
LA EVOLUCIÓN POLÍTICA DE GALDÓS: DEL LIBERALISMO AL COMPROMISO REPUBLICANO-SOCIALISTA
¿Cómo un joven liberal escéptico del socialismo terminó apoyando a la izquierda republicana?
Benito Pérez Galdós, considerado uno de los más grandes novelistas de la lengua española, no solo dejó un legado literario inmenso, sino también una huella indeleble en la política española de su tiempo. Desde sus inicios liberales hasta su apoyo a la coalición republicano-socialista, Galdós evolucionó hacia posiciones más radicales, abrazando el republicanismo y el socialismo en la lucha por una España más justa.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Benito Pérez Galdós, uno de los más grandes novelistas de la literatura española y mundial no fue solo un testigo de su tiempo, sino también un activo participante en los debates políticos que definieron la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843 y fallecido en Madrid en 1920, Galdós es conocido por su vasta obra literaria que transformó el realismo español, pero también por su evolución política, que lo llevó a defender las ideas republicanas y, más tarde, el socialismo, en un contexto de gran agitación social y política en España.
Los primeros años y la influencia liberal
Galdós comenzó su carrera con una clara inclinación hacia el liberalismo, influenciado por las ideas krausistas que promovían una educación laica y el progreso social. Estas ideas, defendidas por intelectuales como Francisco Giner de los Ríos, inspiraron a Galdós desde joven, y se reflejan en su visión crítica de la sociedad en novelas como Doña Perfecta (1876). Esta obra, una crítica feroz al conservadurismo y al fanatismo religioso, muestra cómo desde temprano Galdós identificaba los problemas estructurales de la España de su tiempo, lo que marcaría su obra futura.
La Revolución de 1868, que puso fin al reinado de Isabel II, fue uno de los eventos que más impactó en Galdós. Testigo de la entrada de las tropas revolucionarias en Madrid, su entusiasmo inicial se fue transformando en un compromiso más profundo con los cambios sociales. Este proceso culminó en su decisión de afiliarse al Partido Republicano en 1907, una señal de su creciente desencanto con las soluciones moderadas que el liberalismo ofrecía.
Evolución hacia el republicanismo y el compromiso político
![[Img #80775]](https://canarias-semanal.org/upload/images/10_2024/3252_143_donbenito.jpg)
El paso de Galdós al republicanismo marcó un punto de inflexión en su vida. Aunque nunca dejó de ser un novelista, su participación en la política se hizo cada vez más activa. Entre 1886 y 1914, fue elegido diputado en varias ocasiones, primero por el Partido Progresista y más tarde por la Conjunción Republicano-Socialista, una coalición que unía a republicanos y socialistas para luchar contra la monarquía y el caciquismo que dominaban la política española.
Su obra literaria también reflejó esta evolución política. En Electra (1901), una de sus piezas teatrales más famosas, Galdós atacó abiertamente la influencia de la Iglesia en la política española. Esta obra desató una serie de manifestaciones y protestas, convirtiéndose en un símbolo de la lucha anticlerical que marcaría gran parte del siglo XX en España.
Según la académica Verónica Dean-Thacker, Galdós mostraba en esta obra una clara inclinación hacia posturas más revolucionarias, que comenzaban a alejarlo de las posiciones conciliadoras de su juventud.
Figuras clave de su correspondencia
Uno de los aspectos más fascinantes del compromiso político de Galdós fue su correspondencia con figuras clave del republicanismo y del socialismo español.
Tal como lo detalla la profesora Verónica Dean-Thacker en su obra Galdós Político, las cartas intercambiadas entre el gran escritor y personalidades como Melquíades Álvarez, líder del Partido Republicano, o Gumersindo de Azcárate, defensor de la Conjunción Republicano-Socialista, ofrecen una ventana íntima a su pensamiento político. Estas cartas revelan las preocupaciones de Galdós sobre temas como el anticlericalismo, la lucha contra el caciquismo y las dificultades económicas que él mismo enfrentó, lo que lo acercó cada vez más a los movimientos de izquierda.
Especialmente significativa fue su relación con Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Galdós mantuvo una estrecha colaboración con Iglesias, y juntos lucharon contra el gobierno conservador de Maura, participando en manifestaciones y firmando manifiestos en apoyo de los derechos civiles. La alianza entre Galdós y el socialismo fue crucial para la consolidación de la Conjunción Republicano-Socialista, que llevó a Iglesias al Parlamento como el primer diputado socialista en 1909.
De la desconfianza al socialismo
Sin embargo, Galdós no siempre fue un defensor del socialismo. En sus primeros años, mantenía una postura escéptica hacia este movimiento, como se evidencia en una carta de 1890 en la que escribe:
"El socialismo, por mucho que vociferen sus adeptos, no tiene ni tendrá durante algún tiempo entre nosotros las raíces que en Francia y Alemania".
Esta frase, citada por Dean-Thacker, refleja la desconfianza de Galdós hacia la viabilidad del socialismo en España, un país que él consideraba más inclinado al consenso democrático que a la lucha de clases.
A medida que las tensiones políticas y sociales aumentaban en España, Galdós comenzó a reevaluar su postura. A principios del siglo XX, ya no solo defendía causas republicanas, sino que abrazaba cada vez más las ideas socialistas, como se refleja en su apoyo a las reformas sociales y en su colaboración con el PSOE. Este cambio ideológico se refleja en sus últimas obras y en su participación activa en la Conjunción Republicano-Socialista, coalición que luchaba por una España más justa y democrática.
Obras clave en su evolución política
La evolución política de Galdós se plasmó no solo en su actividad pública, sino también en su obra literaria. Electra marcó el punto de inflexión hacia una postura más anticlerical y radical, pero otras novelas también reflejan su creciente compromiso social. En Fortunata y Jacinta (1887), Galdós ya mostraba una preocupación por las desigualdades sociales, a través del retrato de las clases populares y sus luchas cotidianas.
En sus Episodios Nacionales, una serie de novelas que narran la historia de España desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración borbónica, Galdós ofrece un análisis crítico de los eventos políticos de su tiempo, siempre desde la perspectiva de los sectores más vulnerables de la sociedad. Estas obras muestran a un Galdós cada vez más comprometido con el cambio social y con la necesidad de reformas profundas para superar el atraso de España.
El legado de Galdós
La figura de Benito Pérez Galdós sigue siendo un referente tanto en la literatura como en la política española. Su compromiso con las causas republicanas y socialistas, plasmado en su obra y en su activismo, lo convirtió en un intelectual de gran influencia en su tiempo. Aunque fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura en 1912, su anticlericalismo le valió el boicot de los sectores conservadores, que impidieron que recibiera el reconocimiento internacional que merecía.
Galdós, en suma, pasó de ser un joven liberal que creía en el progreso moderado, a convertirse en un defensor de la república y un crítico acérrimo de las estructuras de poder tradicionales, acercándose cada vez más al socialismo.
Este proceso de evolución ideológica, detallado en la obra de Verónica Dean-Thacker, refleja no solo las tensiones de la España de su tiempo, sino también el profundo compromiso de Benito Pérez Galdós con los ideales de justicia y libertad.
Por ERNESTO GUTIÉRREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Benito Pérez Galdós, uno de los más grandes novelistas de la literatura española y mundial no fue solo un testigo de su tiempo, sino también un activo participante en los debates políticos que definieron la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843 y fallecido en Madrid en 1920, Galdós es conocido por su vasta obra literaria que transformó el realismo español, pero también por su evolución política, que lo llevó a defender las ideas republicanas y, más tarde, el socialismo, en un contexto de gran agitación social y política en España.
Los primeros años y la influencia liberal
Galdós comenzó su carrera con una clara inclinación hacia el liberalismo, influenciado por las ideas krausistas que promovían una educación laica y el progreso social. Estas ideas, defendidas por intelectuales como Francisco Giner de los Ríos, inspiraron a Galdós desde joven, y se reflejan en su visión crítica de la sociedad en novelas como Doña Perfecta (1876). Esta obra, una crítica feroz al conservadurismo y al fanatismo religioso, muestra cómo desde temprano Galdós identificaba los problemas estructurales de la España de su tiempo, lo que marcaría su obra futura.
La Revolución de 1868, que puso fin al reinado de Isabel II, fue uno de los eventos que más impactó en Galdós. Testigo de la entrada de las tropas revolucionarias en Madrid, su entusiasmo inicial se fue transformando en un compromiso más profundo con los cambios sociales. Este proceso culminó en su decisión de afiliarse al Partido Republicano en 1907, una señal de su creciente desencanto con las soluciones moderadas que el liberalismo ofrecía.
Evolución hacia el republicanismo y el compromiso político
El paso de Galdós al republicanismo marcó un punto de inflexión en su vida. Aunque nunca dejó de ser un novelista, su participación en la política se hizo cada vez más activa. Entre 1886 y 1914, fue elegido diputado en varias ocasiones, primero por el Partido Progresista y más tarde por la Conjunción Republicano-Socialista, una coalición que unía a republicanos y socialistas para luchar contra la monarquía y el caciquismo que dominaban la política española.
Su obra literaria también reflejó esta evolución política. En Electra (1901), una de sus piezas teatrales más famosas, Galdós atacó abiertamente la influencia de la Iglesia en la política española. Esta obra desató una serie de manifestaciones y protestas, convirtiéndose en un símbolo de la lucha anticlerical que marcaría gran parte del siglo XX en España.
Según la académica Verónica Dean-Thacker, Galdós mostraba en esta obra una clara inclinación hacia posturas más revolucionarias, que comenzaban a alejarlo de las posiciones conciliadoras de su juventud.
Figuras clave de su correspondencia
Uno de los aspectos más fascinantes del compromiso político de Galdós fue su correspondencia con figuras clave del republicanismo y del socialismo español.
Tal como lo detalla la profesora Verónica Dean-Thacker en su obra Galdós Político, las cartas intercambiadas entre el gran escritor y personalidades como Melquíades Álvarez, líder del Partido Republicano, o Gumersindo de Azcárate, defensor de la Conjunción Republicano-Socialista, ofrecen una ventana íntima a su pensamiento político. Estas cartas revelan las preocupaciones de Galdós sobre temas como el anticlericalismo, la lucha contra el caciquismo y las dificultades económicas que él mismo enfrentó, lo que lo acercó cada vez más a los movimientos de izquierda.
Especialmente significativa fue su relación con Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Galdós mantuvo una estrecha colaboración con Iglesias, y juntos lucharon contra el gobierno conservador de Maura, participando en manifestaciones y firmando manifiestos en apoyo de los derechos civiles. La alianza entre Galdós y el socialismo fue crucial para la consolidación de la Conjunción Republicano-Socialista, que llevó a Iglesias al Parlamento como el primer diputado socialista en 1909.
De la desconfianza al socialismo
Sin embargo, Galdós no siempre fue un defensor del socialismo. En sus primeros años, mantenía una postura escéptica hacia este movimiento, como se evidencia en una carta de 1890 en la que escribe:
"El socialismo, por mucho que vociferen sus adeptos, no tiene ni tendrá durante algún tiempo entre nosotros las raíces que en Francia y Alemania".
Esta frase, citada por Dean-Thacker, refleja la desconfianza de Galdós hacia la viabilidad del socialismo en España, un país que él consideraba más inclinado al consenso democrático que a la lucha de clases.
A medida que las tensiones políticas y sociales aumentaban en España, Galdós comenzó a reevaluar su postura. A principios del siglo XX, ya no solo defendía causas republicanas, sino que abrazaba cada vez más las ideas socialistas, como se refleja en su apoyo a las reformas sociales y en su colaboración con el PSOE. Este cambio ideológico se refleja en sus últimas obras y en su participación activa en la Conjunción Republicano-Socialista, coalición que luchaba por una España más justa y democrática.
Obras clave en su evolución política
La evolución política de Galdós se plasmó no solo en su actividad pública, sino también en su obra literaria. Electra marcó el punto de inflexión hacia una postura más anticlerical y radical, pero otras novelas también reflejan su creciente compromiso social. En Fortunata y Jacinta (1887), Galdós ya mostraba una preocupación por las desigualdades sociales, a través del retrato de las clases populares y sus luchas cotidianas.
En sus Episodios Nacionales, una serie de novelas que narran la historia de España desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración borbónica, Galdós ofrece un análisis crítico de los eventos políticos de su tiempo, siempre desde la perspectiva de los sectores más vulnerables de la sociedad. Estas obras muestran a un Galdós cada vez más comprometido con el cambio social y con la necesidad de reformas profundas para superar el atraso de España.
El legado de Galdós
La figura de Benito Pérez Galdós sigue siendo un referente tanto en la literatura como en la política española. Su compromiso con las causas republicanas y socialistas, plasmado en su obra y en su activismo, lo convirtió en un intelectual de gran influencia en su tiempo. Aunque fue propuesto para el Premio Nobel de Literatura en 1912, su anticlericalismo le valió el boicot de los sectores conservadores, que impidieron que recibiera el reconocimiento internacional que merecía.
Galdós, en suma, pasó de ser un joven liberal que creía en el progreso moderado, a convertirse en un defensor de la república y un crítico acérrimo de las estructuras de poder tradicionales, acercándose cada vez más al socialismo.
Este proceso de evolución ideológica, detallado en la obra de Verónica Dean-Thacker, refleja no solo las tensiones de la España de su tiempo, sino también el profundo compromiso de Benito Pérez Galdós con los ideales de justicia y libertad.
Gloria | Lunes, 21 de Octubre de 2024 a las 10:40:31 horas
Merecido reconocimiento a un gigante de nuestra literatura y del compromiso político en el tormentoso período de inicios del s. XX. Con motivo de la guerra del Rif, la semana trágica, los fusilamientos de obreros y el enjuiciamiento de Ferrer y Guardia, Galdós publicó su "Carta abierta al pueblo español", donde entre otras cosa decía: "Unidos todos, encaminemos hacia su término la guerra del Rif, añadiendo al fulgor de las armas la lucidez de los entendimientos (...) Apaguemos de un soplo los cirios verdes que alumbran el Santo Oficio, llamado por mal nombre 'Defensa Social', vergüenza de España y escándalo del siglo, y pongamos fin a las persecuciones inicuas, al enjuiciamiento caprichoso, a los destierros y vejámenes, con ultraje a la Humanidad y desprecio de los derechos más sagrados (...) No temamos que nos llamen anarquistas o anarquizantes, que esta resucitada Inquisición ha descubierto el ardid de tostar a los hombres en las llamaradas de la calumnia. Ya nos han dividido en dos castas: 'buenos' y 'malos'. No nos turbemos ante esta inmensa ironía. Rellenemos las filas de los 'malos' (...) seremos los más y a la vuelta los mejores".
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