
EL TABÚ DE CANARIAS: SUPERPOBLACIÓN, INMIGRACIÓN EUROPEA Y PÉRDIDA DE IDENTIDAD
Una transformación silenciosa se está produciendo en el archipiélago
Una transformación silenciosa se está produciendo en el archipiélago canario. La creciente llegada de europeos adinerados, que buscan un refugio climático y fiscal en las islas, está cambiando el panorama demográfico y económico de la región (...).
Por ANCOR SANTANA RODRÍGUEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Una transformación silenciosa se está produciendo en el archipiélago canario. La creciente llegada de europeos adinerados, que buscan un refugio climático y fiscal en las Islas, está cambiando el panorama demográfico y económico de la región.
Mientras las organizaciones políticas y los medios de comunicación de la derecha tratan de criminalizar a los inmigrantes irregulares procedentes de África, la realidad es que el Archipiélago ha liderado la venta de viviendas a extranjeros en el Estado Español por bastante tiempo y es la comunidad donde más hipotecas están firmando personas que no son canarias y proceden del continente europeo.
En lugar de una invasión a gran escala y ruidosa, estamos presenciando un flujo constante de adquisición de propiedades y contratación de hipotecas por parte de ciudadanos del continente.
Las islas son publicitadas en el Viejo Continente como un oasis climático, un edén de oportunidades de inversión y una ubicación privilegiada para el trabajo remoto, la jubilación o simplemente, un lugar para establecer un nuevo hogar. Este marketing efectivo ha provocado un aumento en la competencia por los limitados recursos de las islas, en detrimento de los residentes locales, cuyo poder adquisitivo queda eclipsado por estos nuevos residentes.
Esta situación se ve agravada por la existencia de cerca de 150.000 viviendas desocupadas, principalmente en manos de fondos de inversión que se dedican a la especulación inmobiliaria. El auge del alquiler vacacional, sin supervisión ni fiscalización, ha complicado aún más el acceso a la vivienda de larga duración para los residentes canarios.
Sorprendentemente, el gobierno autonómico de coalición, etiquetado como "progresista", no ha tomado medidas para proteger los intereses de los canarios. Por el contrario, ha perpetuado un modelo económico fuertemente dependiente de la industria del turismo, controlada principalmente por operadores turísticos extranjeros. En lugar de controlar el alquiler vacacional o adquirir viviendas desocupadas para añadir al inventario público, la administración fomenta el desarrollo turístico y la construcción de nuevas infraestructuras.
Ante esta situación, el futuro de Canarias parece cada vez más incierto. Se espera un crecimiento poblacional, impulsado no por un aumento de la tasa de natalidad local, sino por un continuo flujo de individuos procedentes de Europa y la península. En varios municipios turísticos del archipiélago, la población extranjera ya está comenzando a predominar.
Esta tendencia, combinada con el arrasador influjo de la globalización capitalista y su uniformadora industria del espectáculo, amenaza la rica y distintiva identidad canaria. En respuesta a esta preocupación, el Parlamento regional estableció una Comisión de Estudio sobre el desafío demográfico y el equilibrio poblacional. No obstante, pese a las advertencias de expertos y la reclamación de diversos colectivos de una "ley de residencia", esta comisión fue disuelta sin tomar ninguna medida significativa.
Se necesita una acción decisiva para proteger los intereses de los residentes canarios frente a esta sutil "invasión" de extranjeros adinerados. Los grupos políticos tradicionales parecen incapaces o reacios a abordar este problema de manera efectiva y seria que pueda garantizar un futuro digno y equitativo para los canarios. Hoy es indispensable adoptar medidas drásticas para contener o incluso revertir esta tendencia.
A medida que esta sofisticada invasión silenciosa continúa, la población canaria se enfrenta a una superpoblación insostenible y a una disminución alarmante de la tasa de natalidad. El panorama demográfico de las islas, ya de por sí desequilibrado, está dando lugar a un mosaico humano cada vez más europeizado, donde las características distintivas de la cultura canaria corren el riesgo de ser arrastradas por el maremoto de aculturación.
Los políticos institucionales, demasiado a menudo obsesionados con el juego del poder a corto plazo, tienden a utilizar la identidad canaria como una mera moneda de cambio para obtener réditos electorales. Esta actitud no solo es irresponsable, sino también perjudicial para la cohesión social y cultural de las islas.
Frente a este panorama, es esencial una respuesta colectiva que vaya más allá de las soluciones propuestas por el espectro político convencional. La movilización popular, la sensibilización sobre la gravedad del problema y la organización de los ciudadanos son fundamentales para forjar un camino hacia un cambio de políticas que prevenga un futuro aún más desigual y precario para los canarios.
Se requiere una respuesta urgente y no es realista esperar de las organizaciones políticas integradas en el arco parlamentario. Solo a través de la acción colectiva, la concienciación del problema que enfrentamos y de la organización popular se podría avanzar hacia un cambio de políticas que evite un futuro aún más desigual y precario para los canarios y la misma pérdida de lo que aún pueda quedar de una “canariedad” a la que los políticos institucionales solo aluden para perseguir réditos electorales.
Por ANCOR SANTANA RODRÍGUEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Una transformación silenciosa se está produciendo en el archipiélago canario. La creciente llegada de europeos adinerados, que buscan un refugio climático y fiscal en las Islas, está cambiando el panorama demográfico y económico de la región.
Mientras las organizaciones políticas y los medios de comunicación de la derecha tratan de criminalizar a los inmigrantes irregulares procedentes de África, la realidad es que el Archipiélago ha liderado la venta de viviendas a extranjeros en el Estado Español por bastante tiempo y es la comunidad donde más hipotecas están firmando personas que no son canarias y proceden del continente europeo.
En lugar de una invasión a gran escala y ruidosa, estamos presenciando un flujo constante de adquisición de propiedades y contratación de hipotecas por parte de ciudadanos del continente.
Las islas son publicitadas en el Viejo Continente como un oasis climático, un edén de oportunidades de inversión y una ubicación privilegiada para el trabajo remoto, la jubilación o simplemente, un lugar para establecer un nuevo hogar. Este marketing efectivo ha provocado un aumento en la competencia por los limitados recursos de las islas, en detrimento de los residentes locales, cuyo poder adquisitivo queda eclipsado por estos nuevos residentes.
Esta situación se ve agravada por la existencia de cerca de 150.000 viviendas desocupadas, principalmente en manos de fondos de inversión que se dedican a la especulación inmobiliaria. El auge del alquiler vacacional, sin supervisión ni fiscalización, ha complicado aún más el acceso a la vivienda de larga duración para los residentes canarios.
Sorprendentemente, el gobierno autonómico de coalición, etiquetado como "progresista", no ha tomado medidas para proteger los intereses de los canarios. Por el contrario, ha perpetuado un modelo económico fuertemente dependiente de la industria del turismo, controlada principalmente por operadores turísticos extranjeros. En lugar de controlar el alquiler vacacional o adquirir viviendas desocupadas para añadir al inventario público, la administración fomenta el desarrollo turístico y la construcción de nuevas infraestructuras.
Ante esta situación, el futuro de Canarias parece cada vez más incierto. Se espera un crecimiento poblacional, impulsado no por un aumento de la tasa de natalidad local, sino por un continuo flujo de individuos procedentes de Europa y la península. En varios municipios turísticos del archipiélago, la población extranjera ya está comenzando a predominar.
Esta tendencia, combinada con el arrasador influjo de la globalización capitalista y su uniformadora industria del espectáculo, amenaza la rica y distintiva identidad canaria. En respuesta a esta preocupación, el Parlamento regional estableció una Comisión de Estudio sobre el desafío demográfico y el equilibrio poblacional. No obstante, pese a las advertencias de expertos y la reclamación de diversos colectivos de una "ley de residencia", esta comisión fue disuelta sin tomar ninguna medida significativa.
Se necesita una acción decisiva para proteger los intereses de los residentes canarios frente a esta sutil "invasión" de extranjeros adinerados. Los grupos políticos tradicionales parecen incapaces o reacios a abordar este problema de manera efectiva y seria que pueda garantizar un futuro digno y equitativo para los canarios. Hoy es indispensable adoptar medidas drásticas para contener o incluso revertir esta tendencia.
A medida que esta sofisticada invasión silenciosa continúa, la población canaria se enfrenta a una superpoblación insostenible y a una disminución alarmante de la tasa de natalidad. El panorama demográfico de las islas, ya de por sí desequilibrado, está dando lugar a un mosaico humano cada vez más europeizado, donde las características distintivas de la cultura canaria corren el riesgo de ser arrastradas por el maremoto de aculturación.
Los políticos institucionales, demasiado a menudo obsesionados con el juego del poder a corto plazo, tienden a utilizar la identidad canaria como una mera moneda de cambio para obtener réditos electorales. Esta actitud no solo es irresponsable, sino también perjudicial para la cohesión social y cultural de las islas.
Frente a este panorama, es esencial una respuesta colectiva que vaya más allá de las soluciones propuestas por el espectro político convencional. La movilización popular, la sensibilización sobre la gravedad del problema y la organización de los ciudadanos son fundamentales para forjar un camino hacia un cambio de políticas que prevenga un futuro aún más desigual y precario para los canarios.
Se requiere una respuesta urgente y no es realista esperar de las organizaciones políticas integradas en el arco parlamentario. Solo a través de la acción colectiva, la concienciación del problema que enfrentamos y de la organización popular se podría avanzar hacia un cambio de políticas que evite un futuro aún más desigual y precario para los canarios y la misma pérdida de lo que aún pueda quedar de una “canariedad” a la que los políticos institucionales solo aluden para perseguir réditos electorales.
José Manuel Hernández | Lunes, 26 de Junio de 2023 a las 08:17:22 horas
Los canarios currantes terminaremos como en Ibiza, durmiendo en coches y tiendas de campaña. Es la futura esclavitud Canaria.
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