PENSIONES EN SUECIA: GRIETAS EN EL "PARAÍSO"

REDACCIÓN CANARIAS SEMANAL.ORG / PRENSA INTERNACIONAL

    "Las ancianas exigimos pensiones dignas", proclaman frente al Parlamento sueco, un nutrido grupo de mujeres de la tercera edad, que a sí mismas se denominan "La Patrulla de las Ancianas. 

   Con esta primaveral aparición, las pensionistas suecas inauguran su campaña por lograr la equidad entre los géneros a la hora de cobrar las pensiones. Y es que en la  paradisiaca Suecia, en la que socialdemócratas europeos se miran como si de un espejo se tratara, las mujeres jubiladas reciben un 28% menos que los hombres. Una diferencia que no es cualquier cosa. Representa nada menos que la mayor diferencia existente entre los países nórdicos, según un informe de un estudio del Consejo Nórdico Interparlamentario.

     Las pensiones femeninas, con un promedio de 17.000 coronas mensuales antes de impuestos, se ven desfavorecidas por un sistema que premia a los trabajadores de altos ingresos, que han trabajado hasta llegar a edades muy avanzadas.

    Jenny Andersson, responsable del estudio aludido, atribuye esta brecha a los bajos salarios y al trabajo no remunerado que realizan las mujeres.

     Las pensiones en Suecia han sido objeto de un movido debate en el curso de los últimos años debido a las preocupaciones sobre la equidad de género. El sistema de pensiones del país incluye tres componentes principales: la pensión de ingresos, la pensión complementaria y las pensiones privadas.

    La pensión de ingresos es la base del sistema de pensiones sueco y se financia mediante cotizaciones de empleados y empleadores. Todos los trabajadores en Suecia contribuyen al sistema, y las pensiones se calculan en función de los ingresos obtenidos durante toda la vida laboral. La pensión complementaria, por otro lado, es un sistema de contribución definida financiado por los empleadores y los empleados, con las pensiones pagadas en función de las cotizaciones realizadas y el rendimiento de las inversiones. Finalmente, las pensiones privadas son planes de pensiones "voluntarios" que complementan las pensiones públicas y se ofrecen a través de empleadores o compañías de seguros.

    Uno de los principales desafíos del sistema de pensiones sueco es la brecha de género. Las mujeres, en promedio, tienen salarios más bajos y, a menudo, trabajan a tiempo parcial o toman licencias de maternidad, lo que afecta sus ingresos y, en última instancia, sus pensiones. Además, las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que los hombres, lo que significa que sus pensiones se distribuyen a lo largo de un período más largo, lo que resulta en pagos mensuales más bajos.

    Varias propuestas y reformas han sido discutidas en Suecia para abordar esta brecha en las pensiones. Algunas medidas incluyen la introducción de una pensión mínima garantizada más alta, incentivos fiscales para fomentar el ahorro en pensiones privadas y la promoción de la igualdad de género en el lugar de trabajo para reducir las diferencias salariales.