
¿A QUIEN BENEFICIA LA GUERRA EN UCRANIA? (I)
"EE.UU. ha aprovechado la guerra en Ucrania para obtener importantes ventajas"
En este artículo -escribe Santiago Ramírez - trataré de dar un nuevo enfoque a un tema tan controvertido como es el de la guerra en Ucrania. Conflicto bélico que se inició el 24 de febrero de 2022, con la invasión de aquel país por parte de fuerzas rusas.
Por SANTIAGO RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En este artículo trataré de dar un nuevo enfoque a un tema tan controvertido como es el de la guerra en Ucrania. Conflicto bélico que se inició el 24 de febrero de 2022, con la invasión de aquel país por parte de fuerzas rusas.
Previamente, durante los meses de marzo y abril de 2021, Rusia ya había efectuado una importante concentración de tropas (unos 100.000 soldados) en las proximidades de la frontera con Ucrania. Una concentración que, en aquellos momentos, dio lugar a una crisis política que se llegó a suavizar tras una retirada parcial de tropas por parte de Rusia durante el mes de junio.
Pero, nuevamente, durante los meses de octubre y noviembre, se volvió a reanudar la concentración de tropas rusas, esta vez en tres zonas diferentes:
a) en el norte de Ucrania, cerca de la frontera con Bielorrusia;
b) en el este de Ucrania;
y c) en la zona sureste, próxima al Donbás (cuenca del Donets). Ante esta situación, los medios de comunicación internacionales comenzaron a hablar con insistencia del peligro inminente de guerra. Finalmente, la invasión acabaría produciéndose el 24 de febrero del 2022.
Por su parte, Rusia trató de justificar dicha invasión por el peligro que representaba para su seguridad la intención manifestada por Ucrania de ingresar en la OTAN, lo que en caso de llegar a producirse, posibilitaría que esta organización militar, al servicio del imperialismo norteamericano, estrechase aún más el cerco que ya tiene establecido sobre aquel país.
Hay que recordar que, en estos momentos, de los 29 miembros con que cuenta dicha alianza, ya existe un cordón de 14 Estados (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte y Bulgaria) que, a raíz de la disolución de la URSS (entre el 11-03-1990 y el 25-11-1991) y de la antigua Yugoslavia (entre el 25-06-1991 y el 27-04-1992), se fueron aproximando a la OTAN y entraron a formar parte de ella a partir de 1997, cercando así a Rusia por el Oeste y por el Sur. La posible incorporación de Ucrania a dicha alianza militar, permitiría a ésta asfixiar aún más a Rusia.
De hecho, hasta el propio Papa Francisco, en una entrevista que concedió al Corriere de la Sera a principios de mayo del 2022, llegó a afirmar que “los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia” quizá pudieron llevar al presidente ruso a iniciar el conflicto.
Todo parece indicar que, ante la amenaza de estrechar el cerco de la OTAN en torno a ella y hablando en lenguaje taurino, Rusia “habría entrado al trapo”, es decir que habría sido “toreada”. Lo que significa que ha respondido como “alguien” esperaba, o tal vez deseaba, que hiciese.
En mi opinión, quien realmente estaba interesado en que Rusia reaccionase tal como lo ha hecho, ha sido EEUU. Y ello porque el imperialismo yanqui tiene unos planes a más largo plazo.
En este sentido, cuando aún no se había iniciado la guerra en Ucrania pero ya se hablaba insistentemente sobre el peligro de su estallido, en unas declaraciones efectuadas a Euskadi Irratia, el profesor de la Facultad de CC. Políticas de la UPV/EHU, Asier Blas, afirmaba que el único interesado en provocar la guerra era EEUU y su objetivo real era acabar con el ascenso de China.
Estando completamente de acuerdo con dicha afirmación y para seguir profundizando en este tema, cabría preguntarse ¿por qué, si todos sabemos ya que la actual guerra en Ucrania ha beneficiado, desde su comienzo, a EEUU?
Y eso, también es cierto. De hecho EEUU ha aprovechado, desde el primer momento, la guerra en Ucrania para obtener importantes ventajas, a costa de sus propios aliados.
En primer lugar, ha disciplinado al resto de los miembros de la alianza, especialmente a algunos de ellos que como Alemania y Francia (el llamado “eje franco-alemán” de la UE) e incluso Italia, habían tenido tentaciones de impulsar una fuerza de defensa europea, al margen de la OTAN y, por tanto, fuera del control de EEUU.
En segundo lugar, beneficiándose directamente de la subida del precio del crudo, originada por el estallido de la guerra, así como del boicot promovido por los países occidentales para reducir la dependencia del petróleo y del gas natural rusos.
En tercer lugar, beneficiándose también del aumento de la exportación de cereales a Europa, ante la reducción de las importaciones procedentes de Ucrania, como consecuencia del estallido de la guerra.
Y, por último, no faltaría más (!¡), beneficiándose de la venta de armas a Ucrania y también al resto de los Estados miembros de la OTAN, como consecuencia del incremento de los gastos militares de la alianza, aprobado en la Conferencia que ésta celebró entre el 29 y 30 de junio del pasado año en Madrid. Y beneficiándose porque, al fin y al cabo, EEUU es el principal productor de armamento de los países que forman parte de la OTAN y, al final, unos y otros se verán obligados a comprárselas a ellos.
Pero, volviendo a la pregunta que nos hacíamos más arriba, ¿por qué afirmamos que el verdadero objetivo, a más largo plazo, es China? Para responder a esto, primero hay que ver que EEUU, en estos momentos es la potencia dominante a nivel internacional y que ya viene manteniendo su hegemonía (económica, científico-técnica y militar) desde que finalizó el periodo que abarca las dos guerras mundiales.
De hecho, EEUU salió beneficiado de ambos conflictos, ya que participó en ellos desde una posición externa, sin haber sufrido en su propio territorio los estragos ocasionados por la guerra.
Describiendo lo que supuso para EEUU la Primera Guerra Mundial, el conocido experto en relaciones internacionales, Ekkehart Krippendorf, en su obra “El sistema internacional como Historia” (FCE. México, 1985) afirma que
<<…A la industria estadounidense, la guerra le produjo un auge de la exportación acompañado por una clara reducción del desempleo. Al capital estadounidense le ofreció una oportunidad, bien aprovechada, de aceptar la herencia de Europa, o del capitalismo inglés, mediante los empréstitos de guerra concedidos a los aliados, que rápidamente se cargaron de deudas.>> (Op. Cit. Pg. 117).
Por otra parte, en esa misma obra, y refiriéndose en este caso a la Segunda Guerra Mundial, este autor sostiene que
<<…Una repercusión de este acontecimiento fue que los Estados Unidos salieron de la guerra no sólo como potencia económica superior (lo cual ya había resultado de la primera Guerra Mundial), sino también como el país de mayor importancia política y militar del capitalismo mundial, del mundo “libre”. Sin embargo, los Estados Unidos no sólo destruyeron los imperios alemán, italiano y japonés, sino que también lograron por la fuerza disolver los monopolios imperialistas de Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica.>> (Op. Cit. Pg. 126).
Sin embargo, el ascenso de China como potencia mundial está poniendo en peligro la actual hegemonía de EEUU. Y ello porque, de hecho, ya en 2020, China llegó a alcanzar y sobrepasar a la economía de la zona euro, situándose en un 19% del PIB mundial y se acerca, cada vez más, de forma peligrosa a EEUU.
Por otra parte, China no sólo es una potencia económica, sino que también lo es en los aspectos científico, tecnológico y militar. Además, tampoco debemos olvidar una cuestión muy importante, su población es la mayor del mundo.
Por eso, en mi opinión, los EEUU están verdaderamente interesados en frenar, a tiempo, el avance de China. Y todos sabemos de qué manera podría tratar de hacerlo. De hecho, pienso que el conflicto de Ucrania se puede inscribir en los preparativos que el imperialismo yanqui está realizando de cara a ello.
Por SANTIAGO RAMÍREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
En este artículo trataré de dar un nuevo enfoque a un tema tan controvertido como es el de la guerra en Ucrania. Conflicto bélico que se inició el 24 de febrero de 2022, con la invasión de aquel país por parte de fuerzas rusas.
Previamente, durante los meses de marzo y abril de 2021, Rusia ya había efectuado una importante concentración de tropas (unos 100.000 soldados) en las proximidades de la frontera con Ucrania. Una concentración que, en aquellos momentos, dio lugar a una crisis política que se llegó a suavizar tras una retirada parcial de tropas por parte de Rusia durante el mes de junio.
Pero, nuevamente, durante los meses de octubre y noviembre, se volvió a reanudar la concentración de tropas rusas, esta vez en tres zonas diferentes:
a) en el norte de Ucrania, cerca de la frontera con Bielorrusia;
b) en el este de Ucrania;
y c) en la zona sureste, próxima al Donbás (cuenca del Donets). Ante esta situación, los medios de comunicación internacionales comenzaron a hablar con insistencia del peligro inminente de guerra. Finalmente, la invasión acabaría produciéndose el 24 de febrero del 2022.
Por su parte, Rusia trató de justificar dicha invasión por el peligro que representaba para su seguridad la intención manifestada por Ucrania de ingresar en la OTAN, lo que en caso de llegar a producirse, posibilitaría que esta organización militar, al servicio del imperialismo norteamericano, estrechase aún más el cerco que ya tiene establecido sobre aquel país.
Hay que recordar que, en estos momentos, de los 29 miembros con que cuenta dicha alianza, ya existe un cordón de 14 Estados (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte y Bulgaria) que, a raíz de la disolución de la URSS (entre el 11-03-1990 y el 25-11-1991) y de la antigua Yugoslavia (entre el 25-06-1991 y el 27-04-1992), se fueron aproximando a la OTAN y entraron a formar parte de ella a partir de 1997, cercando así a Rusia por el Oeste y por el Sur. La posible incorporación de Ucrania a dicha alianza militar, permitiría a ésta asfixiar aún más a Rusia.
De hecho, hasta el propio Papa Francisco, en una entrevista que concedió al Corriere de la Sera a principios de mayo del 2022, llegó a afirmar que “los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia” quizá pudieron llevar al presidente ruso a iniciar el conflicto.
Todo parece indicar que, ante la amenaza de estrechar el cerco de la OTAN en torno a ella y hablando en lenguaje taurino, Rusia “habría entrado al trapo”, es decir que habría sido “toreada”. Lo que significa que ha respondido como “alguien” esperaba, o tal vez deseaba, que hiciese.
En mi opinión, quien realmente estaba interesado en que Rusia reaccionase tal como lo ha hecho, ha sido EEUU. Y ello porque el imperialismo yanqui tiene unos planes a más largo plazo.
En este sentido, cuando aún no se había iniciado la guerra en Ucrania pero ya se hablaba insistentemente sobre el peligro de su estallido, en unas declaraciones efectuadas a Euskadi Irratia, el profesor de la Facultad de CC. Políticas de la UPV/EHU, Asier Blas, afirmaba que el único interesado en provocar la guerra era EEUU y su objetivo real era acabar con el ascenso de China.
Estando completamente de acuerdo con dicha afirmación y para seguir profundizando en este tema, cabría preguntarse ¿por qué, si todos sabemos ya que la actual guerra en Ucrania ha beneficiado, desde su comienzo, a EEUU?
Y eso, también es cierto. De hecho EEUU ha aprovechado, desde el primer momento, la guerra en Ucrania para obtener importantes ventajas, a costa de sus propios aliados.
En primer lugar, ha disciplinado al resto de los miembros de la alianza, especialmente a algunos de ellos que como Alemania y Francia (el llamado “eje franco-alemán” de la UE) e incluso Italia, habían tenido tentaciones de impulsar una fuerza de defensa europea, al margen de la OTAN y, por tanto, fuera del control de EEUU.
En segundo lugar, beneficiándose directamente de la subida del precio del crudo, originada por el estallido de la guerra, así como del boicot promovido por los países occidentales para reducir la dependencia del petróleo y del gas natural rusos.
En tercer lugar, beneficiándose también del aumento de la exportación de cereales a Europa, ante la reducción de las importaciones procedentes de Ucrania, como consecuencia del estallido de la guerra.
Y, por último, no faltaría más (!¡), beneficiándose de la venta de armas a Ucrania y también al resto de los Estados miembros de la OTAN, como consecuencia del incremento de los gastos militares de la alianza, aprobado en la Conferencia que ésta celebró entre el 29 y 30 de junio del pasado año en Madrid. Y beneficiándose porque, al fin y al cabo, EEUU es el principal productor de armamento de los países que forman parte de la OTAN y, al final, unos y otros se verán obligados a comprárselas a ellos.
Pero, volviendo a la pregunta que nos hacíamos más arriba, ¿por qué afirmamos que el verdadero objetivo, a más largo plazo, es China? Para responder a esto, primero hay que ver que EEUU, en estos momentos es la potencia dominante a nivel internacional y que ya viene manteniendo su hegemonía (económica, científico-técnica y militar) desde que finalizó el periodo que abarca las dos guerras mundiales.
De hecho, EEUU salió beneficiado de ambos conflictos, ya que participó en ellos desde una posición externa, sin haber sufrido en su propio territorio los estragos ocasionados por la guerra.
Describiendo lo que supuso para EEUU la Primera Guerra Mundial, el conocido experto en relaciones internacionales, Ekkehart Krippendorf, en su obra “El sistema internacional como Historia” (FCE. México, 1985) afirma que
<<…A la industria estadounidense, la guerra le produjo un auge de la exportación acompañado por una clara reducción del desempleo. Al capital estadounidense le ofreció una oportunidad, bien aprovechada, de aceptar la herencia de Europa, o del capitalismo inglés, mediante los empréstitos de guerra concedidos a los aliados, que rápidamente se cargaron de deudas.>> (Op. Cit. Pg. 117).
Por otra parte, en esa misma obra, y refiriéndose en este caso a la Segunda Guerra Mundial, este autor sostiene que
<<…Una repercusión de este acontecimiento fue que los Estados Unidos salieron de la guerra no sólo como potencia económica superior (lo cual ya había resultado de la primera Guerra Mundial), sino también como el país de mayor importancia política y militar del capitalismo mundial, del mundo “libre”. Sin embargo, los Estados Unidos no sólo destruyeron los imperios alemán, italiano y japonés, sino que también lograron por la fuerza disolver los monopolios imperialistas de Inglaterra, Francia, Holanda y Bélgica.>> (Op. Cit. Pg. 126).
Sin embargo, el ascenso de China como potencia mundial está poniendo en peligro la actual hegemonía de EEUU. Y ello porque, de hecho, ya en 2020, China llegó a alcanzar y sobrepasar a la economía de la zona euro, situándose en un 19% del PIB mundial y se acerca, cada vez más, de forma peligrosa a EEUU.
Por otra parte, China no sólo es una potencia económica, sino que también lo es en los aspectos científico, tecnológico y militar. Además, tampoco debemos olvidar una cuestión muy importante, su población es la mayor del mundo.
Por eso, en mi opinión, los EEUU están verdaderamente interesados en frenar, a tiempo, el avance de China. Y todos sabemos de qué manera podría tratar de hacerlo. De hecho, pienso que el conflicto de Ucrania se puede inscribir en los preparativos que el imperialismo yanqui está realizando de cara a ello.
Caipira | Jueves, 23 de Febrero de 2023 a las 10:32:04 horas
Qué pena que no tengamos ni siquiera al militar conservador pero honorable Charles De Gaulle...lo mandamases europeos son solo vasallos del imperio
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