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Domingo, 11 de Diciembre de 2022 Tiempo de lectura:

DE HOMBRES ADULTOS A NIÑAS ADOLESCENTES: EVOLUCIÓN DEL FENÓMENO “TRANS” (VÍDEO)

¿Por qué las niñas no quieren ser mujeres?

La asociación Feministes de Catalunya ha realizado y publicado el informe Trànsit sobre la evolución del fenómeno “trans” en el país catalán. Se han basado en los datos del Servei Trànsit (unidad del Institut Català de la Salut especializada en disforia de género). Este informe presenta un análisis de las personas atendidas por dicho Servicio desde 2012 a 2020 -con una adenda de 2021-, desagregadas por sexo y edad. A continuación presentamos el análisis llevado a cabo por DoFemCo (Docentes Feministas por la Coeducación) de los datos contenidos en este informe.

 

   DOFEMCO / ANÁLISIS SOBRE EL INFORME TRÀNSIT


 

   Con anterioridad a la creación de DoFemCo las profesoras que integramos esta asociación ya estábamos observando un aumento de alumnado “trans” en los centros educativos en los que trabajamos, desde educación infantil hasta la universidad.

 

   La mayoría empezamos a ver los primeros casos hace sólo unos años, cuando nunca se había registrado ninguno hasta la fecha. Lo que siempre nos ha parecido más alarmante es la elevada incidencia en las niñas al llegar la adolescencia.

 

   Analizando este fenómeno en otros países de nuestro entorno llegamos a datos en los que se corrobora esta observación: la disforia o incongruencia de género en niñas y chicas aumenta exponencialmente en estos países.

 

   Gracias al excelente trabajo de Feministes de Catalunya por primera vez contamos con datos objetivos en nuestro país. Acaban de presentar el informe «De hombres adultos a niñas adolescentes: cambios, tendencias e interrogantes sobre la población atendida por el Servei Trànsit en Cataluña 2012-2021» que os invitamos a estudiar detenidamente (1).

 

   Lo primero que llama la atención es la evolución del número de personas atendidas desde 2012 hasta 2021, que crece exponencialmente, con un pequeño parón durante la pandemia, pero disparado después de ella, con un salto mayor del 40% entre 2020 y 2021.

 

   También es importante observar la diferencia entre la incidencia de casos en hombres y en mujeres, aumentando en estas últimas y, además, de manera acusada en los rangos de edad de 10 a 14 años (las niñas son un 64,8 % de los casos de 2021, mientras que de un 10,1 no se ha registrado el sexo) y de 15 a 18 años (las chicas son un 60,2 % de los casos de este grupo de edad en 2021, mientras que de un 10,5% no se ha registrado el sexo).

 

   Si, tal como interpretan nuestras compañeras de Feministes de Catalunya, los casos en los que el sexo no se registra corresponden a mujeres, los datos resultan mucho más alarmantes, pues se llegaría a un 74,9% de niñas en el rango de 10 a 14 años y del 70,7% del de 15 a 18 años, lo cual es inquietante y merece nuestra atención.

 

   En breve Confluencia Movimiento Feminista arrojará algo más de luz con datos de algunas otras comunidades autónomas. Mientras tanto y a partir de la información que tenemos, como personas responsables deberíamos preguntarnos qué está sucediendo, ¿por qué las niñas no quieren ser mujeres?

 

   No tenemos todavía conclusiones elaboradas, pero sí tenemos estudios y datos que nos permiten apuntar algunos condicionantes que están influyendo en las niñas al llegar a la adolescencia y que pueden ayudar a dar respuesta a la pregunta anterior.

 

   Las adolescentes hoy en día tienen que hacer frente a una hostilidad nunca vista: aumento alarmante de la violencia sexual, patrones sexistas en los que tienen que encajar, cosificación, hipersexualización, etc.

 

   Las chicas que rechazan los roles y estereotipos sexuales impuestos encuentran en el “cambio de género” una vía de escape a toda esta violencia directa o indirecta que reciben constantemente, y es porque se difunde la idea de que si no encajas en esos estereotipos y roles es porque eres trans, porque realmente no eres una mujer.

 

   En nuestros centros observamos cómo una gran parte de los casos de “transiciones” corresponde a niñas con problemas psicológicos y psiquiátricos, diferentes trastornos (TEA, ansiedad, depresión, etc.), situaciones familiares complicadas (violencia de género, lesbofobia, etc.) o que han sufrido acoso o agresión sexual.

 

   Tanto profesionales de la psicología y psiquiatría como la asociación de familias Amanda lo corroboran. Algunas de estas chicas adolescentes encuentran en la “transición de género” la solución a sus problemas, sin que hubieran mostrado rechazo por su cuerpo sexuado en la primera infancia o antes de entrar en contacto con las redes sociales.

 

   La influencia de los medios audiovisuales y de las redes es determinante en el contagio social. Los chicos y las chicas están recibiendo un bombardeo transgenerista constante a través de series, videojuegos, influencers y, sobre todo, a través de sus iguales en las redes sociales, que muestran en línea, alegremente, su proceso de transición, los efectos esperados de las hormonas en su cuerpo, las cirugías a las que se someten o informan de “trucos” para pasar el informe psicológico, conseguir hormonas fácilmente o explicar a la familia el inicio de su “transición”.

 

   Estas experiencias de jóvenes “trans” difundidas en la red les sirven de guía a las y los adolescentes para seguir un proceso que supuestamente les conducirá a conocer su verdadera identidad, reforzando la idea de que es la única manera de aliviar su malestar.

 

   Por último, el papel de los centros educativos es crucial. Las ideas transgeneristas han entrado en las escuelas, institutos y universidades invadiendo todos los componentes de la acción educativa: leyes, currículos, protocolos, organización del centro, formación del profesorado, formación complementaria del alumnado, familias, materiales y libros de texto, etc.

 

   Ya no es que las ideas anticientíficas que se difunden sobre el sexo y el género vengan de las redes, sino que se transmiten en boca de personas con autoridad, el profesorado, como si se tratara de conceptos incuestionables que deben aprender.

 

   En el Congreso Internacional DoFemCo que organizamos en 2021 (2) y en el libro La Coeducación Secuestrada. Crítica feminista a la penetración de las ideas transgeneristas en la educación se profundiza en el análisis de esta realidad.

 

   Desde el punto de vista de las ciencias sociales y como profesionales de la educación no podemos aceptar que no se ofrezcan datos públicos, que no se estudie este fenómeno y se mire hacia otro lado, ni tampoco justificar esta tendencia basándonos en ideas basadas en creencias, proclamas, sentimientos individuales y sin criterio científico o ético.

 

   Tampoco aceptamos cancelaciones o acusaciones infundadas de odio o fobia, por una sencilla e importante razón: nos preocupan nuestros alumnos y alumnas, pero sobre todo las niñas y chicas jóvenes, que están huyendo de ser mujeres embaucadas por unas ideas sectarias y peligrosas para ellas y para toda la sociedad.

 

   Exigimos responsabilidad a las instituciones educativas y sanitarias, a las y los profesionales que trabajan en ellas y, sobre todo, a nuestros dirigentes en política, que deberían atender a estos datos de Cataluña, obtener los datos del resto de comunidades autónomas, hacerlos públicos, estudiarlos profundamente y escuchar a profesionales y organizaciones feministas antes de legislar de forma apresurada atendiendo sólo a la presión que ejercen los grupos transactivistas.

 

   El problema es muy serio, y legislar mal dará como resultado su agravación y la aparición de nuevos problemas que no se han querido prever.

 

   Como docentes feministas que somos, nunca animaremos a una chica a que deje de ser mujer, no sólo porque eso sea imposible, sino porque nuestro deber es ofrecerle las herramientas para que consiga ser una mujer libre de imposiciones de género, que tenga los recursos para luchar contra los roles sexuales que el patriarcado impone a las mujeres y para lograr una sociedad más igualitaria y justa. Por ellas, las que quieren huir, y por todas las que vienen detrás, esto debemos pararlo.

 


Notas:

(1) Los datos sobre los que se basa este informe han sido facilitados por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya a Feministes de Catalunya, mediante una solicitud de acceso a la información pública que se ha producido en dos fases, como explican en el Informe.

(2) Todas las sesiones del Congreso Internacional DoFemCo están disponibles en YouTube.

 

Fuente:

https://dofemco.org/blog/2022/12/10/de-hombres-adultos-a-ninas-adolescentes/

 

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  • Maribel Santana

    Maribel Santana | Martes, 13 de Diciembre de 2022 a las 07:24:38 horas

    Es que está de moda, lo que no intente estos neoliberales, no lo intenta ni la misma naturaleza.
    ¡A no ser claro, que sea la comida rápida la que esta jugando esta mala pasada. Fast food.!

    Accede para responder

  • arturo acosta

    arturo acosta | Martes, 13 de Diciembre de 2022 a las 06:28:51 horas

    Muy esclarecedor el comentario de Juan.
    Gracias.

    Accede para responder

  • Juan

    Juan | Lunes, 12 de Diciembre de 2022 a las 12:42:11 horas

    Los políticos ignoran el daño que causa "su nueva ideología".
    Uno de los principio de esta nueva ideología estaría en el concepto de Biopoder. Biopoder es un término originalmente acuñado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse a la práctica de los estados modernos de "explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar los cuerpos y controlar la población".
    La teoría queer se inspira en este filósofo francés. La imposición de los “conceptos" hombre mujer, en la teoría queer, se creen una imposición del capitalismo. Al ser “ imposición" es totalmente injustificada.
    En esta posmodernidad, influida por esta nueva ideología queer, las relaciones humanas tienen que determinarse, en una “nueva realidad”, con fluidez. Todos podemos elegir a nuestra elección. Con esto se incluye la elección de nuestra naturaleza humana. Con este nuevo “credo" se niega la veracidad de la ciencia como principio de ningún conocimiento de la naturaleza humana para describir ninguna relación humana. Todo viene determinado por la “voluntad" de cada ser humano verificado por su sentimiento mas íntimo.
    Con este convencimiento la posmodernidad se ve en una encrucijada. Se “normaliza" la “fluidez sexual" de los cuerpos humanos.
    Se puede imponer esta nueva concepción del cuerpo humano por estar convencidos de que son derechos humanos. Pero no deja de ser una forma de pensamiento ideológico fruto de querer “liberarse" de un capitalismo opresor.
    Pero contrariamente a lo que se cree van precisamente en sentido contrario de los mismos derechos humanos. El artículo 12 de los derechos humanos dice que nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
    Imponer esta nueva formulación del concepto de humanidad, una nueva formulación de las libertades humanas, que hay que “inculturar a toda la sociedad", porque “son derechos humanos", es una nueva forma de práctica de totalitarismo político. Su finalidad última sigue siendo una igualdad utópica, un socialismo utópico, o una humanidad que se cree por encima del orden natural.
    La educación que se imparte en escuelas es consecuencia de este nuevo paradigma. Pero la realidad de la naturaleza humana siempre se impone por encima de cualquier ideología. Cuando las personas educadas en este nuevo paradigma entra en conflicto con la naturaleza real de las relaciones humanas, la confusión les lleva a “irrealidades naturales” y se convencen de cosas inexistentes, como que su cuerpo es algo que va contra su naturaleza
    Los políticos que nos gobiernan tienen una ignorancia absoluta sobre estas cuestiones. Creen que actúan defendiendo derechos humanos. Pero hacen todo lo contrario, los destruyen.

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