"AUTORIDADES ALEMANAS IGNORARON ADVERTENCIAS SOBRE PELIGROS DE LA VACUNA CONTRA COVID-19"
Casos sospechosos de efectos secundarios se sobreacumularon desde el inicio de la campaña de vacunación
A pesar de las preocupaciones y advertencias sobre los peligros de la vacuna contra el Covid-19, los responsables políticos y sanitarios alemanes optaron por ignorarlas y continuar impulsando la campaña de vacunación. Según el periódico alemán "Berliner Zeitung" (...)
POR HANSI QUEDNAU DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL
No solo los supuestos "conspiranoicos" advirtieron desde el principio sobre el daño que podía ocasionar la vacuna contra el coronavirus. Según ha denunciado ahora el periódico alemán "Berliner Zeitung", el ministro Lauterbach recibió ![[Img #75082]](https://canarias-semanal.org/upload/images/05_2023/9322_hansi-2.jpg)
documentación acreditada acerca de lo que estaba sucediendo. Pero, sin embargo, se ignoraron esos datos aportados.
Desde el lanzamiento de la primera campaña mediática de vacunación, en diciembre de 2020, el Gobierno federal alemán no cesó de impulsar la vacunación en contra Covid19, con la contribución de sus expertos "científicos", que aconsejaban que todos nos vacunáramos.
Sin embargo, desde muy al principio, ya habían sido dados a conocer muchos de los peligros reales que estaban asociados a la vacuna contra el Covid19. Sin embargo, pese a las evidencias, los responsables políticos y sanitarios, simplemente ignoraron esas evidencias que, no obstante, eran perfectamente constatables.
Según el rotativo alemán Berliner Zeitung, pese a que preocupaciones y dudas se llegaron a plantear en el seno las mismas instituciones oficiales. Tal fue el caso, por ejemplo, de Lisa Federle, una oficial de pandemia de Tübingen, y la del alcalde de la misma ciudad, Boris Palmer, o la del propio Ministro federal de Salud, Karl Lauterbach.
Pese a todas esas acreditadas preocupaciones, fueron olímpicamente ignoradas y se continuó impulsando la campaña mediática a favor de la vacunación. Incluso, los responsables oficiales llegaron a recibir cartas y mensajes en las que se les informaba con todo lujo detalle, en diciembre de 2021, que era lo que estaba sucediendo en la calle. La actitud de respuesta ante esas denuncias fue la de ignorar las preocupaciones de mucha gente cualificada, y continuaron adelante con la vacunación indiscriminada.
En febrero de 2021, solo un mes y medio después del inicio de la vacunación, el Instituto Paul Ehrlich había recibido casi 8.000 casos sospechosos de efectos secundarios ocasionados por la aplicación de la vacuna. Entre ellos estaban incurridos, 1.200 casos graves, y otros 223 irreversiblemente mortales.
En junio de 2021, la cantidad de informes sobre efectos graves llegó a dispararse hasta alcanzar la cifra de 10.600 personas afectadas, entre las cuales la cifra de afectados llegó a alcanzar el número de 1000. Solo en el mes siguiente, en julio de 2021, se informó de alrededor de 3.500 casos graves y 250 fatales. Con estos números escalofriantes en la mesa, ¿en qué estaban pensando las autoridades sanitarias alemanas?
A pesar todo esto, el Comité Permanente de Vacunación (STIKO), del Instituto Robert Koch (RKI), en agosto del 2021, reitero su recomendación de que se procediera a vacunar a todos los niños y adolescentes a partir de los doce años. Y en diciembre del mismo año, se recomendó, además, también para los niños a partir de los cinco años.
Además, el PEI recibió información de casos sospechosos en un número 6 veces mayor y con una incidencia mortal de 26 veces superior en comparación con las reportadas en la administración de las diferentes vacunas a lo largo de las dos últimas décadas .
Pese a todo, el Ejecutivo alemán, y otras muchas instituciones, aceptaron este número de muertes como si nada sucediera. Se aceptó, igualmente, como "normales" las lesiones graves provocadas por la vacuna, incluso entre los niños comprendidos una franja de edad en la que apenas se había detectado contagios, con el Covid 19 .
Pese a que los peligros debían haberse dado a conocer el conjunto de la sociedad, los responsables obligaron compulsivamente a toda la población a vacunarse, llegando, incluso, amenazar aquellos que se negaban, con la pérdida del trabajo y/o la exclusión total.
Las autoridades no se recataron a la hora de denunciar y proferir insultos en contra de los críticos de la administración indiscriminada de la vacuna, imponiendo multas a los/as enfermeros/as que se negaron a vacunarse, y exigiendo para ellos severos castigos.
Hoy, en Alemania, más que nunca antes, está extendida la idea y el deseo de que los peligros de la vacunación contra el coronavirus sean ocultados o ignorados. Sin embargo, en lo que coincide todo el mundo, ciento por ciento, es que los responsables de lo que ha sucedido asuman las responsabilidades que les corresponda ante los tribunales.
POR HANSI QUEDNAU DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL
No solo los supuestos "conspiranoicos" advirtieron desde el principio sobre el daño que podía ocasionar la vacuna contra el coronavirus. Según ha denunciado ahora el periódico alemán "Berliner Zeitung", el ministro Lauterbach recibió documentación acreditada acerca de lo que estaba sucediendo. Pero, sin embargo, se ignoraron esos datos aportados.
Desde el lanzamiento de la primera campaña mediática de vacunación, en diciembre de 2020, el Gobierno federal alemán no cesó de impulsar la vacunación en contra Covid19, con la contribución de sus expertos "científicos", que aconsejaban que todos nos vacunáramos.
Sin embargo, desde muy al principio, ya habían sido dados a conocer muchos de los peligros reales que estaban asociados a la vacuna contra el Covid19. Sin embargo, pese a las evidencias, los responsables políticos y sanitarios, simplemente ignoraron esas evidencias que, no obstante, eran perfectamente constatables.
Según el rotativo alemán Berliner Zeitung, pese a que preocupaciones y dudas se llegaron a plantear en el seno las mismas instituciones oficiales. Tal fue el caso, por ejemplo, de Lisa Federle, una oficial de pandemia de Tübingen, y la del alcalde de la misma ciudad, Boris Palmer, o la del propio Ministro federal de Salud, Karl Lauterbach.
Pese a todas esas acreditadas preocupaciones, fueron olímpicamente ignoradas y se continuó impulsando la campaña mediática a favor de la vacunación. Incluso, los responsables oficiales llegaron a recibir cartas y mensajes en las que se les informaba con todo lujo detalle, en diciembre de 2021, que era lo que estaba sucediendo en la calle. La actitud de respuesta ante esas denuncias fue la de ignorar las preocupaciones de mucha gente cualificada, y continuaron adelante con la vacunación indiscriminada.
En febrero de 2021, solo un mes y medio después del inicio de la vacunación, el Instituto Paul Ehrlich había recibido casi 8.000 casos sospechosos de efectos secundarios ocasionados por la aplicación de la vacuna. Entre ellos estaban incurridos, 1.200 casos graves, y otros 223 irreversiblemente mortales.
En junio de 2021, la cantidad de informes sobre efectos graves llegó a dispararse hasta alcanzar la cifra de 10.600 personas afectadas, entre las cuales la cifra de afectados llegó a alcanzar el número de 1000. Solo en el mes siguiente, en julio de 2021, se informó de alrededor de 3.500 casos graves y 250 fatales. Con estos números escalofriantes en la mesa, ¿en qué estaban pensando las autoridades sanitarias alemanas?
A pesar todo esto, el Comité Permanente de Vacunación (STIKO), del Instituto Robert Koch (RKI), en agosto del 2021, reitero su recomendación de que se procediera a vacunar a todos los niños y adolescentes a partir de los doce años. Y en diciembre del mismo año, se recomendó, además, también para los niños a partir de los cinco años.
Además, el PEI recibió información de casos sospechosos en un número 6 veces mayor y con una incidencia mortal de 26 veces superior en comparación con las reportadas en la administración de las diferentes vacunas a lo largo de las dos últimas décadas .
Pese a todo, el Ejecutivo alemán, y otras muchas instituciones, aceptaron este número de muertes como si nada sucediera. Se aceptó, igualmente, como "normales" las lesiones graves provocadas por la vacuna, incluso entre los niños comprendidos una franja de edad en la que apenas se había detectado contagios, con el Covid 19 .
Pese a que los peligros debían haberse dado a conocer el conjunto de la sociedad, los responsables obligaron compulsivamente a toda la población a vacunarse, llegando, incluso, amenazar aquellos que se negaban, con la pérdida del trabajo y/o la exclusión total.
Las autoridades no se recataron a la hora de denunciar y proferir insultos en contra de los críticos de la administración indiscriminada de la vacuna, imponiendo multas a los/as enfermeros/as que se negaron a vacunarse, y exigiendo para ellos severos castigos.
Hoy, en Alemania, más que nunca antes, está extendida la idea y el deseo de que los peligros de la vacunación contra el coronavirus sean ocultados o ignorados. Sin embargo, en lo que coincide todo el mundo, ciento por ciento, es que los responsables de lo que ha sucedido asuman las responsabilidades que les corresponda ante los tribunales.
amelia | Miércoles, 10 de Mayo de 2023 a las 00:09:56 horas
Igual se hizo en España y hasta canarias casi obligando a vacunarse con la propaganda mediática, incluso poniendo un pasaporte nazi para entrar a casi todos sitios, llamando negacionistas a los no vacunados, delitos de odio que no están pagando, y los daños de esa ponzoña, también se tratan de ocultar, agenda 2030, incluye experimentación con todos nosotros.
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