NUEVO GOBIERNO EN ISRAEL: EL FASCISMO YA SIN CARETA
Extremistas y fanáticos religiosos como Itamar Ben-Gvir y Belazel Smotrich ocupan puestos claves
Mientras Estados Unidos y otros países miembros de la OTAN llaman fascista al presidente de Rusia y denuncian como ilegal su invasión de Ucrania, cierran los ojos no solo al fascismo del gobierno ucraniano sino también al que exhibe ahora sin careta el nuevo gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, así como a su ocupación de la tierra palestina y el programa de exterminio de su pueblo. Los países que en la ONU votan en contra de llevar al gobierno de Israel ante la justicia, o se abstienen, son cómplices de esta limpieza étnica.
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El 1 de noviembre de 2022 tuvieron lugar las últimas elecciones en Israel, las quintas de los cuatro últimos años. Una coalición de cinco partidos de extrema derecha las ganaron por una estrecha mayoría de 64 escaños, en un parlamento (Knesset) de 120.
En las siguientes siete semanas, Netanyahu, que vuelve a ocupar el puesto de Primer Ministro, repartió las carteras ministeriales entre su partido, el Likud, y sus cuatro socios.
Los dos partidos que han sido cruciales para la formación de nuevo gabinete son Sionismo Religioso, de Belazel Smotrich, y Poder Judío, de Itamar Ben-Gvir. Ambos políticos son abiertamente fascistas y han expresado su racismo en varias ocasiones, pero han logrado puestos claves que les otorgan notable poder sobre sectores del Estado, la sociedad y la población palestina ocupada.
El nuevo “Ministerio de Seguridad Nacional” fue creado por la llamada “ley Ben-Gvir” el pasado 27 de diciembre. Como ministro, Ben-Gvir controlará la infame Policía de Frontera en Cisjordania, uno de los aparatos represivos más importantes.
De joven, Ben-Gvir fue seguidor del racista Meir Kahane, un residente en Brooklyn que se trasladó a Israel y creó el partido Kach. Este partido fue considerado organización terrorista por el propio gobierno israelí en la década de 1990 e ilegalizado.
Tan extremistas eran las opiniones y acciones de Ben-Gvir, que se le rechazó en el ejército israelí cuando alcanzó la edad para alistarse.
Es muy revelador, además, que Ben-Gvir sea un fiel adorador de Baruch Goldstein, que en 1994 asesinó a 29 palestinos e hirió a 125, niños incluidos, dentro de la mezquita de Ibrahim en Hebrón (Cisjordania).
Ben-Gvir tenía una foto de Goldstein en la pared de su sala de estar, la que tuvo que quitar de mala gana cuando decidió presentarse a las elecciones israelíes en 2020 (Times of Israel, 15 enero 2020).
Al igual que Ben-Gvir, Smotrich, nuevo ministro de Economía y viceministro de Defensa, aboga por la expulsión de los palestinos de Cisjordania.
En octubre de 2021, le dijo a los miembros palestinos del parlamento israelí: “Estáis aquí por error, es un error que Ben-Gurion no acabara el trabajo y os expulsara en 1948”. Ben Gurion fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro de Israel y responsable de la expulsión en masa de palestinos de aquel año.
En respuesta, un miembro palestino del parlamento dijo en Twitter: “Soportamos este sucio fascismo todos los días en el Knesset” (Haaretz, 13 octubre 2021).
También como Ben-Gvir y varios otros miembros del nuevo gobierno, Smotrich es profundamente racista, misógino y homófobo. En 2006 declaraba abiertamente en su cuenta de Twitter: “soy un orgulloso homófobo”.
En 2016, Smotrich escribía en la misma red social que estaba a favor de la segregación de mujeres palestinas y judías en las maternidades (Jerusalen Post, 6 abril 2016). Y en 2015, dijo que las inmobiliarias no debían vender casas a los palestinos (Jerusalen Post, 16 julio 2015).
Durante muchos años, Smotrich ha sido partidario de que las fuerzas de ocupación en Cisjordania disparen a matar. En 2017, preguntado por qué haría con los niños palestinos que tiran piedras, respondió: “O los dispararía, o los encarcelaría, o los expulsaría” (Guardian, 12 marzo 2017).
Los puestos de Ben-Gvir y Smotrich en el nuevo gabinete de Netanyahu auguran una escalada de ataques a los palestinos. Ambos dirigen el violento y racista movimiento de los colonos en Cisjordania y Jerusalén oriental.
Este movimiento se siente ahora más libre e impune que nunca para llevar a cabo su política de terror contra la población palestina, como informábamos en un reciente artículo.
Un documento emitido por Netanyahu el pasado 28 de diciembre, dice que la primera prioridad del nuevo gobierno es “seguir adelante con los asentamientos en todo Israel -en Galilea, el desierto de Negev, los Altos del Golán y Judea y Samaria [Cisjordania]”.
Sin duda, un objetivo clave del nuevo gobierno es aumentar la presión sobre la población palestina para que abandonen su tierra (o sean exterminados).
Netanyahu anunció su intención de anexionarse Cisjordania cuando lo considere oportuno teniendo en cuanta los intereses del Estado de Israel y los “intereses internacionales”, es decir: los de su principal valedor, Estados Unidos.
En Washington temen que una anexión oficial agudice la inestabilidad en la región, aunque la anexión de facto ya se está llevando a cabo por las bravas.
En clara violación de las leyes internacionales, hoy hay más de 700.000 colonos israelíes viviendo en Cisjordania y Jerusalén oriental. Están protegidos por el ejército israelí mediante un sistema de riguroso apartheid.
Este gobierno abiertamente racista resulta embarazoso incluso a los partidarios del Estado sionista dentro y fuera de Israel, así como la intolerancia del gobierno hacia cualquier versión del judaísmo que no sea ortodoxa. Smotrich dijo en 2016 que “no estaba dispuesto a reconocer las conversiones a la Reforma [judía] y su falsa religión”.
Aunque el objetivo claro del nuevo régimen israelí es proseguir con la limpieza étnica en Palestina, el pueblo palestino han dejado igualmente claro que está decidido a resistir y no tiene intención de entregar su tierra.
Fuente:
Por EVA LAGUNERO PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
El 1 de noviembre de 2022 tuvieron lugar las últimas elecciones en Israel, las quintas de los cuatro últimos años. Una coalición de cinco partidos de extrema derecha las ganaron por una estrecha mayoría de 64 escaños, en un parlamento (Knesset) de 120.
En las siguientes siete semanas, Netanyahu, que vuelve a ocupar el puesto de Primer Ministro, repartió las carteras ministeriales entre su partido, el Likud, y sus cuatro socios.
Los dos partidos que han sido cruciales para la formación de nuevo gabinete son Sionismo Religioso, de Belazel Smotrich, y Poder Judío, de Itamar Ben-Gvir. Ambos políticos son abiertamente fascistas y han expresado su racismo en varias ocasiones, pero han logrado puestos claves que les otorgan notable poder sobre sectores del Estado, la sociedad y la población palestina ocupada.
El nuevo “Ministerio de Seguridad Nacional” fue creado por la llamada “ley Ben-Gvir” el pasado 27 de diciembre. Como ministro, Ben-Gvir controlará la infame Policía de Frontera en Cisjordania, uno de los aparatos represivos más importantes.
De joven, Ben-Gvir fue seguidor del racista Meir Kahane, un residente en Brooklyn que se trasladó a Israel y creó el partido Kach. Este partido fue considerado organización terrorista por el propio gobierno israelí en la década de 1990 e ilegalizado.
Tan extremistas eran las opiniones y acciones de Ben-Gvir, que se le rechazó en el ejército israelí cuando alcanzó la edad para alistarse.
Es muy revelador, además, que Ben-Gvir sea un fiel adorador de Baruch Goldstein, que en 1994 asesinó a 29 palestinos e hirió a 125, niños incluidos, dentro de la mezquita de Ibrahim en Hebrón (Cisjordania).
Ben-Gvir tenía una foto de Goldstein en la pared de su sala de estar, la que tuvo que quitar de mala gana cuando decidió presentarse a las elecciones israelíes en 2020 (Times of Israel, 15 enero 2020).
Al igual que Ben-Gvir, Smotrich, nuevo ministro de Economía y viceministro de Defensa, aboga por la expulsión de los palestinos de Cisjordania.
En octubre de 2021, le dijo a los miembros palestinos del parlamento israelí: “Estáis aquí por error, es un error que Ben-Gurion no acabara el trabajo y os expulsara en 1948”. Ben Gurion fue el primero en ocupar el cargo de primer ministro de Israel y responsable de la expulsión en masa de palestinos de aquel año.
En respuesta, un miembro palestino del parlamento dijo en Twitter: “Soportamos este sucio fascismo todos los días en el Knesset” (Haaretz, 13 octubre 2021).
También como Ben-Gvir y varios otros miembros del nuevo gobierno, Smotrich es profundamente racista, misógino y homófobo. En 2006 declaraba abiertamente en su cuenta de Twitter: “soy un orgulloso homófobo”.
En 2016, Smotrich escribía en la misma red social que estaba a favor de la segregación de mujeres palestinas y judías en las maternidades (Jerusalen Post, 6 abril 2016). Y en 2015, dijo que las inmobiliarias no debían vender casas a los palestinos (Jerusalen Post, 16 julio 2015).
Durante muchos años, Smotrich ha sido partidario de que las fuerzas de ocupación en Cisjordania disparen a matar. En 2017, preguntado por qué haría con los niños palestinos que tiran piedras, respondió: “O los dispararía, o los encarcelaría, o los expulsaría” (Guardian, 12 marzo 2017).
Los puestos de Ben-Gvir y Smotrich en el nuevo gabinete de Netanyahu auguran una escalada de ataques a los palestinos. Ambos dirigen el violento y racista movimiento de los colonos en Cisjordania y Jerusalén oriental.
Este movimiento se siente ahora más libre e impune que nunca para llevar a cabo su política de terror contra la población palestina, como informábamos en un reciente artículo.
Un documento emitido por Netanyahu el pasado 28 de diciembre, dice que la primera prioridad del nuevo gobierno es “seguir adelante con los asentamientos en todo Israel -en Galilea, el desierto de Negev, los Altos del Golán y Judea y Samaria [Cisjordania]”.
Sin duda, un objetivo clave del nuevo gobierno es aumentar la presión sobre la población palestina para que abandonen su tierra (o sean exterminados).
Netanyahu anunció su intención de anexionarse Cisjordania cuando lo considere oportuno teniendo en cuanta los intereses del Estado de Israel y los “intereses internacionales”, es decir: los de su principal valedor, Estados Unidos.
En Washington temen que una anexión oficial agudice la inestabilidad en la región, aunque la anexión de facto ya se está llevando a cabo por las bravas.
En clara violación de las leyes internacionales, hoy hay más de 700.000 colonos israelíes viviendo en Cisjordania y Jerusalén oriental. Están protegidos por el ejército israelí mediante un sistema de riguroso apartheid.
Este gobierno abiertamente racista resulta embarazoso incluso a los partidarios del Estado sionista dentro y fuera de Israel, así como la intolerancia del gobierno hacia cualquier versión del judaísmo que no sea ortodoxa. Smotrich dijo en 2016 que “no estaba dispuesto a reconocer las conversiones a la Reforma [judía] y su falsa religión”.
Aunque el objetivo claro del nuevo régimen israelí es proseguir con la limpieza étnica en Palestina, el pueblo palestino han dejado igualmente claro que está decidido a resistir y no tiene intención de entregar su tierra.
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