
"EN CHINA LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN DOMINANTES SON LAS CAPITALISTAS Y LA FUERZA DE TRABAJO ES UNA MERCANCÍA"
Extracto la ponencia de los comunistas griegos durante la celebración del III Seminario Ideológico Internacional
De acuerdo con las tesis sostenidas por el "III Seminario Ideológico Internacional", la ofensiva del pensamiento reaccionario contemporáneo que hoy está teniendo lugar, tiene objetivos claros : desmontar el criterio de “clases sociales” sustituyéndolos por las “identidades sociales”, que encuentran su expresión política en las identidades de género, la sexualidad, la etnicidad, la raza, la nacionalidad, la religiosidad, etc. Fue este el contexto desde el que arrancó el III Seminario ideológico organizado por el PC venezolano.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Entre los días 1 y 2 del presente mes de noviembre, organizado por el Partido Comunista de Venezuela, tuvo lugar en ese país, el III Seminario Ideológico Internacional, bajo el título de “La lucha ideológica contemporánea y el papel central de vanguardia del proletariado como sujeto revolucionario en el capitalismo”.
Según han hecho constar los organizadores, esta tercera edición del "Seminario Ideológico Internacional" tenía como propósito la producción de aportes en el plano de la lucha ideológica, especialmente en el examen del
pensamiento reaccionario contemporáneo, que de manera tan eficaz como peligrosa viene avanzando, parapetado tras el llamado "pensamiento decolonial", cuyo origen hay que encontrarlo en la Escuela de Frankfurt y el kautkismo contemporáneo.
De acuerdo con las tesis que sostiene este Tercer seminario la ofensiva ideológica del pensamiento reaccionario contemporáneo tiene objetivos claros y jerarquizados.
El primero de ellos consiste en tratar de desmontar el criterio de “clases sociales” intentando poner en un primer plano a los “sujetos fragmentados” y a las “identidades sociales”, que se expresan políticamente en torno a los movimientos sociales, vinculados a las identidades de género, sexualidad, etnicidad, raza, nacionalidad, religiosidad, etc.
En realidad, el objetivo político que se esconde en esta esta ofensiva, es construir un discurso donde el proletariado quede subsumido dentro de una ambigua “comunidad”, sin mayor trascendencia de clase e incapaces de dar salidas revolucionarias a la crisis del modo de producción capitalista.
El otro objetivo, articulado con el ya citado, se propone “cambiar” el término Imperialismo, que Lenin desarrolló sobre bases científicas en 1916, por el etéreo término de “Imperio”, elaborado a partir de elucubraciones metafísicas sin un ápice de elementos objetivos que permitan entender la realidad concreta del mundo actual; apelando al argumento de que la humanidad se está enfrentando una “crisis civilizatoria” y no a una crisis causada por el modo de producción capitalista en su fase imperialista.
Entre la amplia representación internacional que estuvo presente en el citado Seminario, se encontraba una delegación del Partido Comunista griego (KKE). Dado el evidente interés de la ponencia que esta delegacion presentó en el evento, estrechamente relacionada con la situación política internacional, hemos seleccionado de forma resumida la aportación de la delegación griega, contenida en un texto que se refiere a la naturaleza del sistema económico actualmente en vigor en la República Popular China de nuestros días
Esta selección, la primera que hacemos de ese encuentro de debate ideológico pero no la última, la hemos hecho convencidos de que la lectura de este resumen, servirá para instigar a los lectores interesados en el tema, a reflexionar y a discutir sobre una cuestión que hoy forma parte de las preocupaciones de una buena parte de la Humanidad.
¿ES CHINA UN PAÍS SOCIALISTA?
Contribución resumida del KKE al III Seminario Ideológico celebrado en Venezuela
A cien años de la fundación de la URSS: Las conclusiones de la revolución socialista, la construcción socialista y su derrocamiento en la URSS tienen gran importancia para los
Partidos Comunistas y Obreros en la lucha de clases contemporáneas y en las condiciones de la actual guerra imperialista.
Varios son los Partidos que estiman, razonadamente, que el conflicto militar en Ucrania es parte de un mayor conflicto entre las potencias del euroatlanticismo y China.
Esta evaluación es correcta, pero algunos, como no han sacado conclusiones del derrocamiento del socialismo en la URSS, siguen considerando a China como un “país socialista”, o un “país que construye el socialismo con características chinas”.
Sobre esta base se reproducen condiciones del pasado, como son la llamada “guerra fría” o el enfrentamiento de dos formaciones socio-políticas opuestas, el capitalismo y el socialismo. Sin embargo, estos Partidos pasan por alto el hecho de que el sistema socio-económico y político de un país no depende de cómo se llama el partido gobernante ni de sus declaraciones, sino de su naturaleza de clase.
La violación de los principios de la construcción socialista en la URSS y su fin deberían haber constituido una enseñanza para a todos los Partidos comunistas.
Actualmente en China predominan las relaciones de producción capitalistas, la fuerza de trabajo es una
mercancía, las necesidades sociales se han comercializado, tal como sucede en el resto del mundo capitalista.
Millones de personas están condenadas a la pobreza, mientras China es el primer país en el mundo en el número de multimillonarios.
A partir de 2012 hasta la fecha, más del 60% del PIB de China se produce constantemente por el sector privado . El Estado chino ha configurado un completo “arsenal” de apoyo a los capitalistas chinos, que incluye medidas similares a las que existen en el resto del mundo capitalista.
Por lo tanto, no es casualidad que en 2020, en condiciones de crisis capitalista en curso, cuando la pandemia tuvo un papel catalizador, los multimillonarios chinos han alcanzado el número de los 800, superando por primera vez en número a EE.UU, con 626 multimillonarios.
Los capitalistas chinos más poderosos tienen a su disposición colosales grupos de comercio electrónico, bancos, fábricas, hoteles, centros comerciales, cines, redes sociales, empresas de telefonía móvil, etc. Al mismo tiempo, decenas de millones de migrantes internos -se estiman a unos 290 millones-, que realizan trabajos temporales y quizás queden desempleados, no se incluyen en las estadísticas oficiales y puede que representen el 30% de la mano de obra del país.
Decenas de millones de personas están excluidas de servicios sociales contemporáneos, como son la enseñanza técnica y superior o los servicios sanitarios, a causa de su comercialización y sus bajísimos ingresos .
Es indicativo lo que hemos visto recientemente en China con las demoliciones de bloques enteros de apartamentos recién construidos -más de 3 mil millones de metros cuadrados que pudieran albergar a 75 millones de personas-, en un esfuerzo de los monopolios de dicho sector de limitar las consecuencias de la llamada burbuja inmobiliaria. Y esto ocurre mientras decenas de millones de personas pobres -que se estiman a más de 200 millones- se encuentran sin hogar a causa de la ola urbanizadora.
Se da la circunstancia que algunos se atreven a comparar lo que hoy sucede en China con la Nueva Política Económica (NEP), que se aplicó en la URSS en los años 20 del pasado siglo. Hay que subrayar que entre la NEP y la situación económica actual en China no hay nada que comparar: ni en el tiempo que ésta duró o en el hecho de que la NEP fue considerada como un “retroceso”, como subrayó el propio Lenin en muchas ocasiones. Además no fue ideologizada como un elemento propio de la construcción socialista, tal y como ocurre con la consolidación de las relaciones capitalistas en China, con la fabricación ideológica del llamado “socialismo con características chinas”.
Además, durante el período de la NEP, a los empresarios no solo no se les permitía ser miembros del Partido de los
bolcheviques, sino que además, en base a las dos Constituciones Soviéticas (de 1918 y de 1925) que se aprobaron en aquel período, se los privaba de derechos políticos, a diferencia de lo que sucede en la China actual en la que decenas de empresarios ocupan cargos en el Parlamento chino y en el propio Partido Comunista de ese país.
Hoy, el poder en China expresa los intereses del capital. Por lo tanto, el actual conflicto mundial no se desarrolla entre las fuerzas del capitalismo y del socialismo, sino entre fuerzas del mundo capitalista contemporáneo, que compiten entre sí por la primacía en el sistema imperialista mundial.
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
Entre los días 1 y 2 del presente mes de noviembre, organizado por el Partido Comunista de Venezuela, tuvo lugar en ese país, el III Seminario Ideológico Internacional, bajo el título de “La lucha ideológica contemporánea y el papel central de vanguardia del proletariado como sujeto revolucionario en el capitalismo”.
Según han hecho constar los organizadores, esta tercera edición del "Seminario Ideológico Internacional" tenía como propósito la producción de aportes en el plano de la lucha ideológica, especialmente en el examen del pensamiento reaccionario contemporáneo, que de manera tan eficaz como peligrosa viene avanzando, parapetado tras el llamado "pensamiento decolonial", cuyo origen hay que encontrarlo en la Escuela de Frankfurt y el kautkismo contemporáneo.
De acuerdo con las tesis que sostiene este Tercer seminario la ofensiva ideológica del pensamiento reaccionario contemporáneo tiene objetivos claros y jerarquizados.
El primero de ellos consiste en tratar de desmontar el criterio de “clases sociales” intentando poner en un primer plano a los “sujetos fragmentados” y a las “identidades sociales”, que se expresan políticamente en torno a los movimientos sociales, vinculados a las identidades de género, sexualidad, etnicidad, raza, nacionalidad, religiosidad, etc.
En realidad, el objetivo político que se esconde en esta esta ofensiva, es construir un discurso donde el proletariado quede subsumido dentro de una ambigua “comunidad”, sin mayor trascendencia de clase e incapaces de dar salidas revolucionarias a la crisis del modo de producción capitalista.
El otro objetivo, articulado con el ya citado, se propone “cambiar” el término Imperialismo, que Lenin desarrolló sobre bases científicas en 1916, por el etéreo término de “Imperio”, elaborado a partir de elucubraciones metafísicas sin un ápice de elementos objetivos que permitan entender la realidad concreta del mundo actual; apelando al argumento de que la humanidad se está enfrentando una “crisis civilizatoria” y no a una crisis causada por el modo de producción capitalista en su fase imperialista.
Entre la amplia representación internacional que estuvo presente en el citado Seminario, se encontraba una delegación del Partido Comunista griego (KKE). Dado el evidente interés de la ponencia que esta delegacion presentó en el evento, estrechamente relacionada con la situación política internacional, hemos seleccionado de forma resumida la aportación de la delegación griega, contenida en un texto que se refiere a la naturaleza del sistema económico actualmente en vigor en la República Popular China de nuestros días
Esta selección, la primera que hacemos de ese encuentro de debate ideológico pero no la última, la hemos hecho convencidos de que la lectura de este resumen, servirá para instigar a los lectores interesados en el tema, a reflexionar y a discutir sobre una cuestión que hoy forma parte de las preocupaciones de una buena parte de la Humanidad.
¿ES CHINA UN PAÍS SOCIALISTA?
Contribución resumida del KKE al III Seminario Ideológico celebrado en Venezuela
A cien años de la fundación de la URSS: Las conclusiones de la revolución socialista, la construcción socialista y su derrocamiento en la URSS tienen gran importancia para los Partidos Comunistas y Obreros en la lucha de clases contemporáneas y en las condiciones de la actual guerra imperialista.
Varios son los Partidos que estiman, razonadamente, que el conflicto militar en Ucrania es parte de un mayor conflicto entre las potencias del euroatlanticismo y China.
Esta evaluación es correcta, pero algunos, como no han sacado conclusiones del derrocamiento del socialismo en la URSS, siguen considerando a China como un “país socialista”, o un “país que construye el socialismo con características chinas”.
Sobre esta base se reproducen condiciones del pasado, como son la llamada “guerra fría” o el enfrentamiento de dos formaciones socio-políticas opuestas, el capitalismo y el socialismo. Sin embargo, estos Partidos pasan por alto el hecho de que el sistema socio-económico y político de un país no depende de cómo se llama el partido gobernante ni de sus declaraciones, sino de su naturaleza de clase.
La violación de los principios de la construcción socialista en la URSS y su fin deberían haber constituido una enseñanza para a todos los Partidos comunistas.
Actualmente en China predominan las relaciones de producción capitalistas, la fuerza de trabajo es una mercancía, las necesidades sociales se han comercializado, tal como sucede en el resto del mundo capitalista.
Millones de personas están condenadas a la pobreza, mientras China es el primer país en el mundo en el número de multimillonarios.
A partir de 2012 hasta la fecha, más del 60% del PIB de China se produce constantemente por el sector privado . El Estado chino ha configurado un completo “arsenal” de apoyo a los capitalistas chinos, que incluye medidas similares a las que existen en el resto del mundo capitalista.
Por lo tanto, no es casualidad que en 2020, en condiciones de crisis capitalista en curso, cuando la pandemia tuvo un papel catalizador, los multimillonarios chinos han alcanzado el número de los 800, superando por primera vez en número a EE.UU, con 626 multimillonarios.
Los capitalistas chinos más poderosos tienen a su disposición colosales grupos de comercio electrónico, bancos, fábricas, hoteles, centros comerciales, cines, redes sociales, empresas de telefonía móvil, etc. Al mismo tiempo, decenas de millones de migrantes internos -se estiman a unos 290 millones-, que realizan trabajos temporales y quizás queden desempleados, no se incluyen en las estadísticas oficiales y puede que representen el 30% de la mano de obra del país.
Decenas de millones de personas están excluidas de servicios sociales contemporáneos, como son la enseñanza técnica y superior o los servicios sanitarios, a causa de su comercialización y sus bajísimos ingresos .
Es indicativo lo que hemos visto recientemente en China con las demoliciones de bloques enteros de apartamentos recién construidos -más de 3 mil millones de metros cuadrados que pudieran albergar a 75 millones de personas-, en un esfuerzo de los monopolios de dicho sector de limitar las consecuencias de la llamada burbuja inmobiliaria. Y esto ocurre mientras decenas de millones de personas pobres -que se estiman a más de 200 millones- se encuentran sin hogar a causa de la ola urbanizadora.
Se da la circunstancia que algunos se atreven a comparar lo que hoy sucede en China con la Nueva Política Económica (NEP), que se aplicó en la URSS en los años 20 del pasado siglo. Hay que subrayar que entre la NEP y la situación económica actual en China no hay nada que comparar: ni en el tiempo que ésta duró o en el hecho de que la NEP fue considerada como un “retroceso”, como subrayó el propio Lenin en muchas ocasiones. Además no fue ideologizada como un elemento propio de la construcción socialista, tal y como ocurre con la consolidación de las relaciones capitalistas en China, con la fabricación ideológica del llamado “socialismo con características chinas”.
Además, durante el período de la NEP, a los empresarios no solo no se les permitía ser miembros del Partido de los bolcheviques, sino que además, en base a las dos Constituciones Soviéticas (de 1918 y de 1925) que se aprobaron en aquel período, se los privaba de derechos políticos, a diferencia de lo que sucede en la China actual en la que decenas de empresarios ocupan cargos en el Parlamento chino y en el propio Partido Comunista de ese país.
Hoy, el poder en China expresa los intereses del capital. Por lo tanto, el actual conflicto mundial no se desarrolla entre las fuerzas del capitalismo y del socialismo, sino entre fuerzas del mundo capitalista contemporáneo, que compiten entre sí por la primacía en el sistema imperialista mundial.
Redstar | Martes, 15 de Noviembre de 2022 a las 18:05:14 horas
En el comentario anterior quería decir que el KKE dice que la guerra es inter-imperialista (no anti-imperialista.
A veces la prisa juega malas pasadas.
En cualquier caso, podéis comparar DE PRIMERA MANO lo que dicen unos (postura del Partido Comunista Griego):
**** : **** es.kke.gr/es/articles/Respuesta-al-comunicado-del-Partido-Comunista-Obrero-de-Rusia-PCOR/
... y lo que dicen otros:
Desde el minuto 14' 50"
hasta el minuto 23' 15"
(el comunicado que firmó el Partido Comunista de la Federación Rusa entre otros) empieza en el 19' 09".
**** s: **** **** youtube **** /watch?v=ZxOuIdfdEbg
Echadle un vistazo antes de que lo censuren, como a RT.
Personalmente, insisto en que ahora mismo el tema está muy claro: se llama análisis de la realidad concreta.
Estamos en una guerra (probablemente la III mundial).
En un bando están la OTAN y sus hijos drogadictos; los ucroNAZIS (sí, aquellos que han asesinado a 17.000 habitantes del Donbás, que quemaron vivos a los opositores al golpe en Odessa.... etc).
En el otro están Rusia, China y las milicias comunistas del Donbas, entre otros, a quienes el KKE les sigue negando el pan y la sal.
¿Aún hay dudas de qué lado hay que estar?
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