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Jueves, 24 de Octubre de 2024 Tiempo de lectura:

LOS SINDICATOS DE INQUILINOS PLANTARON A PEDRO SÁNCHEZ

Denuncian la influencia de las patronales en las políticas de vivienda del Gobierno

El Sindicat de Llogateres de Catalunya y el Sindicato de Inquilinas de Madrid han rechazado participar en la reunión convocada por el Gobierno para abordar la crisis de la vivienda, en protesta por la presencia de las patronales inmobiliarias. Los sindicatos acusan al Ejecutivo de favorecer a los responsables de la crisis habitacional.

Por MARTÍN ÁLVAREZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

 

[Img #80842]  El pasado viernes , el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, invitaba a una treintena de organizaciones a una reunión en el Palacio de la Moncloa con el objetivo de discutir la situación de la vivienda en España.

 

     Sin embargo, tanto el Sindicat de Llogateres de Catalunya como  el Sindicato de Inquilinas de Madrid decidieron no acudir como señal de protesta.

 

    Las razones del "desplante" a Pedro Sánchez están muy claras para los sindicatos: consideran inaceptable compartir espacio con la patronal inmobiliaria y de la construcción.

 

      “No nos haremos ninguna foto con la patronal inmobiliaria porque no podemos esperar ninguna solución de los culpables del problema. No se invita a las tabacaleras a diseñar la Estrategia Nacional contra el cáncer, y no se invita a los rentistas a discutir sobre la política de vivienda”, sentenció el Sindicat de Llogateres en un comunicado difundido en redes sociales a medianoche.

 

     La postura de estas organizaciones es clara: consideran que las patronales, que han tenido una influencia determinante en las políticas de vivienda durante décadas, son las principales responsables del problema actual de acceso a la vivienda.

   

 

    Esta acción llegó en un momento especialmente tenso para el movimiento por la vivienda en España. En los últimos meses, se han producido numerosas manifestaciones en ciudades como Madrid, València y Alacant, exigiendo soluciones urgentes al problema del acceso a la vivienda. La situación es cada vez más insostenible: los precios de los alquileres han alcanzado niveles históricos, con un aumento del 40% en las principales ciudades como Madrid y Barcelona durante los últimos cinco años, impulsado por la escasez de vivienda asequible, la especulación inmobiliaria y el incremento del interés de inversores extranjeros. A esto se suma el aumento del coste de la vida, que ha agravado la situación de muchas familias, destinando más del 50% de sus ingresos al pago de la renta, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

    En este contexto, los sindicatos de inquilinos han jugado un papel crucial para presionar al Gobierno y lograr avances en la legislación de vivienda. En Catalunya, por ejemplo, el Sindicat de Llogateres ha sido clave en la aprobación de leyes para limitar el precio del alquiler, medidas que han sido muy discutidas y que incluso han enfrentado impugnaciones por parte del Tribunal Constitucional, que cuestionó la constitucionalidad de los límites impuestos a los precios de los alquileres, argumentando que interferían con el derecho a la propiedad privada y la libertad de mercado. La lucha por el control del precio del alquiler, así como la defensa del derecho a una vivienda digna, han sido las principales banderas de estos colectivos en los últimos años.

 

    El Sindicat también ha expresado su rechazo a lo que considera un intento del Gobierno por limpiar su imagen justo antes de la comparecencia de la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, en el Congreso.

 

  “Las patronales bancarias y de la construcción llevan 40 años dirigiendo las políticas de vivienda de España, y escucharlas solo servirá para engordar sus beneficios y empobrecer más a la mayoría social”afirman. Además, añaden que la reunión de hoy no es más que un intento de “lavado de cara” de la gestión del Ejecutivo.

 

    Las demandas de los sindicatos son claras: una bajada del 50% en el precio de los alquileres, la recuperación de viviendas vacías y turísticas para el uso residencial, y la prohibición de las empresas de desokupación, que consideran responsables de fomentar la precariedad residencial. También exigen el cese de toda actividad especulativa que, según ellos, está contribuyendo al incremento de los precios y al desplazamiento de las clases populares de sus barrios.

 

     La lucha por el derecho a la vivienda en España ha estado marcada por una larga historia de movilizaciones y resistencias. En la época posterior a la crisis financiera de 2008, surgieron movimientos como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que se convirtieron en el rostro de la lucha contra los desahucios y por la dación en pago. La PAH, de hecho, también ha sido invitada a la reunión en Moncloa, al igual que los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT.

 

   Sin embargo, la ausencia de los sindicatos de inquilinas se sentirá profundamente, pues estos colectivos, que están abiertos a cualquier persona inquilina y no se limitan exclusivamente a mujeres, son considerados actualmente los principales actores en la lucha por la regulación del mercado del alquiler. Además, el peso de estos sindicatos en la sociedad ha crecido considerablemente, especialmente en los últimos años, gracias a su capacidad de movilización y a los cambios legislativos que han impulsado.

 

    El encuentro de hoy se produce en un contexto electoral en el que el Gobierno de Pedro Sánchez parece buscar apoyo entre los movimientos sociales, pero la estrategia no parece estar funcionando con el movimiento de inquilinas. “Nosotros no seremos parte de un montaje mediático para aparentar que se está haciendo algo por la vivienda mientras se sigue beneficiando a los de siempre”, concluyen desde el Sindicat de Llogateres.

 

   La reunión, que se celebrará sin la presencia de los sindicatos de inquilinas, sigue adelante con el resto de entidades invitadas, pero el desencuentro refleja la profunda distancia entre el Gobierno y quienes viven en primera persona la crisis habitacional. Para muchas familias en España, el acceso a una vivienda digna sigue siendo un sueño inalcanzable, y las soluciones parecen cada vez más alejadas de la realidad de aquellos que luchan por tener un techo bajo el que vivir.

 

 
 
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