
LOS ERRORES DE PASCUAL SERRANO EN SU CRÍTICA A LA "IZQUIERDA" DEL ESTADO ESPAÑOL (SONORIZADO)
"La deriva identitaria de la 'izquierda' aludida por Serrano no es casual, ni constituye un mero 'error'"
El pasado 4 de junio, el conocido periodista Pascual Serrano dedicaba un interesante artículo a apuntar "los errores" que, en su opinión, cometió la izquierda al establecer "los marcos del debate" y la "agenda" en los comicios autonómicos y locales del 28M. En su texto - escribe nuestro colaborador Cristóbal García Vera - Serrano señala justamente que la "izquierda" a la que dirige su crítica, lejos de apelar al conjunto de las clases trabajadoras, centró una buena parte de su campaña en "explotar las cuestiones identitarias". Sin embargo - opina García - el periodista mantiene el análisis del fenómeno en su nivel más superficial y obvia cualquier intento de explicación sobre las posibles causas de los síntomas que pretende describir.
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado 4 de junio, el conocido periodista, escritor y analista político Pascual Serrano dedicaba un interesante artículo a apuntar "los errores" que, en su opinión, cometió la izquierda del Estado español al establecer "los marcos del debate" y la "agenda" en los comicios autonómicos y locales del 28 de mayo.
“Errores” –escribe Serrano en su texto - que le habrían "regalado a la derecha y la ultraderecha muchos elementos que le permitieron cabalgar electoralmente" y serían una de las razones de que "la izquierda se estrellara" en esa cita con las urnas.
PASCUAL SERRANO APUNTA, ACERTADAMENTE, A UN SÍNTOMA RELATIVO A LA "IZQUIERDA" WOKE
Acertadamente, Pascual Serrano señala en su artículo que la "izquierda" a la que dirige su crítica, lejos de apelar al conjunto de las clases trabajadoras, centró una buena parte de su campaña en "explotar las cuestiones identitarias", queriendo erigirse en representante del movimiento LGTBI, las personas racializadas o aquellas “con diversidad funcional” (discapacitadas).
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Y destaca como un ejemplo de la deriva más "surrealista" de este discurso, que renuncia a hablar de los programas para centrarse en el presunto valor “transformador” de estas múltiples “identidades”, el momento en el que la ministra Irene Montero defendió que la candidata de Unidas Podemos a la alcaldía de Valencia era la más adecuada para desempeñar ese cargo por ser "bollera, sorda y feminista". Como si, en efecto, una preferencia sexual o una discapacidad auditiva dijeran algo sobre las virtudes intelectuales, organizativas o de gestión de cualquier político.
Serrano critica también en su artículo, justamente, despropósitos tales como el protagonizado por Yolanda Díaz en un encuentro con el “periodista” del corazón Jorge Javier Vázquez, en el que Díaz se permitió coincidir con este conocido exponente de la televisión basura, que ya ha manifestado su apoyo a Sumar, en que “no hay nada más aburrido que una reunión de hombres heterosexuales”.
Salida de tono – añadimos nosotros - que se unía a la afirmación realizada por la propia Yolanda Díaz de que "los hombres de izquierda son un peñazo" y que se inserta en la creencia compartida por esta “izquierda” postmoderna de que para defender los derechos del colectivo LGTBI, la igualdad para las mujeres y la lucha contra cualquier tipo de discriminación habría que menospreciar y denostar a los hombres no homosexuales o a lo que tradicionalmente se ha entendido como “masculinidad”.
VÍDEO RELACIONADO: Yolanda Díaz, que apoya la participación española en la guerra de Ucrania, se permite descalificar a los "hombres heterosexuales, educados para la guerra"
Todo ello para que, finalmente, incluso en el barrio madrileño de Chueca, icono del colectivo LGTBIQ+, el Partido Popular ganara las elecciones, poniendo de manifiesto que es la extracción social de clase, y no las preferencias sexuales ni las “identidades de género”, el factor más determinante a la hora de votar.
VÍDEO RELACIONADO: Un llamamiento de Mar Cambrollé que no fue secundado, a tenor de los resultados electorales, por la mayoría del colectivo LGTBI
"La izquierda -continúa exponiendo Serrano en su texto- ha abrazado también muchas batallas culturales netamente de urbanitas acomodados, que no podían ser comprendidas por amplios sectores sociales, y que le han dejado un campo abierto a la derecha y ultraderecha".
PERO... ¿POR QUÉ SE CENTRA ESA "IZQUIERDA" EN LA "POLÍTICA DE LAS IDENTIDADES"?
Como conclusión de su crítica, Pascual Serrano plantea que, en definitiva, "la izquierda ha perdido la batalla cultural y mediática", porque los debates que ha situado han sido erróneos, han supuesto regalos culturales para la derecha y un sentimiento de orfandad para grandes sectores sociales de la izquierda, que no se reconocían en esa agenda".
Una afirmación que, aunque parcialmente cierta, mantiene el análisis del fenómeno en su nivel más superficial y obvia cualquier intento de explicación sobre las posibles causas de los síntomas que pretende describir.
Para superar ese nivel de análisis, al que la propia “izquierda” aludida por Serrano circunscribe su supuesta autocrítica ante el último varapalo electoral, es preciso responder a algunos interrogantes.
¿Por qué lo que Pascual Serrano califica como "la izquierda" ha abrazado la llamada "política de las identidades"? ¿Ha sido provocada esta deriva, acaso, por un mero despiste ideológico? ¿La solución pasaría, en tal caso, porque tomaran conciencia del "error" y modificaran "los marcos del debate" para dirigirse a las mayorías sociales? ¿Sería cuestión, en definitiva, de modificar lo que Pablo Iglesias llama "el relato"?
CAPITALISMO WOKE Y POLÍTICA DE LAS IDENTIDADES
Para comprender que el problema real que explica esta deriva ideológica no se circunscribe al terreno del discurso resulta necesario señalar el origen de la llamada "izquierda" woke, representada en el Estado español por los sectores hoy agrupados en Sumar y hasta hace bien poco en Unidas Podemos.
Se trata -no hacemos aquí ningún descubrimiento original- de una tendencia importada de los Estados Unidos y hegemonizada en ese país por el Partido Demócrata y el aparato mediático y cultural afín a dicha organización.
Como ha explicado Tita Barahona en este mismo diario digital, el “capitalismo woke”, representado políticamente por la pata demócrata del establishment imperial, se podría definir como:
"el intento de las capas superiores de la sociedad y la industria cultural por mostrar lo "comprometidos" que están con la lucha contra el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia... y por proponer valores de igualdad, diversidad y multiculturalidad".
Una estrategia de política institucional con la que el Partido Demócrata pugna por apropiarse de los reclamos o luchas parciales de todo tipo de colectivos o "minorías", para sacar de la “agenda” las políticas antipopulares que implementan como representantes del gran capital monopolista de aquel país.
Celebración del orgullo en la Casa Blanca. Sin comentarios. pic.twitter.com/yA0pdDv1Y6
â Helena Villar (@HelenaVillarRT) June 13, 2023
Joe Biden haciendo bandera del "Día del Orgullo" y la "defensa de los Derechos Humanos" en la Casa Blanca
Entre ellas, las continuas guerras que esos capitalistas precisan para sostener sus beneficios o la deslocalización de las grandes fábricas que ha conducido a la marginalidad a millones de obreros estadounidenses, proporcionando a Donald Trump una base social para el éxito de su discurso.
La "política de las identidades" no es, en suma, una deriva casual entre quienes pretenden representar a la "izquierda" pero son, en realidad, meros gestores del capitalismo en su etapa actual.
Puede considerarse, por el contrario, como el último refugio que esa pretendida “izquierda” ha encontrado para intentar meter bajo la alfombra su compromiso con los poderes responsables de reproducir la explotación de las mayorías sociales e, indirectamente, también de buena parte de las opresiones ejercidas por razón de sexo, raza, creencias y otras “diversidades”.
Orientación política que termina fracasando, y generando el rechazo de los sectores más desfavorecidos de la población, porque las contradicciones reales de clase que se pretenden ocultar con ese discurso “progre” -al ser materiales y no meramente discursivas- siempre acaban saliendo a la luz.
Este origen del wokismo no implica, obviamente, que como cualquier otro fenómeno socio-político y cultural no tenga una relativa autonomía en su desarrollo, a partir de su base material y sus promotores institucionales, como demuestra la amplia difusión de esta ideología postmoderna entre sectores de la izquierda que sí aspiran a transformar la sociedad y que, sin embargo, la han asumido acríticamente.
UNA “IZQUIERDA” ESPAÑOLA ALINEADA CON JOE BIDEN: ¿ESTÁN DISPUESTOS A ARRIESGAR ALGO PARA TRANSFORMAR LA SOCIEDAD?
No es este el caso, empero, de la deriva identitaria de la “izquierda” aludida por Pascual Serrano que -salvando las evidentes distancias de poder, influencia y contexto sociocultural con respecto a la realidad de EE.UU.- tiene una directa relación con la "izquierda" que para algunos representa el Partido Demócrata.
No es en absoluto casual que esta “izquierda” española haya expresado reiteradamente, por boca de personajes tan representativos como Yolanda Díaz, la defenestrada Irene Montero o el secretario general de IU Alberto Garzón, su alegría por los éxitos electorales del belicoso Joe Biden o por el hecho de que una mujer negra, igualmente representante de las élites norteamericanas, alcanzara la vicepresidencia de aquel país.
![[Img #75453]](https://canarias-semanal.org/upload/images/06_2023/5610_laizquierdaespanolaconelalademocratadelimeperialismoyanqui.jpg)
Tampoco constituye una mera anécdota la gira realizada por la propia ministra Montero por EE.UU. para reunirse con los encargados en el Partido Demócrata de las "políticas de igualdad y diversidad" o con personajes como Gloria Steinem. Una "estrella" del feminismo liberal , asociada a este sector del establisment yanqui, defensora de Hillary Clinton, con un oscuro pasado asociado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que Irene Montero calificó como "mucho más que un referente" y una "feminista revolucionaria".
![[Img #75457]](https://canarias-semanal.org/upload/images/06_2023/5618_casablanca.jpg)
Estas simpatías de los sectores políticos hoy aglutinados en Sumar -ayer en Unidas Podemos- hacia el universo político y cultural asociado al Partido Demócrata evidencian que su propensión a centrar el discurso en "las cuestiones identitarias" no es tampoco consecuencia de un mero "error".
![[Img #75458]](https://canarias-semanal.org/upload/images/06_2023/5420_irene.jpg)
Se trata también, y no conviene confundir a nadie sobre este particular, del refugio identitario de organizaciones y personajes que han renunciado por completo a dar cualquier tipo de batalla real contra el capitalismo - incluida la cultural - y que, en la práctica, tan solo aspiran a vivir de la política institucional.
Es por ello que no existe para estos sectores políticos una “solución” que pase tan solo por “entender” la realidad. Porque de lo que se trata es de tener la auténtica determinación para tratar de transformarla, sabiendo que en la lucha de clases, cuando se asume a cabalidad, los enemigos siempre están dispuestos a llegar hasta el final y no se contentan con hacer escraches frente a un lujoso chalet.
¿Están dispuestos los representantes de esta “izquierda” - para los que un simple destrato constituye la expresión de “violencia política” más brutal- a arriesgar su posición, o llegado el caso su propia vida, para enfrentarse a quienes realmente detentan el poder?
¿Hay algún indicio de que pretendan organizar a los trabajadores, ayudándoles a entender que ni una sola de las promesas que les hacen se podría alcanzar sin que ellos mismos protagonicen una batalla sin cuartel contra sus enemigos de clase?
¿O creen los críticos de esta “izquierda” que los cambios que de forma imperiosa se requieren en nuestra sociedad pueden realizarse evitando esa confrontación?
A quienes eluden este tema esencial puede sucederles como al periodista Daniel Bernabé. El teórico que, incapaz de asumir lo que implicaría llevar hasta la raíz su análisis sobre la “trampa de la diversidad”, ha terminado apoyando una coalición electoral que ya ha hecho pública su adhesión a la OTAN y su guerra por poderes contra la Federación Rusa en Ucrania (*)
LOS SUPUESTOS "LOGROS SOCIALES DEL GOBIERNO"
No podemos dejar de cuestionar, finalmente, la manera en la que Pascual Serrano compra en su artículo el discurso institucional sobre los "logros sociales y económicos" del Gobierno de Coalición, refiriéndose al:
"Aumento de las pensiones, subida del SMI, ERTES para garantizar ingresos a muchos sectores durante la pandemia, mejoras en la contratación laboral".
Es cierto que Serrano realiza también una crítica parcial a estos "logros", apuntando que "muchas de esas medidas sociales no han sido tan exitosas como intentaron vender".
Sin embargo, un análisis de clase de la política económica y social del Ejecutivo de Coalición exige mucho más que recordar, por ejemplo, que el muy publicitado Ingreso Mínimo Vital llegó tan solo, según la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, a un 20,8% de la población que se encuentra por debajo del umbral de la pobreza.
En nuestra opinión, en este terreno son dos los principales olvidos de Pascual Serrano.
En primer lugar, obvia pronunciarse abiertamente sobre el carácter de la "reforma laboral" abanderada por Yolanda Díaz y acordada con la patronal y los "sindicatos" mayoritarios de la concertación. Reforma que fue aplaudida por la FAES, el think tank de la derecha presidido por José María Aznar, y por los economistas más ultraliberales del Estado español como Juan Manuel Rallo. Y que, según los propios dirigentes de la CEOE o la ex ministra del PP Fátima Báñez, ha mantenido intacto "el 95% de la reforma de Mariano Rajoy".
![[Img #75459]](https://canarias-semanal.org/upload/images/06_2023/8551_2_amorcito.jpg)
Según la propia Yolanda Díaz, cuando prometía derogar por completo esta legislación, apenas unas semanas antes del acuerdo que tanto contentó a la patronal, solamente estaba recurriendo a un “fetiche político”.
Igualmente necesario, a la hora de juzgar los supuestos “logros sociales" del Gobierno de coalición, es analizar el significado de la reforma de las pensiones aprobada con los votos de los diputados de Unidas Podemos. Denunciada por COESPE -con sólidos análisis y evidencia empírica- como una legislación ideada para privatizar las pensiones públicas al dictado de las exigencias de grandes grupos de inversión como Blackrock.
![[Img #75461]](https://canarias-semanal.org/upload/images/06_2023/4715_9524_faes.jpg)
Estas, y no otras, son las políticas esenciales donde chocan los intereses de los asalariados y del gran capital. Y son, por supuesto, aquellas en las que la "izquierda" woke y postmoderna, integrada plenamente en el sistema, ha claudicado, como antes hiciera el mismo PSOE.
Cabe recordar, para concluir, que esta “izquierda” ha demostrado también su absoluta sumisión a la guerra y los compromisos adquiridos con la Alianza Bélica occidental; convirtiéndose así en cómplices de la expresión más abiertamente criminal del capitalismo en su fase imperialista actual.
Esta somera, y necesariamente incompleta, exposición debería bastar, creemos, para comprender por qué a esa pretendida “izquierda” sólo le resta apelar a su “política de las identidades” y el miedo al "fascismo" -que su propia tendencia woke contribuye a alimentar- para diferenciarse de la derecha más tradicional. Así como para asumir la evidencia de que por el camino de Sumar no es realista esperar solución a ninguno de nuestros muchos y gravísimos problemas. Aunque ello sea difícil de aceptar para quienes, de buena fe, formen parte de alguna de las organizaciones políticas que integran la coalición electoral de Yolanda Díaz.
Nota:
(*) Este no es, hasta donde nosotros conocemos, el caso de Pascual Serrano, quien ha denunciado en su cuenta de Twitter las declaraciones del portavoz de Sumar en las que éste apoyaba, en nombre de la marca electoral de Yolanda Díaz, el envío de más armamento español para alimentar la guerra de Ucrania.
- PUEDE LEER EL ARTÍCULO ÍNTEGRO DE PASCUAL SERRANO PINCHANDO AQUÍ
VÍDEO RELACIONADO: Sobre la "política de las identidades" desarrollada por el Ministerio de Igualdad y su relación con el Partido Demócrata de EE.UU.
Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El pasado 4 de junio, el conocido periodista, escritor y analista político Pascual Serrano dedicaba un interesante artículo a apuntar "los errores" que, en su opinión, cometió la izquierda del Estado español al establecer "los marcos del debate" y la "agenda" en los comicios autonómicos y locales del 28 de mayo.
“Errores” –escribe Serrano en su texto - que le habrían "regalado a la derecha y la ultraderecha muchos elementos que le permitieron cabalgar electoralmente" y serían una de las razones de que "la izquierda se estrellara" en esa cita con las urnas.
PASCUAL SERRANO APUNTA, ACERTADAMENTE, A UN SÍNTOMA RELATIVO A LA "IZQUIERDA" WOKE
Acertadamente, Pascual Serrano señala en su artículo que la "izquierda" a la que dirige su crítica, lejos de apelar al conjunto de las clases trabajadoras, centró una buena parte de su campaña en "explotar las cuestiones identitarias", queriendo erigirse en representante del movimiento LGTBI, las personas racializadas o aquellas “con diversidad funcional” (discapacitadas).
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Y destaca como un ejemplo de la deriva más "surrealista" de este discurso, que renuncia a hablar de los programas para centrarse en el presunto valor “transformador” de estas múltiples “identidades”, el momento en el que la ministra Irene Montero defendió que la candidata de Unidas Podemos a la alcaldía de Valencia era la más adecuada para desempeñar ese cargo por ser "bollera, sorda y feminista". Como si, en efecto, una preferencia sexual o una discapacidad auditiva dijeran algo sobre las virtudes intelectuales, organizativas o de gestión de cualquier político.
Serrano critica también en su artículo, justamente, despropósitos tales como el protagonizado por Yolanda Díaz en un encuentro con el “periodista” del corazón Jorge Javier Vázquez, en el que Díaz se permitió coincidir con este conocido exponente de la televisión basura, que ya ha manifestado su apoyo a Sumar, en que “no hay nada más aburrido que una reunión de hombres heterosexuales”.
Salida de tono – añadimos nosotros - que se unía a la afirmación realizada por la propia Yolanda Díaz de que "los hombres de izquierda son un peñazo" y que se inserta en la creencia compartida por esta “izquierda” postmoderna de que para defender los derechos del colectivo LGTBI, la igualdad para las mujeres y la lucha contra cualquier tipo de discriminación habría que menospreciar y denostar a los hombres no homosexuales o a lo que tradicionalmente se ha entendido como “masculinidad”.
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Todo ello para que, finalmente, incluso en el barrio madrileño de Chueca, icono del colectivo LGTBIQ+, el Partido Popular ganara las elecciones, poniendo de manifiesto que es la extracción social de clase, y no las preferencias sexuales ni las “identidades de género”, el factor más determinante a la hora de votar.
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"La izquierda -continúa exponiendo Serrano en su texto- ha abrazado también muchas batallas culturales netamente de urbanitas acomodados, que no podían ser comprendidas por amplios sectores sociales, y que le han dejado un campo abierto a la derecha y ultraderecha".
PERO... ¿POR QUÉ SE CENTRA ESA "IZQUIERDA" EN LA "POLÍTICA DE LAS IDENTIDADES"?
Como conclusión de su crítica, Pascual Serrano plantea que, en definitiva, "la izquierda ha perdido la batalla cultural y mediática", porque los debates que ha situado han sido erróneos, han supuesto regalos culturales para la derecha y un sentimiento de orfandad para grandes sectores sociales de la izquierda, que no se reconocían en esa agenda".
Una afirmación que, aunque parcialmente cierta, mantiene el análisis del fenómeno en su nivel más superficial y obvia cualquier intento de explicación sobre las posibles causas de los síntomas que pretende describir.
Para superar ese nivel de análisis, al que la propia “izquierda” aludida por Serrano circunscribe su supuesta autocrítica ante el último varapalo electoral, es preciso responder a algunos interrogantes.
¿Por qué lo que Pascual Serrano califica como "la izquierda" ha abrazado la llamada "política de las identidades"? ¿Ha sido provocada esta deriva, acaso, por un mero despiste ideológico? ¿La solución pasaría, en tal caso, porque tomaran conciencia del "error" y modificaran "los marcos del debate" para dirigirse a las mayorías sociales? ¿Sería cuestión, en definitiva, de modificar lo que Pablo Iglesias llama "el relato"?
CAPITALISMO WOKE Y POLÍTICA DE LAS IDENTIDADES
Para comprender que el problema real que explica esta deriva ideológica no se circunscribe al terreno del discurso resulta necesario señalar el origen de la llamada "izquierda" woke, representada en el Estado español por los sectores hoy agrupados en Sumar y hasta hace bien poco en Unidas Podemos.
Se trata -no hacemos aquí ningún descubrimiento original- de una tendencia importada de los Estados Unidos y hegemonizada en ese país por el Partido Demócrata y el aparato mediático y cultural afín a dicha organización.
Como ha explicado Tita Barahona en este mismo diario digital, el “capitalismo woke”, representado políticamente por la pata demócrata del establishment imperial, se podría definir como:
"el intento de las capas superiores de la sociedad y la industria cultural por mostrar lo "comprometidos" que están con la lucha contra el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia... y por proponer valores de igualdad, diversidad y multiculturalidad".
Una estrategia de política institucional con la que el Partido Demócrata pugna por apropiarse de los reclamos o luchas parciales de todo tipo de colectivos o "minorías", para sacar de la “agenda” las políticas antipopulares que implementan como representantes del gran capital monopolista de aquel país.
Celebración del orgullo en la Casa Blanca. Sin comentarios. pic.twitter.com/yA0pdDv1Y6
â Helena Villar (@HelenaVillarRT) June 13, 2023
Joe Biden haciendo bandera del "Día del Orgullo" y la "defensa de los Derechos Humanos" en la Casa Blanca
Entre ellas, las continuas guerras que esos capitalistas precisan para sostener sus beneficios o la deslocalización de las grandes fábricas que ha conducido a la marginalidad a millones de obreros estadounidenses, proporcionando a Donald Trump una base social para el éxito de su discurso.
La "política de las identidades" no es, en suma, una deriva casual entre quienes pretenden representar a la "izquierda" pero son, en realidad, meros gestores del capitalismo en su etapa actual.
Puede considerarse, por el contrario, como el último refugio que esa pretendida “izquierda” ha encontrado para intentar meter bajo la alfombra su compromiso con los poderes responsables de reproducir la explotación de las mayorías sociales e, indirectamente, también de buena parte de las opresiones ejercidas por razón de sexo, raza, creencias y otras “diversidades”.
Orientación política que termina fracasando, y generando el rechazo de los sectores más desfavorecidos de la población, porque las contradicciones reales de clase que se pretenden ocultar con ese discurso “progre” -al ser materiales y no meramente discursivas- siempre acaban saliendo a la luz.
Este origen del wokismo no implica, obviamente, que como cualquier otro fenómeno socio-político y cultural no tenga una relativa autonomía en su desarrollo, a partir de su base material y sus promotores institucionales, como demuestra la amplia difusión de esta ideología postmoderna entre sectores de la izquierda que sí aspiran a transformar la sociedad y que, sin embargo, la han asumido acríticamente.
UNA “IZQUIERDA” ESPAÑOLA ALINEADA CON JOE BIDEN: ¿ESTÁN DISPUESTOS A ARRIESGAR ALGO PARA TRANSFORMAR LA SOCIEDAD?
No es este el caso, empero, de la deriva identitaria de la “izquierda” aludida por Pascual Serrano que -salvando las evidentes distancias de poder, influencia y contexto sociocultural con respecto a la realidad de EE.UU.- tiene una directa relación con la "izquierda" que para algunos representa el Partido Demócrata.
No es en absoluto casual que esta “izquierda” española haya expresado reiteradamente, por boca de personajes tan representativos como Yolanda Díaz, la defenestrada Irene Montero o el secretario general de IU Alberto Garzón, su alegría por los éxitos electorales del belicoso Joe Biden o por el hecho de que una mujer negra, igualmente representante de las élites norteamericanas, alcanzara la vicepresidencia de aquel país.
Tampoco constituye una mera anécdota la gira realizada por la propia ministra Montero por EE.UU. para reunirse con los encargados en el Partido Demócrata de las "políticas de igualdad y diversidad" o con personajes como Gloria Steinem. Una "estrella" del feminismo liberal , asociada a este sector del establisment yanqui, defensora de Hillary Clinton, con un oscuro pasado asociado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que Irene Montero calificó como "mucho más que un referente" y una "feminista revolucionaria".
Estas simpatías de los sectores políticos hoy aglutinados en Sumar -ayer en Unidas Podemos- hacia el universo político y cultural asociado al Partido Demócrata evidencian que su propensión a centrar el discurso en "las cuestiones identitarias" no es tampoco consecuencia de un mero "error".
Se trata también, y no conviene confundir a nadie sobre este particular, del refugio identitario de organizaciones y personajes que han renunciado por completo a dar cualquier tipo de batalla real contra el capitalismo - incluida la cultural - y que, en la práctica, tan solo aspiran a vivir de la política institucional.
Es por ello que no existe para estos sectores políticos una “solución” que pase tan solo por “entender” la realidad. Porque de lo que se trata es de tener la auténtica determinación para tratar de transformarla, sabiendo que en la lucha de clases, cuando se asume a cabalidad, los enemigos siempre están dispuestos a llegar hasta el final y no se contentan con hacer escraches frente a un lujoso chalet.
¿Están dispuestos los representantes de esta “izquierda” - para los que un simple destrato constituye la expresión de “violencia política” más brutal- a arriesgar su posición, o llegado el caso su propia vida, para enfrentarse a quienes realmente detentan el poder?
¿Hay algún indicio de que pretendan organizar a los trabajadores, ayudándoles a entender que ni una sola de las promesas que les hacen se podría alcanzar sin que ellos mismos protagonicen una batalla sin cuartel contra sus enemigos de clase?
¿O creen los críticos de esta “izquierda” que los cambios que de forma imperiosa se requieren en nuestra sociedad pueden realizarse evitando esa confrontación?
A quienes eluden este tema esencial puede sucederles como al periodista Daniel Bernabé. El teórico que, incapaz de asumir lo que implicaría llevar hasta la raíz su análisis sobre la “trampa de la diversidad”, ha terminado apoyando una coalición electoral que ya ha hecho pública su adhesión a la OTAN y su guerra por poderes contra la Federación Rusa en Ucrania (*)
LOS SUPUESTOS "LOGROS SOCIALES DEL GOBIERNO"
No podemos dejar de cuestionar, finalmente, la manera en la que Pascual Serrano compra en su artículo el discurso institucional sobre los "logros sociales y económicos" del Gobierno de Coalición, refiriéndose al:
"Aumento de las pensiones, subida del SMI, ERTES para garantizar ingresos a muchos sectores durante la pandemia, mejoras en la contratación laboral".
Es cierto que Serrano realiza también una crítica parcial a estos "logros", apuntando que "muchas de esas medidas sociales no han sido tan exitosas como intentaron vender".
Sin embargo, un análisis de clase de la política económica y social del Ejecutivo de Coalición exige mucho más que recordar, por ejemplo, que el muy publicitado Ingreso Mínimo Vital llegó tan solo, según la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, a un 20,8% de la población que se encuentra por debajo del umbral de la pobreza.
En nuestra opinión, en este terreno son dos los principales olvidos de Pascual Serrano.
En primer lugar, obvia pronunciarse abiertamente sobre el carácter de la "reforma laboral" abanderada por Yolanda Díaz y acordada con la patronal y los "sindicatos" mayoritarios de la concertación. Reforma que fue aplaudida por la FAES, el think tank de la derecha presidido por José María Aznar, y por los economistas más ultraliberales del Estado español como Juan Manuel Rallo. Y que, según los propios dirigentes de la CEOE o la ex ministra del PP Fátima Báñez, ha mantenido intacto "el 95% de la reforma de Mariano Rajoy".
Según la propia Yolanda Díaz, cuando prometía derogar por completo esta legislación, apenas unas semanas antes del acuerdo que tanto contentó a la patronal, solamente estaba recurriendo a un “fetiche político”.
Igualmente necesario, a la hora de juzgar los supuestos “logros sociales" del Gobierno de coalición, es analizar el significado de la reforma de las pensiones aprobada con los votos de los diputados de Unidas Podemos. Denunciada por COESPE -con sólidos análisis y evidencia empírica- como una legislación ideada para privatizar las pensiones públicas al dictado de las exigencias de grandes grupos de inversión como Blackrock.
Estas, y no otras, son las políticas esenciales donde chocan los intereses de los asalariados y del gran capital. Y son, por supuesto, aquellas en las que la "izquierda" woke y postmoderna, integrada plenamente en el sistema, ha claudicado, como antes hiciera el mismo PSOE.
Cabe recordar, para concluir, que esta “izquierda” ha demostrado también su absoluta sumisión a la guerra y los compromisos adquiridos con la Alianza Bélica occidental; convirtiéndose así en cómplices de la expresión más abiertamente criminal del capitalismo en su fase imperialista actual.
Esta somera, y necesariamente incompleta, exposición debería bastar, creemos, para comprender por qué a esa pretendida “izquierda” sólo le resta apelar a su “política de las identidades” y el miedo al "fascismo" -que su propia tendencia woke contribuye a alimentar- para diferenciarse de la derecha más tradicional. Así como para asumir la evidencia de que por el camino de Sumar no es realista esperar solución a ninguno de nuestros muchos y gravísimos problemas. Aunque ello sea difícil de aceptar para quienes, de buena fe, formen parte de alguna de las organizaciones políticas que integran la coalición electoral de Yolanda Díaz.
Nota:
(*) Este no es, hasta donde nosotros conocemos, el caso de Pascual Serrano, quien ha denunciado en su cuenta de Twitter las declaraciones del portavoz de Sumar en las que éste apoyaba, en nombre de la marca electoral de Yolanda Díaz, el envío de más armamento español para alimentar la guerra de Ucrania.
- PUEDE LEER EL ARTÍCULO ÍNTEGRO DE PASCUAL SERRANO PINCHANDO AQUÍ
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José Juan 1960 | Domingo, 18 de Junio de 2023 a las 17:29:36 horas
El mantra "lucha contra el capitalismo" me parece totalmente postizo, recurrente, abstracto e ineficaz, propio de izquierdosos declarativos e impotentes.
El quid de la cuestión es que tras 1989 en Occidente la socialdemocracia clásica ha desaparecido.
En China si hay socialdemocracia, para lo cual se necesita un Partido Comunista fuerte y sin complejos por permitir cierta iniciativa privada.
AMLO en Méjico también me gusta.
El wokismo es made in USA universities, judíos liberales y trotskistas.
Por ejemplo, en todas las ciudades vascas, yo vivo en una de ellas, te reciben con paneles "aquí no se toleran las agresiones sexistas" mientras las mafias inmobiliarias siguen haciendo su agosto, arruinando la nación. (En España hace falta una revolución francesa, no soviética).
80 % diputados Podemos y Sumar son universitarios de burbuja woke y además estos partidos están infestados de trotskistas.
España país de nuevos ricos, !!! todos a la universidad!!! , el trabajo manual, FP, para pringaos y inmigrantes.
Resumiendo, si eres pijoprogre, trotsko, universitario, ofendidito woke y tu programa es Feminismo, LGTBI y migrantes, es normal que hombres hetero, mujeres no feminazis, autóctonos y trabajadores manuales, (las grandes mayorías), pasen de tí como de la mierda.
Ah y los nacionalismos lingüísticos todo por la pasta, (mafias pilla puestos funcionariales), quien no está en el negocio vota español, incluso a Vox.
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