
MACRON INSÓLITO: DICE QUE LOS EUROPEOS DEBEN PROCURAR NO "CONVERTIRSE EN VASALLOS DE EEUU."
¿Amigo o enemigo? Macron desafía alianzas y asusta a la cúpula de la diplomacia de la UE.
Emmanuel Macron ha encendido el debate político con unas declaraciones explosivas que sacuden a las jerarquías políticas europeas. Entre acusaciones de socavar relaciones diplomáticas y romper alianzas, el presidente francés provoca una oleada de incertidumbre sobre el destino geopolítico de Europa. ¿Está Macron buscando aliados en Oriente o, simplemente, tratando de recuperar apoyos populares en casa? Nuestro corresponsal en Alemania, Hansi Quednau, dice estar convencido de lo segundo.
HANSI QUEDNAU, DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
No se sabe por arte de qué factores, las entrevistas que conceden los líderes mundiales a bordo de aviones suelen
generar fortísimas controversias. ¿Se deberá al aire filtrado en la cabina?, se preguntaba el semanario Der Spiegel hace unas horas. ¿O, es quizás, un efecto de la falta de sueño de los padres de la patria?
Lo cierto es, en cualquier caso, que tanto los políticos como los líderes religiosos, -recuérdense las declaraciones a bordo de un avión del Papa Francisco sobre la homosexualidad-, cuando abren el pico mientras vuelan, dicen cosas que luego no se atreverían a declararlas mientras se encuentran en tierra firme.
En esta ocasión, el que está en el mismo centro del ojo de la tormenta es nada menos que el presidente francés, Emmanuel Macron, quien en su reciente viaje desde China tuvo la osadía de realizar unas declaraciones enfáticamente críticas hacia los Estados Unidos.
En pleno vuelo, Macrón llegó a afirmar que Europa debería ser más cautelosa para no convertirse en un "vasallo estadounidense" en el conflicto sobre Taiwán entre China y Washington. Macron, en su conversación con los periodistas que volaban con él, llegó a decir que Europa "debería establecer su propia posición como una tercera potencia", junto a EE.UU. y China.
Ni que decir tiene, -y no es para menos-, que las opiniones expresadas por Macron han suscitado severas críticas desde fuentes diversas. Algunos comentaristas, con marchamo atlantista y partidarios de mantener el vasallaje con los Estados Unidos, lo han llegado a acusar de estar soliviantando al presidente chino Xi Jinping para que invada Taiwán.
A mi gusto, sin embargo, la cosa no es para tanto. Estos aspavientos son bastante exagerados. Francia no ha roto, ni mucho menos, sus relaciones diplomáticas con Washington, según expresa un tanto irónicamente el semanario alemán Der Spiegel. Diatribas como las que lanzó Macron mientras volaba, no son nuevas en la historia contemporánea francesa. El general de Gaulle, fue pionero en declaraciones de este tipo, aunque luego,al final, todo quedara también en agua de borrajas. Conocedor del histórico antinorteamericanismo de los franceses, ¿no estará tratando ahora Macrón de elevar sus bajísimos niveles de popularidad entre los franchutes, agarrándose al clavo ardiendo del emblemático militar francés?
Esa es la razón por la que no pocos se están preguntando ahora si lo que realmente estaba buscando Macron con sus aerocríticas manifestaciones era conectar con sus cabreados ciudadanos, que diariamente salen a protestar soliviantados a las calles, que establecer algún tipo de sintonía cómplice con Xi Jinping en relación con Taiwán.
En cualquier caso, las declaraciones aéreas del presidente francés han levantado enorme polvareda de críticas en contra del presidente francés, tanto en la Europa sumisa, como en los Estados Unidos. Sin ir más lejos, miembros de la institucionalidad gobernante checa han acusado a Macron de estar "socavando las relaciones transatlánticas". El ultraderechista senador estadounidense Marco Rubio, siempre atento ante la menor posibilidad de figurar en los primeros titulares, se ha preguntado si el presidente francés, cuando dijo lo que dijo, "hablaba o no en nombre de Europa".
Por su parte, Norbert Röttgen, exministro y miembro de la derechista Unión Demócrata Cristiana, advirtió que la política francesa está llevando a Europa a un "callejón geopolítico sin salida".
También aquí en Alemania, Mattin Hackverdi, un diputado socialdemócrata, expresó que
"Macron lo está haciendo de nuevo. Se soltó la lengua en Beijing sin la aprobación de la Unión Europea. Eso significará, sin duda, que va a proporcionar garantías de seguridad para Ucrania", dijo con un cierto tono de sorna el diputado.
La verdad es que el "caso Ucrania" no sólo está poniendo en evidencia los niveles de dependencia de Europa hacia los Estados Unidos, sino también diciéndonos quién es quién en el marco de ese vergonzoso escenario. Y eso, la verdad, no está nada mal.
HANSI QUEDNAU, DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG.-
No se sabe por arte de qué factores, las entrevistas que conceden los líderes mundiales a bordo de aviones suelen generar fortísimas controversias. ¿Se deberá al aire filtrado en la cabina?, se preguntaba el semanario Der Spiegel hace unas horas. ¿O, es quizás, un efecto de la falta de sueño de los padres de la patria?
Lo cierto es, en cualquier caso, que tanto los políticos como los líderes religiosos, -recuérdense las declaraciones a bordo de un avión del Papa Francisco sobre la homosexualidad-, cuando abren el pico mientras vuelan, dicen cosas que luego no se atreverían a declararlas mientras se encuentran en tierra firme.
En esta ocasión, el que está en el mismo centro del ojo de la tormenta es nada menos que el presidente francés, Emmanuel Macron, quien en su reciente viaje desde China tuvo la osadía de realizar unas declaraciones enfáticamente críticas hacia los Estados Unidos.
En pleno vuelo, Macrón llegó a afirmar que Europa debería ser más cautelosa para no convertirse en un "vasallo estadounidense" en el conflicto sobre Taiwán entre China y Washington. Macron, en su conversación con los periodistas que volaban con él, llegó a decir que Europa "debería establecer su propia posición como una tercera potencia", junto a EE.UU. y China.
Ni que decir tiene, -y no es para menos-, que las opiniones expresadas por Macron han suscitado severas críticas desde fuentes diversas. Algunos comentaristas, con marchamo atlantista y partidarios de mantener el vasallaje con los Estados Unidos, lo han llegado a acusar de estar soliviantando al presidente chino Xi Jinping para que invada Taiwán.
A mi gusto, sin embargo, la cosa no es para tanto. Estos aspavientos son bastante exagerados. Francia no ha roto, ni mucho menos, sus relaciones diplomáticas con Washington, según expresa un tanto irónicamente el semanario alemán Der Spiegel. Diatribas como las que lanzó Macron mientras volaba, no son nuevas en la historia contemporánea francesa. El general de Gaulle, fue pionero en declaraciones de este tipo, aunque luego,al final, todo quedara también en agua de borrajas. Conocedor del histórico antinorteamericanismo de los franceses, ¿no estará tratando ahora Macrón de elevar sus bajísimos niveles de popularidad entre los franchutes, agarrándose al clavo ardiendo del emblemático militar francés?
Esa es la razón por la que no pocos se están preguntando ahora si lo que realmente estaba buscando Macron con sus aerocríticas manifestaciones era conectar con sus cabreados ciudadanos, que diariamente salen a protestar soliviantados a las calles, que establecer algún tipo de sintonía cómplice con Xi Jinping en relación con Taiwán.
En cualquier caso, las declaraciones aéreas del presidente francés han levantado enorme polvareda de críticas en contra del presidente francés, tanto en la Europa sumisa, como en los Estados Unidos. Sin ir más lejos, miembros de la institucionalidad gobernante checa han acusado a Macron de estar "socavando las relaciones transatlánticas". El ultraderechista senador estadounidense Marco Rubio, siempre atento ante la menor posibilidad de figurar en los primeros titulares, se ha preguntado si el presidente francés, cuando dijo lo que dijo, "hablaba o no en nombre de Europa".
Por su parte, Norbert Röttgen, exministro y miembro de la derechista Unión Demócrata Cristiana, advirtió que la política francesa está llevando a Europa a un "callejón geopolítico sin salida".
También aquí en Alemania, Mattin Hackverdi, un diputado socialdemócrata, expresó que
"Macron lo está haciendo de nuevo. Se soltó la lengua en Beijing sin la aprobación de la Unión Europea. Eso significará, sin duda, que va a proporcionar garantías de seguridad para Ucrania", dijo con un cierto tono de sorna el diputado.
La verdad es que el "caso Ucrania" no sólo está poniendo en evidencia los niveles de dependencia de Europa hacia los Estados Unidos, sino también diciéndonos quién es quién en el marco de ese vergonzoso escenario. Y eso, la verdad, no está nada mal.
Julio Tuñón | Viernes, 14 de Abril de 2023 a las 10:36:07 horas
Bueno, un imperialista capitalista haciendo sombra a otro, es igual que busque a otros en otros sitios si son del mismo palo, el problema es el de siempre, los amos del cortijo, el capitalismo, a la espera de su sepulturero, la clase obrera mundial. Viva Lenin, Viva Stalin.
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