
TERREMOTO POLÍTICO EN AUSTRIA: GANA LA EXTREMA DERECHA
"La victoria histórica del FPÖ: ¿Qué significa para el futuro de Austria y Europa?"
El Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), liderado por Herbert Kickl, ha conseguido una victoria sin precedentes en las elecciones parlamentarias de 2024, con un 29,1% de los votos. En un contexto de crisis económica, social y política, la ultraderecha se consolida como la principal fuerza en el país, lo que plantea grandes desafíos para el futuro de Austria y su relación con la Unión Europea.
POR HANSI QUEDNAU, DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Las elecciones parlamentarias en Austria de 2024 han marcado un hito con la victoria del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), liderado por Herbert Kickl.
Con un 29,1% de los votos, el FPÖ superó a los conservadores del ÖVP, quienes obtuvieron el 26,2%, y a los socialdemócratas del SPÖ, que sufrieron su peor resultado histórico con apenas un 20,4%
Este ascenso de la ultraderecha no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de una tendencia europea que responde a la creciente insatisfacción de la población frente a crisis económicas, migratorias y la gestión gubernamental durante la pandemia de COVID-19(
En Austria, el FPÖ como la "Alianza por Alemania" en su país vecino ha sabido capitalizar el descontento popular, especialmente entre los votantes que sienten que los partidos tradicionales han fallado en abordar problemas como la inmigración, la inflación y las restricciones impuestas durante la crisis sanitaria.
Este auge de la extrema derecha, al igual que en otros países europeos, es la expresión de la agudización de las contradicciones del sistema económico que la crea . El FPÖ ha explotado el descontento de la clase trabajadora a través de un discurso xenófobo y populista, orientado a desviar la frustración social hacia la inmigración y la Unión Europea, en lugar de señalar las causas estructurales del malestar, como la concentración de la riqueza y la precarización del trabajo
Este fenómeno no es, como decimos, exclusivo de Austria, sino que se ha repetido en otros países europeos donde el sistema económico neoliberal ha permitido que se dispare la desigualdad, lo que ha facilitado el ascenso de partidos de extrema derecha que ofrecen soluciones simplistas y autoritarias a problemas complejos.
En el caso austriaco, el FPÖ ya había formado parte de gobiernos anteriores, pero su involucramiento en casos de corrupción, como el escándalo de Ibiza en 2019, había mermado temporalmente su apoyo electoral.
No obstante, la llegada de Herbert Kickl a la dirección del partido en 2021 y su retórica agresiva contra la inmigración, la UE y las sanciones a Rusia, le han permitido recuperar la popularidad y colocarse como la principal fuerza política del país.
La estrategia del FPÖ ha sido presentar a Austria como una "fortaleza" frente a las amenazas externas, reforzando políticas antiinmigratorias y prometiendo rebajas fiscales, al tiempo que se posiciona como el partido que defiende a los "auténticos" trabajadores austriacos, apropiándose de un discurso históricamente ha estado vinculado a la izquierda, pero despojándolo de su contenido emancipador.
Este giro discursivo ha sido clave en su avance electoral, particularmente en tiempos de crisis económica y social. En cuanto al panorama político, la posibilidad de que Kickl asuma como canciller es incierta. A pesar de la victoria del FPÖ, la mayoría de los partidos rechazan formar coaliciones con esta fuerza por su carácter xenófobo y antieuropeo. El presidente Alexander Van der Bellen ha mostrado su desacuerdo con muchas de las posturas de Kickl, especialmente en temas migratorios y sobre la relación de Austria con la UE, lo que podría complicar la formación de gobierno.
La otra alternativa con la que se especula sería una coalición entre el ÖVP y el SPÖ, lo que podría evitar que la extrema derecha acceda al poder ejecutivo. Sin embargo, esta alianza enfrenta obstáculos debido a las diferencias políticas entre conservadores y socialdemócratas por la reciente deriva hacia la izquierda del SPÖ bajo la dirección de Andreas Babler
En este contexto, las negociaciones para formar un gobierno serán complejas y prolongadas, y los resultados podrían tener un impacto decisivo no solo para Austria, sino para el equilibrio político en toda Europa.
En definitiva, el triunfo del FPÖ en Austria es un reflejo de la creciente influencia de la extrema derecha en el continente, impulsada por las tensiones económicas y sociales que caracterizan al capitalismo contemporáneo.
Resulta esencial comprender que este ascenso responde no solo a factores coyunturales, sino a una crisis profunda del sistema que las genera, y que desestabiliza a las clases trabajadoras que, ante la ausencia de alternativas a la izquierda, las empuja a buscar respuestas en movimientos populistas de derecha, los cuales tratan de desvíar la atención de las verdaderas causas de la desigualdad y la explotación.
POR HANSI QUEDNAU, DESDE ALEMANIA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Las elecciones parlamentarias en Austria de 2024 han marcado un hito con la victoria del ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), liderado por Herbert Kickl.
Con un 29,1% de los votos, el FPÖ superó a los conservadores del ÖVP, quienes obtuvieron el 26,2%, y a los socialdemócratas del SPÖ, que sufrieron su peor resultado histórico con apenas un 20,4%
Este ascenso de la ultraderecha no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de una tendencia europea que responde a la creciente insatisfacción de la población frente a crisis económicas, migratorias y la gestión gubernamental durante la pandemia de COVID-19(
En Austria, el FPÖ como la "Alianza por Alemania" en su país vecino ha sabido capitalizar el descontento popular, especialmente entre los votantes que sienten que los partidos tradicionales han fallado en abordar problemas como la inmigración, la inflación y las restricciones impuestas durante la crisis sanitaria.
Este auge de la extrema derecha, al igual que en otros países europeos, es la expresión de la agudización de las contradicciones del sistema económico que la crea . El FPÖ ha explotado el descontento de la clase trabajadora a través de un discurso xenófobo y populista, orientado a desviar la frustración social hacia la inmigración y la Unión Europea, en lugar de señalar las causas estructurales del malestar, como la concentración de la riqueza y la precarización del trabajo
Este fenómeno no es, como decimos, exclusivo de Austria, sino que se ha repetido en otros países europeos donde el sistema económico neoliberal ha permitido que se dispare la desigualdad, lo que ha facilitado el ascenso de partidos de extrema derecha que ofrecen soluciones simplistas y autoritarias a problemas complejos.
En el caso austriaco, el FPÖ ya había formado parte de gobiernos anteriores, pero su involucramiento en casos de corrupción, como el escándalo de Ibiza en 2019, había mermado temporalmente su apoyo electoral.
No obstante, la llegada de Herbert Kickl a la dirección del partido en 2021 y su retórica agresiva contra la inmigración, la UE y las sanciones a Rusia, le han permitido recuperar la popularidad y colocarse como la principal fuerza política del país.
La estrategia del FPÖ ha sido presentar a Austria como una "fortaleza" frente a las amenazas externas, reforzando políticas antiinmigratorias y prometiendo rebajas fiscales, al tiempo que se posiciona como el partido que defiende a los "auténticos" trabajadores austriacos, apropiándose de un discurso históricamente ha estado vinculado a la izquierda, pero despojándolo de su contenido emancipador.
Este giro discursivo ha sido clave en su avance electoral, particularmente en tiempos de crisis económica y social. En cuanto al panorama político, la posibilidad de que Kickl asuma como canciller es incierta. A pesar de la victoria del FPÖ, la mayoría de los partidos rechazan formar coaliciones con esta fuerza por su carácter xenófobo y antieuropeo. El presidente Alexander Van der Bellen ha mostrado su desacuerdo con muchas de las posturas de Kickl, especialmente en temas migratorios y sobre la relación de Austria con la UE, lo que podría complicar la formación de gobierno.
La otra alternativa con la que se especula sería una coalición entre el ÖVP y el SPÖ, lo que podría evitar que la extrema derecha acceda al poder ejecutivo. Sin embargo, esta alianza enfrenta obstáculos debido a las diferencias políticas entre conservadores y socialdemócratas por la reciente deriva hacia la izquierda del SPÖ bajo la dirección de Andreas Babler
En este contexto, las negociaciones para formar un gobierno serán complejas y prolongadas, y los resultados podrían tener un impacto decisivo no solo para Austria, sino para el equilibrio político en toda Europa.
En definitiva, el triunfo del FPÖ en Austria es un reflejo de la creciente influencia de la extrema derecha en el continente, impulsada por las tensiones económicas y sociales que caracterizan al capitalismo contemporáneo.
Resulta esencial comprender que este ascenso responde no solo a factores coyunturales, sino a una crisis profunda del sistema que las genera, y que desestabiliza a las clases trabajadoras que, ante la ausencia de alternativas a la izquierda, las empuja a buscar respuestas en movimientos populistas de derecha, los cuales tratan de desvíar la atención de las verdaderas causas de la desigualdad y la explotación.
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