
VEINTE AÑOS DESPUÉS, JOHN KERRY ADMITE QUE LA INVASIÓN DE IRAK SE JUSTIFICÓ CON UN MONTAJE
"Doble moral en crisis ucraniana e Invasión a Irak. Kerry rompe el silencio"
En una sorprendente revelación, John Kerry, ex secretario de Estado estadounidense, admite que la premisa de las "armas de destrucción masiva" con la que trató de justificarse la invasión a Irak en 2003 fue una falsedad. Su testimonio pone en perspectiva la doble moral de Occidente y revela una incómoda verdad sobre los mecanismos de poder en la política mundial.
POR VICTORIA MARTÍNEZ, DESDE MÉXICO PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
La ex figura prominente del gobierno estadounidense, John Kerry, ha admitido recientemente, dos décadas después de
aquella sangrienta operación, que la premisa para invadir Irak fue una falsedad.
Pero volvamos a 2003, cuando la potencia estadounidense lideró una incursión a Irak. La razón dada fue la afirmación de que Bagdad escondía armas de destrucción masiva. Pero, según lo que ahora narra el propio John Kerry, en una reciente entrevista con el canal de televisión francés LCI, esta afirmación resultó ser una monumental mentira.
El periodista Darius Rochebin no dudó en confrontar a Kerry con la acusación de una doble moral por parte de Occidente en el caso de la crisis ucraniana, comparándola con la invasión a Irak. Pero la respuesta de Kerry sorprendió a todos. En lugar de defender la posición estadounidense, confirmó que la justificación de la invasión era falsa. Y si bien, admitió que hubo "abusos" durante el conflicto, aseveró que no se trataba de una "guerra de agresión", ya que nunca se formuló una acusación directa contra el presidente de ese entonces, George W. Bush.
Las implicaciones de esta admisión son profundas, dado que el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva llevó a la muerte de alrededor de 10,000 civiles. La administración Bush alegó que el presidente iraquí, Saddam Hussein, poseía armas químicas y biológicas y tenía conexiones con los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. Sin embargo, las pruebas presentadas resultaron ser falsas y no se encontraron armas ni se demostró ninguna conexión con Al Qaeda.
Kerry, quien en aquel tiempo votó a favor de la invasión de Irak, a pesar de alegar que estaba en contra de la guerra, es ahora el enviado especial de Washington para el cambio climático.
Durante la entrevista, expresó su deseo de no debatir más sobre la guerra en Irak. Pero su reconocimiento de la invasión basada en una mentira pone de manifiesto una realidad inquietante sobre el poder y la manipulación en las estructuras gubernamentales, cuyas decisiones tienen consecuencias devastadoras a nivel mundial.
POR VICTORIA MARTÍNEZ, DESDE MÉXICO PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
La ex figura prominente del gobierno estadounidense, John Kerry, ha admitido recientemente, dos décadas después de aquella sangrienta operación, que la premisa para invadir Irak fue una falsedad.
Pero volvamos a 2003, cuando la potencia estadounidense lideró una incursión a Irak. La razón dada fue la afirmación de que Bagdad escondía armas de destrucción masiva. Pero, según lo que ahora narra el propio John Kerry, en una reciente entrevista con el canal de televisión francés LCI, esta afirmación resultó ser una monumental mentira.
El periodista Darius Rochebin no dudó en confrontar a Kerry con la acusación de una doble moral por parte de Occidente en el caso de la crisis ucraniana, comparándola con la invasión a Irak. Pero la respuesta de Kerry sorprendió a todos. En lugar de defender la posición estadounidense, confirmó que la justificación de la invasión era falsa. Y si bien, admitió que hubo "abusos" durante el conflicto, aseveró que no se trataba de una "guerra de agresión", ya que nunca se formuló una acusación directa contra el presidente de ese entonces, George W. Bush.
Las implicaciones de esta admisión son profundas, dado que el pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva llevó a la muerte de alrededor de 10,000 civiles. La administración Bush alegó que el presidente iraquí, Saddam Hussein, poseía armas químicas y biológicas y tenía conexiones con los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. Sin embargo, las pruebas presentadas resultaron ser falsas y no se encontraron armas ni se demostró ninguna conexión con Al Qaeda.
Kerry, quien en aquel tiempo votó a favor de la invasión de Irak, a pesar de alegar que estaba en contra de la guerra, es ahora el enviado especial de Washington para el cambio climático.
Durante la entrevista, expresó su deseo de no debatir más sobre la guerra en Irak. Pero su reconocimiento de la invasión basada en una mentira pone de manifiesto una realidad inquietante sobre el poder y la manipulación en las estructuras gubernamentales, cuyas decisiones tienen consecuencias devastadoras a nivel mundial.
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