníamos tres canales de comunicación para Rostov.
-Putin me había advertido que no respondería a mi llamada. Pero a las 11, Prigozhen respondió.
Le dijeron:
-“El presidente de Belarus le está llamando, ¿Va a responder?”
-Yo escuché como él dijo, “acepto”. Yo podía escuchar el curso de la conversación. Respondió la llamada. La conversación fue en un clima de encendida euforia por su parte. Evgeni se encontraba realmente eufórico.
-Durante los primeros 30 minutos habló con un lenguaje repleto de palabrotas. El número de palabrotas que pronunciaba era superior al de las correctas. Aunque luego se disculpaba por ello constantemente, rápidamente retornaba al mismo estilo.
Le escuché con atención. Realmente estaba muy enfadado. Había permanecido en el frente durante un largo periodo de tiempo y había podido ver como morían miles de sus camaradas de armas. Y aunque él era el comandante, se notaba que estaba realmente enfurecido con la situación. Sobre todo, estaba afectado por el bombardeo que, por error, había realizado el Ejército Ruso sobre el campamento Wagner.
-Yo le pregunté:
- ¿Han matado ustedes a algún civil o militar?
- Él me respondió tajante:
-“Aleksandr Gregorievich le juro que no tocamos a nadie. Nosotros ocupamos el edificio del Estado Mayor.”
-Esto era verdad. Y era algo muy importante. Recuerden que Wagner había ocupado Rostov sin ningún muerto.
-Yo le pregunté:
-“¿Qué es lo que tú quieres?”
- Él me respondió:
-“Yo quiero a Aleksandr Gregorievich. No pido nada más. Solo quiero que me den a Shaigu y a Gerasimov. Necesito reunirme con Putin.”
- Yo le dije:
- “Zenia -un diminutivo de Yevgeny-, nadie te va a dar ni a Shaigu, ni a Gerasimov, ni a nadie. Además, en esta situación, tú sabes que Putin no es menos que yo. En segundo lugar, no solo no va a reunirse contigo, sino que en una situación como esta, es imposible que te atienda ni siquiera telefónicamente.”
- Fue entonces cuando se produjo un momento de silencio, y dijo:
- “Nosotros lo que queremos es justicia. Nos tienen que escuchar. Iremos hacia Moscú”.
-Yo le advertí:
- “En la mitad del camino hacia Moscú os van a destruir como si fuerais insectos. Piensa en ello”.
-La mayor parte del tiempo estuvo diciendo con euforia:
- “No, nosotros seguimos para adelante”.
-Fue entonces cuando le dije:
- Haz lo que quieras. Pero ten presente que las Brigadas enteras del Ejército estarán esperando en Moscú”.
- “Usted leyó los libros de historia. Vamos a defender Moscú como en 1941. Esto no es solo por nuestro pasado histórico, sino porque - Dios no lo quiera-. si este levantamiento llega a toda Rusia, el impacto sería gigantesco, y los siguientes seremos nosotros.”
- Era necesario hacerlo reflexionar. Y de este modo fue como Prigozhen renunció.
Sevillano | Jueves, 29 de Junio de 2023 a las 22:07:56 horas
Me parece una conversación (?) poco creíble e inventada
He leído en la haine **** un artículo mejor estructurado y creíble, de Alessandro Avvisato
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